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✾| sp; cincuenta y siete

Narrador Omnisciente

Hacer que las cosas se produzcan, parece difícil, tan ensamblado entre poder y tener. Si somos capaces de tener el poder suficiente para hacer que determinadas cosas sucedan, ¿nos vuelve poderosos?

No, no es el dinero lo único que hacía que un poderoso moviera todo, te puedes volver poderoso por saber controlar tus impulsos, contener los sentimientos y ser capaz de reaccionar de una manera consiente a que nada saldrá mal. Claro, sería mentira decir que cuándo tienes un plan saldrá un cien por ciento bien, existen los daños colaterales, que pueden ser perjudiciales.

El chirrido de la silla fue tan desagradable, pero prefirió ocultar sus gestos. Se sentó enfrente de él, mirando como revisaba los papeles que le entregó minutos antes. No sentía que aquel hombre le daría una oportunidad, pero estaba ahogado en problemas y necesitaba una solución a pesar de tener a su esposa reprochando.

—Todo lo que dicen los medios es mentir, el periódico amarillista trata de impresionar a todos para acusarme.

—¿Me estás tratando de convencer de que no le pagaste a tus socios? George, todos ellos salieron a quejarse. Lo sé todo, Debes una gran cantidad de dinero al banco, dos préstamos, las comisiones no están a tu favor.

Tan arruinado después de estar en una cima invisible. Sentía que estaba cayendo tan hondo, parecería patético, tal vez los policías le advirtieron que no hablara de más si trataba de arreglar su negocio, pero sabía lo que hacía, estaba seguro de que no volvería a cometer nuevamente un error.

—Si vez que saldrás perdiendo, separaremos de inmediato las ganancias y separaremos nuestro convenio. Nos conocemos, sabes de lo que soy capaz, mis empresas subiendo cada día hasta esa noche, noche en la nos conocimos por primera vez —Colocó sus manos sobre la mesa, para llamar más su atención— Estoy seguro de que sabes quién es Park Seung, oh sí. Él es quién está detrás de todo esto. Yo, necesito hacer algo con respecto a eso. Decidí que mi empresa privada tuviera más inversionistas, hasta uno que otro socio se acopló. Esa noche hubo la mayor cantidad de subvenciones para promocionar y alentar los estudios escolares. Nada salió como esperaba; dos semanas después descubrí un vacío legal; alguien no dio, retiró mejor dicho. 100 mil dolores fantasmas, como la empresa de Park Seung, donde mueve todo tipo de mercancías.

El hombre que estaba enfrente de George, sabía lo grave de la situación. Las paredes eran delgadas, así que su cuerpo se juntó más a la mesa. Si todo era real, hacer negocios con George no estaría nada mal, pero habrían problemas con los ingresos, lo sabía a la perfección. Pero no negaría que algo dentro de él quería saber más y buscar una manera de ayudar.

—El océano es grande y los peces gordos no se pescan solos.

—Estás equivocado, solo fue una mente, un pescador atrapando al pez más grande que creyó encontrar —Se levantó de la silla desesperado. Tuvo siempre comunicaciones con él, pensaban trabajar juntos, pero desde que las noticias redactaban e informaban noticias falsas que les llegaban lo hicieron dudar, bueno, no era tan falso el robo de casi 5 millones de dólares y la caída de acciones de su sede— Debo decirte esto, no somos los mejores amigos, pero estás consiente de lo legal que soy. 8 meses busqué una solución, ¿qué obtuve? Hurto, acoso y amenazas hacia mi familia. Fui a la policía, y aunque no debería decir esto, están haciendo un plan para atrapar a ese hombre, oh, deberías buscar sobre él. Su verdadero nombre no es Park Seung, pero los altos mandos saben como lo llaman en los barrios bajos de Corea del Sur: Maximus "El Más Grande"

Bufó por lo ridículo que era al decirlo.

—Te creo, te creo completamente George. Entonces, has de comprender que saldría perjudicado, no solo yo, mi empresa, mis empleados, los chicos bajo mi mando.

—Nada de eso ocurrirá. Mi cuenta bancaria fue hurtada, pero hace una semana con la ayuda de arriba ingresaron un dinero falso, sabíamos bien quién fue. Todo está nuevo, estoy teniendo inversionistas nuevamente que antes hicimos negocios. Estar conmigo ahora solo traería beneficios para ti, ayudaría a tus chicos a alcanzar más cosas con su talento, y en ningún momento saldría mi nombre para no perjudicarlos si así deseas.

—Si de eso se trata, tú saldrías perdiendo en parte. ¿Qué hay de darte a conocer?

—Alardear no es mi mejor punto, pero mi empresa de Londres está dando frutos nuevamente, así que no veo problema ahí. Por otro lado, estará todo bien. Si-hyuk, te lo aseguro.

*

Poder tener el poder. Poder tener una decisión. Poder entender que sientes. Tener la oportunidad de que el destino te explique lo que sucede en verdad, oh no, maldito destino, nunca sabe que es lo mejor para nosotros, por qué si fuese así, ninguno de los tres dudaría de lo que pasaría esa tarde.

La vista en ese costado del río Han transmitía paz, más por qué la hora en la que las personas escogen hacer picnic pasadas las 5 de la tarde, donde el sol pareciera que quisiera esconderse ya. Aunque el cielo estaba lo suficientemente azul, sin ninguna nube, luciendo bonito.

Soltó su canasta en el césped tan verde y bien cuidado. Estaba segura de que al lado de un árbol que tapaba un poco el sol que aún hacía presencia y no tan cerca del río, haría que la vista aún fuese relajante. Buscó dentro de esa canasta. Tomó la gran alfombra con estampado de guingán que Jasmine le había comprado el día anterior, la colocó en el césped y la canasta luego encima. Con cuidado, se sentó cruzando sus piernas.

La noche anterior, el aviso de Yoongi sobre que quería invitarla a salir, desniveló un poco algunos de sus planes, pero no dejaría a Yoongi.

Había pasado una semana desde aquella fiesta que hizo Alex, apenas habló con Taehyung, pero ella estaba segura de sus sentimientos y así como todas las pruebas que intentó en el pasado, lo compraría hoy de una vez por todas.

A los lejos, con una mochila en su espalda, se acercaba su pálido.

—¡Tenbi!

Este se sentó sin dejar de sonreír. Dejó su mochila en la alfombra, abriendo la cremallera y sacando emocionado todo lo que trajo. Los ojos de Abril brillaron ante las golosinas, sus favoritas y los batidos.

—¡Yoongo!

El aire soplaba, dejando frescura y anhelando que el momento no terminara nunca.

Jasmine y ella prepararon un par de cosas para comer, en verdad les había quedado delicioso. Yoongi parecía disfrutar, no había comido bien los últimos días y ahora lo hacía, aparte de que estaba con la chica más hermosa del lugar.

Dos jóvenes, no importa la edad, eran dos jóvenes inexpertos que en todos esos meses se convirtieron en lo mejor de cada uno, demostrando siempre su amor en secreto, como amigos, por qué lo eran. El apoyo entre ambos, estaba bien, pero un misterio en sus cabezas les comía.

A Abril le gustaban dos chicos en sus 16 años, cuándo creyó que no tenía en nada más importante en que pensar, solo podía recordar el agarre de Taehyung o escuchar las canciones que escribió Yoongi. Maldecía mentalmente lo inservible que llegaba a ser el destino.

Desde que se enteró de que a su amigo, al chico que era su hermano, le gustaba su amiga, sintió la peor presión en su pecho, aquello que por muchos años no se perdonaría, que después de los años más críticos, lo recordaría como una leve traición de él y de su mismo ser. Necesitaba estar más seguro de sí mismo, pero la depresión no era de ayuda.

—Así que tu familia se va mañana por la mañana. Tenía ilusión de conocer a tu sobrina.

Dijo masticando con dificultad una galleta con formas de animales. Esta que no dejaba de sonrojarse por obvias razones -En algún momento, Yoongi empezó a decir piropos disimulados y ella los entendía bien-, asintió escondiendo su rostro.

'Mierda, debería decirle que me bese' pensó y se cacheteó mentalmente. Abrió sus ojos, no entendía por qué pensó eso, pero el beso sería de ayuda para confirmar sus sentimientos. Pero, si sientes un amor tan grande, ¿por qué confirmarlo de esa manera? Por qué tal vez ese amor era diferente a otros.

—Yo —Miró a Yoongi quién tenía sus pies estirados y se sostenía su cuerpo con sus manos estiradas atrás de su espalda. Se veía guapo, su cabello había crecido mucho. Tragó saliva. Quería mucho a Yoongi, tanto que podría hacer cualquier cosa por verlo con esa sonrisa en sus labios mientras mantenía sus ojos cerrados, disfrutando de esa brisa —, no quiero que sigas lastimándote.

Este abrió sus ojos. Se posicionó igual que ella, buscando respuestas. Bajó la mirada para darse cuenta de que hablaba de sus dedos; tenía el pellejo al lado de sus uñas hechos un desastre, sus uñas demasiados cortas y se sabía la razón de aquello.

—No te preocupes por eso. El miércoles tienes la competencia de baile, debes ganarle a Yein ¿no crees?

—Debes tener una razón para hacerlo, dime cuál es.

Insistió.

—Abril —dijo entre dientes.

—Yoongi, estoy cansada de saber que un día te lastimes de verdad, que decidas ocultármelo. Estoy cansada de que finjas estar bien cuándo nos vemos, pero sé que tus ojos dicen lo contrario, esas marcas rojitas debajo de esos hablan por si solos. Dime por Dios que es lo que te preocupa, y como tu amiga podría ayudarte. Siempre nos hemos ayudado cuándo...

—No. —Ese no, le dolió por mucho. Sus problemas se volvieron suyos y contarlos se le hacía tan pesado, como pasar sus pesares a otros. Mordió su labio aguantando sus impulsos— Te aseguro que no podrías entenderme, tal vez en algunos años. Eres demasiado joven para preocuparte por cosas inútiles y peor por un ocioso como yo.

Otra vez le dolió. Entendió que daba a entender que era muy joven para entenderlo, entonces también sería muy joven para que él se pudiera enamorar de él, pero eso no lo sabía ella, Abril no entendía el dolor que pasaba su Yoongi, no era consiente que él la amaba y que desde el primer día en que la vio pasar, su corazón tuvo demasiados latidos por minuto, él siempre estuvo enamorado de su joven amiga, escribía canciones pensando en esos ojos verdes, y la coincidencia del destino hizo que se encontraran ahora y no después.

Yoongi sentía impotencia por la vida, por los sucesos dolorosos que tiene que pasar para conseguir éxito, demasiado talentoso, pero muy pocos lo conocían aún. Ahora, descubrir que no podía hacer nada para contener a su amor, por qué lo sabía, sentía que quería esperar para que Abril cumpliera la mayoría de edad para confesar todo lo que sentía, pero no imaginó la llegada del castaño Taehyung, sintiendo lo mismo que él, sintiendo esa misma admiración, pero ¿quién podía resistirse a Abril?

Se levantó de la alfombra, molesta, en serio que lo estaba, más confundida. Su amigo, no, su mejor amigo no era capaz de decirle sus penas más fúnebres, entendía, pero llamarla 'demasiado joven', le hizo creer que en verdad no la veía como una mujer capaz de amar, claro que no lo era.

—¡Hey!

Siguió la acción de ella. Le preocupó verla con sus pómulos color carmesí, desde hace unos minutos la había visto así. Pensó que algo que trajo pudo provocarle alergia, pero se había asegurado que todo estaba bien, menor ella. Se acercó preocupado, puso su mano en la frente de Abril, para controlar su temperatura, no sabía qué hacer al verla de esa manera, pero había sido un error. La cercanía volvía loca a la joven, era una joven que no comprendía el mundo aún, que existían tantos amores para sentir, pero no sabía catalogar los suyos.

Por un momento, su loca cabeza pensó que él sería capaz de tocar su piel con delicadeza y besarla para callarla, así como los libros que leía o las películas románticas. Esto no era ficción, esto era su vida.

—Suéltame. —Quitó la mano de Yoongi de su frente. — Voy a la orilla, si quieres irte, deja mis cosas aquí, luego me las llevaré. Cuándo quieras hablar, ven y dime la verdad.

Tomó su sombrero que quitó anteriormente y empezó a caminar en la poca gente del lugar, hasta la orilla del lago. Su corazón se sentía aprisionado por los sentimientos incomprendidos. No sabía si hizo lo correcto, pero si su amigo quería volver a verla y era valiente, regresaría diciendo lo que siente, para llevar una mejor comunicación. Algo se rompió, algo dentro de los dos ahora era diferente.

Yoongi entendió de que no sería capaz de preocuparla o ver su rostro triste, pero lo vio decepcionada. Oh, estaba más que roto, ya que no tardo en darse cuenta por qué el destino estaba siendo injusto con él, tal vez su destino le decía que ella nunca fue suyo, sino de aquel castaño que ahora corría hasta llegar al río Han. Maldijo, no sería capaz y los sentimientos cambian, supuso antes de tiempo que la única persona que se sentía así era él, pero no pensó en ella, de que ella temblaba por el amor que sentía hacia su pálido.

Abril vio más claro, aunque doloroso. Tan joven, tantas preocupaciones que los adultos los creen insignificantes, pero para ella, justo ahora, destruían la barrera mental que tenía. No, nunca amó a Yoongi de esa manera, quería sentirlo así, pero solo lo admiraba demasiado por lo que hacía, por como se esforzaba por cumplir sus sueños y ella quería ser como él, acompañarlo siempre y los sentimientos se mezclaron con un amor platónico sin saber que podía llegar a él en cualquier momento.

Taehyung que corría torpe hasta un lugar bien conocido. Aún no entendía las acciones de su amigo, en como cuándo se enteró de que a él le gustaba su amiga o cuándo los demás chicos mencionaron 'no puede ser Taehyung, Yoongi a estado enamorado de Abril desde que la conoció, pero espera a que cumpla la mayoría de edad' su cabeza tuvo choques problemáticos sobre alejarse, pero escuchar lo que dijo luego 'está bien, tú tienes más oportunidad que alguien como yo' su corazón dolió. Trató de no hablar con Abril, aclarando la situación, diciéndole a su amigo que él se alejaría. En vano fue, por qué Yoongi era consiente que se sentía muy débil para luchar por alguien que no sería feliz a su lado.

Llevó su mochila hasta su espalda, viendo a su pequeña rubia que sostenía su sombrero de paja con fuerza para que el viento no lo hiciera volar. Apretó su labio. Arrepentirse y rendirse es lo mismo, caer tan bajo que se sentía un mediocre sin fuerzas. Y al ver a Taehyung llegar hasta él, confundido, supo qué había más.

—¿Sucede algo hyung? Vine lo más rápido posible.

— Tengo trabajo que hacer y me apenaba dejarla sola. Cuídala, por favor, cuídala mejor que una flor.

Miró a la distancia donde la vista de su amigo estaba. Era capaz de reconocerla, sabía a lo que se refería. Esto no era una película donde el primer partido lucharía ferozmente por su amor para que el segundo no se lo arrebatara, una pelea a muerte para ganar lo más preciado, no, esta era la versión donde el primero se rendía al darse cuenta de que no era suficiente, donde pasaba a ser el segundo por siempre, mirando a la distancia.

—Yo no puedo —No debería ser él, debía ser su amigo— Me va a rechazar y estoy seguro de que ella siente algo por ti.

Oh vaya que lo sabía, pero no sería capaz de tomar la valentía de ir hasta ella y decirle que no se aleje de su lado, que compartieran las pequeñas penas, que roce su corazón y que bese sus labios como si no hubiese un mañana, que las letras de sus canciones combinaban con lo que era ella.

—El destino jugó conmigo y tiene otros planes para mí. No sabes que ella te mira con esos mismos ojos que desee que fueran hacia mí.

Suspiró. Empezó a caminar, acercándose a la acera. No se arrepentía ahora, bueno, lo haría dentro de unos años, cuándo ese mismo destino volvió a jugar con él, diciéndole que no lo culpara, que el único responsable de lo que le sucedería fue por su cobardía y miedo de afrontar todo.

Giró un poco su cuerpo, solo para verlos. Sí, Taehyung se acercó a Abril, temeroso de ser rechazado. La chica permanecía callada, arropada por la brisa, pero más confundida por la llegada del castaño. Jugueteo con sus manos y trató de calmar el tic de su ojo.

—¿Taehyung? ¿Qué haces aquí? —Le sorprendió tanto. Volteó hasta el lugar donde estaban anteriormente, pero no había ningún Yoongi. Suspiró y volvió a mirar al castaño frente a sus ojos, le parecía tierno por lo tímido qué lucia.

—Pasaba por casualidad por aquí, así que no fue tan difícil reconocerte —La hizo reír por como arrastraba las palabras— Ah, el día está muy lindo y las luces ya están empezando a encenderse.

Era cierto. Sintió su teléfono sonar, era un mensaje de Grace diciéndole que donde estaba, que quería que vigilara a Ally unos minutos. Esta pidió perdón a Taehyung y contestó diciendo que estaba en el Río Han.

—¿Recuerdas que te dije que quería que conocieras a mi sobrina? —este asintió— pues hoy es su último día aquí, mañana viajan. Podrás conocerla.

Ambos, regresaron a donde estaba la alfombra. Fue bonito ver el cielo oscurecer al lado de la persona que siente algo por ti, sí, pero Abril aún estaba confundida y en su mundo.

Pasaron los minutos y la pequeña Ally había llegado con Grace junto a Harry. Abril presentó a Taehyung como su amigo, a lo que aquel par estaban confundidos, creían que se encontraría con Yoongi. Ellos fueron cerca de ahí, a comprar unas cosas.

—¿Cuántos años tiene? —Preguntó él. Abril sonrió, cargando a su sobrina. Hizo que la niña levantara un dedo.

—En unos días cumple los dos. Te aseguro que crece demasiado rápido.

—Nio.

Ambos se miraron y rieron por la forma en que trataba de hablar ella.

—Ally, él es Taehyung —La soltó, haciendo que gateara por la alfombra, llegando hasta el castaño quién le hacía ilusión ver a la pequeña niña, le gustaban los bebés. Dejó que la niña se subiera en su regazo, alzando sus brazos — Creo que le caes bien, normalmente te juzga con la mirada. Ally, podrías llamarle Taetae.

La miró emocionado, escucharlo de los labios de Abril lo hizo temblar, había sido demasiado adorable. Sus sentimientos se cruzaron, afirmando que le gustaba esa chica de ojos verdes, que quería hacer pícnics con ella por siempre, pasar tiempo con su sobrina y confesarle que es demasiado tímido para admitirlo.

Por qué Dios sabe que es difícil aceptar nuestros fracasos, así como nuestros sentimientos, así cuándo nos enamoramos y la ferocidad de lo que sentimos nos hace cometer locuras para proteger a lo que más amas. 

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