✾| seis
Kim Taehyung
Como que en el universo los planetas se unían en línea solo para que me encontrara de nuevo con esta chica.
Miré como sus delicadas manos acariciaban su propio cabello sin delicadeza, relamió sus labios para luego separarlos para poder contestar lo que le había preguntado. Parecía algo diferente teniéndola a esta distancia. Ladeó su cabeza hacia mí, parecía confundida. Entrecerró un poco sus ojos, algo molesta.
—¿Tu eres el chico de una banda no? Has de ser famoso —Sonreí, creo que se acordó de mí—. Claro, eres J-hope —¿Qué?–. No, no era así. Lo siento, eres Hoseok —De veras que no se acuerda de mi nombre. Me da gracia ver su rostro confundido.
—Soy Taehyung —Ella chocó su rostro con su pequeña y delicada mano.
—Tengo problemas con la memoria... dudé de Hoseok porque pensé que te llamabas Jung Ku.
—En realidad su nombre es Jungkook —Reí discretamente.
—Lo siento, me equivoqué de nuevo.
Sus ojos se fueron de nuevo al frente, parecía avergonzada. La fila avanzó un poco, ella adelantó un poco sus cortas piernas y yo hice lo mismo, quedando aún detrás de ella. Miró despreocupada hacia atrás, creyendo que yo ya no estaría, pero al hacer contacto visual se espantó.
—¿Qué es lo que comprarás? —Pregunté antes de que se volteara.
—¿Para qué lo quieres saber?
—No sé, perdón por preguntar.
Rasqué mi nuca por la incomodidad, no sabía qué hacer, quería irme hasta ahí, pero algo me lo impedía. Aguante mi respiración, traté de suspirar un poco suave para que ella no lo notara, pero fue imposible que me mirara.
—Ah, estoy aquí para comprar comida para mis amigas y creo que luego iré a la farmacia.
—¿Resultaron heridas? —Pregunté preocupado.
—No, no es eso. Están un poco mal de la garganta ya que acabaron muy mal después de vuestro concierto.
—Sin dudarlo —La comisuras de sus labios rosas se elevaron un poco, dando a entender que logró reírse por cuenta propia y no por asco. Mordí mi labio por dentro de la boca, tratando de no sonreír tan evidente.
—¿Vienes a comprar algo?
—No. Salí a dar un paseo y a tomar algunas fotos. Me pareció reconocerme y por eso me acerqué.
—Genial —Hubo un silencio hasta que el guardia que estaba conmigo me llamó.
—Espero volver a verte algún día —Ella solo asintió mientras sonreía.
Abril Anderson
Tiré mi cuaderno en la mesa algo enfadada, era imposible, ¿Cómo que había obtenido un 9? Faltaba nada para acabar este segundo año; nos habían hablado sobre que los que tuviesen la mejor nota podrían realizar los exámenes finales que decidirán darle una beca para ir a estudiar a otro país. 10 ganadores de nuestro curso, yo quería estar ahí, pero con un asqueroso 9 ¿Qué pretendía hacer?
Me volví a sentar en mi asiento, las chicas me miraron acostumbradas y los demás del salón algo asustados. Suspiré y coloqué mi cabeza hacia atrás.
—Por lo menos tienes un 9, yo obtuve un 7 —Jake que estaba en el asiento de Olivia, platicando, estaba tratando de consolarme.
—Jake, creo que sería mejor que guardes silencio —Dijo Dahyun que estaba detrás de mí.
Al acabar las clases, iban a hacer una fiesta porque un amigo de Jake estaba cumpliendo años y Olivia también, así que lo celebrarían juntos. Me invitaron, insistieron que por primera vez no lo rechazara. Así que aquí estaba. Entré a la gran casa que casualmente estaba cerca de la mía. Creo que hubiese aceptado quedarme en casa, viendo alguna serie. La música del lugar estaba muy alta, poca luz y muchas personas.
Comencé a mirar a los lados, en busca de algún conocido, hasta que Olivia que estaba en la cocina me notó y se dirigió a mí. Al verme, sonrió por como andaba vestida. Tomó mi mano y me dirigió con dificultad a donde estaba ella anteriormente. En el mesón estaba lleno de vasos rojos de plástico, olía alcohol y estaba lleno de comida. Unos chicos no dejaban de verme y yo solo quería irme. Hoy, por desgracia había decidido irme con una falda preppy a la universidad y pues, no me había cambiado y así había venido a la fiesta. La diferencia, es que aquí sentía que era muy corta. Lo único diferente a alcohol que había en la casa era ponche de fresa, mi favorito. Cuándo iba a tomar un poco, alguien me empujó haciendo que se me cayera, lo bueno que no hacía mi ropa.
Él mismo que me empujó, estaba siendo guiado por una chica hasta la encimera de la cocina, en donde estaba yo también. Miré a aquel chico tan grande que tomó la cintura de la chica con fuerza para subirla a la encimera.
—Amo esta canción. Abril, deberías bailar. ¿Te consigo un chico? Bueno, creo que algunos ya quieren algo contigo a pesar de que aún lleves la ropa de esta mañana y te queda genial.
Volví mi mirada a ella y bufé molesta. Me conocía bien, sabía que solo estaba ahí por ella. Este ambiente me daba asco. Cuándo volteé hasta atrás de nuevo, ese chico comenzó a meter su mano en la falda de aquella chica. Mientras se besaban, este empezó a hacer algo que hizo que la chica girara su cabeza, esta misma era la misma Peyton Williams.
Suspiré expulsando una sonrisa, éramos jóvenes y esto era lo que hacían algunos, era lo que amaba hacer mi amiga. Era gracioso, yo podría hacer eso, pero como que no es tan importante hacerlo para sentir que has hecho de todo cuándo eras joven. Ahora que lo pienso, recuerdo que hace unos días volví a tener aquel sueño, en donde alguien tomaba mis labios con ferocidad. Quién sabe que haga eso en la vida real, me gustaría, pero no con muchos chicos mientras compartimos saliva, me parece algo asqueroso.
La noche continuó, pero antes de que fuesen las 1 de la madrugada, me despedí y regresé a casa. Mi hermano estaba dormido y yo nada más entré a mi habitación para darme una ducha y acostarse a dormir.
Estaba a punto de conciliar el sueño, pero como siempre me pasa, me levanté de inmediato, soltando un leve chillido, tapando luego mi rostro y las lágrimas.
—Tranquila, es una pesadilla.
Llegó rápidamente a mi habitación. Los sueños se me están haciendo largos y más frecuentes, la presión que tengo no ayuda, creo que otra razón sería desde que Alex hizo que comenzara a recordar, vuelven cuatro veces por semana.
Por la mañana
—¿Te encuentras mejor? —Me miró mientras yo bajaba las escaleras.
—Sí
Me senté en el taburete del desayunador. Peyton estaba ahí, con su pijama gigante, el cabello despeinado. Levantó la cafetera sirviendo café mientras que Alex estaba en mi misma posición mirando a la chica con gran jaqueca.
—¿A qué hora llegó?
—Hace tres horas.
Sonreí casi burlándome. Era increíble que volviera a hacer esto.
—Creo que lo disfruté mucho, aunque no recuerdo una parte.
—Más cuándo ese chico robusto te tenía en la encimera levantando tu falda ¿no?
La descarada me sonrió dándome la razón y yo abrí la boca sorprendida. Alex dejó el plato de comida enfrente de mí y nos dispusimos a comer. Peyton volvió a ir a lavarse el rostro y regresó mientras le platicaba a Alex sobre lo que nos había dicho el director.
Miré cómo Alex tomaba un periódico y empezaba a leerlo un señor mayor. Por lo visto, los días para hacer el examen para obtener la beca se estaban acercando y a pesar de obtener buenas calificaciones, entraba cierto temor sobre los resultados.
—Por lo visto mañana hacemos el primer examen de tres. Según dijo el director, después de una semana tendrán los resultados, harán una media con los tres exámenes. Las diez mejores calificaciones obtendrán una beca en una Universidad más prestigiosa, tal vez de otro país.
—Oh, ¿pero ya saben la universidad o el país?
—Dicen que es una sorpresa y que nunca hemos estado allí.
*****
Peyton y yo estamos llegando a la segunda planta donde colgarán los resultados. Había pasado un mes desde que había hecho esos exámenes. Agité un poco mis manos, no podía creer que los nervios se estaban apoderando de mi.
Todos los del grado estaban llegando hasta aquí, esperando lo mismo y lucían igual o peor que yo. Al parecer también había personas de otras carreras por lo que veo, tal vez también recibirán una beca para otra universidad.
—Hola chicas —Alzó Jake su mano en señal de saludo mientras Olivia le pegó en el hombro.
—¿Qué quieres? —Dijo algo alterada.
—Tranquilízate Olivia. Jake ¿Sabes algo? —La apartamos de él para que suspirara tranquila, Olivia no era la mejor con la paciencia.
—Dentro de unos minutos dijeron que los traerán.
—Creo que tenemos que relajarnos un poco.
Algunos consejeros junto al director de la universidad se acercaron con unos papeles y detrás de ellos algunos alumnos. Las colgaron en la vitrina que se encontraba enfrente de nosotros.
—Espero que salgamos allí y que hagamos nuestro último año en otro país o incluso, en Oxford.
—No te preocupes, seguro que estamos.
—¡Sale mi nombre!
Se escuchaba a muchas personas hablar, diciendo que salían. Al parecer en cada carrera escogen a 10 con las mejores notas, por ello no éramos los únicos. Peyton se acercó a la vitrina y sonrió ladina, mirándome y dándome una señal de que yo también salía.
—Es genial. Nos encontramos todos.
—Chicos, atención. Los estudiantes pasantes vengan a la oficina de reuniones a las 13:30 —Escuchamos lo que dijo el director.
—¿A dónde creen que vayamos? —Se acercó a nosotros, pero no teníamos ni idea.
Como teníamos aprobada la última clase decidimos no entrar e ir a comer un poco. Cuando el reloj marcó la hora indicada, nos levantamos y fuimos a la sala de reuniones. Mientras estábamos esperando a que los demás llegaran, no dijeron que los de nuestros año iban primero, después el director entró.
—¡Chicos, Felicidades por sus notas! Esto en verdad es una gran oportunidad para todos. Somos una de las mejores universidades de la ciudad, pero con obviedad hay otras que nos pueden superar. Es gratificante saber que jóvenes como ustedes saldrán de aquí con esas magníficas calificaciones, demostrando a la universidad a la que irán que hemos hecho buen uso de nuestras capacidades para instruirlos en el camino correcto.
Mi idea de enseñanza era un poco extraña, porque ellos se dedicaran a enseñarnos, no quería decir que gracias a ellos habíamos sido los mejores del curso. Cada docente tiene un tipo de explicación diferente y eso nos afecta, así que porque yo esté aquí realmente no creo que haya sido por alguno de ellos, simplemente fue por mi capacidad. Negué un poco mi cabeza, era imposible que dejara de pensar en tantas boberías. El decano Carlos tomó los papeles que su ayudante le había entregado, se colocó sus gafas, carraspeó su garganta y empezó a hablar de nuevo.
—Como todos sabemos, a los 18 años ya eres mayor de edad, pero en ciertos países hasta otra cifra puedes movilizarte más. Según una normativa en el país en donde está la universidad la cual obtuvieron la beca, esta cifra es a los 21 en ciertos sectores ¿Esto qué significa? los que aún tienen 20 años, necesitamos la autorización legal para viajar a otro continente, solo consta con un papel, son unas cuestiones de las cuales la universidad se quita ciertas responsabilidades —Blah, blah, tonterías. Yo quiero saber a dónde iremos —Como dije, la universidad se llama Korea University y como su nombre lo indica, está en Corea del Sur.
—¡¿Qué?! —Se escuchó como todos lo dijimos al mismo tiempo. Era increíble.
—Tiene que ser una broma ¿Cierto?
—Pero joven Evans, no encuentro el problema —Concuerdo con Jake, ¿Por qué ahí? pudo haber sido una de aquí, como Imperial College London, Cambridge o incluso Oxford. No digo que desperdicie a la de corea del sur, ya que he escuchado de ella y es muy buena y sobre todo que se deja mucho dinero ahí— Planeamos esto desde hace mucho. Un mes antes de que empiecen su último año deberán viajar. Se tienen que familiarizarse un poco. Hablarán inglés como siempre, pero tendrán clases de coreano. Aparte, como sabrán, este año dura más que todos y es duro, así que suerte.
*****
—Me niego —Llegamos a casa y le contamos a Alex todo.
Después de darle varias vueltas al asunto, no era mala idea. Se que apenas cumpliré un año de haberme venido a vivir a Londres, logré adaptarme e ir a otro sitio, por primera vez me parecía atrayente y emocionante.
—¿Qué hay de malo? Si lo piensan bien, no... —Comenzó a dar vueltas por la sala de estar.
—Lo siento mucho pero no irás Abril. Como bien dijo el decano Carlos, si no eres mayor de 21 no pasa nada pero ellos se quitan responsabilidad así que yo, como tu total responsable no permitiré que vayas.
—No entiendo por qué el director quería una firma si ya tenemos 20 años. Lo lamento, pero la que está haciendo su vida soy yo —Me levanté.
—Espera jovencita. Hace poco los cumpliste, aparte eres aún una niña —Me detuve y lo miré.
—Tengo muy bien cumplidos los 20 años. ¿Qué sabrás tú más de la vida que yo, si tan solo tienes 24 años? ¿Cuál crees que es la diferencia? Me iré a Corea del Sur, terminaré mi último año en la Universidad, volveré, trabajaré y luego me haré millonaria trabajando en la empresa de mamá o la de papá y luego moriré vieja, sola y con dinero —Él me miró sorprendido— ¿Eso es lo que quería esta familia? Eso es lo que quiere Mamá ¿Y qué pasa si no quiero hacer lo que ustedes me digan? ¿Te sorprende que por primera vez digo la verdad de lo que pasa aquí?
—¿Por qué dices eso?
—Imagínate que me guste ese lugar, tal vez me quede hasta me viviendo allí.
—Volverás arrepintiéndome...
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Holis, solo paso por aquí para decir que podéis seguirme en instagram (el link está en mi biografia). Creé una cuenta en donde haré un poco de promoción a mis historias y podemos charlar por ahí. Gracias por leer. Besos. 💜
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