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✾| quince

Abril Anderson

Harry tomó el brazo de Alex, quitándole a la niña. Realmente podría decir que Ally se estaba convirtiendo en una muñeca que todo el mundo podía obtener y eso me provocaba mucho enojo. Dejando un poco eso de lado, esto parecía un espectáculo, parecía sacado de una telenovela, era demasiado drama para mí, el cuál tampoco entendía.

—Creo que se están pasando un poco de la línea ustedes dos.

—Tu mejor no hables Yoongi.

Dahyun y yo nos miramos ¿En qué momento Alex supo el verdadero nombre de Suga? ¿En verdad se caían tan mal desde ese encuentro que dijo Taehyung?

—Harry, arregla esto, yo me llevo a Alex —Dijo Peyton, tomó a la fuerza a Alex, mientras que Olivia y Carolina se llevaron a Al para tranquilizarla.

—¿Alguien me explica qué ocurre aquí?

 —Los miré esperando alguna respuesta de parte de ellos.

—Nosotros queremos la explicación porque no entendemos la reacción de ellos dos —Me senté en la silla que estaba a un lado de mí, estaba exhausta de todo esto. Mientras tanto, escuché que empezaban a decir lo mismo que alguna vez me mencionó Taehyung, de que se habían conocido en Londres, no se caían bien y no sé qué más —Creo que lo mejor será que nos vayamos.

Las personas del salón empezaron a chillar al verlos marcharse. Suspiré alto, jugué con mi cabello y cerré mis ojos. Qué tonterías son las que pasan, estoy harta y sería maravilloso que alguien me explicara algo. Dahyun se sentó también conmigo, pensábamos lo mismo, pero era tan incoherente como la primera vez en que empezamos con la tonta investigación.

*****

Giré sobre mis talones y visualicé a Carolina viniendo hacia mí. Sentí como tomó mi brazo completo con sus manos y empezamos a caminar. Se empezó a quejar sobre porque no le prestaba el abrigo que me habían regalado para mi cumpleaños, que no era mi estilo y que se lo diera, aunque sea prestado. Era cierto, me dieron muchos regalos y no se que haré con ellos, tal vez los done o algo. Llegamos al salón de clase y nos dirigimos a nuestro asiento.

Me acomode y saqué unos libros que necesitaría. Tomé mi estuche y en eso un bolígrafo se cayó y obtuve un lindo flashback. Dos días después de la fiesta de cumpleaños, conocí a unos amigos de Taehyung, fueron amables conmigo y dimos un paseo. Fuimos a algunos lugares y en el camino nos regalaron unos bolígrafos de recuerdos, a Tae le dieron uno con brillitos de color morado y verde y él me lo dejó a mí. Recuperé mi postura en mi asiento.

—Él es tan tierno.

La miré con cara de asco ya que estaba hablando de Casper e hizo que saliera de la luna. La clase empezó y olvidé el mundo exterior.

Pasaron unas horas y teníamos un pequeño descanso, ahí estaba de nuevo Olivia, hablando de su novio y no quería escucharla así que decidí levantarme e irme de ahí. Si lo odiaba, desde la fiesta aún más, ese día no paraba de verme y pasar al lado mío dejando al comentario idiota.

Me dirigí a la cafetería; fui sola porque los demás debían acabar con un trabajo que no hicieron y aprovecharon el descanso. Tomé una bandeja y empecé a servir la comida, mientras lo hacía, alguien también hacía lo mismo que yo.

—¿Te sientas conmigo?

—Busca a tu novia.

Lo miré mal y me fui a sentar. No quería verlo, pero fue inevitable no hacerlo y darle a entender que ni se le ocurriera sentarse conmigo, lo entendió y se fue.

Al terminar de comer, debía darme un poco de prisa, las chicas me bombardearon de mensajes para que las ayudara porque el profesor estaba a punto de llegar, pero antes, tuve que ir al baño.

—¿Sales hoy?

Sacudí mis manos mientras salía cuándo de nuevo se encontraba ahí, sostenido en la pared con una sonrisa que sacudía mi cuerpo de asco.

—¡Para ya de molestarme! ¿Es que no te cansas?

—No me puedo resistir. Ese día del cumpleaños, verte de pies a cabeza hizo mi cuerpo estremecerse, jamás había tenido la oportunidad de ver tus perfectas piernas, tu pequeño cuerpo rudo debería ser más libre como ese día —Lo empujé a un lado, estaba llena de rabia.

—Le diré la verdad a Olivia. Ella es una chica demasiado linda para estar contigo.

Salí de ahí con la tranquilidad por el suelo. Parecía que los demonios se me habían metido, traté de evitarlo para que las chicas no me preguntaran nada, aunque siempre parecía amargada.

Las clases acabaron y el día parecía hacer lo mismo, me di cuenta de que había anochecido luego de despertarme de mi siesta; decidí salir para tomar un poco de aire, el cielo se miraba tan hermoso, con las estrellas que parecían estar a menos de 100 metros de altura. Suspiré tratando de atraer la tranquilidad así como venía el aire fresco, pero eso atrajo a un bicho asqueroso.

—Lo sabía, sabía que saldrías —Puse mi mano en mi cabeza, emití un sonido de dolor, sí, me dolía no poder pegarle. No dije nada, recuperé mi postura y esperé a que se fuera — Desde hace unos días haces esto; salir, suspirar un poco mientras tus manos están en tus bolsillos, observando las estrellas ¿Te ocurre algo? Si deseas me lo puedes decir.

—Te juro que...

Me callé y solté un gruñido. Suspiré, me di vuelta para poder entrar y no verle. Siempre he tenido presente que un hombre tiene más fuerza, por ello mi papá me enseñó cosas básicas y me metió a taekwondo para que aprendiera un poco a defenderme cuándo esto se necesitara. Lo que pasa ahora, es que es él novio de mi amiga por lo más mal que me cayera. A punto de dar un paso, este tomó mi antebrazo derecho, jaló e hizo que quedara cerca de él.

—¿Qué haces? —Puse mi mano encima de la suya para ayudar a soltarme, no funcionaba. Con toda la fuerza, con el mismo brazo que tenía tomado, lo jalé hacia mí para zafarme. Nada funcionaba y estaba entrando en nervios.

—No entiendo porque te me resistes tanto.

Resople casi a punto de entrar en pánico. Logré zafarme y con mi puño le di en el centro de su estómago con la mayor fuerza posible. Su mirada fue hacia mi con sumo enojo, yo le respondí igual y me di vuelta para irme, me sentía extraña y con miedo. Aceleré el pasó, pero en eso, el idiota tomó mi tobillo, jalándolo hacia él y provocando que me cayera. Mi cara chocó contra el césped, caí encima de mi brazo izquierdo y sentí como mi cuerpo se llenaba de una sensación nueva y horrible. Moví mi cuerpo. Este se levantó con su mano en la barriga, se acercaba a mi y empecé a arrastrarme de espalda. Sentí como ya estaba tocando la cera de la entrada, podía pegarle o salir huyendo.

Escuché que rumoraba que no me haría nada, pero no quería que se acercara y no podía levantarme, tenía mucho miedo. Si se acercaba más, le pegaría una patada. Cerré mis ojos cuando su maldita mano tocó mi tobillo, en el instante en el que sentía algo de fuerza para hacer algo, se alejó y abrí los ojos rápidamente.

Mi mente se había nublado al ver lo que había pasado. Casper estaba en el suelo por qué él le había pegado.

—Taehyung....

Podía ver la expresión de este, parecía tener la incapacidad de controlar la ira que sentía en ese momento. Sus ojos estaban tan fijos mirando al chico. Casper se arrastró en el suelo, tratando de levantarse. Cuándo Tae se dio cuenta de que estaba por ponerse de pie, sus manos se cerraron, tenía planeado volver a golpearlo.

—¿Qué crees que haces? —Dijo Casper, tomando su quijada con dolor.

—Taehyung...

Hablé entre dientes. Cerré mis ojos al escuchar el fuerte golpe que le proporcionó a Casper de nuevo, haciendo que la nariz de este sangrara y terminará en el suelo. Se subió encima de él. Casper trataba de hacer algo con sus manos, tal vez de esquivar otro golpe. Mis manos estaban temblando, no se que me pasaba, sentía una presión en el pecho, pero lo que menos quería es que Tae siguiera con esto y que se hiciera daño.

—¡Taehyung! —Detuvo su mano en el aire en donde estaba a punto de volver a golpearle. Con la ayuda de mi brazo derecho, me levanté y me acerqué a él— No lo hagas.

Su mano que aún formaba un puño, la envolví con la mía. Su mirada se separó de Casper, para luego verme. Suspiró molesto y se levantó de encima de él. Por otro lado, el idiota de Casper pasó su mano por la orilla de su nariz, limpiando la sangre. Se levantó torpe para mirarnos con odio y empezar a irse, en verdad se miraba patético. Tragué saliva en seco, con algo de dolor en la cabeza y mi brazo izquierdo. Cuándo me di la vuelta para mirar a Taehyung, este ya estaba mirandome y algo en mí se encendió al instante.

—Gracias, en serio —Dije en un hilo de voz. Mi cuerpo se tensó cuando levantó su mano y sus dedos empezaron a rozar mi mejilla, a limpiarla mejor dicho. Al parecer tenía verde por el césped cuando me caí.

—Iba de camino a una cita con los chicos, pasé por aquí para ver si te miraba, pero me encontré con esta barbaridad.

Solté una sonrisa menos preocupada. No podía apartar mi mirada, estaba aún algo choqueada por lo anterior y de no haber sido por él, no sé qué hubiese pasado. Tragué saliva fuerte de nuevo, era lo único que podía hacer. Moví un poco mi cabeza para entrar en razón y poder apartar aquel miedo que aún se apoderaba de mí. Le di una palmadita en su hombro en manera de darle gracias de nuevo.

—Vete ya que los demás te estarán esperando y se enojaran.

—Prefiero ver como entras de nuevo. Si vuelve a pasar algo, llámame, por favor.

Asentí. Esta sensación era la última que quería sentir, menos viniendo de él, que me miraba con ¿lastima? lo odiaba, me hacía sentir de menos. Me di la vuelta y empecé a dirigirme a la entrada. Mientras subía las pequeñas escaleras de la entrada trasera, no me podía sacar de la cabeza lo que había hecho, era algo que jamás olvidaría. ¿Lo hizo porque sentía lástima al verme tirada en el suelo sin saber qué hacer? Pude haber hecho algo y no lo hice, me quedé como tonta y llena de miedo, era patética, eso lo sabía, pero ¿Qué habrá pensado él? ¿por qué me salvó? Era obvio que haría eso con cualquier persona.

Me detuve cuando estaba por entrar al pasillo, giré sobre mis talones y empecé a correr de nuevo hacia la salida, quería ver a Taehyung, quería descifrar qué era lo que sentía cuando me ayudó, cuándo su mano pasó por segunda vez por mi mejilla. Él ya no estaba. Miré como estaba alejándose. Debo dejar de pensar tantas cosas absurdas. 

*****

Hoy no había clases, así que quería quedarme en casa, pero no sería así. Después del incidente con Casper, antes de irme a dormir, Taehyung me mandó un mensaje preguntándome si estaba bien, ahí fue que me dijo que el día de hoy tenían trabajo hasta la tarde y le comenté sobre que yo tenía libre, así que me sugirió pasar por la empresa.

Me miré en el espejo una última vez colocando bien mi camisa. Suspiré cansada de nuevo al escuchar que Peyton. Seguía diciéndome que se disculpaba por no acompañarme a donde sea que estaba yendo, pero tenía deberes pendientes. Me di la vuelta para encontrarme con Dahyun mirándome. Alcé ambas cejas al igual que ella. Sabía a dónde iría, por ello me comentó de que no sería mala idea aprovechar el momento para preguntar cosas, tal vez el porqué conoce a mi hermano, tal vez si se enojaron por lo mismo que pensamos al inicio, tal vez de que ellos se enteraron que mentían y se odiaron por ello, ni idea.

En camino a la empresa pensé mejor, creo que sería adecuado que solamente pasara tiempo con ellos y no preguntarles mucho, por lo menos hasta que tengamos más confianza, creo.

Ya en la empresa, la señorita que estaba en la recepción de la segunda planta, me saludó nada más al verme, ya me conocía. Había venido un par de veces y sí que era agradable.

—Señorita Anderson —Sonreí al escuchar eso. Era una broma de Taehyung, por ello me llamaban así, a pesar de que les dije que dejaran de hacerlo.

Seguí el paso del manager y me dejó en una sala, misma donde seguro estaban ellos. Abrí la puerta sigilosamente. La música sonaba en todo el salón y pasos agresivos también. Bailaban y bailaban. Me dispuse a sentarme cerca de la puerta, mirando la manera en la que se movían. Tal vez serán recuerdos perdidos, pero me es inevitable imaginarme ahí, en el centro mirando al espejo y bailando, moviendo también mis pies al son de la canción, sintiendo como atrapa mi cuerpo y me abraza. Ah que loco. Olvidé un momento aquello para mirar a Taehyung quién estaba enfrente de todos, lo hacía tan bien.

Miré como sus pechos se llenaban de aire y se vaciaban de forma rápida. Su práctica había acabado, así que decidí levantarme y empezar a acercarme. Escuché como hablando entre ellos, uno se tiró al suelo y sonreían hasta notar mi presencia.

—¡Abril!

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