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✾| ocho

Abril Anderson

Era como si me pusieran de nuevo anestesia, mis ojos pesaban y un mal sabor de boca apareció. Mi respiración se estaba entrecortando, mis manos empezaron a temblar, pero las escondí debajo de las sabanas. Ahí estaba él aún, mirando y al fin pude apartar la mirada, sentía que debía hacerlo, no me gustaría que alguien que desconozco me mirara de aquella manera.

—¡Hola!

En verdad, ¿Qué hace aquí? me gustaría que se fuera, tenía miedo de lo que alguien como él pudiera pensar de mí, aunque eso era lo mínimo que debería importarme ahora. Mis manos seguían temblando aún debajo de las sabanas.

Este que se encontraba en el marco de la puerta, ahora estaba acercándose a mí. Giré un poco mi cabeza, entendí que su acción era ver mi rostro y en serio no quería eso. Cuándo menos lo esperaba, mis mejillas se adornaron de lágrimas, cayendo por sí solas como si yo lo hubiese querido. Saqué una mano temblorosa de las sábanas y la llevé a mi pecho, sentía tanto dolor, los latidos de mi corazón iban muy rápido. Solté un suspiró profundo, tratando de mantener mi respiración pero era tan complicado. Levanté mi cabeza al sentir que alguien me había mirado, él quedó paralizado al verme de aquella manera, miré como tragó saliva nervioso por algo. Esto sí que era horrible.

—Lo siento, es...

Hice un gesto de dolor. Saqué la otra mano de la sábana y las llevé a la parte de mi pecho, tomando la bata de hospital que llevaba con toda la fuerza del dolor que podía sentir. Él llamado Taehyung, se sentó en la camilla, estaba mirando todo, estaba mirando la parte de Abril vulnerable y verdaderamente frágil que jamás deseé que alguien mirara. Llevé mis manos a mi rostro rojo, en donde estaba lleno de lágrimas. Encogí mis piernas pegándolas a mi pecho y este se acercó más a mí. Mis manos empezaron a sentirse hasta pesadas, me dolía cada parte de mí. No aguante más y mis brazos cayeron cansados a cada lado de mi cuerpo. ¿Podría verme más patética? El llanto parecía que empezaba a salir desde el fondo de mi alma.

—¡Hey!, No pasa nada, no pasa nada...

Me sentía confundida, sentía tanto dolor, tanta impotencia por algo que no era capaz de entender. El rostro de Taehyung parecía tan confundido y preocupado que me daba lástima mirar que no sabía qué hacer. Me gustaría que se fuera, se lo quería decir, pero el llanto se hacía más fuerte, pero en eso empezó a rozar las yemas de sus dedos por mis mejillas carmesíes, limpiando las lágrimas. Mi llanto se calmó, como si hubiese sido la mejor pastilla antidepresiva de todas. Mis lágrimas se detuvieron, pero eso no impidió que él continuara acariciando mi rostro, mientras lo observaba con detalle, parecía que se estaba encargando de eliminar algún rastro de dolor con ese gesto.

Suspiré entrando en razón. No sabía lo que pasaba, ni siquiera era posible que un chico que conozco de hace nada estaba consolándome. Hasta sentía algo de incomodidad.

—¿Qué es lo que me pasa?

Susurré para mi misma soltando una risa. Hice para atrás mi cuerpo. Bufé en el acto, sin creerme lo ridícula que me miraba. Me miraba tan insegura, y el miedo surgió de mí. Tragué saliva con dificultad. En este momento puedo asegurar que el mundo es demasiado grande para mí, yo, era simplemente una pequeña persona que no entendía absolutamente nada de la vida, que ni siquiera recuerda el tiempo que pasó con su padre, sí, mi padre...desearía tanto poder abrazarlo y que me abrace haciendo que mis miedos desaparezcan y su voz empiece a armonizar con la canción que me cantaba siempre.

—Trata de respirar lentamente.

Sus manos tocaron las mías, para que dejara de apretar las sábanas. Me miró esperando a que mi respiración se nivelara. Luego de unos segundos, me sentía algo mejor, mis manos estaban sin temblar y por fin pude mirarlo a los ojos.

—Alto. ¿Tú qué haces aquí? —Le dije mirándolo fijamente.

—Bueno, es que decidí salir por un café por mi cuenta, de repente miré a unas personas y noté que pasaba algo; me sorprendió porque eras tú. Para ser honesto, tengo un familiar en este hospital que hoy le dieron el alta y aproveché para ver si eras tú y ver si estabas bien.

—Gracias.

Formulé una pequeña sonrisa. Entrando en razón, me di cuenta que otra vez estaba muy cerca de mí, mirando mi rostro con preocupación, sus cejas parecían cobrar vida dándome a entender que quería saber si estaba bien, sus ojos...no se, es extraño, tuve que mirar a otro lado para hacer que se diera cuenta lo incómoda que me sentía, y por ello se levantó.

—Espero que te recuperes. Al final sí que nos volvimos a encontrar. Por favor, cuídate —Sonrió para luego salir de la habitación.

Narrador omnisciente

En el pasillo del hospital, el día siguiente en que ingresaron a Abril, Alex había llegado al hospital muy nervioso por la llamada de Peyton. Se sentía tan culpable de las cosas que le pasaban a su hermanita, no podía dejar de dar vueltas por el pasillo, pasó su mano por su cabello, desordenándolo unas cuantas veces, estaba hasta empezando a decir incoherencias.

—Tranquilo, que todo estará bien.

—Aquí solo hay un responsable.

Peyton resopló cansada. Se levantó de la silla, detuvo a Alex y pasó sus manos en los hombros de él, tratando de calmarlo.

—Tranquilízate...ella mejorará.

—Apenas tenía 19 años cuando la volví a ver después del accidente, solo hace 8 meses... todos estos meses, celebré su cumpleaños y la cuidé muy bien ¿tuvo que venir aquí para sufrir esto? Estar aquí le hace mal. Peyton, tengo que hablarle a Harry —Ella lo detuvo tomando su brazo.

—¿Qué te pasa? Todo estará bien, confía en mí —Olivia se encontraba ahí pero no entendía muy bien, al parecer que para que nadie se enterara empezaron a hablar en otro idioma.

—Si le pasa algo, lo mataré.

Mientras tanto, Abril;

Después de una semana en el hospital, Abril quería salir de ese lugar. Una enfermera había entrado a su habitación para realizarle unos análisis otra vez. Los analgésicos cambiaron, siendo más fuertes. Ella ya quería irse de ahí, volver al campus, pero en eso, llegó su milagro, la enfermera les comunicó que estaba bien para irse pero debía descansar y seguir algunas instrucciones que le habían dejado.

*****

Al regresar al campus, empezaron a atenderla como una bebé, la cuidaron y no dejaron que hiciera algunas cosas por unos días, solo dejaron que descansara.

—Perdón por no haber ido a visitarte al hospital.

—Lo importante es que te encuentres mejor.

Susurraban entre ellos. Estaban en clases, Abril ya había podido regresar, todo era muy monótono como siempre y las horas se sentían más pesadas.

—Este profesor es muy aburrido.

Dijo renegando la de ojos verdes. Estaban en clase de lectura; estaban leyendo la biografía de Steve Jobs, eso era algo agobiante y como tortura para Abril. A pesar de que ella era amante de la lectura y más de lo que hablaba el libro, este mismo ya lo había leído dos veces anteriormente. Su padre la hizo leer aquel libro, pero su edad era muy corta para entender, a los años lo tuvo que releer para así entrar en la brillante cabeza de su padre y de Steve Jobs.

Abril resopló una vez más recordando como su madre la miraba con fastidio cada vez que su padre le preguntaba algo del libro y ella no respondía bien, eran buenos recuerdos también.

—Cuando habla en coreano, lo siento un poco más aburrido —Dijo Dahyun y todos sonrieron.

La voz del profesor iba desapareciendo de los oídos de Abril, desvaneciéndose a causa de sus pensamientos. Lo único que permitía que esta siguiera en la luna, era la idea de acordarse como aquel chico de ojos rasgados acariciaba su rostro, sentía que había sido incómodo pero era como la misma droga, su corazón pudo recobrar su estabilidad cardiaca. Le hubiese gustado no haber hecho que se fuera, pero ella no era así, teniendo en cuenta que sería ilógico.

—Peyton, necesito que me ayudes en algo —Susurró cerca de ella. Peyton la miró levantando sus cejas atenta a lo que diría—. Necesito que consigas el número o si no el lugar donde vive alguien.

Horas después

—Sigo sin entender la razón por la cual querías saber la dirección de Kim Taehyung.

Las dos se encontraban enfrente de lo que parecía ser la entrada de una residencia millonaria. Peyton estaba analizando la situación sin separar la mirada de Abril, le parecía extraño, pero sabía que esta no le diría nada.

—Solo quiero saber algo —Ella detuvo su paso y miró a Abril— Es algo extraño, no sé cómo explicártelo.

—¿Cómo qué?

—Como te conté, me lo encontré en el hospital. En ese momento, tuve tantas preguntas de qué hacía ahí y no le creí.

—¿Cuáles? Trata de no imaginarte que estás en un libro de misterio. —Resopló Abril al escuchar a Peyton. Dejando de lado aquella situación, en verdad se le hacía sospechoso habérselo encontrado ahí.

Despegaron la mirada de los grandes edificios que se podían ver al fondo de la entrada. Miraron el gran portón que divide todo, se acercaron y notaron como había hombres de seguridad. Uno de ellos, estaba como en una caseta vigilando quién entra y quién salía.

—¿Qué desea señorita?

—¿Usted cree que podría dejarnos pasar? —El señor miró confundido, miró a sus compañeros y estos se dispusieron a hacer gestos de confusión.

—¿Es propietaria nueva? O ¿Vienes a visitar a alguien? Si no es ninguna de esas dos, no pueden pasar.

Se dieron cuenta que por lo menos debías tener un coche de lujo para entrar. Peyton bajó sus cejas, parecía seria, planeaba algo. Iba a mentir, tal vez le creerían si le dijera que vivía allí y mostraba fotos de sus padres famosos, pero en eso Peyton habló.

—Yo me encargo...hazte para allá.

Peyton elevó su mano, haciendo señal a Abril de que se hiciera para atrás unos cuantos metros, esta lo hizo. Se alejó y miró que ella comenzó a hablar, el señor se notaba que captaba todo lo que le decían, asentía un par de veces y una cuantas sonrisa expulsó. Luego de varios minutos se dio la vuelta y le llamó, se acercó y él señor le sonrió dejándolas pasar.

—¿Qué fue lo que le dijiste?

—Le supliqué y le dije que mi padre era un gran abogado muy conocido y que tenía un amigo aquí —Las dejaron pasar, pero no sabían donde vivía—. Entonces, ¿Qué harás?

—Tal vez, caminar un poco; quién sabe, quizá encontremos a algún amigo de él.

—Está bien. Vamos por allí.

El camino estaba lleno de luces tenues, el frío abrigaba la noche y ellas parecían aturdidas sin rumbo. Pasó un rato y aun permanecían caminando, las luces que dejaba ver en los edificios se estaban apagando, al parecer las personas ya estaban por ir a dormir. Los pies de Abril empezaron a cansarse y tomó la mano de Peyton para poder sentarse en unos bancas de color marrón que estaban en un parque.

Iban a hacer lo que habían pensado antes, preguntarle a alguien disimuladamente, por lo menos para saber algo o poder encontrarse con él.

Un hombre con tapabocas, vestido con ropas casuales y de negro, parecía ir normal caminando mientras paseaba a un perro.

—No creo que sea alguien malo.

Dijo Abril sin despegar la mirada del hombre. Las dos se levantaron algo preventivas de algunas acciones, ese hombre lo noto y las miró, más bien él se asustó por ellas y se dio la vuelta.

—Disculpa —Este detuvo su paso, giró sobre sus talones y las miró—. Sabes...donde vive Kim ...Kim Tae...

Abril trataba de formular, lo primero que se le venía a la mente era "Kim Tae Jung" no estaba segura y empezó a tartamudear. Peyton la miró decepcionada y elevó su mano para que el hombre prestara atención a ella.

—Kim Taehyung — Abril sonrió avergonzada.

Lo único que se podía ver de aquel hombre era como sus cejas se levantaron. Sacó su mano de su bolsillo y pasó su mano detrás de su oreja para poder quitarse la mascarilla. Las chicas se miraron entre ellas, era Taehyung, él estaba delante de ellas.

—Oh, si, ¡Si eres tú! —Taehyung asintió.

—¿Qué haces aquí? ¿Para qué querrías verme? —Dijo Taehyung aún confuso, ya que al inicio no las había reconocido y pensó que lo estaban acosando.

—Pues yo busqué donde vivías, estuvimos deambulando unos minutos y le preguntamos a alguien si sabía dónde vivías y eras tú.

—Tal vez sea algo malo que descubriéramos donde vivías, pero la verdad, es que quería preguntarte algo que se me olvidó decirte cuando nos encontramos en el hospital ¿Sabes, quien fue la persona que me llevó al hospital? ¿Viste como era?

—Si no mal recuerdo, era un chico, eso lo sé —Apretó sus labios con fuerza, nadie había dicho nada después. Abril suspiró, no sabía qué más decir, él no le decía más, solo algo que ella evidentemente ya sabía—. Cuando entré a la sala a verte me preocupaste de verdad, la manera en que...

—¡Ah! Eso es un problema que tengo, sin importancia —El silencio reinó por unos segundos hasta que habló Peyton.

—Gracias por ayudarme. Eso era todo.

Nadie decía nada y aún estaba ese sentimiento de incomodidad, era mejor que se fueran. Peyton le tomó de su mano para poder irse, pero en eso, la voz grave de Taehyung apareció.

—Espera ¿Les gustaría ir a mi casa a tomar algo y ver a los demás chicos?

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