Abril Anderson

El restaurante que Taehyung había escogido quedaba algo lejos, teniendo en cuenta que le dije que no importaba donde fuese, me imaginé que sería lujoso, pero no para tanto, ya que era en un edificio en dirección a zona de ricos. Creo que sería capaz de golpear a ese chico por el hecho de que seguro me saldría cara esta cena, solo porque me respondió con una respuesta que no cerró mis dudas. Tomé un taxi y me había dejado un poco lejos, al parecer, la zona no dejaba que ese tipo de taxis se acercaran, malditos millonarios.

El viento soplaba fuerte, estaba agresivo mejor dicho. Crucé mi bolso en mi cuerpo para poder ordenar mi cabello, la verdad no es como que me lo haya peinado, simplemente hice la coleta y puse el pañuelo ahí. Caminaba a paso medio. Al final de la calle, se podía ver el edificio y junto a él, un chico. Mientras más me acercaba, más se aclaraba de qué era Taehyung. Se miraba alto, robusto y elegante. Su abrigo se parecía al mío, solo que el suyo era más largo y de color caqui. Me puse a su lado y él me notó, creí que antes me había visto pero no.

—¡Oh, sí eres tú!

—Soy yo.

Sonreímos. Él me dejó entrar primero y después venía detrás de mí. En la entrada estaba un camarero, le dije mi nombre y al encontrar 'Abril Anderson' en su libro, nos dirigió a nuestra mesa. Había pedido que estuviera lejos de algunas personas, para que no pudieran reconocerlo y no le tomaran fotos, o incluso a mí, nunca se sabe. Lo miré innecesario, pero para él no; quité mi abrigo y lo dejé en la silla, la cual él había alejado de la mesa para hacer que yo me sentara. ¿Caballeroso? ah, creo que sí.

Un camarero se acercó a nosotros y dejó las carpetas con los menús que ofrecían. Todo parecía lucir delicioso. A pesar de que amara comer, debía ser quisquillosa, ya que cuando era niña, era alérgica a ciertas cosas. Realmente no sabía que aquí vendían otro tipo de comida, no solo veo coreana, también especialidades como platillos italianos y franceses. Seguro que el dueño ha de ser fanático de estas temáticas. Dejé la carta en la mesa de nuevo, después de haberla visto. Miré a mi alrededor y casi no había nadie, pero detrás de Taehyung había muchas personas. Mi mirada se desvió en él, parecía analizar bien qué era lo que pediría.

—¿No sabes qué pedir? —Sus ojos hicieron contacto con los míos unos segundos para luego tirar literalmente la carta en la mesa.

—Hace tiempo vine aquí, habían cosas distintas. Cambiaron todo. Aunque, había algo que puede saber bien —Abrió la carta y lo señaló. Estiré un poco mi cabeza para ver que era. Ossobuco, una comida típica preparada en Milán.

—¿Estás seguro? Es estofado de ternera, con milanesa y más cosas —Me miró, parecía que no estaba de acuerdo con algo — ¡Oye! ¿Por qué no pides Bulgogi? Por lo visto también es la especialidad de aquí, es la mejor carne por lo visto.

Su lengua había pasado por su mejilla ya que era notorio, parecía que sonreía. Estaba segura que le encantaba ese platillo. Al llegar el camarero, pedimos bulgogi y otras cositas para probar. El ambiente me parecía tan cómodo, yo me sentía hasta extraña por aquella sensación tan espeluznante que llenaba mi cuerpo de escalofríos. ¿Qué estaba haciendo con una chica como yo con un hombre de 24 años? Él parecía como el típico personaje de mis libros, alto, su cabello sedoso dejando casi a la vista su frente, una apariencia indescriptible por el simple hecho que parecía perfecto, intimidante y...

Que locuras las que estaba pensando. Toqué mi coleta para disimular un poco mis nervios. Sonreí avergonzada y coloqué un poco de refresco en mi copa.

—¿Quieres un poco de vino? —Me dijo y yo negué.

—No me gusta el alcohol. Gracias.

En verdad, parecíamos completos extraños, lo éramos ya que no sabíamos nada del otro, bueno, nuestros nombres, edades, algunos amigos y...creo que ya está. El camarero volvió, dejando dos platos para cada uno. Mis ojos se abrieron a ver lo delicioso que se miraba todo. Tomé la servilleta de la mesa y la coloqué en mis piernas. Enrollé un poco las mangas de mi camisa y estaba lista para comer. Una canción, lenta y calmante, empezó a sonar, dándole más ambiente al lugar. La puede reconocer, era 'When You're smiling' de Louis Armstrong.

—Y ¿Cómo te va?

Ahí estaba el chico preguntón que conocí la primera vez. Sentía que no estaba pagando por un favor, sentía que tal vez solo era una pequeña salida de amigos, jamás había tenido una ¿Así era como se sentía? Escalofríos por todo el cuerpo cuando las miradas se cruzan, ambiente calmado y hermoso. No lo sé, pero me gustaba. Quería hablar un poco, lo cual era raro en mí, no me gustaba, pero ahora solté algunas cosas de cómo empecé a estudiar mi carrera, en la manera en que obtuve amigos a pesar de mi carácter, algunas cosas que odio, que me gustan.

Narrador omnisciente

Mientras la música avanzaba, los restos de comida en los platos se vaciaban. Pequeños sonidos de risas se escuchaban, una que otra mirada. Sonrisas que no eran falsas ni respuestas agresivas se presentaban en la mesa. Mientras Abril hablaba, era inevitable para Taehyung prestarle la mayor atención de todas, sentía que era su oportunidad perfecta para escucharla hablar tanto, ella casi no lo hacía, pero esta vez soltaba tantas cosas que le emocionaba.

Los gestos delicados que podía realizar incluso mientras comía, sus ojos verdes brillando, la manera en la que tocaba su cabello cuándo parecía nerviosa, sus manos en su cuello mientras evita la mirada del chico, cada cosa que hacía, todo eso empezaba a grabarse en la mente de Taehyung. Creyó que era buen momento para ver cómo lucía la verdadera Abril y no aquella que había visto llorar de manera desconsolada. Él tuvo poco para hablar, no quería hacerlo tampoco, solo quería ver como ella lo hacía, sentía que había encontrado a una buena amiga y estaba aprendiendo a conocerla.

El postre había llegado, pero eso no impedía que detuvieran su hablar. Ahí estaba de nuevo el escalofrío en Abril, eso significaba que se sentía extraña con alguien, pero en la manera en que era bueno, era cómodo y se notaba que le agrada la presencia de Taehyung. Por ahora, se notaba que el destino estaba haciendo de las suyas, en el sentido que debían volver a encontrarse de esa manera para caerse bien, eran como imanes.

—Me gustaría conocer algún día a tu sobrina Ally.

—Me gustaría volver a verla, la extraño. Por cierto, también amaría conocer a tus hermanos.

—Y sobre lo de tu accidente, fue muy grave... ¿no? —Abril Asintió.

No había nada más que hacer en el restaurante, era hora de irse ya que al acabar de comer, se habían quedado unos minutos hablando. Se levantaron y se dirigieron a la salida con algo de cuidado para que nadie los notara, aunque fueron algo ingenuos porque luego de tantas risas, era algo obvio que los habían visto. Abril le dijo a Taehyung que la esperara afuera mientras ella pagaba la costosa cuenta, pero él negó esperándola y salieron juntos.

Estaban en la acera caminando, él había decidido acompañarla a tomar el taxi a la vuelta de la esquina. En camino, este empezó a burlarse de ella.

—Sabes, algún día creceré.

—¿Cuánto mides? ¿1.40?

Ahora estaban caminando algo cerca y se notaba mucho la diferencia de estatura. Abril lo miró con cara de ofendida, le pegó en su hombro y una pequeña risa gruesa salió de Taehyung.

—¡Insolente! ¡Cómo te atreves! con orgullo mido 1.60 y sé que llegaré a los 1.61. Respeta a la gente de esa estatura.

—Yo mido 1.78 con orgullo también.

Abril gruñó molesta y colocó su mirada al frente, se cruzó de brazos y no le hizo caso, pero, Taehyung volvió a sonreír, haciendo un poco más sonora la risa, era muy tierna, lucía que se divertía mirándola así. Cuándo estaban en la parada donde debía coger el taxi, al parecer era muy tarde y ya no pasaban por ahí, si no que ahora más lejos.

—¿Qué harás ahora? —Cuándo ella iba a contestar, un hombre más alto que él llegó hacia donde estaban ellos, era su guardia y lo estaba esperando para que se fueran ya.

—Caminaré un poco hasta donde pueda coger un taxi o tomaré el autobús —Taehyung hizo un gesto de desaprobación y miró a su guardia.

—Te llevaré hasta la universidad.

Abril se negaba rotundamente a la idea de que él hombre con quién había cenado la llevara hasta el campus. Algunas excusas que ella había dicho podrían tener sentido, claro, lo tenían, pero al parecer a él no le importaba porque sabía que responderle.

—El problema de un famoso es que no puede ir por ahí como si nada.

—Lo sé, pero nadie dijo que me tienen que ver la cara —Esta volvió a negar. Aparte de las excusas, una cosa era que sentía empatía por él, pero a la vez no era como que ya eran los mejores amigos, algo que a Abril le incomodaba, sentía que debía poner un tipo de alto hasta saber si realmente podían ser 'amigos'—. Es muy tarde como para que andes sola, peor por estos lados.

El hombre que cuidaba a Taehyung carraspeó su garganta dando a entender que se debían ir ya, ella lo miró y luego a Taehyung. Suspiró y al final empezó a caminar al lado de él, tampoco era como que algo malo pasara, solo la dejaría afuera del campus y quedaría como una invitación a cenar por un favor.

Al parecer estaban cerca, pero antes Taehyung le indicó algo al que conducía. Abril se dio cuenta de que el coche estaba entrando al campus, sí, la dejarían en el edificio en donde se hospedaban los becarios y otros alumnos. Abril tomó su bolso, lo pasó por su cuello para que quedara cruzando su cuerpo.

—No era necesario, pero en verdad gracias.

—Si lo era. Por lo visto, creo que tu también eres famosa —Abril miró confundida. Taehyung señaló en donde estaban las ventanas, las luces estaban encendidas y varios chicos asomaban sus cabezas para ver quien iba y venía. Normalmente, se habían obsesionado mucho con ella, en el sentido de ser extranjera, demostrando su belleza.

—Creo que no es algo que me agrade. Hacen lo mismo con mis amigas. Solo lo hacen porque somos de otros países.

Cuándo estaba por salir, le susurró un 'gracias', pero él tomó su antebrazo —Si quieres volver a comunicarte conmigo ¿Cómo lo harás? quiero decir, en vez de ir a buscarme hasta mi trabajo, ¿no debería darte mi número de teléfono?

—Pero Tae, el mánager te ha dicho...

—Está bien. Te daré él de mi manager por cualquier cosa. Procura decir que eres 'la señorita Anderson' y sabrán que eres tú.

—Pero, ¿en qué época estamos? Tampoco soy la reina de Inglaterra.

—Solo di eso o si no, tal vez venga yo mismo a buscarte.

Abril hizo sonar sus dientes para luego asentir mientras soltaba una sonrisa. Salió del coche y cuando lo hizo, los que estaban en las ventanas sacaron más la cabeza y empezaron a rumorar cosas entre ellos.

Abrió la puerta de su habitación, al entrar lo primero que miró fue a Dahyun tirada en el sofá esperando por ella. No dijeron nada, era obvio que la noche había ido bien.

Al día siguiente

—¿Me dirás a donde fuiste anoche?

Se escuchó como por cuarta vez. Anoche ella estaba dormida cuándo Abril llegó de la cena. Esa misma mañana, mientras se cambiaban para ir a clases, ella le preguntó que adónde había ido, que a qué hora había llegado y más cosas. Estaba cansada, se lo contaría porque era su mejor amiga, pero la insistencia era extraña.

—Salí con Kim Taehyung.

—¿Qué?

Esa fue la respuesta que menos había esperado. Se llevó las manos a la cabeza por la sorpresa, dejó de atar sus zapatos y se levantó de la cama mirando ofendida a Abril. Lo que más entendía la de ojos verdes, era eso, su reacción.

—¿Qué ocurre?

—¿Cómo es posible que pudiste salir con él?

—¿Por qué te pones así? —Abril la siguió, ya que Peyton había ido hasta el pequeño salón a tomar su abrigo— ¿Estás molesta?

—No es nada malo, lo único que me deja pensativa y me enoja es que no me dijiste.

—¿Perdón?

Abril resopló desconcertada. En verdad que Peyton estaba perdiendo la cabeza de alguna manera. Se sentó en el sofá, mientras Peyton recogía los platos de la comida de ayer, Abril le contó cómo había sido la salida con Taehyung, las veces en que rieron y como se burló de ella tan insolente. Para Peyton era inevitable mirarla de reojo y bufar. A pesar de que se negara, Abril sí o sí terminaría contándole— Es extraño que salieras con él —Dijo Peyton con los ojos entrecerrados, pensando y analizando la situación.

—Solo espero que no te enamores por todo lo que me has dicho.

—¿Por qué las personas piensan eso? Solo nos estamos conociendo y yo lo hago porque...— Se detuvo en seco y pensó, ¿por qué lo hacía? —por las coincidencias de la vida que hacen que él y yo nos encontremos siempre, estoy investigando cosas sobre mi accidente y creí que él me sería de ayuda.

Pensaba que eso haría que le quedara claro, que todo este tiempo no había quedado conforme con lo que le decían sobre su accidente.

—¿Por qué no me preguntas a mí?

Abril sonrió sarcástica, daba miedo cuando hacía eso. Se levantó molesta, fue hacia la habitación y tomó su mochila para salir de ahí. Era obvio que si le preguntaba a ella, esta mentiría.