✾| cuarenta y tres
Abril Anderson
—Espero que disfrutes la comida.
Nos encontrábamos todos en la mesa. Estaba llena, como todo un banquete, se miraba delicioso. Decidí esperarme como dijo Tae. Él se encargará de servir mi plato de diferentes cosas.
Tomé los palillos y empecé a comer poco a poco todos. El kimchi, las verduras, el arroz, la carne. Se sentía tan cálida mi garganta por lo suave y deliciosa que era la comida.
—¡Está muy buena!
—¿Lo dices en serio? —Asentí con una sonrisa.
La comida que solía comer en corea desde que estoy aquí era deliciosa, pero está de casa, sabía aún mejor.
—No es porque sea mi esposa, pero su comida es la mejor que he probado, pero siempre inolvidable la de mi mamá.
Seguimos platicando mientras terminábamos de comer, sus padres contaban cosas tan tiernas que me hacía gracia. Aparte de que me enteré de las pequeñas travesuras que Tae hacía de pequeño.
Recogimos la mesa, mientras que el señor Kim quedó limpiando la mesa, Taehyung bajó la basura, así que la señora Kim y yo fuimos a lavar los platos.
—Abril —Giré mi rostro para verla— ¿Te sentiste cómoda? Yo espero que sí
—Más de lo que se imagina. En verdad estaba algo nerviosa.
—No deberías estarlo, eres la mujer que hace feliz a mi hijo, así que también te queremos —Mi cuerpo se calentó, más mis mejillas — Aunque, estaba pensando que deberías venir a nuestra casa en Daegu. Anhelo tanto enseñarte cosas de nosotros, que pases un buen rato con Taehyung.
Terminé de enjabonar los platos, así echarles agua. No lo había creído nunca, en verdad parecía una buena oferta. Viajar a un sitio tan preciado para Tae, sería lindo.
—Lo pensaré. Tengo que ver cuándo tendré vacaciones.
—Sabes, él te quiere de verdad —La miré atenta—. Sí, mi Taehyung te quiere mucho. Cuando venía a visitarnos nos hablaba de ti, nos explicaba como le hacías sentir— sentí como una leve sonrisa se dibujó en mi rostro—, y cuando se acercó a mí para decirme que se hizo tu novio, se notaba tan feliz.
Al terminar de secar los platos, nos acercamos a los demás. Pude fijarme que estaban hablando, llegué hasta donde él para poder sentarme, pero cuando Tae me notó, se levantó.
—Nos tenemos que ir.
—¿Tan rápido?
Asintió al tiempo que se acercaba a mí.
—Espero volverlos a ver, señores Kim, tal vez cuándo vaya a vuestra casa a Daegu.
Dije emocionada, pero en eso el señor Kim y Taehyung quedaron fijos mirando.
—¿Mamá?
—Sí, se lo comenté. Fue una sugerencia, pasar vacaciones con nosotros.
—Seyeon, será mejor que lo decidan ellos.
Parecían tener una conversación que solo ellos entendían. Me sentí ajena a todo aquello, quería saber que pasaba.
—Está bien por mí. Solamente deberé ver cuándo tendré vacaciones, también lo miraremos con Taehyung. Podemos ir juntos.
—Nos avisan cualquier cosa, así se quedan en casa como de vacaciones.
—Lo pensaremos Mamá.
Le dio un corto abrazo, también a su padre. Quería saber más, seguro no me debía entrometer.
Su mano envolvió la mía. Me despedí con una leve reverencia también y nos despidieron en la puerta.
Mientras bajábamos por el ascensor, este se encontraba en silencio. Si no le preguntaba sobre lo que pasó antes, seguro quedaría con la duda, pero preferiría esperar.
En el transcurso a casa, quise entretenerme en enfocarme en las calles, por medio de la ventana. Fue arriesgado, pero quería algo de aire, así me relajaba un poco. Me sentía mal, quizá no tuve que haber mencionado algo de lo que dijo la señora Kim. No había nada de malo si íbamos a Daegu, si es que no ocultaban algo.
Elevé un poco mi cabeza al ver las luces a lo lejos. Eran puestos de comida en la calle, como una feria.
—¿Podríamos ir allá? —Señalé donde estaban todas las personas ordenando.
Nos empezamos a dirigir al lugar. Se miraba animado. Nos acercamos y Tae aparcó el coche.
Decidí adelantarme un poco mientras miraba cada uno de los locales de comida, todo se miraba delicioso.
—¿Qué quieres? —Fue rápido.
—¿Eso que es? —Señalé aquello que parecían un perro calientes y patatas.
—Patatas en banderillas, son buenas, también hay perros calientes.
Quería ambos.
Comenzamos a caminar a paso lento mientras comíamos. De nuevo, no decíamos nada.
El bullicio que había antes no dejaba que pudiera pensar con claridad, así qué solo me aventuré a preguntar.
—¿Por qué te molestaste con tus padres? —Él seguía comiendo.
—No es nada —comencé a sentir heladas mis manos, ya que estaba comenzando a hacer más frío.
—Si mi madre se da cuenta de que en verdad estoy aquí... seguro me matará
Arrugué la nariz, por el hecho de que la sentía helada y mocosa. Efectivamente, el frío había aumentado, eso era porque la tarde estaba cayendo al igual que la temperatura. Produje algo de calor sobre mis manos, con la ayuda de mi aliento. No acabé de frotarlas, por qué de pronto me encontraba escondida en el pecho de Taehyung. Sus brazos atraparon mi cuerpo y trataba de abrigarme con su abrigo.
—Así se siente más cálido.
Hay algo que escuché antes de llegar a donde estaba él con su padre, le dijo que me amaba demasiado y en cierta manera, se sintió tan real.
*
El chubasco de afuera hacía que mi cuerpo se relajara. El estrés comía mi cuerpo, sentía grandes cargas en la espalda alta y mi cuello.
Pasé mis manos a cubrir mi rostro, haciendo que mis gafas, en aquella acción, se elevaran hasta arriba de mi cabeza. Rasgué repetidas veces mis ojos, estaban a nada de cerrarse.
Mi puesto de trabajo consistía principalmente en ser auxiliar en recursos humanos, no se parecía mucho a lo que había postergado a laborar, pero me está ayudando mucho la paga.
Resoplé, de una manera descuidada, por qué mi compañero de oficina volteó a verme al momento de escucharme. Traté de hacer una señal de disculpas para que así no se quejara de algo. De una vez, miré la hora en el reloj de mi ordenador, marcaban las 19:58, era momento de mi salida. Me levanté con cuidado y empecé a recoger mis cosas -guardar mi ordenador y algunas carpetas a mi bolso-, lo molesto era que algunos empleados veían injusto mis horarios, ya que a ellos los hacían quedarse hasta tarde, otros necesitaban las horas extra. Yo tenía aquel horario porque el señor Lee Byung Hun tenía preferencia, cosa que no me agrada, todo por ser hija de 'alguien' hija de 'Vanessa Grey'.
Me dirigí a la salida del edificio. No era común que me despidiera de alguien, ya que no me gustaba hablar mucho que digamos. Al principio, el señor Kim quiso pagarme en efectivo, para poder hablar conmigo -absurdo-, lo negué obviamente.
Estaba algo aliviada, me estaba yendo bien y el dinero me alcanzaba lo suficiente para cubrir todos mis gastos. No era partidaria de querer tocar algo del dinero de mi cuenta que dejó mi padre, ni siquiera la de mi madre. Soy capaz de hacer algo por mi misma.
Aparté el paraguas después de estar caminando varios minutos con él. La lluvia había cesado y solo se podían apreciar los pequeños charcos de agua por la cera.
—¡Ya deja de caminar!
Escuché sin aviso alguno, tampoco había sido capaz de escuchar si alguien venía cerca de mí. No pensaría detenerme nunca, pero sabía de quién se trataba. Aun así, me dio un leve susto y me quedé a espaldas.
—Pasé con mi coche por la empresa. Me fijé que estabas saliendo, un poco lento. Decidí aparcar el coche y seguirte, pero me cansé.
Me giré un poco, logrando verlo un poco de reojo. Había escuchado algo sobre que había regreso al país hace dos días, pero no me avisó, seguro tuvo mucho trabajo. Su cuerpo se acercó a mí, me tomó desprevenida que mi paraguas cayó al suelo en el momento en que me atrapó entre sus brazos.
—Te eché de menos.
—Estamos en la calle, alguien nos puede ver.
—Solo verán a una pareja dándose amor.
Puse mis manos sobre su pecho. Alcé mi cabeza y miré su rostro cerca del mío. Cuándo lo tengo lejos de mí, siempre extraño ver ese rostro tan hermoso, esos lunares, esos labios exquisitos.
Me separé de él, pero este no dejó mi mano en ningún segundo. Ladeó su cabeza señalándome alguna parte detrás de él, seguro donde estaba el coche.
Por lo visto, hoy se quedaría a dormir en mi apartamento. Sí, hace un mes que me mudé. Los ahorros se me fueron al pagar por adelantado el primer mes, pero me aproveché un poco de Taehyung cuándo me invitaba a comer para no gastar dinero. No quería parecer egoísta, pero más que pensara en positiva terminando haciéndolo, repetía 'quiero demostrar que puedo sola', pero sin Taehyung, me quedaría sin nada. Aunque, reflexionándolo bien, últimamente no como mucho, ya que no me da el tiempo y no me entra apetito.
Ayer, hice algo de lo cual seguro después me arrepentiría, pero seguro si mi padre seguía con vida, me reclamaría. No quería decirle a Taehyung que iría a coger algo de la cabaña, así que en vez de hacer eso, tomé mi dinero del banco que ya podía empezar a controlar sin que mi madre se diera cuenta. Eso que saqué, me permitió comprar cosas para el apartamento, comida y mis medicamentos. No quería creer que era inútil, ya sé que no, uh, suponer tanto en esto hacía que me dolía la cabeza.
—¿Qué has hecho en estas dos semanas que no nos miramos?
Giré un poco mi cabeza para verle, su mirada estaba hacia la carretera.
—La misma rutina una y otra vez.
—Y ¿sobre eso...?
Justo ahí, llegamos a un semáforo, ese que estaba al lado del edificio donde yo vivía. Su atención se centró en mí, esperando alguna respuesta.
Aproximadamente, han pasado dos meses y medio desde que tuvimos relaciones por primera vez, después de eso no pudimos por qué tuvimos contratiempos. Una semana antes de que se fuera a Japón por cuestiones de su trabajo, vino a mi apartamento y tuvimos sexo, el día siguiente también y el siguiente. No sé qué ocurrió, tal vez que estábamos demasiados necesitados, él estaría estresado y tener orgasmos lo aliviaban, por mi parte no podría decir que no me gustara, lo disfrutaba.
Así fue como, dos noches después nos encontramos, me recogió en el trabajo -una mala decisión-, cuándo llegamos al apartamento, no había metido la llave a la puerta cuándo ya estábamos besándonos. Caminamos torpes hasta la habitación, la cremallera de mi falda no bajaba, Taehyung se desesperó y por accidente la rompió. No sé que fue, puede ser la excitación del momento, aunque es tonto, pero me acordé que no había tenido la menstruación, tenía dos días de retraso. Me asusté y lo detuve.
Desde hace unos años, empecé a tener retrasos en mi regla, eran normales, pero a causa de tener relaciones me preocupé en ese momento -teniendo en cuenta de que tomaba mis pastillas anticonceptivas y usábamos condón-, podía haber alguna posibilidad. Él se fue con aquella duda del país y no pudimos hablar de ello.
—Mi ginecóloga dijo que era un retraso normal, pero — Noté como se tensó—, he estado yendo cada semana, ya que es raro que no me bajara. Por suerte, ayer empezó, pero muy poco. Seguro es algo mío.
Noté que expulsó toda la respiración que contenía. Parecía como si fuésemos unos niños de 16 años.
—Espero que no sea alguna cosa mala que haga que no te venga la menstruación.
Sonreí leve, mientras asentía.
Nos bajamos del coche que recientemente Taehyung aparcó. Nos dirigimos al ascensor desde el parking. Tenía muchas ganas de tomar algo caliente por mi estómago, acostarme en la cama, sintiendo el cuerpo de Tae a mi lado.
Saqué las llaves, las introduje en la puerta y la abrí. Dejé que él la cerrara y me dirigí directamente a tomar algo de ropa para irme a duchar. Necesitaba refrescarme después de estar todo el día tirando sangre por ahí y lo único que podía hacer era cambiarme de algo que me hace sentir como si tuviese un pañal.
El agua caía sobre mi cuerpo. Traté de que no me cayera en la cabeza, así que movía el cuello como si estuviese estirándolo. Sentía que la cabeza me explotaría, debía tomarme una pastilla y el dolor en el estómago no ayudaba para nada.
Tres toques sonaron contra la puerta del baño. Cerré la regadera y esperé a que dijese algo.
—Cielo, puse a calentar algo de agua. Saqué unas bolsitas de té y manzanilla, creo que era. He visto que las tomas cuándo estás así.
—Está bien, gracias.
Al dejar de escuchar algo, volví a abrir la regadera y seguí duchándome.
Cepillé mi cabello por última vez y me levanté del taburete. Mis dolores habían calmado un poco después de que Taehyung me obligara a comer algo liviano, las pastillas y el té. Tenía ganas de dormir ya. Hundí mi rodilla en la cama y así la otra. Gateé un poco hasta donde él estaba, sin camisa y un pantalón chándal. Me senté a un lado de él, quedando cara a cara. Puse mi mano sobre su barriga y la subí lentamente hasta su pecho. Me sentía calmada cuándo lo miraba, tan segura, lo amaba mucho, demasiado podía decir yo. No hay nada en esta vida que pueda hacer que me aleje de él.
—Taehyung —Su mano tocó la mía por encima, la que estaba en su pecho—, no quiero que evadas mis preguntas. No has mencionado nada sobre tus padres, no entiendo que fue lo que pasó. Quisiera saberlo.
—No pasó nada. Cambiando de tema...
—¿Por qué?
—Tiene que ver con eso —Quité mi mano de su pecho y esperé a escucharlo— La semana que viene, ¿qué dices de ir de vacaciones a Daegu?
—¿Hablas en serio?
No entendía el cambio de parecer. Pues no podía negar que me emociona mucho. La señora Seyeon estaba muy ilusionada, pero su padre, no mucho.
—Sí, bollito.
No dije más. Me recosté sobre la cama y acomodé mi cabeza sobre la almohada. Mañana era sábado, me tocaba trabajar también, así que me despertaría temprano. Por lo que me comentó Taehyung, él quería quedarse aquí e irme a recoger por la noche. Si es así lo que dijo, seguro querrá que nos vayamos el lunes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro