✾| cinco
Abril Anderson
Ellos me miraron atentos mientras hablaba agitadamente y mis lágrimas salían sin ninguna razón. Era de locos, mientras intentaba recordar hasta el más mínimo detalle, lo único que visualizaba en el interior de mis recuerdos perdidos, era como yo iba en un coche, donde bajaba mi mirada mirando mis manos temblar, al lado mío el chico que manejaba descontrolándose, como si estuviese evitando algo. Abrí los ojos por la punzada que saltó en mi pecho, abrí mis labios dejando entrar ese aire.
No sabía que estaba pasando, pero sentía como si estuviera volviendo a pasar ese momento, quería saber qué hacía ahí, pero cuándo el dolor incrementó, sentí como mi cuerpo chocó contra el suelo.
Estiré un poco mis piernas y brazos, abrí poco a poco mis ojos; así que me había desmayado, eso explica el porqué Peyton estaba tan cerca de mi rostro, tan preocupada. Comencé a escuchar como hablaba de rápido, explicándome que había estado dos horas así, que un médico tuvo que venir y me recetaron pastillas nuevas.
Con la ayuda de mis manos, las coloqué en la cama para darme fuerzas y sentarme, permitiendo que mi espalda quedara en el cabecero de la cama. Peyton chilló con miedo, tomándome de mi brazo y espalda —¡Con cuidado por favor! Te esforzaste tanto tratando de recordar, tanto así que acabaste en el suelo.
Afirmé cansada. Si antes no entendía los mareos ni nada de lo que pasara en mi cuerpo, peor ahora. Cerré mis ojos, los sentía tan pesados a pesar de que estuve 'dormida' un buen rato. ¿Por qué soñaba tantas cosas que no se parecían a mis extraños y borrosos recuerdos?
—Sé que ya has acabado tus tareas, deberías descansar. Mañana iremos a un lugar, tal vez ayude.
Escuché a Alex hablar, pero yo ni me decidí a abrir mis ojos. Me acomodé bien en la cama, con la ayuda de Peyton para poder dormir hasta mañana.
Mientras insistía en conciliar un sueño profundo, comencé a tener demasiadas imágenes pasando por mi cabeza, sentía que era tan real, tanto así como mis pesadillas, pero esta era extraña, no miraba nada, solo podía sentir como si alguien pasaba sus manos recorriendo mi cuerpo, acariciando mi rostro. Mi respiración empezó a ser agitada, aquella manos acariciaban cada parte de mi cuerpo, me sentía abrumada. Me asusté y abrí los ojos.
Giré mi cabeza y eran las 4 de la madruga. Suspiré y volví a tratar de dormir, tratando de olvidarme de ese sueño tan absurdo.
*****
Kensington Garden, ese era el nombre de uno de los jardines privados del Palacio Kensington, sitio que desde que recuerdo siempre anhele ir o tal vez anhelar ver de cerca. Mi padre un día me dijo que esperaba que antes de morir, poder llevarme a ese lugar, yo le creí y fue su primera mentira.
Inhalé y dejé que el aire fresco inundara mis fosas nasales, un cosquilleo se provocó en mi estómago, una sonrisa se escapó sin creer donde estaba. Un lugar que siempre quise admirar con mi padre mientras tomaba su mano, era un lugar parecido a un parque, donde estuviese lleno de flores, que a su alrededor luciera elegante; cuándo le entregué unas fotos que había encontrado de ese parque, me cargó asegurándose de que algún día conocería ese palacio porque las princesas debían conocer uno.
Alex me abrazó desde mi lado derecho y dejó un beso en mi cabeza. No podía ser, así que el tonto este logró traerme al Kensington Garden y sabía lo feliz que me hacia. Me solté de él para poder mirarlo, sonreí como tonta casi mordiendo mi labio inferior, no estaba soñando.
—Escuché un día que nuestro padre hablaba de este lugar con Harry, buscaban la manera de poder traerte aquí cuándo cumpliste 13 —Sentía como mi corazón se hacía pesado— Él te amaba tanto, tanto que haría lo imposible por cuidarte, en verdad que eras su princesa, su flor pequeña, delicada y muy bonita —Lo miré más por unos segundos por lo de princesa y la definición de mi segundo nombre según mi papá. Un nudo en mi garganta se estaba formando, en verdad no quería volver a llorar, pero se trataba de mi padre.
—Sé que tal vez haya muchas noticias falsas sobre nuestro padre, no te puedo asegurar si es verdad cada cosa de lo que dice ahí. Él hacía negocios por casi todo el mundo, casi siempre viajaba; ahí conseguía nuevos amigos, buenos y malos.
Desde que me desperté del accidente, me dediqué a leer cada artículo que encontrara de mi padre, no me gustaba leer algo malo, sabía que era mentira, en definitiva él no era así.
—Se metió en un problema y le pidió ayuda a un chico, pero... ese chico lo traicionó y fue culpable de la desgracia más grande de nuestra familia, mató a nuestro padre —Levanté ambas cejas en señal de que estaba sorprendida, creo que podría decir que esto es una vuelta de trama demasiado grande, unas fuertes declaraciones—. Él quería pedirte perdón por nunca estar contigo, él siempre quiso ser un buen padre —Mis lágrimas ahora comenzaron a salir. Creo que omitirlas para no demostrar mi debilidad ahora sería innecesario.
—Pero... ¿Qué tiene que ver con mi accidente?
—Tomaste un taxi para irlo a buscar. Te pusiste muy alterada. Tratamos de detenerte, pero un chico se puso en tu camino y el conductor trató de desviarse para no chocar con aquel chico, pero eso hizo que chocara contra un poste.
—¿Por qué tú te fuiste entonces?
—Al enterarme de lo de mi padre, fui muy cobarde y escapé, no pensé en ti. Supe lo de tu accidente y me sentí culpable por no detenerte y que te ocurriera todo eso. Se que el amor que tienes por nuestro hermano, es gigante, pero tengo el poder del convencimiento contigo, se que pude detenerte. Tuve miedo de perderte cuando nuestra madre dijo que estabas en coma —Lo abracé.
—Todo eso ya pasó. Te perdono todo lo que hayas hecho y en lo que te sientas culpable.
Claramente, sí lo decía él, puede ser que sea cierto, o no. Tal vez si él hubiera estado en ese momento, tal vez ahora recordara absolutamente todo lo que una vez viví. Nos quedamos ahí, abrazados como tontos, sobando mi cabeza y yo tratando de secar mis lágrimas.
Algunas de las personas que habían pagado por entrar al lugar, se estaban alejando, por eso, nos separamos y miré cómo sacó su teléfono. Me alejé un poco de él, para poder oler unas flores que estaban delante de nosotros, eran tan lindas, tan perfectas, creo que todo era magnífico cuando me pareció escuchar una melodía animada que hizo mi corazón bombear rápidamente. Mostré una amplia sonrisa cuándo lo miré, había colocado la canción que mi padre me cantaba cuando tenía pesadillas o era hora de dormir.
—¿En serio Alex? —Él levantó una ceja en señal de que era en serio. Solté una carcajada, un nudo de nostalgia se formaba en mi garganta. Aquellos Ojos verdes de Nat King Cole estaba a punto de acabar, pero él se puso a bailar, haciendo que termináramos de reír. En verdad era como ver a mi padre a pesar de que tuviera los ojos de mi madre.
Días después.
Cerré el casillero y a la vez, el de Peyton también se cerró. Le di casi todos mis apuntes, y a pesar de llevar ya dos semanas, ya se había puesto al tanto de todo. Dejando eso, la muy sinvergüenza, ya había enamorado a un chico, lo dejó, le pidieron estar en grupos privados, pero ella se negó.
Mientras hablábamos y caminábamos por el pasillo, nos dirigimos hacia donde estaban los demás, creí que vendrían al casillero pero se quedaron varados aquí, enfrente del salón.
—Chicas... ¿han escuchado?
—Yo ya ellos los conozco —Mientras más nos acercamos, más claro era de lo que hablaban y tenían una sonrisa de victoria.
—¿Qué pasa? —dijo Peyton cuando llegamos hasta ellos.
—Pues que dentro de unas semanas habrá un concierto de nuestros artistas favoritos.
—¿Quiénes son?
—Son coreanos, a mí me gusta Kim Namjoon.
¿Por qué? ¿Por qué ahora?
—¿Qué? —Dijo Peyton, no entendí bien si estaba asombrada feliz o asombrada confundida, esta vez no lo sé.
—¿Los conoces? —Comenzaron a hablar de ellos y a gritar.
—Yo los conocí en persona porque fui a una reunión de fans y a un concierto de ellos por culpa de Peyton —No quería presumir, bueno, un poco para molestar.
—¿Cómo? ¡¿Los conociste?! —Todos me llenaron de preguntas— Decidido, iremos al concierto.
—Que les vaya bien. Peyton te espero en el coche, bye.
Los dejé hablando solos, me di la vuelta un poco con deprisa. Cuando estaba unos milímetros lejos ellas me detuvieron con solo hablar.
—Oh no, pequeña —Rayos ¿por qué?
1 hora
2 horas
3 horas
4 horas
5 horas después...
¿Saben que estoy haciendo? ¡Pues alistándome para ir a otro concierto de esa mentada banda de cantantes coreanos! Ese no fue un grito de emoción. Mataré a esas chicas.
—¿Estás lista? —Asentí y salimos de casa.
Kim Taehyung
Luego de ajustar mi cinturón, estaba listo para salir a dar un gran espectáculo, el mejor de todos. Miré a los chicos que sonreían de oreja a oreja mientras se animaban entre ellos.
—Saldrá genial chicos.
Todos asentimos dándole la razón a Namjoon. Gritamos algunas cosas y comenzamos a salir al escenario. Todo parecía ir tal y cual planeábamos. La noche fría de Londres era verdaderamente maravillosa, me agradaba.
La canciones que cantábamos daban energía. Se empezó a escuchar la pista, mientras todos en el lugar aplaudían y Jungkook debía empezar a cantar, mientras tanto, comencé a acercarme un poco a la zona VIP, quería ver a las fans que estaban ahí.
Todos se encontraban tan llenas de energías que me hacía sentir tan feliz, hasta que noté que una chica estaba con su rostro sin ninguna expresión y con algo en su mano, moviéndolo sin ganas.
—Taehyung, ven aquí.
Moví involuntariamente mis pies hacia la chica, quería saber si estaba bien, hasta que me di cuenta de quién se trataba... pero si era la chica de la reunión de fans, la de ojos verdes.
—¡Kim Taehyung, Te amamos!
Miré a las chicas que se encontraban a su lado y ella me miró para volver a hacer la sonrisa forzada pero ahora parecía una sonrisa de asco. Me dio gracia y sentí miedo a la vez.
—¿Está todo bien? —Asentí, esta vez le respondí a Namjoon y me acerqué con los demás.
*****
Estaba en el salón del hotel, lo único que escuchaba era la música que se reproducía en mi teléfono. Estaba cansado por el día de ayer, los chicos aún estaban durmiendo y creo que alguien ya estaba comiendo. No sabía si salir para pasear un rato, pero cuándo la canción acabó, me levanté, así que tomé mi abrigo y mi cámara.
—Hyung, saldré un rato para pasear.
Los managers asintieron y un guardia me acompañó.
Empezamos a caminar sin rumbo, mi cámara no podía faltar. Junto con mi guardia, estábamos admirando todo aquel lugar, desde las estructuras de los edificios, hasta los colores que le daban ese toque especial a Londres.
Tomé algunas fotos y el guardia me tomó algunas a mí. Podría hasta considerar las fotos que tomé como tremendo arte, eso era lo que me gustaba.
El helado aire entró a mi pecho, era quisquilloso. Seguimos caminando hasta parar en una calle, me detuve y volví a tomar mi cámara, enfocando de cerca los edificios y las casas sofisticadas de los lados. Mientras hacía aquellos movimientos, mi cámara ligeramente enfocó a una chica. La alejé de mi rostro. Me di cuenta que me había desviado y había enfocado a una chica que se dirigia al restaurante que estaba de enfrente. La curiosidad hizo que volviera a pegar cámara a mi rostro. Podía ver de cerca, podía ver el perfil izquierdo de esa chica, me resultaba llamativo y peculiar. Podría describirlo como exclusivamente elegante y fascinante que no se podría dejar de ver.
En vez de seguir ajustando el lente de mi cámara para poder verla bien, creo que seria mejor acercarme. Dejé que la cámara volviera a colgar de mi cuello y emprendí camino hacia la chica.
—En una hora tal vez llego que todo está muy lleno —Escuché que dijo mientras me acercaba a ella.
Al parecer había venido a comprar comida. Parecía irritada por la gran fila que había y ella estaba de última, bueno, ahora era yo.
—Disculpa señorita, me sederías estar por delante de ti —Una anciana se acercó a la fila. Ella asintió y dejó pasar a la señora.
—La fila está un poco larga —Me miró, pero no parecía sorprendida. Vaya, así que era ella.
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'Imaginarlo así, por las calles de Londres, admirando los diseños y las elegancias de los edificios de la ciudad, cuando la noche parece querer caer y lo importante para él es guardar recuerdos con su admirable cámara, hasta que esta enfoca algo llamativo, algo peculiar, una bella chica.'
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