Siyeon corría por las calles de Seúl algo apurada, estaba llegando tarde a la graduación de Yoohyeon y ésta probablemente la mataría en cuanto no la viera junto a su mamá. Se maldijo mentalmente por no comprar antes el ramo de flores —tal como le había dicho Gyeonghui —pero en el momento lo único que importaba era hacer felíz a su pequeña amiga. Solo tenía que estar.

Por suerte llegó a divisar el edificio antes de que dieran las 9:30 y apuró carrera, confiando en que llegaría a tiempo antes de que se entregaran los diplomas. Se decía que solo necesitaba un poco más de velocidad. ¡Lo estaba logrando!

Para su mala suerte un cuerpo pequeño pero fuete la chocó antes de poner una mano sobre las puertas del gimnasio. Cuando cayó de culo al piso levanto la mirada para insultar a esa persona, pero la detuvo ver una figura delgada y baja que la miraba. La chica tenía un hermoso cabello negro y ondulado. La ajustada polera bajo el tapado color vino delineaba una figura irresistible. Su sonrisa era de película y sus ojos tenían ese brillo tan amable que por un momento la panadera dudó que de verdad fuera ella. Se dijo a si misma que los años habían hecho maravillas con esa mujer.

—¿Bora?

—¿Siyeon? ¿Y tú qué haces aquí? —preguntó con una chillona risa, extendiendole la mano para ayudarla.

—Yoohyeon, vine a su graduación. ¿Y tú? —sonrió aceptando la ayuda de la más baja. Ambas retomaron su camino dentro del enorme patio techado, notando que sus lugares estaban juntos puesto que ambos graduados se apedillaban Kim. Eso significaba un incómodo rato juntas,.puesto que solo Siyeon estaba feliz del reencuentro.

—Vine a la graduación de Seungwoo, mi hermano.

—Increíble em... ¿crees que podríamos ir a almorzar? Ya sabes, todos juntos.

Por un momento el silencio entre ambas fue algo incómodo, tanto por la voz de la señora Kim regañando a Siyeon como por el rechazo interrumpido de SuA.
No había señales de Minji por ninguna parte así que las palabras de la carta se repetían en su cabeza: Y cuídate de Siyeon, probablemente me mate pronto.

Supuso que lo mejor era evitarle a Seung ver a la posible asesina de su hermana mayor. Por eso mismo tocó el hombro de la castaña, apenada de tener que evitarla ya que lucía preciosa ahora que su sonrisa se veía sincera, además de que todo su estilo oscuro había evolucionado a uno mucho más sensual. O al menos eso decía la pollera negra que contorneaba su cadera y muslos. Pero se repitió que sus vidas no podían coincidir, por Seungwoo.

—En realidad él ya tiene planes con sus amigos, lo siento.

—Entiendo.

Después de eso la ceremonia siguió su curso hasta que cada graduado sostenía su diploma. Hubo aplausos, discursos y lágrimas, también abrazos y felicitaciones que sonaban por todas partes. Todos los adultos jóvenes se veían emocionados por tener sus títulos universitarios, todos querían comezar esa nueva etapa con toda la energía del mundo.

Yoohyeon tuvo que salir al patio para no sentirse abrumada, la atención y muchas personas cerca suyo seguían alterandola. Sus compañeros eran agradables pero si a la ecuación le sumaban alcohol, musica y drogas ellos se volvían una bomba de tiempo. Yoohyeon debía alejarse de todas esas cosas si quería seguir estable, además ahora lo único que quería era descansar de los exámenes en un restaurante con su mamá y su mejor amiga.

Llegó a preguntarse por qué Bora estaba sentada junto a Siyeon, pero esos años de su vida eran algo que prefería mantener lejos, para estar bien consigo misma.

Entonces las puertas del gimnasio se abrieron, cientas de personas abrigadas empezaron a salir junto a chicos y chicas con birretes negros en la cabeja y tunicas azules. Las caras en varias y a algunas podía identificarlas hasta con nombre completo.

Entonces la vio.

Vio sus ojos rebosantes de vida, vio su sonrisa y esa adorable nariz de.conejo que tenía. Yoohyeon ya se había hartado de derramar lágrimas por creer ver a Minji, pero cuando esos ojos castaños no se detuvieron a mirarla se sintió extraña. ¿Eso era un adiós?

Supuso que sí cuando bajo la mirada y no hubieron lágrimas cayendo al suelo. Solo sintió un par de brazos agitandola de un lado a otro. Al subir la mirada Siyeon estaba mirándola con una sonrisa increíblemente brillante y solo un poco atrás su mamá la miraba con orgullo.

—¿Lo logré?

—¡Lo lograste YooYoo! ¡Te graduaste!

—¡Lo hice! —gritó saltando sobre su mayor y atrapandola en un abrazo. También sonriendo con satisfacción por si misma.

—Ven te cargo, muero de hambre —Siyeon le dio unas palmaditas en el trasero para que le hiciera caso y cuando lo logró se volteó, agachandose un poco para que la más alta se volviera a colgarse de ella.

La señora Kim suspiró viendo a esas dos jugando como si tuvieran cinco años y tomó todo lo que no podían cargar para caminar a su lado.

—Siyeon, te hará mal a la espalda.

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Fin
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¡Hola otra vez!

Espero que les haya gustado el final, aún si Yoohyeon no encontró la piedra filosofal para revivir a Minji jeje~

Decidí que la historia sea así (corta) por que sentí que si alargaba el final terminaría por mo soltar la historia nunca más. Pero los personajes necesitaban un cierre y creo que logré darselos satisfactoriamente.

¿Opinan igual o no?
Saben de sobra que adoro leer sus opiniones, así que son bienvenidas.

Gracias por acompañarme y...
Nos leemos en la próxima historia~ ♡