3
El sabado Siyeon se fue a trabajar rezando al universo por que su plan funcionara, en especial por que el perrito no apareciera descuartizado.
El día pasó normal, con el recuerdo constante de sonreír y no dar mal el cambio. Estaba un poquito más acostumbrada a las caras que iban todas las mañanas y a la que iban por las tardes. También se acostumbraba a terner el bastón de la vieja apuntandole cada dos por tres.
Por suerte el agotador día pasó y volvió a casa donde Yoohyeon la esperaba sentada en la cama, mirando el cuadro y con Pie entre las piernas.
Había lágrimas pero no señal de golpes, así que la mayor estuvo más tranquila al irse a trabajar el Domingo.
Llegó el Lunes otra vez, estaban desayunando en silencio cuando se escuchó la puerta. La tranquilidad del hogar se rompió cuando el pequeño perrito empezó a ladrar agudamente, corriendo hacia la puerta con sus pequeñas patitas. Siyeon fue a abrir la puerta mientras que la rubia tomaba en abrazos a su rata fea. Y casi se le cae al piso al ver a su mamá del otro lado del umbral.
El reencuentro fue emotivo, pero lamentablemente Siyeon tuvo que retirarse después de una rápida presentación. Si llegaba tarde se las tendría que ver con su jefa la vieja y no tenía ganas de recibir un bastonaso en la cabeza.
Todo parecía ir viento en popa esa semana, Siyeon iba a recibir su primer sueldo, Yoohyeon estaba tranquila con Pie y la señora Kim — Gyeonghui nombre se pila— ya estaba buscando trabajo después de tres años, no aspiraba a nada alto teniendo en cuenta que era una ex-convicta de cuarenta y muchos.
El único y gran problema para la mujer era el constante llanto de su hija, que se repetía cada día a la misma hora y que duraba al menos dos horas hasta que se quedaba dormida junto al cochorro.
El sábado por la noche, cuando volvieron a tener luz y gas gracias a la peliazul, las dos mayores se sentaron a tener una larga charla sobre el tema "Minji". En la que Yoohyeon estuvo escuchando con la oreja pegada a la puerta de su habitación, algo molesta de que Siyeon dijera cosas tan feas de Minji. Aunque en el fondo sabía que todas y cada una de ellas eran la pura verdad.
Pero no lo podía aceptar y eso la había dejado irritada todo el Domingo, haciéndole la ley de hielo a su amiga apenas despertaron.
La señora Kim era la primera en despertarse, le hacía el desayuno a las dos menores con cariño y se sentaba frente a su café, esperando que su celular sonara con una oferta de trabajo, o al menos una entrevista. Siyeon aparecía después con cara de muerta y se servía café esperando a que Yoohyeon saliera del baño. Pie también comenzaba a dar vueltas por toda la casa esperando a que alguien le diera atención y/o algo de comida.
Cuando el baño se desocupaba la peliazul se levantaba y la rubia se sentaba, llamando a su rata fea para darle galletitas y caricias en la cabeza.
Así comenzaban a ser los días, rutinarios pero estables. Pie se convertía en una consentida, Yoohyeon llegaba a tener una o dos recaídas por mes, la señora Kim obtuvo un trabajo de cajera a mediados de agosto y Siyeon pasó el mejor cumpleaños de toda su vida junto a su crush, una tierna mascota además de una mujer muy dulce que se estaba ganando todo su cariño. Incluso la vieja de su jefa le dio diez minutos más de descanso y un yogurt de frutilla.
Las fiestas llegaron en un pestañeo, las cuatro pusieron de su parte para que fueran días alegres y que comieran rico.
Año nuevo fue especialmente explosivo, pues apenas dieron las 12 Siyeon tomó la cintura de Yoohyeon para besarla otra vez después de tanto tiempo. La menor lo correspondió hasta que el llanto no la dejó seguir y se fue a la habitación corriendo. Lo que pasó dentro fue todo un misterio hasta que el 1ro de Enero salió toda moretoneada y llena de rasguños, además sus piernas termblaban y estaba afónica.
Su misión era obtener un vaso de agua, pero antes de irse tachó con un fibron el día 7. Su cumpleaños.
—No quiero festejar nada.
—¡Vamos! Podemos hacer lo que tu quieras —animó su mamá. —Vas a cumplir 18 años, tienes que salir a divertirte.
—¿Te gustaría que fuéramos a comprar libros? Sé que te gusta leer.
—Uhm... bueno, pero no quiero que me canten nada.
Las dos mayores le prometieron no cantar nada, pero aún así le compraron un pastel de frutillas, le pusieron una vela y fueron a despertarla con el desayuno a la cama, esperando que eso la animara.
En marzo Siyeon al fin pudo comprarse su propia cama, y aunque le apenaba ya no poder abrazar a su pequeña, se puso feliz de tener sabanas nuevas.
Mayo fue difícil, el 17 en especial ya que era cumpleaños de Minji, además de su aniversario de defunción. Siyeon y Gyeonghui se la pasaron sobre Yoohyeon, ya que no había querido comer en todo el día, se la pasó llorando y golpeandose con la bota.
Al día siguiente la habitación era un desastre y había rastros de sangre en las sábanas de la menor. Que por suerte tenía a dos personas que curaron los cortes en su piernas y cara.
Por suerte, después de todo el daño que se hizo, llegó un momento en el que prometió hacerse cargo de si misma, para dejar de molestarlas.
Pasó el cumpleaños nro. 50 de la señora Kim y el nro. 20 de Siyeon, que decidió volver a tenirse el pelo de castaño para dejárselo crecer tranquila.
La segunda Navidad juntas fue mucho mejor. Hubo intercambio de regalos y un brindis alegre, pusieron música, comieron cosas dulces y tomaron una copa mientras veían los fuergos artificiales. Yoohyeon se metió adentro conseguida para calmar a Pie, teniendo un momento a solas para llorar, extrañando a su primer amor, esa que le había marcado la vida y sería imposible de olvidar.
En año nuevo reafirmó su promesa de cuidarse a si misma y su primer paso fue buscar una carrera que le interesara para estudiar. Ninguna pareció interesante hasta que llegó a la conclusión de que ser veterinaria era lo suyo, le gustaban los animarles y esperaba que eso todavía la mantuviera lejos de tantas personas.
En Marzo empezó a estudiar todo lo necesario para presentar una solicitud en un par de universidades cercanas. Estaba decidida a ser aceptada y comenzar a rearmar si vida.
Siyeon pasó un feliz cumpleaños nro 21 sabiendo que su pequeña había sido aceptada en las dos universidades. Le encantaban ver como día a día se ponía mejor, y se dijo que escapar de aquél horrible lugar había sido la mejor elección de su vida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro