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∆Epílogo∆

Hola a todas y todos, el día de hoy concluye está historia. Quiero agradecerles a cada un@ de ustedes por acompañarme en este proyecto. Fue maravilloso escribir esta historia Jackunzel, que viene siendo mi  primera historia. Gracias por sus lecturas, sus votos y comentarios, realmente me animaron mucho a seguir.

Esta historia es muy importante para mí porque me permitió expresar mis sentimientos desde la perspectiva de una chica (en todas mis historias siempre he narrado desde la perspectiva de Hiccup y de Jack) y me permitió ver la terrible situación de violencia que existe en todo el mundo. A pesar de ser un fanfic quise expresar la violencia de género y lo que una mujer está expuesta.

Está historia nació de otra historia Mericcup llamada "Prisioner" pero cuando le fui dando forma quise que fuera una historia de fortaleza y esperanza para todas las chicas.

Las mujeres somos muy fuertes, valiosas, inteligentes, hermosas y maravillosas, debemos apoyarnos la una a la otra, pedir ayuda y no quedarnos calladas.

Tienen una amiga en mi por si alguna vez se sintieran sofocadas, temerosas, tristes o felices, siempre intentaré apoyarlas y animarlas ❤️

Gracias July por todo el apoyo que me has dado y por animarme a crear y terminar la historia.  

Por último pero menos importante, hice un booktrailer de la historia con mucho cariño espero les guste.

También tengo planes de hacer este fanfic una historia de verdad y publicarla en una editorial para poder llegar a más personas y poner mi granito de arena por la igualdad de género y erradicación de la violencia.

Y estaré haciendo más historias Jackunzel, tengo una en borradores que espero sacarla en este año y que espero también les guste ^-^ así como One-Shots Mericcup y una historia TB4.

Gracias una vez a tod@s ustedes nuevamente. Les quiero mucho.

Att: Vane c:


∆∆∆


Había pasado un año desde que Drago Mano Dura había muerto. Fue un año de muchos cambios, adaptaciones y de nuevas oportunidades.

Hiccup y yo asistimos a un programa de desintoxicación y rehabilitación junto con terapias para poder seguir viviendo de una manera más sana y tranquila, aceptando y superando cada una de los casas traumantes por las que pasamos. No fue sencillo, fue... Más difícil de lo que imaginé pero aquí estoy, después de un año me alegra saber que he avanzado y que he recuperado un poco de dignidad y humanidad.


-¿Qué haces?- pregunto a mi hermano quien está concentrado en la pantalla de su computadora.

-Yo... Estuve pensando en volver a estudiar- mordió su labio y su vista se dirigió a mí, se encontraba algo nervioso e indeciso- lo platiqué con la terapeuta y me dijo que era una gran idea, mamá cree que sigo siendo inteligente y yo... Bueno, creo... Creo que podría intentarlo, ¿tú qué piensas?

Hiccup hablaba levantando los hombros, acto que hacía cuando se ponía nervioso. Lo miro con sorpresa y le sonrío con gran entusiasmo. Que mi gemelo pensara en volver a estudiar era increíble.

-Pienso que es una gran idea Hicc, eres muy inteligente y me alegra que hayas tomado la iniciativa. Estoy muy orgullosa de ti.

Camino hasta su silla y retengo las ganas de abrazarlo, la terapeuta nos había recomendado que no hubiera interacción física hasta que nosotros diéramos permiso. Eso nos había ayudado mucho a recobrar un poco la confianza con nosotros y los demás.

-Vamos abrázame, estoy tan emocionado y asustado que no sé si es lo correcto- rió y no esperé un segundo más para acorralar a Hiccup entre mis brazos.

-Lo harás bien, llevabas un promedio excelente, te aceptaron en la escuela de robótica sé que podrás lograrlo- le animo separándome un poco de él.

-¿Y qué tal si ya no soy tan inteligente? Han pasado... Cuatro años Punz y las drogas y todo eso pudieron dañar mi cerebro y...

-No eres menos inteligente que hace unos años Hiccup, eres muy capaz de hacer cosas grandiosas con esa mente- tocó dos veces su frente sacándole una pequeña risa- has estado practicando y aprendiendo con Hiro, los robots una sido increíbles, el teléfono del señor Haddock quedó como nuevo y no sé qué hiciste con el microondas pero es genial. Eres asombroso hermanito y es una gran idea que vuelvas a estudiar, yo te ayudaré a repasar todos los temas.

Hiccup vuelve a abrazarme con un poco más de fuerza, escondiendo su rostro en mi pecho murmurando gracias.


El caso entre mi familia también había sido raro, es decir, volver a convivir con mi madre y conocer a mi padre fue extraño pero me agradaba pasar el tiempo con ellos y se que a Hiccup también le gusta aunque no lo exprese verbalmente. El señor Haddock había resultado más divertido y simpático de lo que imaginé, era un papá salido de las películas: siempre preocupado por nuestro bienestar, respetando los límites que habíamos impuesto y queriéndonos tal vez demasiado. Mi hermano y yo no estábamos acostumbrados a que se nos diera tanto amor, si Cass Hamada era muy cariñosa con nosotros Estoico Haddock... Era el triple. Aún así me gustaba que fuera lindo con nosotros, siempre había tenido miedo a que nos rechazara como mi madre nos había dicho.

Gothel también había sido una gran ayuda, tampoco estaba acostumbrada a estar con tantas personas y mucho menos a estar con nosotros sin pelear, sin embargo, hizo un gran esfuerzo por mostrarnos su apoyo y cariño. Poco a poco fue bajando la guardia con el señor Haddock y se le veía más feliz.


La puerta sonó y grité que podían pasar, mi madre entra con un plato lleno de hot cakes envuelto en crema pastelera y chispas de chocolate con muchas velas encendidas. Hiccup y yo nos separamos al escucharla cantar.

-Feliz cumpleaños a ustedes, feliz cumpleaños a ustedes, feliz cumpleaños queridos hijos, feliz cumpleaños a ustedes.

Al final el señor Haddock también había llegado detrás de mi madre con otro plato de hot cakes decorado de la misma manera. A mí madre siempre le había gustado que cada uno tuviera su propio pastel, aunque terminaba comprando o haciendo dos cosas iguales lo importante era que cada quien tuviera sus propias cosas.

-Muchas gracias- sonrío escuchando como mi estómago ruge por comida.

Nos acercamos a la mesa en dónde colocaron nuestro desayuno y juntos soplamos las diecinueve velas. Estaba emocionada por mi cumpleaños, teníamos la costumbre de ser despertados muy temprano por mi madre y Meg con nuestro desayuno favorito, cuando comenzamos a vivir con el señor Mano Dura Hiccup y yo intentamos hacernos nuestros propios hot cakes pero todos los años había sido un desastre.

-Están deliciosos- halaga Hiccup devorando su desayuno.

-Creamos una nueva receta, le colocamos amaranto a la mezcla y leche de almendras, la crema pastelera nos ayudó Cass a prepararla- explica el adulto castaño con alegría.

-Quisimos hacerles algo especial por ser un día especial. Solo lo mejor de lo mejor- concluyó mi madre con una gran sonrisa.

Les invito a que coman un poco de mi desayuno y abrazo a la mujer de cabellos azabaches.

-Gracias- murmuro sin quitar la sonrisa sintiendo como mi corazón se revolvía por tan lindo detalle.

-Su padre tiene otra sorpresa, ¿no es así, Estoico?

El señor Haddock nos quería mucho, pero todavía nos costaba hablar e interactuar con él. Mi madre era nuestra intermediaria para poder tener una mejor comunicación entre todos.

-Si yo... He...- el señor castaño buscó en sus bolsillos algo nervioso y cuando lo encontró se aclaró la garganta- mandé a hacer esto para ti, cada vez que tengas miedo o estés nerviosa ábrela y te dará algo de paz.

Me entrega una caja de terciopelo colo vino, la tomo con delicadeza y la abro, al instante sale una hermosa flor dorada dando vueltas al son de la melodía. Aquella cerámica tenía incrustaciones de pequeños diamantes dorados para resaltar más la flor.

-Cuenta la leyenda que debías cantar una canción especial para que la mágica flor dorada te concediera lo que más deseas: belleza, juventud, salud e incluso a un ser querido fallecido...- se sentó en un sillón para quedar un poco más a mi altura y comenzó a cantar al son de la música- Flor que da fulgor, con tu brillo fiel, vuelve el tiempo atrás, volviendo a lo que fue. Quita enfermedad, y el destino cruel, trae lo que perdí, volviendo a lo que fue. A lo que fue..

La habitación se quedó en silencio mirando a mi padre y a la cajita musical. Estaba anonadada con su regalo, era... Precioso.

-La cantaba todas las noches, pensaba que tal vez podría volver al tiempo y hacer las cosas bien, o que podía volver en el tiempo a recuperar la familia que perdí... A mí me ayudó todos estos años y espero que te guste y te sea de ayuda. Estaré siempre para ti, feliz cumpleaños Rapunzel.

No encuentro palabras para agradecer tal presente, ni si quiera puedo pensar en algo así que me acerco lentamente y lo abrazo poco a poco sintiendo calidez en mi pecho.

-Gracias... Papá, es bellísimo, me encanta gracias.

Desde que me había quedado sola con el señor Mano Dura había repudiado por completo mi nombre y lo que significaba. Toda aquella magia y admiración por llamarme como una mágica flor había desaparecido y solo podía sentir asco pero ahora... Comenzaba a agradarme mi nombre y el nuevo y gran significado que poseía. Me gustaba escuchar historias sobre aquella mágica flor dorada y el porqué les gustaba tanto a mis padres, me hacía sentir especial.

Y comenzaba a creerlo, creía que en serio era especial.

Mi padre le regaló a Hiccup un libro sobre la cultura vikinga, ambos compartían una gran fascinación por los vikingos y aunque Hiccup no lo admitiera le gustaba tener gustos en común con su progenitor. Para mí mellizo el conocer todo sobre los vikingos era su más grande pasatiempo, desde pequeño quería encontrar una conexión con nuestro padre y quería ser tan fuerte y valiente como aquellos guerreros.

Hoy mis padres harían una celebración por nuestro cumpleaños número diecinueve, por estar juntos de nuevo y salir adelante. La idea me agradaba demasiado que había salido con Cass a comprar ropa especial para la ocasión y aproveché para comprar algo también para Hiccup.

-¿Qué te parece?- pregunto dando vueltas haciendo que mi vestido volara un poco.

-Creo que me gusta, gracias- responde mi mellizo arreglándose el moño frente el espejo- ¿Jack y tú se vestirán igual?

Bromeó y yo asiento con una sonrisa.

-Así es, pero no te sientas celoso- golpeó levemente su hombro- tu y yo combinamos perfectamente.

Ambos nos miramos en el gran espejo, parecíamos dos jóvenes normales. Habíamos ganado peso y las ojeras habían desaparecido casi por completo, el color a nuestro rostro había vuelto y el brillo de nuestro cabello también. Éramos personas diferentes y me gustaba ver algo agradable frente al espejo.

-No estoy celoso de Jack, son demasiado empalagosos para mí gusto.

Hiccup no había tenido alguna relación amorosa hasta el momento, no era algo que le atrajera, sin embargo, había dejado de entrometerse entre el chico peliblanco y yo, hacia su mayor esfuerzo por llevarse bien con Jack y creo que ahora le caía un poco mejor.

-A mí me gusta.

-Lo sé- me sonríe- y me alegro por ti. Es una buena persona.

Llaman a la puerta y permito que pasen, dejando ver a Jack con dos grandes cajas de cumpleaños.

-Hablando del rey de Roma- murmura mi hermano divertido.

-¡Jack!- corro hacia él impresionada por el tamaño del regalo. Una vez que coloca las dos cajas en el suelo lo abrazo y el chico de bellos obres azules me levanta un poco.

-Feliz cumpleaños princesa- murmura en mi oído. Bajo un poco mi cabeza para quedar a su altura respirando el mismo aire que él.

-¿Si les dije que no quería verlos besarse o cualquier otra cosa, cierto?

Jack suspiró rendido y me baja con delicadeza, pasando su brazo por mi espalda.

-Lo siento, feliz cumpleaños Hiccup- vuelve a decir mi chico y las cajas saltan robándonos un susto. Jack se apresura a cerrarlas y a continuar-  es un pequeño detalle para cada uno. La caja verde es de Hiccup y la morada de Rapunzel.

Ambos nos acercamos a la caja correspondiente y Jack levanta sus manos que detenían lo que quería salir.

Me quedo en shock al ver salir un perrito color blanco, de la caja de mi hermano sale un cachorro de color café. Ambos movían sus colitas y brincaban para salir del reducido espacio.

-Sé lo mucho que extrañan a Chimuelo y me pareció una buena idea que tuvieran un compañero de aventuras de nuevo- explicó Jack a unos pasos de nosotros.

Me arrodillo frente a la caja y tomo con suavidad al pequeño can quien intenta lamer mi rostro, suelto una pequeña risa y lo acaricio un poco sintiendo una pequeña opresión en el pecho al recordar a Chimuelo.

-Gracias- susurro con lágrimas asomándose- gracias es... N-No se que decir, es precioso.

Miro hacia el chico de cabellos blancos y le sonrío, haciéndole una seña para que viniera a mi lado para abrazarle.

-¿No es lindo, Hicc? Lo voy a llamar Maximus- miro a mi hermano quien no ha emitido palabra ni movimiento alguno.

-¿Eh? Ah sí si, es g-grandioso...- mira a Jack un segundo y su vista vuelve inmediatamente al cachorro que mordía uno de sus dedos- gracias. 

El chico de cabellos castaños se levanta con rapidez y sale de la habitación con aquel animal en brazos. El silencio se vuelve pesado hasta que mi hermano desaparece de nuestra vista. 

-¿Lo estropeé, cierto?- Jack pregunta con una mueca en su rostro. 

-Por su puesto que no- me apresuro a decir. La cosas entre Jack y Hiccup eran... raras, a pesar de que Hiccup intentaba interactuar con Jack parecía más bien que le daba verguenza estar frente a mi novio por todas las cosas que presenció cuando estuvieron secuestrados. Hiccup le agradecía a Jack internamente el que haya abogado por él pero, le costaba trabajo externarlo. Y comprendía a mi hermano, yo había pasado por una situación similar con la diferencia que cuando Jack me encontró yo estaba lo suficientemente drogada para recordar. 

Jack también había asistido a terapia unas cuantas veces, ambos fuimos la ayuda del otro para poder salir adelante  y me ayudó con Hiccup en sus peores días. Nuestra relación sufrió bastantes tropiezos y tempestades pero supimos como salir de cada una de ellas, fortaleciendo el amor y confianza. 

-Ya sabes que Hiccup es... algo inexpresivo pero le encantó. Fue una gran idea- le sonrío, tocando su barbilla girándolo un poco hacia mi. 

-Eso espero- farfulló nervioso- no me gustaría ser el responsable de que no la pase bien en su día. 

-Imposible- beso la punta de su nariz, sacándole una diminuta sonrisa- él estará bien, tampoco quiero que tu estés triste, es mi día especial también. 

El pequeño can se metió entre nosotros impidiendo a nuestros labios unirse, ambos reímos y jugamos un rato con mi nuevo compañero hasta que la fiesta comenzó y llamaron para hacernos presentes. 

Era una pequeña fiesta con amigos míos y de Hiccup junto con algunos amigos de confianza de mis padres. El señor Haddock y mi madre agradecieron a todos por asistir a la fiesta y dieron un pequeño discurso por ayudarles a volver a estar juntos. Cada persona presente dio unas palabras de felicitación por nuestro cumpleaños y luego proseguimos a cenar. 

Hiccup se levanta de su asiento a lado mío, tocando un par de veces su copa para llamar la atención de todos. Me sorprendo un poco por la inesperada acción de mi mellizo y solo lo miro expectante como los demás.

-Gracias por estar el día de hoy con nosotros- comenzó, aclarándose la garganta para no titubear- no he festejado mi cumpleaños en un largo tiempo y es extraño celebrarlo de nuevo. 

Hubo un silencio de cinco segundos en donde yo dejé de respirar. 

-Cada uno de ustedes ha estado conmigo y con mi hermana a lo largo de nuestras vidas, gracias por su apoyo y su cariño. Nunca he sido una persona que confíe fácilmente en la gente, si les soy sincero la persona en quien puedo confiar totalmente es Rapunzel- volteó a verme con una sonrisa y le devuelvo el gesto aún sin saber qué es lo que hace- le prometí que siempre seríamos ella y yo contra el mundo, pero ustedes me demostraron que necesitaba más aliados para enfrentar la vida. En esta noche quiero agradecer a una persona en particular que hizo esto posible, alguien en quien no confiaba en absoluto y que hubiera deseado que se apartara de mi melliza al instante en que lo conocí- tomo la mano de Jack por debajo de la mesa y ambos nos tensamos- Jack Frost. Fuiste y sigues siendo una luz en la vida de mi hermana, tu lograste hacer lo que yo nunca pude: hacerla feliz. Gracias por cuidar de ella y gracias por cuidar también de mí. No iniciamos bien y a pesar de que no quería conocerte ni entablar cualquier relación contigo tu estuviste en uno de los peores momentos de mi vida, te has preocupado tanto por Rapunzel como conmigo y no me queda nada más que agradecerte frente a todos el apoyo, el cariño y las risas que me has dado. Estoy realmente feliz de que hayas llegado a nuestras vidas.

El lugar permaneció en silencio, miraba a Hiccup con asombro sin poder pensar en algo coherente. Hiccup se estaba abriendo frente a mucha gente para expresar aquellos sentimientos hacia mi novio.

Por supuesto que quería que mi hermano hablara con Jack solo que no esperaba que lo hiciera frente a todos el día de hoy.

Después comenzaron los aplausos y los vitoreos hacia el peliblanco quien estaba estupefacto. Hiccup tiende su mano hacia él y Jack la acepta con rapidez, levantándose de su lugar y asintiendo aún sin creer lo que sucedía.

-Gracias, Hiccup.

Sonríe y el chico castaño asiente con una sonrisa.

Al terminar de cenar Jack me saca a bailar y acepto con gusto. Coloco mi mano en su hombro y él la coloca en mi cintura. Las manos derechas se entrelazan y comenzamos a movernos de un lado a otro al son de la música.

Sonrío admirando cada detalle del rostro de mi chico, volvía a tener color en sus mejillas a pesar de ser muy pálido, las diminutas pecas adornando sus pómulos y sus labios totalmente recompuestos. Había ese brillo encantador en sus ojos que me hacían sentir segura y amada, Jack siempre me había visto de una manera única haciéndome sentir de la misma manera.

-Te amo, princesa- murmuró acercando su rostro más al mío.

-Te amo, príncipe.

Sonrío y paso ambas manos por el cuello del peliblanco, acercando mis labios con los suyos. Jack posa ambas manos en mi espalda y comienza un beso lento y delicado, calentando mi interior. Mi corazon acelera sus palpitaciones y mi respiración es irregular. En mi interior siento estallar todas mis entrañas por la felicidad de tener al chico de mis sueños entre mis brazos.

Al terminar el beso ambos nos perdemos en las miradas del otro, sonriendo, guardando el momento para siempre.


Desde niña siempre había soñado con encontrar a mi príncipe azul y me rescatara de la torre más alta para vivir felices por siempre.

Soñaba en una familia completa y feliz como lo hacían en la televisión: a una madre atenta y cariñosa, un padre amoroso y protector, un hermano divertido y comprensivo. 


Al dar las once de la noche salimos al jardín y el espectáculo de los fuegos artificiales dió inicio.

-Fue muy lindo lo que hiciste hace rato, con Jack- le felicito con un gran sonrisa a Hiccup.

-Debía agradecerle por todo pero no encontraba un momento adecuado- se encoge de hombros mirándome a los ojos.

-Te quiero- confieso abrazándolo.

-Yo también te quiero hermanita, feliz cumpleaños Rapunzel- besa mi cabeza

-Feliz cumpleaños Hiccup.


Mi realidad era una muy diferente a lo que yo soñaba, rebasó todos los niveles de imaginación que pudiera tener y por un largo tiempo creí que había caído un un hoyo sin salida. Nada era como la televisión ni como los cuentos de hadas que Meg me leía cada noche antes de dormir. Y es que no puede haber felicidad si no hay dolor, no aprecias todo lo que tienes hasta que lo pierdes por completo.

Mi vida no era el cuento de hadas que deseaba, aún después de que Drago dejó de existir nada había sido de color rosa. Estaba aprendiendo a vivir la realidad, a afrontarla con el apoyo de mi familia y mis amigos porque no estaba sola, ahora tenía a personas conmigo que me brindan su apoyo.


Hiccup y yo admirábamos las luces y figuras en el cielo hechas solo para nosotros. Jamás habíamos tenido la oportunidad de ver el espectáculo tan cerca. El chico de cabellos castaños toma mi mano y continua mirando aquel regalo que mi padre nos daba cada año.

Mi madre se une a nosotros por detrás, junto con Estoico colocando sus manos en nuestros hombros. Estiro mi mano izquierda para tomar la mano de Jack y jalarlo hacia nosotros.

Cierro los ojos unos segundos dejando que todos los sentimientos que existían en mi ser fueran tomando lugar.


No había terminado, aún me quedaba mucho camino que recorrer, tanto que aprender... Pero en estos momentos, con mi familia unida de nuevo a mi lado cerraba un capítulo y abría uno nuevo.

FIN

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