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∆Capítulo 9∆

>>Necesito conseguir empleo
Necesito conseguir empleo
Necesito conseguir empleo <<

Era lo único que me importaba en ese momento, era lunes y no había pensado nada para conseguir un nuevo trabajo, y necesitaba conseguirlo pronto, y apuesto a que sería más difícil porque todavía no soy legal y porque nadie quisiera a una empleada con antecedentes de "agresión al cliente". Se me ocurría ir con el señor Rivera, antiguo jefe de mi hermano y pedirle algún puesto en su zapatería, pero sabía que la respuesta sería negativa porque si años antes no quería mujeres ayudándolo a reparar zapatos ahora mucho menos.

-¿Sabes qué pienso? Que deberíamos irnos a la playa en Navidad- Ana me zarandeó levemente para traerme a la conversación de la mesa en la cafetería. Le sonreí sin saber de lo que estaba hablando y asentí tomando un puñado de frootloops.

-¿A la playa?- preguntó Wasabi incrédulo- ¿acaso estás loca? La playa más cerca queda a tres horas y ninguno tiene permiso para conducir- se cruzó de brazos.

-Un pajarito me dijo que tú tienes un permiiisooo- habló mi amiga cantarina, Wasabi abrió sus ojos asombrados y azotó sus manos contra la mesa estruendosamente.

-¿Quién te dijo eso?- la señaló con el dedo índice entrecerrando sus ojos, comencé a reírme por cómo se había delatado solito, una técnica que Ana suele usar a menudo para que sus "sospechas" se deshagan.

-Tú me lo acabas de confirmar ahora mismo- sonrió con autosuficiencia y Kristof, Eugine y yo soltamos una sonora carcajada.

-JAJAJAJA, ¡cinco años y tú sigues cayendo en la misma trampa, viejo!- le palmearon la espalda los otros dos chicos que se reían conmigo.

-Pero Ryder también tiene permiso, ¿porque no le pides a él que te lleve... porque no le dices a tu novio que te lleve a la playa?

-Yo jamás te pedí que nos llevarás a la playa queridísimo Wasabi, pero aceptamos tú invitación. Además, Flyn tiene moto y no cabemos los siete, en cambio tú tienes un carro y respetas los límites de velocidad y esas cosas- mi amigo palideció y todos volvimos a reír por la cara de estupefacción que tenía.

-Niña astuta- murmuró por debajo dándole una mordida a su Sandwich.

-Me lo dicen muy seguido.

Ana siguió hablando sobre las vacaciones que podemos tener en la playa y yo comenzaba a dejar de prestarle atención una vez más, giré un poco mi cabeza hacia la izquierda sin quitar mi cara de "poniéndole atención a Ana" y divisé a la entrada la cabellera platinada de Jack, quien hablaba con Honney Lemmon que volvía a clases después de lo sucedido con el mayor de los hermanos Hamada. Me les quedé viendo, Honney asentía con una sonrisa melancólica y Jack depositaba su mano en el hombro de mi amiga para después brindarle un abrazo sonrío levemente al ver el gesto del chico hacia Honney y entonces abrí los ojos por completo al tener una idea de cómo conseguir un empleo: La tía Cass.

"-¿En qué piensas Punzinela?- Tadashi me espantó por detrás al estar tan entretenida viendo como las chicas porristas practicaban.

-¡Tadashi me asustaste!- golpeé su hombro con mi mano y ambos comenzamos a reírnos.

-Ese era el plan boba- hablo obvio, rodeo los ojos negando con la cabeza y mi amigo aprovecha para tomar unos cuantos frootloops de mi envase para llevárselo a la boca rápidamente.

-¡Hey! ¡Eso es mío!- le grité intentado que no se los comiera pero ya era tarde.

-Me encantan estas cosas- hablo con la boca llena.

-Bueno ahora tendrás que comprarme otra cajita porque eso era mi desayuno- me crucé de brazos pasándole la caja con el poco cereal que quedaba.

-¿Estás de broma, no?- preguntó sonriente tomando más aros de colores- Bien, ya te compraré más. La tía Cass tiene una caja entera y sin abrir en casa, ¿porque no vienes después de la escuela?- propuso.

-¿De qué hablan?- Hiccup se hizo presente tomando siento a mi lado.

-Me robó mi cereal y ahora me debe otro- acusé al chico de cabellos azabaches. Hiccup soltó una pequeña risa y de su mochila sacó otra caja de frootloops, la abrió y me la pasó tomando unos cuantos en el camino.

-¡Gracias!- tomé la caja de cereal de mi hermano- ¿No son asombrosas?- pregunté refiriéndome a las chicas porristas que estaban entrenado. Ambos chicos miraron a la misma dirección que yo antes de hablar.

-¿Esa no es... Mérida Dumbroch?- preguntó mi gemelo entrecerrando los ojos.

-Si, si es- afirmó Tadashi.

-Se ve muy bien con ese uniforme- comentó mi hermano enamorado.

-Pues háblale- le animó Tadashi.

-¡¿Qué?! No no no ni loco, ella no me conoce- Hiccup hablaba rápido haciendo movimientos con sus manos y hombros.

-Fuiste dos años y medio con ella en la primaria, obviamente te conoce, duh.

-Pf, pero ya no me habla... me habla menos de lo que me hablaba en esos dos años- Hiccup tomó otro puño de cereal algo desanimado.

-Quiero meterme con ellas- anuncié cambiando de tema y ambos chicos dirigieron su atención hacia mi.

-¿Qué?- preguntaron al unísono.

-Lo que escucharon- sonreí- quiero ser porrista y aprovechando que Mérida está dentro puede ayudarme para que me acepten- me encogí de hombros.

-¿Sabes que la líder es Ariel, verdad?- Tadashi fue el primero en hablar luego de un pequeño silencio.

-Si, peeero ella no es quien toma las decisiones del equipo, es la entrenadora así que iré con ella creo que todavía no es muy tarde para ser parte del grupo.

-Vamos a la mitad de nuestro primer año en secundaria, ¿cómo no va a ser tarde para entrar? Es ridículo Rapunzel, no vas a entrar- declaró Hiccup molesto.

-No lo es- insistí- y voy a entrar, si quiera quiero intentarlo, creo que podría hacer amigas ahí.

Mi gemelo suelta una sonora carcajada tirando la caja del cereal al piso regando todo su contenido en el suelo.

-¿Amigas? ¿¡Tengo que repetirte que está Ariel ahí y te odia!? Por favor, entrando ahí es el peor lugar para hacer amistad, serias cara nada fácil para todas las chicas que te detestan...

-Pero es otro comienzo Hiccup, ahora estamos en secundaria y ya crecimos, no puede seguir odiándome.

-Aveces me pregunto si eres estúpida o te haces- Hiccup se llevó las manos a la cabeza comenzando a desesperarse. Cerré fuertemente mis puños al escuchar esas palabras salir de su boca, no era estúpida y no me hacía, solo quería una amiga.

-¿Tú qué opinas, Tadashi?- pregunté al chico que nos miraba con algo de nervios, tragándome el nudo que se había formado en mi garganta.

-Amm, estoy de acuerdo con Hiccup...- rodee mis ojos sabiendo que no entenderían- creo que serias presa fácil con esas chicas, lo mejor sería que estuvieras alejada de Ariel lo más posible y ver que otro taller te interesa, uno el cual no sea tan... arriesgado.

Las chicas comenzaban a amontonarse para cargar a otras y dar vueltas en el aire.

-Y eres muy buena haciendo amigas, eres muy social, a puesto a que ya tienes a alguien con quien juntarte en los recesos- me sonrió convencido de sus palabras.

-Ninguna me habla- bajé la vista a mis manos- no sé porqué. Mérida me habla a veces pero las demás cuando me ven se alejan y no entiendo porque.

-Porque todas se juntan con Ariel- respondió molesto mi hermano aún con las manos sosteniendo su cabeza- ¿Y sabes qué? Si por alguna razón llegaras a quedarte no tienes uniforme ni ropa de entrenamiento y mucho menos habilidades.

-Soy flexible y se bailar y cantar aunque creo que ellas no cantan. Y si tengo ropa deportiva- le golpeé en su hombro harta por su actitud negativa-
Tadashi ayúdame- hice un puchero esperando contar con la ayuda de mi amigo.

-Sigo diciendo que es arriesgado y no creo que Ariel y su grupito hayan cambiado mucho a pesar de que también influye mucho eso de la belleza, tu estatura. tu peso... No se, creo que ser porrista no es lo mejor- se encogió de hombros volviendo a ver a las chicas que practicaban su rutina.

-¡Exacto! No pueden reclutarte si estás gorda- mi hermano coincidía con Tadashi, abrí mi boca para hablar pero en seguida el chico azabache tomó la palabra, siendo interrumpido por mi hermano.

-Yo nunca dije...

-¿No crees que ya tenemos suficientes problemas como par que los tengamos en la escuela también? Dime, ¿qué acaso no lo estás haciendo para que ella se sienta "orgullosa" de ti? Entiende de una vez que a mí madre nunca le darás contentamiento- habló fríamente.

-¡Eres un estúpido!- grité- ¡Ambos lo son!- señalé a Tadashi quien estaba impresionado por las palabras de Hiccup.

-¡La única estúpida aquí eres tú!

-¡Quiero una amiga, Hiccup! ¿Es tan difícil entender eso? ¡Que a ti te guste ser el llanero solitario no significa que a mí si! Cuando ustedes tienen ideas nerds yo siempre estoy apoyándolos, ¿porque no pueden hacer lo mismo por mí una sola vez? ¡Y no lo hago por mamá, tengo muchas formas de demostrarle que soy valiosa!

-¿Cuales son? Nunca te hemos pedido ayuda para elaborar nuestras "cosas nerds"...

-Chicos...

-No tienes absolutamente nada que demostrarle a mamá para que se sienta orgullosa de ti, todo lo que haces es por ella, pero nada funciona y esto tampoco funcionará sólo demostrarás que eres una fácil con falta de atención. ¿Quieres enseñarle en su cara que fue mala idea apartarte de su lado? Entonces demuéstrale que eres inteligente, que no eres una tonta niña rubia del montón."

-¿A quién estás espiando?- habló en voz baja Eugine sobresaltándome.

-A nadie- contesté dándome cuenta que  Honney y Jack habían desaparecido, ahora Honney se encontraba frente a nosotros concentrada en sacar su desayuno. Me confundí por unos instantes, aquel recuerdo había parecido tan real.

-Aún así, Navidad en la playa no sería tan genial porque habría mucho calor y Navidad es una época de frío- Wasabi y Ana seguían peleando sobre ese loco viaje que mi amiga tenía pensado.

-Esa es la idea, que tengamos una Navidad diferente y estemos todos juntos, ¿acaso tengo que recordarles que este es nuestro último año juntos? ¡El tiempo es oro! Cada día que pasamos juntos es el último, así que tenemos que aprovechar al máximo.

Nuestro último año juntos. Qué horror. Y pensar que años atrás ninguno se preocupaba si quiera por cumplir años, o lo que íbamos a estudiar. ¿Qué tan rápido había pasado el tiempo?

-Se oye genial tu idea Ana- Honney Lemmon fue la primera en romper el silencio que se había formado- pero creo que la mayoría pasa esas fechas con su familia- se encogió de hombros dándole una mordida a su Sandwich.

-Podemos ir como triunfo de que todos terminamos la preparatoria- Kristof propuso con una ligera sonrisa.

-No estarán todos- pensé en voz alta y todos dirigieron sus miradas hacia mi. Me arrepentí por pensar eso en voz alta, pero era cierto, no podía evitar imaginarme a Hiccup y Tadashi sentados con nosotros emocionados por su último año, estando de acuerdo en que sería bueno salir todos a celebrar que salimos como pudimos de la preparatoria. Los imaginaba carcajeando por cualquier chiste que tuviera que ver con matemáticas o robótica y todos los demás riendo por la risa de los chicos que era contagiosa.

-Lo siento, no debí decir eso- me disculpé con todos, a los que había dejado sin aliento.

-Están en nuestros corazones, siempre van con nosotros aunque no estén físicamente- Eugine habló con seriedad y comprensión- Todos sabemos que Hiccup y Tadashi también lo hubieran logrado, Hiccup en donde sea que esté tal vez esté terminando la prepa y Tadashi ya tenía asegurado su lugar en la universidad de Robótica. Y no esta mal pensar en ellos, Hiccup y Tadashi fueron miembros de nuestro grupo de perdedores muy queridos y nos duele, pero siempre los llevamos en nuestros corazones y nuestras memorias. Nos tenemos el uno al otro para afrontar los obstáculos de la vida, y el salir a la playa para celebrar el logro de todos me parece genial.

Eugine me abrazó con su brazo izquierdo con el derecho abrazó a Honney, y yo abracé a Ana y ella a Kritof y Kristof a Wasabi y Wasabi a Honney.

-¡Aww se están dando un abrazo grupal y no me esperan!- gritó Fredd y se unió entre Honney y Wasabi- Que lindos somos, ¿porque nos estamos abrazando?- pregunta nuevamente el chico rubio haciendo que todos riéramos y rompiéramos el abrazo.

-Porque nos iremos a la playa terminando el ciclo escolar- respondió con gracia mi mejor amigo sin dejar de rodearme con su brazo.

-¿¡En serio!?- gritó fuertemente abriendo sus ojos mientras se le formaba una sonrisa- ¡Es fantástico! El helicóptero de mi padre nos puede llevar hasta allá, así que pongan fecha.

Nos levantamos de nuestros asientos para dirigirnos a nuestro edificio y volver a nuestras clases mientras seguíamos platicando y bromeando sobre el viaje de graduación del año siguiente.

-¿Cómo no se me ocurrió primero decirle a Freed que nos llevara?- Ana hablaba sin poder creer la gran idea de Freed sobre el helicóptero.

-Porque no pensaste en ir por aire- respondí obvia sacando el cuaderno de historia.

-El año pasado les pedí a mis papás un helicóptero de regalo de cumpleaños, y de Navidad, y del 14 de Febrero, y del día del Niño, ¿y sabes qué pasó?

-Te compraron uno de juguete.

-¡No! ¡Ni si quiera uno de juguete!- azotó sus manos en la banca tirando algunos lápices que tenía fuera.

-Ana- la reprendí agachándome por mis cosas.

-Lo siento, volviendo al tema, ¡no me lo regalaron! Dijeron que era muy chica para tener un helicóptero y que ni siquiera lo sabía pilotar.

-Bueno, eso es cierto, ni siquiera sabes manejar- comenté estando de acuerdo con sus padres.

-Ya estoy aprendiendo- me corrigió y reí ante su pequeña mentira- bien, aprenderé pronto. Pero agh, en serio quería ese helicóptero, así sería súper fácil llegar a todos lados.

Solté una carcajada ante el comentario de mi amiga, me seguían sorprendendiendo los berrinches de Ana y algunos otros chicos (si no es que de casi toda la escuela) por las cosas que les pedían a sus padres y no las conseguían. La facilidad que tenían en comprar cosas de tal magnitud y que ese sea su único gran problema en su vida.

"-No somos como ellos Rapunzel, no encajamos en su mundo de familias perfectas y vidas arregladas. Que no se te olvide."

-Bueno, ya llegará tu oportunidad para comprártelo si eso quieres- me encogí de hombros apuntando lo escrito en el pizarrón.

-Si, lo sé, voy a hacer algo para conseguirlo por mis propios medios.

-¿En serio?- la miré asombrada dejando de escribir.

-Así es, creo que es una buena forma para demostrarles a mis padres que soy responsable y que sirvo para algo- ahora era mi amiga quien estaba anotando sin cesar en su cuaderno.

-Ya verás que se darán cuenta que tienen una hija excepcional- le brindé una sonrisa sincera posando mi mano en su hombro para reconfortarla.

Sonrió con melancolía y continuó escribiendo el apunte que estaban a punto de borrar.

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-No puedo creer que estemos a punto de terminar el temario- Jack habló incrédulo mirando su cuaderno lleno de apuntes, anotaciones clave y ejercicios, muchos ejercicios.

-Te dije que terminaríamos a tiempo- le sonreí ampliamente- a demás, eres bueno en esto.

-¿Eso crees?- sus ojos desbordaban esperanza.

-Lo creo- ensanché más mi sonrisa encarnando una ceja- incluso podría pensar que ya lo sabías.

-Pf, claro que no lo sabía- le restó importancia- estuve perdiendo el tiempo en clase, si tenía los apuntes fue porque mis amigos me lo pasaron.

Reí levemente y volví mi vista hacia los ejercicios del chico para checar que estuvieran bien.

-¿Tienes planes este sábado?- dejo de poner atención a los ejercicios y me concentro en él.

-Depende, ¿porque?- pregunté insegura.

-Quiero invitarte a una fiesta, bueno, a la fiesta de mi hermana. Cumple diez este sábado y le haremos una fiesta en salón y todo eso. ¿Qué dices? Será divertido, siempre soy el encargado de hacerle sus fiestas y la diversión nunca falta.

Jack me entregó una invitación de la mujer maravilla con los datos de la fiesta, la tomo delicadamente y la leo detenidamente:

¡Te invito a mi fiesta!
Este sábado 5 de octubre del 2017 a las 13:00 horas en el salón "La Casita del Árbol" en avenida Polo Sur, calle madrigueras #24
¡No faltes!

Sonreí tiernamente al leer aquello, jamás me habían invitado a una fiesta infantil.

-Creo que puedo ir un rato- le sonreí y una idea paso por mi cabeza- ¿crees que pueda invitar a un amigo? Hace unos meses también cumplió diez años y algo de aire fresco le haría bien.

-Mientras más mejor- amplió su sonrisa- te estaré esperando, créeme te vas a divertir como nunca, y adorarás a mi hermana, es un amor de niña.

-Claro, me gustaría conocerla- reí un poco y guardé la invitación en mi cuaderno de tareas y seguí revisando los últimos ejercicios del chico que comenzaba a caerme bien.

-¿Crees que pase el examen?- preguntó bajando un poco más la voz minutos después, con un tono inseguro en ella, algo nuevo en él. Y antes de que pudiera responderle unos chicos interrumpieron en la biblioteca.

-¡Frost! ¡Ahí estás! ¿Qué haces metido en este lugar?- la voz de Hans nos tensa a ambos y Jack guarda todas su cosas y aventándome algunas, haciendo una pose de desinterés.

-¡Hans!- Jack se levanta del asiento de inmediato y choca los cinco con el detestable chico pelirrojo, de tras de él vienen su bola de niños ricos mimados sin cerebro: Encantador y Patán. Quienes por suerte no notaron mi presencia y aproveché a guardar algunas cosas.

-Hola preciosa- habla Patán de mi lado derecho con un tono seductor asqueroso.

-Largo si no quieres que te arroje gas pimienta- amenacé sin mirarlo.

-Déjala en paz Patán- habló Hans tranquilamente- Hola Rapunzel.

-Hans.

Y hubo un silencio tenso luego de nuestro encuentro, ¿desde hace cuanto que no nos saludamos formalmente? Segundos después Hans comenzó a reír y por obviedad los otros dos chicos también en un intento de cambiar el ambiente hostil que se había formado.

-¿Rapunzel es tu nueva conquista Frost? ¿En serio, ella?- pregunta Encantador sacudiendo su larga cabellera rubia.

-¡No!- negó rápidamente asustado y luego me miró- No- volvió a decir y su vista volvió hacia los tres chicos- No, no lo es.

-¿Entonces qué hacías con ella?- ahora es Patán el que lo interroga

-¿Estabas estudiando? ¿El típico cliché de hacerte el que no sabe? Aunque bueno, todos sabemos que no sabes mucho Jack- habló esta vez Encantador con su tono egocéntrico de siempre.

-¡Qué no! No estaba estudiando con ella, por favor. Jamás estudiaría con alguien como ella para alguna materia porque voy bien en todo y ni si quiera la conozco, solo estaba de paso y...

Suficiente. Salí rápido de aquel lugar negando con la cabeza repetidamente, reprimiendo las ganas de querer golpearlo, que imbécil se había comportado, y más imbécil me había visto yo al comenzar a llevarme con él sabiendo con qué grupo de amigos se junta.

Tomé el autobús hacia la colonia San Frasokio intentando calmar toda la cólera que me provocó la escena anterior, me negaba a creer que me sentía triste en cierto punto porque ingenuamente confíe en aquel chico de ojos azules.

-Creo que ya encontré a mi perra perfecta para esta noche.

Mi mente queda en blanco al escuchar esas palabras tan cerca de mi, entro en shock al sentir cómo el señor pasa su brazo al rededor de mis hombros y mi respiración comienza a hacerse pesada, imágenes y recuerdos sobre él diciéndome cosas asquerosas y tocándome por todos lados invaden mi cabeza, mi visión se vuelve borrosa y siento las lágrimas de desesperación a punto de salir.

"-Zorra, eso es lo que serás a partir de ahora, ¿entiendes?"

Rápidamente busqué el gas pimienta que traía en mi mochila mientras intentaba zafarme de su agarre.

-Aquí bajamos, me acompañas querida- levanto la vista al escuchar las palabras de un chico de cabellos castaños con una amplia sonrisa, el señor aprieta más su agarre en los hombros y yo acepto su mano saliendo inmediatamente del autobús con el corazón latiéndome desenfrenadamente. Suelto la mano del chico y me volteo buscando el aerosol.

-Estas...- el tocar mi hombro me giré rociándolo con el gas pimienta echándome a correr una vez que me soltó.

No sabía en donde estaba, necesitaba encontrar algún lugar para poder llamar a la Tía Cass y ubicarme.

-¡Oye espera!

-¡Aléjate!- le grité amenazándolo con el gas pimienta en mis manos.

-Tranquila, solo quiero ayudar- levantó sus manos, cerrando un poco sus ojos para evitar que el gas se metiera en ellos nuevamente.

-¿Cómo sé que no mientes?- pregunté con desconfianza.

-Porque te ayudé hace dos minutos con el tipo que te estaba acosando- bajó un poco sus manos acercándose lentamente acortando la distancia entre nosotros dos. Lentamente bajé el aerosol manteniéndolo en mi cintura por cualquier cosa. Cuando estuvimos de frente y me sonrió tranquilamente el gas resbaló de mis manos al ver lo similar que se parecía a mi hermano.

-Hiccup- susurré incrédula.

-¿Dijiste algo?- preguntó amablemente sin quitar su sonrisa.

Cerré la boca por la impresión negando rápidamente.

-No no, amm te paces a alguien que conozco, es raro- murmuré desviando la mirada y alejándome un poco.

-Me llamo Eithan- se presentó extendiendo su mano. Dudosa acepté su saludo.

-Ana- mentí apretando nuestras manos.

-Esta cosa si lastima- me entregó mi gas pimienta soltando una pequeña risa juguetona- sólo había visto el uso de estas cosas en las películas y series, nunca en la vida real- se frotó sus ojos rojos por el químico y me sentí un poco culpable por haberlo rociado.

-Lo siento yo... entré en pánico- jugué con el pequeño frasco en mis manos.

-No pasa nada, me alegra haberte ayudado- lo volví a mirar y su sincera sonrisa me hizo sentirme tranquila, haciendo que yo también sonriera- Puedo acompañarte a tu casa para que llegues sana y salva, si me lo permites, claro- habló con cortesía.

-No voy a mi casa- recojo un mechón de cabello detrás de mí oreja y río levemente- voy a "Los Rolling Scones" creo que no está muy lejos, bueno, no sé dónde estamos- hablé tan rápido que parecían balbuceos, muerdo mis labios para dejar de hacerlo e Eithan solo ríe y se cubre la boca para disimularlo.

-Yo no conozco por aquí- se encoge de hombros- pero el google maps siempre ayuda- saca su teléfono y pone el nombre del restaurante de los Hamada- Según esto dice que está a treinta y dos minutos siguiendo en esa dirección- señaló a la derecha y ambos caminamos hacia el restaurante de la tía Cass. En el transcurso del viaje ambos platicamos de lo primero que se nos venía a la mente incluso si era una bobería, todo el trayecto a casa de los Hamada nos la pasamos riendo y haciendo comentarios graciosos como si nos conociéramos de toda la vida.

-Fue agradable pasar un tiempo contigo, Ana- paró de reír un poco al estar frente a la pastelería, asiento con una gran sonrisa estando de acuerdo con el chico.

-A mí también me gustó, ¿no quieres...- iba a invitarlo a qué pasara a tomar algo pero en eso su teléfono sonó y tuvo que contestar después de hacer una mueca.

-¿Quién habla? Ya sé que eres tú mamá... fue solo una broma... ajá... si ya sé... bueno... me fui a pasear más tarde regreso... ¡claro que te avisé!... Bueno le dije a Pily que te avisara... ya ya no te enojes... si si ya sé... que ya sé... ya voy para allá.... si adiós- mira molesto su teléfono y luego vuelve a mirarme relajando su mirada- lo lamento, es mi madre. Se vuelve algo histérica cuando no salgo sin avisarle aunque sí lo hice pero bueno, tengo que irme, iré a comer con unos amigos de mis padres y ya voy tarde.

-No te preocupes, gracias por ayudarme en el camión y a traerme hasta aquí- agradecí algo decepcionada de no poder platicar más con él. 

-Volveré pronto- se encogió de hombros con una sonrisa- y probaré lo mejor que sirvan aquí.

-Vas a querer volver después de probar las delicias que hace mi tía aquí- reí levemente, Eithan alzó sus cejas de incredulidad y ambos volvimos a reír.

-Bien, ya veremos si me impresiona, porque soy algo especial con eso de la comida- habló en susurros- nos vemos Ana, fue un placer conocerte.

-Nos vemos.

Nos despedimos y entré rápidamente al restaurante de la tía Cass soltando un suspiro. 

-Hola tía Cass- saludé al llegar a la barra al fondo del lugar.

-¡Hola Rapunzel, que milagro!- la señora castaña se giró para verme una enorme sonrisa decorando su rostro y con platos en cada una de sus manos.

-¿Necesitas ayuda?- pregunté señalando los platos en sus manos con mis ojos.

-Claro querida, estos son para la mesa cinco y estos otros para la ocho, por favor nena.

Llevé los platos de mi mano derecha a la mesa cinco y los de mi izquierda a la mesa ocho y regresé con ella para poder platicar.

-¿A qué se debe tú grata presencia? Adoro tenerte aquí y lo sabes pero han pasado muchos meses que no vienes, o al menos no por cuenta propia- se recargó en la barra de madera limpiándola un poco, tomo asiento frente a ella dejando mi mochila en el banco siguiente.

-Quise venir a saludar, ver cómo estaban tú y Hiro después de... lo sucedido con Tadashi- siento un dolor en mi pecho y me carraspeo la garganta para poder continuar.

-Estamos bien, bueno, es complicado aún no me acostumbro y me cuesta asimilarlo- sonríe melancólicamente- y Hiro- suelta un largo suspiro antes de volver a hablar- no ha ido a la escuela y no quiere comer, no quiere ver a nadie, se la pasa en su cuarto la mayor parte del tiempo. Le afectó demasiado perder a su hermano, aunque intento que salga unas horas él se niega... tal vez deba darle algo más de tiempo.

Me paso del otro lado de la barra para poder abrazarla.

-¿Tú cómo estás?- pregunta después de unos minutos en silencio, rompiendo el abrazo.

-Bien- la castaña levantó sus cejas incrédula por mi respuesta- Voy asimilándolo poco a poco. Aveces recuerdo muchos momentos que pasamos juntos, incluso antes de que Hiccup se fuera y... creo que nunca le agradecí lo suficiente por lo que hizo por nosotros, incluso a ti no te agradecemos lo suficiente, es decir, sin su ayuda mi hermano no se hubiera animado a estudiar en una escuela de robótica, ni a entrar a concursos donde pruebe sus habilidades, ni a tener novia- me detuve un momento dándome cuenta que tenía una sonrisa adornando mi rostro, muchos recuerdos pasaban por mi mente y no quería esfumarlos- y yo no hubiera entrado al equipo de porristas sin tu ayuda- ambas reímos- ni a muchas otras cosas, y el ver la banca vacía en los recesos y cuando nos juntamos y no está junto con mi hermano... no se, es muy difícil... ahora solo cruzo los dedos para que no le pase nada a Eugine.

Volvimos a abrazarnos y aproveché para limpiar unas cuantas lágrimas que habían salido. Nos separamos al escuchar a varias personas pidiendo la carta del día para poder ordenar. Al cabo de unos minutos más tarde la señora Hamada volvió y recordé el porque había venido.

-Tía Cass- llamé su atención-¿no crees que te falta un ayudante, empleado con muchas ganas de trabajar?- pregunté mostrando una sonrisa recargándome en la barra. En ese momento la señora castaña se detuvo y se giró a verme de pies a cabeza encarnando una ceja y luego viendo a su alrededor.

-Si, si lo necesito, ¿porque la pregunta, querida?- llevó los platos sucios al fregadero dentro de la cocina a donde yo la seguí. Me encogí de hombros como respuesta.

-No lo sé, tal vez puedas pensar en tu servidora como una excelente opción.

-¿No estabas trabajando en... como se llama... Starbucks?- preguntó sorprendida ante mi petición.

-Tuve algunos problemas- comencé a jugar con los dedos de mi mano mientras le resumía lo que había pasado- y me despidieron, que bueno, yo ya iba a renunciar porque todo el trabajo lo hacía yo y mi compañero no hacía nada y eso era injusto y...

-¿Cómo que te despidieron?- me corto ante mi explicación y me quedé callada- Rapunzel- insistió. Suelto un suspiro rendida.

-Tuve un problema con unas clientas.

-¿Clientas?- encarnó sus cejas nuevamente.

-Ariel y ellas fueron a beber algo y no querían que las atendiera y...

-¿Es ese el grupo a donde se fue la traidora de Mérida?- interrumpe mi tía.

-Si... creo que ella estaba ahí también- comenté restándole importancia.

-¿Y qué fue lo que paso? No puedo creer que me siga costando sacarte información Rapunzel- se llevó una mano a su frente pues comenzaba a desesperarse.

-Lo siento- murmuré- Me estaban insultando y humillando en frente de otros clientes, y... también hablaron mal de Hiccup y, le di una cachetada- paramos en seco al terminar de decir mis últimas palabras, la tía Cass me veía con asombro, no podía creer lo que acaba de decir. Me daba un poco de pena contarle esto, no es que me sintiera muy feliz de haber golpeado a Ariel... o tal vez si me sentía feliz porque se lo merecía pero ese no era el momento y por su culpa y por la mía había perdido mi trabajo.

-¿Tú fuiste la primera en dar el golpe?- preguntó atónita. Evadí su mirada pues estaba comenzando a sentirme algo incómoda.

-Si... p-pero ella me provocó, dijo cosas horribles de Hiccup en frente de todos que no son ciertas y, y yo intenté hablar de una forma civilizada con ella y con todas las demás pero no me dejaron y... en serio lo siento Cass, no fue del todo correcto haberla golpeado y menos en un lugar público, puse en riesgo mi empleo y mi reputación y... y no se. Si hubieras estado ahí entenderías el porqué reaccioné de esa manera.

-Te creo nena, tranquila. Desde que tú y Hiccup pelearon y decidiera marcharse esa chica te hace la vida imposible, creo que antes de todo lo ocurrido con tu hermano ya comenzaba a hacerlo, ¿cierto?- asentí en forma de respuesta sin atreverme a mirarla, estaba concentrada en estrujar mis dedos por el nerviosismo- estuvo bien que te enfrentaras con ella, y como dijiste no fue el mejor momento para hacerlo pero te defendiste y defendiste a Hiccup, que es lo importante. Les enseñaste que no eres débil....

-Sólo les demostré que me sigue lastimando que piensen así de Hiccup y.... -"que me duele que todas sus acusaciones contra mí son reales"- y que me sigan haciendo la vida difícil.

-Te tienen envidia, a ambos los envidian mucho, por eso los trataron tan mal pero no deben dejarse, no debes seguir permitiéndolo nena. Eres una chica fuerte, valiente y segura de sí, demuéstrales que a Rapunzel Corona no la pisotearan nunca más, que vale la pena conocerte y que todo lo malo que te ven es todo lo que más detestan de ellas mismas- me brindó una enorme sonrisa tomándome de las manos para captar mi atención, me obligué a sonreír de la misma forma recordando sus palabras una y otra vez: fuerte, valiente y segura de sí, todo lo que no soy-Estoy encantada que por fin hayas decidido aceptar trabajar conmigo, y por supuesto que te contrato el puesto a sido tuyo desde hace quién sabe cuántos años.

-Gracias Cass- volví a abrazarla por tercera o cuarta vez en el día sintiendo una inmensa tranquilidad recorrer todo mi cuerpo- no te voy a fallar, y será temporal hasta que encuentre otra cosa, no quiero abusar de tu generosidad.

-Pf, tú no abusas Rapunzel, ya te dije, es fabuloso que hayas aceptado sirve también que traes alegría al local y a la casa.

-Será un placer.

Y ambas reímos levemente.

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-...¡Cause you had a bad day
You're taking one down
You sing a sad song just to turn it around
You say you don't know
You tell me don't lie
You work at a smile, and you go for a ride
You had a bad day
The camera don't lie
You're coming back down, and you really don't mind
You had a bad day
You had a bad day!

Eugene y yo cantábamos a todo pulmón interrumpiendo a los demás chicos que se apresuraban a terminar sus tareas antes del que receso terminara.

-¡Shh! ¡Bájenle dos rayitas a su escándalo!- nos calló  Honney Lemmon poniendo su dedo índice en sus labios.

-O mejor ya no canten- propuso Kristof.

-Pero si les gusta como canto- protesté animadamente acomodándome el auricular.

-Cuando te empeñas en cantar peor que Eugene, lo logras y aturden mis oídos- bufó molesto Wasabi. El chico de cabellos caoba y yo nos miramos unos segundos y comenzamos a reír fuertemente mientras nuevamente el coro se volvía a repetir.

-¡Ya cállense, todos ustedes están desconcentrándome!- Ana nos lanzó su goma y volvimos a reír un poco más fuerte y volvió a concentrarse en sus dibujo- ¿Me pasan mi goma? Ya me equivoqué- Eugene le lanzó la goma de regreso y Ana también río, soltando un suspiro- Hoy estás de muy buen humor, es genial.

-Gracias creo que seguiremos cantando para que se les quite el mal genio a todos.

-¡NO!- todos gritaron al unísono dejándonos a Eugene y a mí sorprendidos.

-¿Y si cantamos bonitos algo que les guste a todos?- propuso mi mejor amigo viendo su play list.

-Y sirve que se relajan un poco en sus actividades- sonreí viendo un mom Neto a mis amigos y luego el teléfono de Eugene, sonreí al ver cuál era la canción que había elegido y comenzaba a sonar en los auriculares- Vamos, esta se la saben... en especial Wasabi- hablé con voz cantarina mientras golpeaba dos veces la mesa y luego daba un aplauso. Eugene me siguió alentando a los demás.

-¿Qué comiste el día hoy?- preguntó Kristof extrañado.

-Nada.

-Déjala hermano, no sonríe ni habla tanto como ahora desde hace mucho tiempo, disfruta el momento y ponte ya a cantar- lo calló Fred empezando a cantar.

-Buddy you're a boy make a big noise
Playi...

-Hola chicos- la voz de Jack Frost nos detuvo a todos.

-¿Qué haces aquí Frost? Estábamos haciendo cosas importantes- habla con desagrado el chico de ojos miel deteniendo la canción- si es por el reporte de biología te lo entrego en clase, no urge.

-No vine por el reporte- se apresuró a decir.

-¿Entonces porqué estás aquí?- pregunta Honney lo que todos en silencio preguntamos.

-Vine a hablar con Rapunzel- me miró fijamente y yo me eché a reír.

-¿Tú? ¿Hablar conmigo? Noooo, ¿cómo crees? Voy a arruinar tu reputación, alguien tan "importante" no puede ser visto con la zorra de Rapunzel Corona.

Jack, al igual que todos en la mesa abrieron enormemente sus ojos ante mi contestación.

-Yo nunca dije...

-Largo Frost, ella no quiere verte y ninguno de nosotros tampoco- habló fríamente mi mejor amigo.

-¿Desde cuándo necesita que alguien hable por ella?- pregunta el peliblanco con el ceño fruncido.

-Desde nunca- contesté viendo un poco molesta a Eugene- si esto es un reto de tus amigos...

-No lo es, yo solo quiero arreglar lo que pasó ayer, fui un completo idiota.

-Imbécil, quiso decir- murmuró Fred.

-Pues hazlo, yo no tengo nada que ocultarles a mis amigos.

>>Mentirosa<<

-Bien- comentó en voz baja, carraspeo su garganta antes de volver a tomar la palabra- No quise decir todas esas cosas pero... no se- dejé de escucharlo al ver que en unas mesas más lejanas los chicos más populares y odiosos estaban murmurando y riendo en voz baja mirando hacia nuestra mesa.

-Te perdono, me voy a clases- tomo mis cosas y me levanto del asiento.

-¿Sabes Jack? Pareces un buen chico pero... hay factores que te hacen menos atractivo- habló Ana encogiéndose de hombros.

-¡Rapunzel espera!

Jack me alcanzó en los casilleros tocando ligeramente mis hombros.

-Por Favor- suplicó- estoy intentando ser una buena persona solo que... hay situaciones en las que actúo como el viejo Jack, todavía estoy trabajando en eso. Te..

-¿Ay por favor no vas a caer en sus mentiras o sí?- interrumpió una vez más el chico de ojos avellanas.

-¿Nos podrías dejar unos minutos a solas, Flynn? ¿Por favor?- pedí amablemente y mi amigo luego de dudar un poco accedió- ¿Y bien?- me crucé de brazos levantando una ceja.

-Te falté al respeto, nunca fue mi intención insinuar que eras... una chica así, perdóname. Sólo quisiera una segunda oportunidad, ese no era realmente yo.

Veía arrepentimiento sincero en sus ojos y en su actuar, algo que no veía hace mucho tiempo.

-¿Porqué insistes en ser mi amigo?- dejé fluir esa pregunta que me carcomía desde hace unos cuantos días atrás.

-Veo en ti algo diferente, todos hablan cosas sobre ti pero sé que no es cierto, sé que para todo hay razón y todavía vaga en mi memoria el recuerdo de una dulce y risueña niña la cual fue mi primer amiga en toda mi vida.

Me quedé en silencio unos minutos meditando sus palabras. Ya no era esa niña dulce y risueña, por más que lo intente no puedo volver a ser ella, no importa cuantas pastillas para regular mi estado de animo me tome jamas podría igualar a todo lo que Jack describe.

-No puedo confiar en alguien cuyos amigos me han lastimado y han lastimado a las personas que amo- decidí decir la verdad, tenía miedo.

-¿No habíamos acordado no tenemos prejuicios por nuestros amigos?- pregunta levantando una ceja.

Aprieto mis labios para no gritarle que ellos no son sus amigos pero me trago mis palabras y asiento levemente.

-Sólo dame una oportunidad más Punz.

Punz.

Aquel obre nombre me hizo estremecer, me había gustado como sus labios lo habían pronunciado.

-Bien- murmuré sin mirarle- acepto tus disculpas.

El chico me regalo una hermosa sonrisa a la cual no pude resistir igualar.

-Gracias... Espero verte el sábado.

-Ahí estaré.

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