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∆Capítulo 38∆

Disparo una y otra vez acercándome al cuerpo agonizante de aquel demonio, aprieto mis dientes y mi cuerpo se tensa.

>>Muere, muere, muere<<

Las balas se agotan y la vida de Drago Mano Dura deja de existir, su cuerpo es rodeado por su misma sangre, sus ojos han quedado abiertos, como si la primera bala desconocida que atravesó su cráneo lo sorprendiera.

Caigo de rodillas al suelo y una ola de adrenalina invade mi cuerpo, comienzo a golpear el cuerpo inherte con tanta fuerza dejando salir todos aquellos sentimientos que había reprimido por tanto tiempo.

-Rapunzel- una voz de mujer me asusta y tomo la pistola de nuevo apuntándole.

La mujer levanta sus manos y se acerca lentamente hacia mi sin intenciones de hacerme daño. Bajo el arma y limpio mi rostro para ver mejor la figura que está frente a mi.

-Mamá- susurro y volteo a ver al hombre muerto para después abrazarla, sin comprender lo que sucedía.

-Está bien, estás a salvo, ya estoy aquí- murmura envolviéndome en sus cálidos brazos.

-¿Cómo... Nos encontraste?- balbuceo confundida después de un pequeño silencio. 

-Es algo complicado... Ya te contaré ahora tenemos que salir de aquí, Punz.

Habló. Asiento separándome de ella, sintiendo calidez en mi pecho por aquel apodo.

-Hiccup... Jack... - no podía articular una frase coherente, los gritos ahogados de Hiccup taladraban mis oidos, seguía sacudiéndose y lastimándose por las sogas que lo mantenían atado.

-Ve por Jack, Meg y yo ayudaremos a tu hermano.

Me mira a los ojos con preocupación y un escalofrío recorre mi espina dorsal. Asiento mareada, gateando hasta llegar al chico peliblanco que seguía temblando.

-¿Jack?- susurro, tomando su rostro entre mis manos, acercándolo a mí para escuchar sus lentas respiraciones- Jack, ¿m-me escuchas?

El chico había cerrado sus ojos pero al escucharme logró entreabrirlos, quiso decir algo pero solo salieron palabras que no pude entender.

-Vas a estar bien, quédate conmigo- hablo un poco más fuerte y descanso su cabeza en mis piernas. Me quito la blusa que traía y se la coloco antes de volver a ponerle la chamarra.

-Jack- lo llamo de nuevo y no recibo respuesta. Las pulsaciones de mi corazón vuelven a acelerarse y la cabeza vuelve a punsarme al saber que estaba perdiéndolo- No no no, Jack quédate conmigo por favor.

El aire comienza a hacerme falta y lo abrazo lo más fuerte que puedo escondiendo mi rostro en su cuello, necesitaba transmitirle calor.

No recuerdo cuanto tiempo me quedé en esa posición, sentía que estaba alucinando que todo era un juego de mi mente para mantenerme con vida.

-...Punzel...

Mi cuerpo se tensa al sentir una delgada mano en mi hombro moverme, levanto un poco mi cabeza y veo la distocionada figura de Meg. Sorbo mi nariz sintiendo la lenta respiración de Jack en mi pecho y trato de prestar atención.

-Te ayudaré a cargar a Jack, vamos.

Si estaba alucinando, ¿porqué no pensar en que había ganado y podía ser libre?

Asiento ladeando un poco la cabeza para que dejara de molestarme y ser de ayuda.

Si esto era un sueño, entonces quería que fuera el mejor de todos.

Salimos de la fábrica con rapidez y nos dirigimos a un auto que estaba a unos metros esperándonos. Abro la puerta trasera y espero a Meg quien me da de nuevo el cuerpo flácido de mi novio. Hiccup entra por el otro lado de la puerta sin hacer ruido alguno y después Meg, al último entra mi madre en el asiento de copiloto y pide que arranque.

-Al hospital- habla mi madre.

Me sorprendo un poco al ver a Cass en el volante, me brinda una pequeña sonrisa por el retrovisor y comienza a andar el auto.

-Prende la calefacción- pide Meg desde atrás.

Cargo a Jack como un bebé y comienzo a hablarle para intentar evitar que pierda la conciencia.

-Jack no te duermas, resiste un poco más, estoy aquí.

Una y otra vez las mismas palabras. El chico contestaba a veces con murmuros intendibles y otras veces solo gemía débil.

El interior del coche se calentó rápidamente hasta hacerme querer abrir la ventana, pero no era suficiente, seguía sintiendo el helado cuerpo de Jack Frost contra el mío, temiendo que yo hubiera llegado tarde para rescatarlo.

Suelto un respingo al sentir la mano de Hiccup entrelazarse con la mía, volteo a verlo un poco sorprendida percatándome de lo demacrado que se veía. Sus ojos habían dejado de brillar, estaban rojos e hinchados por tanto llorar y aún así trató de regalarme una sonrisa tranquilizadora. Muerdo mi labio para reprimir las ganas de llorar.

Mi hermano, mi terco, malhumorado y sobrepotector hermano estaba hecho trizas. 

Hiccup se recorre un poco más hacia mi, recargando un poco su cuerpo con el mío sin soltar nunca mi mano. Temblaba tanto como yo y como Jack pero no dijo nada.

-Lo siento...- susurro.

Hiccup levanta su cabeza y me regala un intento de sonrisa, besa mi frente y el agarre de su mano se intensifica un poco.

-Cuando hundido estás, tan abajo estás, que no ves salida del lugar...

Me sorprendo escuchar a Hiccup cantar con la voz rasposa y seca, le miro atónita y mis ojos se llenan de lágrimas.

A pesar de todo lo sucedido, mi hermano seguía ahí. 

-Como el canguro tres saltos das, dos de lado como un cangrejoJ, tres al frente y uno atrás.

Jack parece reconocer la canción y murmura el tono. Meg se une a la canción y yo solo puedo concentrarme en mis recuerdos. Aquella canción le servía mucho a Hiccup cuando enfermaba, mi madre se la había aprendido y cuando mi hermano alucinaba esa canción lo mantenía despierto, justo como a Jack. Aprieto mis labios sintiéndome asfixiada, las lágrimas caen con lentitud y el dolor en mi cabeza martillea con fuerza.

-Y ese fue Peter, el baile de Peter, baila Peter Panda así.

Hiccup terminó haciendo manos de jazz y de la garganta de Jack salió una extraña risa.

Repetimos la canción un par de veces junto con palabras para que Jack no se durmiera hasta que por fin llegamos al hospital.

Cass estacionó el auto frente a urgencias y salimos corriendo, el aire frío choca contra mi cara mareándome de nuevo. Mi madre explicaba a los doctores la situación del peliblanco mientras me lo arrebataban de mis brazos.

A partir de que pisamos el hospital todo pasaba en cámara lenta.

Jack era llevado a otro lugar en una camilla al igual que Hiccup. Los doctores se movían de un lado a otro, hablando con rapidez y desespero.

En ese momento la falta de aire se hace presente junto con el horrible dolor de pecho y la punzante cabeza. Doy unos pasos inseguros hacia atrás viendo cómo todo se distorsionaba. Unos brazos me sostuvieron pero no alcancé a escuchar algo, la adrenalina se esfumaba de mi cuerpo y la inconsciencia y el dolor de hacían presentes.

>>No quiero morir<<

∆∆∆

Despierto por un pitido constante en mis oídos. Abro mis ojos lentamente adaptándome a la luz de la blanca habitación, inhalo profundamente sintiendo un aparato en mis fosas nasales.

Me encuentro en una camilla de hospital en un cuarto bastante amplio y bonito que pienso que estoy dentro de una película. Giro un poco mi cabeza hacia ambos lados, encontrando del lado derecho otra camilla donde se encuentra mi gemelo dormido cubierto de vendas, junto a Meg quien duerme a su lado.

Bajo un poco la mirada encontrando a Gothel dormida a mi lado, sosteniendo mi mano.

Los sucesos recientes llegan de golpe y me sorprendo al entender que todo había sido real, mi madre había ido por nosotros y Drago Mano Dura estaba muerto. Vuelvo a ver a Hiccup, quien parecía un poco pálido y recuerdo a Jack que parecía un muerto viviente. Mi corazón se acelera junto con mi respiración, despertando a Gothel y Meg.

-Hey Rapunzel, tranquila, tranquila todo está bien- habló de inmediato mi madre, recomponiéndose.

-J-Jack...

-Está bien, Jack está bien, tranquila, todos están bien.

Mi madre toma mi rostro con delicadeza, mirándome directamente a los ojos. Distingo la verdad en sus palabras y asiento, respirando junto a ella para calmarme.

Una enfermera junto a una doctora entran a la habitación y me hacen un chequeo mientras me explican lo que había sucedido: al haber combinado los calmantes con los estimulantes junto con el estrés que Drago había causado provocó que tuviera arritmias, pero como no fui conciente de ello cuando ya me encontraba un poco más "tranquila" los efectos secundarios no tardaron en aparecer y mi corazón se detuvo por unos segundos.

Comentaron lo peligroso que era combinar medicamentos y peor aún consumirlos tanto.

Sabía lo peligroso que era mi dependencia a los fármacos, y cuando la doctora propuso un tratamiento de desintoxicación no me negué, Drago estaba muerto y quería desprenderme de todo lo que tuviera que ver con él.

-Yo no lo sabía, no tenía idea... Discúlpame- habló Gothel cuando nos dejaron solas. Lloraba y se reprendía por no haber preguntado a Cass sobre algo tan delicado.

-Está bien... Yo... Lo siento, debí decírtelo.

-Debí prestarte más atencion- afirmó dolida- aún estando tan cerca de ti nunca lo supe... Sigo siendo una pésima madre.

No sentía más odio hacia ella, el hecho de que nos hubiera rescatado era algo que todavía no comprendía pero que le agradecía infinitamente.

-No digas eso- tomo su mano y le brindo una pequeña sonrisa- fuiste por nosotros, no nos abandonaste y eso... Yo no estaría aquí si no fuera por ti. Gracias.

Las lágrimas se escapan de sus bonitos ojos color chocolate, aprieta sus labios y deja caer su cabeza en mis piernas.

¿Podía permitirme pensar en una segunda oportunidad para recuperar a mi familia? ¿Podía si quiera imaginarme esa opción?

Gothel sale de la habitación un momento dejándome sola con Hiccup. Estaba cansada pero habían muchas cosas que me impedían descansar correctamente.

-¿Hiccup?- lo llamo levantándome un poco de la camilla.

-Creí que se tardaría más en dejarnos solos- murmuró con una pequeña sonrisa, aún con los ojos cerrados.

-¿Cuánto tiempo llevas despierto?- pregunto agrandando mis ojos.

-No lo sé, diez minutos tal vez- se estira un poco y talla sus ojos antes de levantarse con cuidado, deshaciéndose de las jeringas en sus brazos y el aparato para respirar.

Espero a que llegue hasta mi lugar y me hago a un lado para que se acueste junto a mi. Me toma por sorpresa su abrazo y no sé si sea correcto devolvérselo o tan solo dejarlo.

-Me alegra que hayas despertado, solo lograba dormir por las drogas del hospital- murmuró sobre mi cabello, atrayéndome más a su pecho.

-Lamen...

-No te disculpes Rapunzel, yo soy el que lamenta no haber podido hacer algo más por ti y por Jack.

Me separo un poco de él y lo miro preocupada.

-Yo... Entré en shock ante el primer roce y no pude hacer nada- Hiccup me miró unos segundos y luego volvió su vista hacia sus manos- tampoco es que hubiera sido de mucha ayuda para evitar que Jack recibiera una paliza pero... Pude haberlo intentado.

Guarda silencio unos segundos y espero paciente. Sacude su cabeza a los lados soltando un suspiro, terminando por recostarse en la pila de almohadas que tenía.

-Eres más fuerte y valiente de lo que imaginaba, estoy orgulloso de ti- sonríe. 

-Ambos lo somos- hablo al ver tristeza y remordimiento en su mirada.

-No, yo no pude si quiera mirarlo cuando lo tuve tan cerca, me encerré en mi mundo y tú...tú le disparaste en la pierna.

Rió levemente y yo hice una mueca.

-Drago siempre supo cómo volvernos vulnerables, sabía que decir, que tocar... No fuiste un cobarde- tomo su mano ligeramente- te enfrentaste a él más veces que yo, incluso fuiste hasta esa prisión...

-Fue una estupidez- rió avergonzado, cubriendo sus ojos con el brazo libre.

-Mas o menos, hubo cosas muy estúpidas pero el que te enfrentaras a él una vez que supiste... Fue más valiente que cuando yo leí tu diario y me quise quitar la vida al día siguiente.

Hiccup río un poco más fuerte y yo lo acompañé.

-Bien, los dos somos estúpidos, fuertes y valientes pero algo tontos.

-Lo aprendimos de la mejor- me encojo de hombros más relajada, acomodándome en su hombro.

-He estado pensando en darle una oportunidad, a Gothel- habla unos segundos después que estuvimos en silencio- ha estado muy preocupada y al pendiente de ambos, creo que en serio está arrepentida, nos encontró vino por nosotros...- negó un par de veces con su cabeza, pude dislumbrar pequeñas lágrimas- ella fue por nosotros.

Esas palabras cargaban un gran significado para ambos mi madre nos había abandonado por casi ocho años y siempre habíamos deseado que un día volviera por nosotros, después de tantas cosas ella había venido, nos encontró y nos sacó de ese horrible lugar. Sabía que aquel sentimiento bonito en el pecho por saber que mi madre había llegado por mi era indescriptible.

-Cuando estaba con el señor Pitch semi conciente yo rogué a los dioses que me permitieran volver a estar con mi familia una vez más- volvió a hablar en voz más bajita, provocando un escalofrío en todo mi cuerpo- yo solo quería una última oportunidad para estar contigo y protegerte... Ahora veo que los dioses me han escuchado y no solo me han devuelto a ti, sino también a Gothel, a Meg... inclusive al hombre extraño que dice ser nuestro padre.

Saber sobre lo que Hiccup había vivido me deprimía bastante.

-El punto es, que volví a rogar por piedad cuando estaba con... Drago, y nuevamente Odín me escuchó y estoy aquí, vivo a tu lado- me miró a los ojos- es difícil para mí todo lo que ocurrió pero no quiero superarlo solo, si Gothel está dispuesta a ayudarme, a ayudarnos, entonces ¿porqué no tomar ese regalo de los dioses? Nos quitaron todo de golpe y ahora nos lo regresan de la misma manera, ¿no crees que debamos aceptarlo y disfrutarlo?

Suelto un suspiro sin apartar la mirada; yo también había clamado a los dioses por ayuda y sabía que ahora todo lo que habíamos perdido se nos estaba devolviendo, eso me abrumaba un poco. Pero eso no significaba que no lo quisiera, solo me daba algo de temor que luego todo desapareciera.

-¿Y si todo vuelve a desaparecer?- pregunto.

Habíamos sido despojados de nuestra familia pero habíamos conseguido otra, habíamos tenido malos momentos pero también vivimos muchos agradables.

-Sabremos como lidiar con ello, ya lo hicimos una vez.

Asiento varias veces, volviendo a recostar mi cabeza en su hombro. Tenía miedo, pero estaba ansiosa y alegre por ser una familia de nuevo.

∆∆∆

Decidimos perdonar a Gothel e iniciar de nuevo, la cara de mi madre había sido digna de retratar. Había llorado y agradecido por darle una oportunidad. Todos sabíamos que no sería sencillo porque ninguno era igual a lo que creíamos conocer de hace ocho años.

Gothel nos había contado que la esposa del señor Haddock era hermana de Drago y que había sido ella quien había mandando a su hermano a destrozarle la vida a mi madre como venganza por tener el amor de su esposo. Había llegado a la casa de los Dumbroch amenazando a mi madre y al señor Haddock con asesinar a su hijo Eithan y a nosotros. Había confesado todo, el plan original era que Drago nos quitara la vida a mi hermano y a mi, para que mi madre sucumbiera en la depresión pero todo cambió cuando Drago comenzó a sentir una obsesión conmigo. La señora Haddock afirmaba que si hubiera sabido que su hermano se enredaría con toda la familia ella misma nos hubiera asesinado. Cuando lograron quitarle el arma y verificar que Eithan estaba bien Gothel preguntó por nuestro paradero aquella señora loca dijo que era demasiado tarde.

Afortunadamente había llegado a tiempo y ninguno de nosotros murió.

Era impresionante lo que Gothel contaba, y más impresionante era la trágica historia de amor con el señor Haddock: dos almas jóvenes que se habían enamorado pero que no podían estar juntas para siempre, el señor Haddock sería heredero de la compañía de barcos más grande en Solaris y debía casarse con la hija de un empresario que traería bienes a la empresa de los Haddock. Pero el señor Haddock no quería a su esposa y en secreto se veía con mi madre.

-La única forma para que estuviera conmigo era darle un heredero, Valka había intentado muchas veces quedar en cinta y no lo lograba. Creía que... Yo era más fértil que ella y si yo tenía un hijo suyo, entonces Estoico renunciaría a su matrimonio y regresaría a mí.

Contó mi madre algo apenada, ambos querían anular ese matrimonio a cualquier costo.

-No fue una noche más, fue especial. Nos amábamos y toda la noche nos demostramos el amor y admiración que cada uno sentía por el otro, jamás fueron un error ni un accidente de una noche.

La sorpresa para ambos fue que la señora Haddock resultó embarazada y el padre del señor Estoico decidió que ambos deberían estar en un ambiente más tranquilo para evitar complicaciones. El mismo día que la pareja partiría era el mismo día que mi madre había dado positivo al embarazo. Estoico Haddock nunca lo supo y pasó los nueve meses con su esposa, mientras mi madre pasó su embarazo con la única compañía de Meg, preocupada todo el tiempo por la desaparición de su novio.

-Cuando estaba en labor de parto le pedí a Meg que contactara de todas las formas a Estoico, no quería dar a luz sin él a mi lado, era bastante romántica y quería que ambos viéramos el fruto de nuestro amor, pero no apareció y la noticia que logró no destrozarme fue que no había tenido un bebé sino dos. Yo estaba impactada y alegre por haber traído a dos criaturitas al mundo, pensaba que tenía mi pase a familia perfecta asegurado por lo que decidí darles nombres que su padre nunca olvidaría: Hiccup que significa "líder", nombre que su padre quería darle a su primogénito si era varón, y Rapunzel que significa "flor dorada" por ser mi flor favorita y mi apodo.

Pasaron tres meses para que el señor Haddock y su esposa volvieran a la vida pública con el heredero en brazos. A Estoico Haddock no le habían permitido tener contacto con nadie que no fuera su esposa hasta que el bebé naciera, cuando estuvo en Solaris de nuevo fue a ver a mi madre. Hubo muchas peleas y discusiones por su ausencia.

-Los niños tienen tres meses de vida y tu apenas y apareces, son tus primogénitos, tus herederos.

Mi madre estaba molesta y con razón, pero después de un mes ambos se habían perdonado. Estoico le había propuesto escapar con él a un lugar tranquilo y seguro donde podrían vivir juntos. Mi madre aceptó a pesar de que Meg le insistiera que no lo hiciera.

-Su padre los amaba, yo al principio me rehusaba a que los cargarse y les diera de comer pero me di cuenta que los amaba y ambos cuidamos de ustedes. Era un sueño. Vivíamos en una isla no muy conocida, teníamos una casa grande y agradable con vista al mar. Todo eran risas y diversión. Estoico trabajaba como pescador y yo administraba una tienda de souvenirs de medio tiempo. Ha sido de los mejores años de mi vida.

Me costaba creer que mi madre nos quisiera con tanto amor y cariño, que habíamos tenido un padre gentil y cariñoso que jugaba con nosotros cuando llegaba de trabajar. Pero las fotos y videos no mentían.

-Cuando cumplieron su primer año Estoico quería darles algo más que solo juguetes y pastel, él quería que todo el mundo supiera que era feliz con ustedes, y que no escondería jamás a su verdadera familia así que ideó la forma de unos fuegos artificiales que no hicieran ruido para no asustarlos. Cada año los lanzaría en su cumpleaños.

Pero el cuento de hadas termina justo con ese acto. El padre de Estoico los había encontrado y no podía estar más furioso por la decisión de su hijo, haber abandonado a su familia para estar con nosotros. Fue una situación difícil, su padre le hizo escoger entre nosotros o Eithan y su madre pero lo que Gothel nunca supo hasta ahora fue que en realidad el padre del señor Haddock amenazó en que sino regresaba con su esposa se encargaría de desaparecer a mi madre junto con nosotros, por lo que Estoico decidió volver con su familia y desarrollar el rol que le pertenecía. No podía volver a tener contacto con nosotros y mucho hablar de la aventura que tuvo con mi madre tanto tiempo de lo contrario nosotros sufríamos las consecuencias.

Mi madre nunca supo ese lado de la historia hasta hace unas semanas que volvió a Solaris. Por eso se había sumido en una depresión en nuestra niñez, porque ante sus ojos Estoico había elegido el dinero y el estatus que a ella.

-Intentamos muchas veces vernos y planear una vida juntos pero lo vigilaban muy bien y yo me desesperaba, entendía que no dejaría a su otra familia por nosotros a pesar de que yo había llegado primero y que yo había dado a luz primero... Y después de cinco años decidí alejarme de él, cortar cualquier forma de contacto y rehacer mi vida.

Para ese entonces nosotros teníamos seis, mi madre nos había llevado por primera vez desde que Estoico la dejó a la playa y prometió ser una mejor madre, luego todo se derrumbó cuando a los siete Hiccup enfermó y comenzó a llenarse de deudas.

-No sé cómo Valka se enteró de mi vida, tal vez siempre me estuvo vigilando... Pero fue ella quien mandó a Drago para hacerme sufrir y hacer sufrir a Estoico. A pesar de que fue ella quien creó todo el plan yo tuve la culpa por confiar en un hombre rico otra vez. Malgasté el dinero y yo... Hice todo mal. Meg se había mudado y mi adicción al alcohol empeoraba, les estaba haciendo mucho daño y creí que si los alejaba de mí serían más felices... Quería ser una mejor persona para ustedes y no deseaba que me vieran en todo el proceso de desintoxicación y rehabilitación, así que acepté que Drago cuidara de ustedes hasta que yo me encontrara mejor.

Hubo un silencio después de aquello mi madre miraba sus manos y cerraba sus ojos para evitar llorar. No me moví y Hiccup tampoco a pesar de que estábamos dispuestos a escuchar la historia completa era sorprendente.

-Sé que no puedo regresar el pasado y un simple perdón no servirá de mucho pero... L-Lo lamento, lamento todo lo que les hice yo nunca... Nunca quise que tuvieran una mala vida.

Gothel cubrió su rostro y empezó a sollozar. No puedo imaginarme lo terrible que es cargar con la culpa de no solo arruinar tu vida sino la de tus hijos.

-Te perdono- hablo lentamente, colocando una mano en su hombro, sorprendiéndola.

-¿Q-Qué?

-Tomaste malas decisiones pero supiste como enmendar tu vida poco a poco hasta que volviste a nosotros. Tu nos salvaste, Gothel y de no haber sido por ti Hiccup y yo no estaríamos aquí- le sonrío y miro a mi gemelo quien asiente en silencio.

La mujer de cabellos azabaches vuelve a llorar fuertemente y es Hiccup quien calma su dolor con corto abrazo.

-No llores, no te culpes más... Mamá... estamos juntos y empezaremos de nuevo.

Gothel se queda en shock nuevamente y asiente limpiando los rastros de lágrimas. Tanto para ella como para mí era extraño volver a pronunciar y oír esas palabras.

No sería sencillo volver a ser una familia, las cosas cambiaron mucho y debemos de lidiar con situaciones que nos han dejado marcados, pero hay una pequeña esperanza en donde todo sea aún mejor, cuando tocas fondo lo único que te queda es subir.

Después de la reconciliación llegó otro punto importante: el señor Haddock quería conocernos.

-No le dejé que los viera desde que regresamos de esa playa ni que tuviera noticias de ustedes. Ahora que sabe todo al igual que ustedes me pidió conocerlos, no sé qué piensen...

Hiccup se rehusó a conocerlo al principio ya que los recientes acontecimientos junto con los antiguos recuerdos habían desecho a mi hermano más de lo que ya se encontraba, y no tenía deseos de ver a cualquier hombre. Sin embargo un par de semanas después ambos decidimos un primer encuentro.

El hombre de cabellos castaños entró lentamente a la habitación, Hiccup se pegó a mi y entrelacé su mano con la mía para hacerlo sentir seguro. El ambiente era algo tenso pero no era desagradable, el señor Haddock no se acercó más de cincuenta metros de nosotros mirándonos con nostalgia y arrepentimiento. Nadie dijo nada por un largo tiempo, mi hermano y yo analizábamos cada facción de su rostro al igual que aquel desconocido luego de su rostro salió una pequeña sonrisa que se parecía a la de nosotros.

-Yo siempre pensé en ustedes, no había un solo día en que anhelara tenerlos en mis brazos y escuchar sus risas.

De los bolsillos de su pantalón sacó de su cartera una fotografía, acercó su brazo para que pudiera tomarla. Abro los ojos sorprendida al ver a mi madre y aquel hombre con una gran sonrisa cargando a cada uno de nosotros en brazos. El mar y la arena de fondo hacían que el momento fuera aún más especial.

-Las diferentes circunstancias nos han separado por casi diecisiete años, pero...- vaciló un poco viendo a mi madre quien asintió para que se llenara de valor y prosiguiera- si ustedes lo desean, podemos conocernos de nuevo.

Me seguía pareciendo algo raro y extraordinario toda esta situación, era un sueño conocer al fin a mi verdadero padre pero me daba miedo convivir con él. No sería sencillo volver a ser la familia feliz de la fotografía, no estaba segura de que podamos volver a esos tiempos... Sin embargo, había decidido tomar el riesgo y aceptar el regalo de los dioses.

Asiento suavemente brindándole una sonrisa sin ser capaz de pronunciar alguna palabra. Fue mi madre quien habló por nosotros y quién nos introdujo a una primera plática. Todos estábamos nerviosos y entusiasmados por lo que poco a poco el ambiente cambiaba a uno más agradable y relajante.

∆∆∆

Había pasado un mes desde que Drago Mano Dura había muerto, un mes en el que no había podido ver a Jack. Gothel siempre me decía que estaba bien y que se recuperaba sin embargo no podía creer del todo hasta que no lo viera, me angustiaba estar tanto tiempo lejos de él, quería asegurarme que estuviera realmente bien y sobre todo quería saber si nuestra relación seguía en pie o no.

Después de algunas súplicas mi madre accedió a hablar con la señora Frost para que me dejaran estar con Jack unos minutos.

Me encuentro fuera de su habitación esperando a que su madre salga. Cuando se abre la puerta dejo de mirar al suelo y la miro a los ojos unos segundos para después desviar la mirada. Sabía que seguía odiándome y tal vez le había pedido a su hijo que terminara conmigo... No estaba segura si esa era la mejor opción, es decir, por culpa mía fue secuestrado, torturado y casi muere. A su madre no le agradaba eso y lo entendía.

-Ya puedes pasar.

Asiento y agradezco en voz baja para pasar pero no se mueve de la puerta. La miro de nuevo esperando que me reclame una vez más por todo.

-Fue muy difícil para mí aceptar que mi hijo estuviera enamorado de ti, que soportaría cualquier cosa para que tú estuvieras bien- comentó con un semblante serio.

-Lo lam...

-No entendía porqué se había enredado contigo- me mira a los ojos y el estómago se me revuelve- así que decidí investigar por mi parte si lo que Jack me decía sobre ti y mi esposo era verdad.

Mi cuerpo se tensa ante la mensión del señor Frost, la última vez que habíamos "hablado" de eso ella me había abofeteado fuertemente.

-Yo... lamento haber sido tan insensible contigo y te pido una disculpa por todo el daño que Norte te causó- la señora de cabellos caoba guardó silencio unos segundos- sé que amas a mi hijo y te agradezco por salvar su vida. Por favor, no lo metas en más peligros.

-S-Si señora.

Estaba anonadada por la inesperada confesión de la madre de Jack, nunca pensé que fuera a creerme y muchos que se disculpara, de todos modos me agradó que de alguna y otra forma se haya dado cuenta de la verdad.

Dejo de respirar al sentir un abrazo de su parte, no puedo corresponderlo por lo rápido que fue, se hizo a un lado y abrió la puerta de la habitación de mi novio. Entro algo aturdida y asombrada por lo que acaba de suceder, estaba claro que ver a su madre tan amable conmigo era... Extraño.

-Rapunzel.

La voz alegre del peliblanco me saca de mi aturdimiento y me volteo hacia él. El chico estaba semiacostado en su cama con una radiante sonrisa. Le devuelvo el gesto y camino rápido hasta llegar a él.

-Jack- suspiro inspeccionando su rostro, que se encontraba en perfecto estado como si los golpes nunca hubieran existido. Paso mi vista hacia su torso cubierto de vendas y sábanas. Toco su barbilla con delicadeza, luego sus pómulos y frente asegurándome que está bien, que su temperatura es la adecuada.

-Estás bien - afirmó acunando mi cara en sus manos. Ambos nos miramos a los ojos, viendo aquel brillo de vida- dijeron que habías tenido un infarto y estabas muy débil pero ahora... Ahora estás bien- susurra con pequeñas lágrimas.

-Si, estoy bien. Solo me excedí con las pastillas y el estrés de la situación... Fue mucho para mí cuerpo.

-Y te cortaste el cabello- susurra asombrado, tocando mi cabello con sus delicadas manos.

-Era una bola de emociones y no lo pensé mucho... ¿te gusta?

-Me encanta, se te ve bien- sonríe.

Las respiraciones se mezclan y mis labios rozan los suyos hasta unirse en un pequeño beso desesperado.

Jack estaba vivo y estaba bien, en serio estaba bien. Era real, todo esto era real y finalmente podía estar a su lado sin ningún temor.

-Te amo- susurro al separarme de él. Cierro mis ojos y las lágrimas escurren por mis mejillas- tenía tanto miedo de perderte. 

-Ya somos dos, pero aquí estamos- limpia con sus pulgares mis mejillas y al abrir los ojos de nuevo, él me sonríe. Asiento y pego mi frente de nuevo con la suya. 

-Lamento en verdad t-todo lo que Drago te hizo- hablo en susurros- y-yo intenté hacer todo lo posible por encontrarte a tiempo y... s-se que abogué por Hiccup primero pero nunca dejé de pensar en ti y de preocuparme por ti. Perdón...

-Sh, sh, sh Raps calma, tranquila no fue culpa tuya- amablamente me dice y los recuerdos de aquel día me invaden provocándome escalofríos- respira conmigo. 

No debía exaltarme ni tener emociones feurtes para que mi corazón no fallara de nuevo. Intento tranquilizarme y respirar con Jack. Unos minutos después de respiraciones me encontraba un poco más calmada y Jack volvió a hablar, dejándome un espacio para que me acostara a su lado. 

-Ambos sabíamos a lo que nos enfretábamos y creo que sabíamos que ese día llegaría... admito que fue muy agobiante y hasta traumático a lo que imaginaba- niega con su cabeza soltando un suspiro- ahora entiendo un poco más el infierno por el que tu y tu hermano pasaron.... lamento no haber protegido a Hiccup como me hubiera gustado pero al menos me alegra que ese infeliz no se haya salido con la suya.

Miro hacia abajo mordiendo mi labio inferior, no quería preguntar lo que había sucedido en esos tres días, no me atrevía a hablar con Hiccup y con Jack... no quería saberlo, no quería torturarme más. Tomo aire para calmar mis nervios, tenía que preguntarlo y más que nada debía prepararme para la respuesta. 

-¿Jack... seguiremos juntos después de esto?- mi voz sale en un murmullo- M-Me refiero a tu y yo, amm sé que lo que sucedió no lo merece nadie y yo más que cualquiera deseaba que nunca sufrieras a manos de él y no quiero que vuelvas a sufrir así, no sé si ahora todo será más tranquilo o más difícil han pasado demasiadas cosas y yo no... no sé si sea lo suficientemente fuerte parqa afrontarlo sola, pero tampoco quiero darte lástima ni que te quedes por obligación y...

El chico de cabellos platinados tomó mi mentón y sus labios capturaron los míos haciéndome sentir un sin fin de emociones dentro de mi. No quería perderlo, pero si él ya no deseaba estar más a mi lado... no le obligaría a quedarse. 

-Te amo Rapunzel, y no importa cuantas veces deba repetírtelo hasta que lo creas: por ti, vale la pena arriesgarse. Quiero verte feliz, sana y salva. Los días que estuve en ese lugar solo podía recordar todas las veces que te vi sufriendo, eso me llenaba de ira y valor para enfrentarlo sin importar cuanto doliera o cuantos huesos me fracturara, todos tus llantos, tus gritos, tus suplicas... quería que desaparecieran, sabía que no lograría matarle ni mucho menos lastimarle de gravedad pero hice lo imposible para desquitarme y salvarte.

Ahora fue Jack quien cerró sus ojos unos segundos y respiraba entrecortado, tensando su mandíbula. 

-Drago me preguntó porqué tanto interés en ti, porqué me preocupaba por ti como si fueras algo valioso y en ese momento mi mente estalló en todos los momentos en que habías sido tu, tus sonrisas sinceras y tus carcajadas con los chicos, los momentos de regularizaciones y las clases de pintura. Recordé lo valiosa y humana que eres y por eso luché por ti hasta que desmayé. 

Sus ojos tenían un brillo especial, me parecían más azules. Mi corazón dio un vuelco por sus palabras y no sabía en que terminaría su respuesta final. 

-Si tu me dejas, quiero seguir a tu lado, aprendiendo cada día lo maravillosa e increíble que eres, ayudándote a recuperar esa confianza quebrantada, a amarte cada vez más hasta que vuelvas a creer que mereces todo lo bueno del universo. Si tu me dejas Rapunzel, quiero seguir demostrándote lo que es el verdadero amor. 

Las mariposas que revoloteaban dentro de mí explotaban por todo el cuerpo. Jack tenía una forma tan linda de hablarme y de hacerme sentir especial que me derretía. Sonrío y deposito un beso en su mano. 

-Si quiero, Jack.

Lo abrazo con delicadeza para no lastimar sus costillas y así nos quedamos por horas, poniéndonos al día de todo lo sucedido. 

Volvía a sentir esperanza. 

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