∆Capítulo 24∆
Mis manos no dejaban de moverse y de sudar, intentaba mantenerme lo más quieta y tranquila que podía mientras Ana y Mérida colocaban la peluca y algunas otras cosas de látex para cambiar mi identidad. Me miraba en el espejo y aunque ya había visto en la nueva persona que sería durante algunas horas todavía no me acostumbraba, todavía no podía creer que esto fuera real. Hoy era el día, hoy iríamos por mi hermano y me liberaría de ese monstruo de una vez por todas... si es que el plan sale bien eso es lo que debería ocurrir.
-Ya estás lista- anunció Ana con una sonrisa, asiento y dirijo la mirada hacia otro lado de la habitación. Las cosas habían sido raras, caóticas y muy incómodas una vez que Jack reunió a todos y me hizo contarles lo que estaba pasando... no había sido fácil, y la reacción de todos tampoco fue la mejor de todas.
"-¿Qué carajos estás diciendo, Rapunzel?"
Eugene se había molestado y alterado, sin duda había sido devastador, incluso había derramado algunas lágrimas de coraje e impotencia. Estaba listo para matarlo, pero Jack me ayudó a hacerlo entender y ayudarme.
"-¡Es que no puedo creer que todo este maldito tiempo no me di cuenta! ¡Creí cada mentira que salía de tu boca! ¡Incluso a Hiccup le creí!"
Eugene no me perdonaba no haberle contado tan grave y delicada situación, me detestaba por haberle engañado dos años, si antes de mi intento de suicidio no estábamos bien ahora con toda esta noticia bomba estuvimos peor. Sin embargo, tras unos días de meditarlo y analizarlo mejor volvió y escuchó el plan que Jack tenía.
El plan de Jack requería a muchas personas, por eso había convocado a todos los chicos. Si bien estaba consiente que la relación entre Ana, Kristof y yo estaba dañada los llamó, no fue fácil, aún seguía dolida y molesta con Ana por las cosas que había hecho y dicho pero eran parte de las apariencias para que el plan se llevara a cabo... supongo que lo más difícil había sido aceptar a Mérida Dumbroch. Hablé con Jack y le había dejado en claro que no la quería, no me importaba que es lo que supiera no quería que fuera parte del plan y no quería que se le acerca a mi hermano jamás, pero lamentablemente los padres de Mérida son buenos abogados, ellos serían los que me ayudarían a meter a ese hijo mal nacido con quien vivía a la cárcel, una vez que Hiccup estuviera a salvo.
"-Sé que es complicado digerir toda esta información- habló Jack con cautela sintiendo la tensión de todos- pero ahora que sabemos lo que está sucediendo podemos tomar cartas en el asunto. Lo mejor que podemos hacer es rescatar a Hiccup y una vez que él esté en Corona, a salvo, entonces procederemos a denunciar a Drago Mano Dura y a Norte Frost.
-¿Y cómo piensas rescatar a Hiccup si está a doce horas de aquí?- preguntó Kristof con la voz ronca.
-Iremos por él en avión, ¿alguna vez vieron "Dónde están las rubias"? Cuando los policías cambian sus identidades y fingen ser esas odiosas...
-Al punto Frost- gruñó Eugene con los brazos cruzados. Jack se aclaró la garganta para continuar.
-No podemos ir por Hiccup con nuestras apariencias, así que crearemos unas falsas. Mis amigos son expertos en hacer todo eso, ellos nos crearán los pasaportes, las identificaciones y los disfraces. Seremos tres personas, yo obviamente, Wasabi y Fred.
-Yo voy- hablé por primera vez. Todos me miraron un segundo y volvieron a ver a Jack.
-Rap...
-No te estoy pidiendo permiso, te estoy informado.
-La verdad yo creo que deberías quedarte aquí...
-Cuando sean tus hermanos los que están secuestrados Dumbroch, opinas- ladré y Jack puso su mano en mi hombro para tranquilizarme, el dejar algunos calmantes y drogas me ponían nerviosa e irritable- voy a ir Jack, necesito ir, puedo soportarlo.
Jack y yo nos quedamos viendo unos segundos, sabía que Jack odiaba esta situación tanto como yo y que lo que menos quería es que terminara desmoronándome, pero Jack tenía que entender que debía ser de las primeras personas en ver a Hiccup y verificar que estaba vivo. No importa en qué estado se encontrase, necesitaba verlo.
-Bien- susurró derrotado."
Nuestros disfraces estaban listos y nosotros también. La verdad es que los amigos de Jack, Bunny, Meme y Thoot habían hecho un increíble trabajo. Sin embargo no eran los disfraces lo que más me ponía nerviosa, si no con la tercera persona que viajaría con nosotros.
-¡Este es el mejor disfraz que he tenido en toda mi vida!- gritó emocionado Hiro entrando a la habitación donde me encontraba.
¿Y cómo es que Hiro Hamada había reemplazado el lugar de Fred? Porque había amenazado con decirle a su Tía Cass todo lo que había escuchado que era prácticamente todo el plan, y no podía permitir que Cass supiera hasta que Hiccup estuviera a salvo.
No había sido sencillo aceptar que Hiro entrara en la complicada misión, era bastante peligroso y el hecho de llevar a un menor de edad lo era el doble, sin embargo Hiro era inteligente, pequeño y delgado. Cabía perfectamente por el ducto de ventilación por donde Jack había entrado la primera vez.
Y fue así que tuvimos que crear una gran mentira para la señora Hamada, y para Drago Mano Dura también.
"-¿Se irán de campamento?- preguntó Cass incrédula, viéndome todo el tiempo.
-Así es, el doctor me ha recetado salir a diferentes lugares con nuevos aires, eso ayuda a mi mente y cuerpo a estar tranquilos y a pensar mejor las cosas. Creemos que un viaje al bosque me serviría, a todos en realidad, porque es el último año y eso- contesto hablando más rápido en mis últimas palabras.
-¿Y Hiro irá porqué?- se cruza de brazos.
-Porque no la quiero dejar sola tía Cass, la voy a cuidar- se adelantó a contestar el pelinegro. Cass nos miró ambos y le hizo una seña a Hiro para que habláramos a solas.
-Te dije que mi sobrino no se juntaría contigo a menos de que me hables con la verdad, y que yo lo acepte.
Asiento sintiendo una punzada de culpa por no poder decirle toda la verdad.
-¿Drago está enterado de este viaje?- hace su primera pregunta y se acerca más a mi. Yo intento no tensarme demasiado ante la mención de aquel hombre y responder lo que me ha preguntado.
-Si, lo sabe.
-¿Y está de acuerdo?
-Si- asiento, Cass me pide que la vea a los ojos y con mucho esfuerzo lo hago.
-Hablé con él días atrás y me dijo que piensa irse contigo a otro lado, otro país donde podrías empezar de nuevo y...
-Nos iremos después del campamento, para poder pasar mis últimos días en Corona con las personas a quienes les importo y a quienes quiero. Él lo aceptó, y es por eso que quiero que Hiro vaya conmigo, con todos nosotros.
-Sigues mintiendo- susurra con decepción.
-Es la verdad, puedes llamarle si quieres.
Un largo y desesperante silencio se formó en la sala donde la señora Hamada me miraba fijamente, analizándome minuciosamente.
-¿Te has estado drogando?
No le iba a decir la verdad de eso tampoco, así que negué con la cabeza un par de veces.
-Te harás un examen, y si sales limpia Hiro irá contigo...tal vez."
El día del examen le había pedido ayuda a Jack para que orinara por mi. No podía dejar que el examen demostrará que seguía drogándome porque entonces el plan fallaría porque tendría que confesar que Drago seguía drogándome y violándome cada noche y cada día desde que había salido del hospital. Tampoco fue fácil porque Jack casi revienta cuando tuve que pedirle ayuda, pero aceptó y los resultados salieron que estaba completamente limpia, libre de drogas.
¿Qué si Cass se lo había creído? No lo creo, pero al menos había sido suficiente para ella por ahora.
-¿Bueno?
-Hola Cass, soy Rapunzel. Hemos llegado al campamento. Ya nos hemos instalado en la casa de campaña y Hiro está aquí conmigo, te lo paso para que le des las buenas noches.
Nos habíamos ido de la casa de los Hamada a las seis de la tarde, según el campamento quedaba a tres horas de Corona, así que una vez que estuviéramos listos para ir al aéreo puerto, que era nuestro destino real, llamaría a Cass para que no estuviera preocupada y no sospechara.
Hiro habló un par de minutos con su tía y se despidió, devolviéndome el teléfono.
-¿Estás nerviosa?- preguntó mirándome en el espejo.
-Un poco... si algo saliera mal...
-Va a estar bien Punzie, soy un animal escurridizo lo hemos practicado cinco veces- me abrazó de mis piernas y yo me agaché un poco para estar a su altura- le dirás a mi tía la verdad, ¿cierto?- murmuró apoyando su cabeza en mi hombro.
-Si- susurré, sintiendo mi estómago contraerse- le diré todo cuando Hiccup esté conmigo, a salvo.
-Él... ¿te sigue lastimando, verdad?- me miró a los ojos preocupado.
-Si- me esfuerzo en responder con apenas un hilo de voz- p-pero será la última vez que lo haga.
Hiro volvió a abrazarme, con más fuerza que antes, intento no llorar y devolverle el abrazo. Me daba vergüenza y tristeza que Hiro supiera que aquel hombre abusaba de mi.
Ambos nos separamos al escuchar nuestros nombres por parte de Wasabi. Salimos de la habitación tomando nuestras maletas y bajamos hacia la sala. Jack se encontraba sentado en un sillón individual, él tampoco parecía ser aquel chico albino y de ojos azules que conocía. Ahora era un hombre demasiado gordo con un poco de barba y bigote.
-Luces increíble- me sonrió y yo hice lo mismo- ambos lucen increíbles- sañaló a Hiro.
-Muy bien, ¿ya llamaste a tu tía Hiro?- pregunta Eugene viendo una hoja con la lista de pendientes, la hoja del plan.
-Sip, ya le dije que habíamos llegado y nos íbamos a dormir, mañana iríamos a Six Flags por lo que no podría estarla llamando a cada rato.
-Bien, un problema menos- con su pluma palomeó aquel pendiente- pónganse los auriculares, recuerden que estaremos en contacto a través de ellos.
Fred nos entregó un auricular a cada quien, mis nervios incrementaban a cada segundo.
-Ok, ya llevan todas las cosas en las maletas, entonces solo queda repasar el plan una vez más. Los chicos y yo nos iremos a Matintocsh donde según estaremos acampando, de esa forma la señora Hamada y... la otra persona podrán asegurarse que estamos ahí sí deciden poner algún rastreador o algo por el estilo. Ustedes son una linda familia feliz muy rica que va de viaje a Holanda porque al niño le gusta Ana Frank y Van Gogh y...
-Estamos listos- interrumpió Kristof entrando por la puerta. Eugene gruñó y me miró un par de segundos.
-Estaremos bien Ryder, todos sabemos lo que tenemos que hacer- habló Jack levantándose con pesar del sillón.
Nadie habló durante el camino hacia el aereopuerto, la música era lo único que disipaba el tenso ambiente. Una vez llegado a nuestro destino nos despedimos y Jack, Hiro y yo nos dirigimos al enorme aereopuerto de Solaris. Decir que estaba aterrada se quedaba corto, nunca había entrado a un avión, jamás he viajado en uno, mi estómago se revolvía con cada paso hacia delante que daba, sentía mis manos sudar y a veces me quedaba atrás al sentir o ver que él estaba aquí.
Suelto un respingo al sentir una pequeña mano tomar la mía, no me había dado cuenta que estábamos esperando a que Jack tramitara las maleta.
-Tengo algo para ti- susurra con una sonrisa traviesa.
-¿A sí?- intento seguirle el juego dedicándole una pequeña sonrisa. El chico de cabellos oscuros saca de su mochila un pequeño frasco con lunetas dentro y me lo entregó.
-He estado leyendo mucho acerca sobre las adicciones y lo difícil que es dejarlas. Me pareció correcto que tuvieras un "sustituto" de tus calmantes para el viaje, sé que es difícil para ti todo esto y bueno, creo que puede ayudarte un poco.
Miro el frasco anonadada y lo tomo temblorosa sin saber qué decir.
-Gracias- murmuro sin verlo.
-Bien, ya pasaron las maletas, ahora solo falta esperar el vuelo. ¿Gustan algo de cenar?
Jack se acercó a nosotros sonriente, guardo el regalo de Hiro sacando algunas lunetas para llevarlas a mi boca.
-¡Si!- el pequeño gritó entusiasmado.
Esperar por el vuelo no se me hizo tan eterno como creí, el tiempo pasó bastante rápido en compañía de Hiro y Jack, esperar por qué el avión despegara fue terrible. Mis manos comenzaron a sudar y mi estómago comenzaba a revolverse. Cielos.
El avión dejó de tocar el suelo y se elevó por los cielos, Hiro estaba hablando sobre cómo la ciudad se veía diminuta e iluminada, yo estaba mareada, se había sentido horrible y había tomado fuertemente la gorda mano de Jack sin darme cuenta.
-Es mi primera vez viajando en avión- me disculpé en un murmuro y Jack apenas y sonrió, apretando mi mano.
Pude relajarme una vez que sentí que el avión se estabilizó y que yo ya no sentía mucho movimiento.
Era un vuelo de doce horas en donde tenía planeado dormir la mayor parte del viaje sin embargo no pude. Hiro había caído dormido sobre mi hombro cinco horas después y parecía que Jack también están durmiendo, como el resto del avión. Suelto un suspiro y me acomodo un poco para intentar conciliar el sueño por décima ocasión, sin mover mucho al pequeño para que no despertase. Al cerrar mis ojos no podía dejar de pensar en Hiccup. Habían tantas cosas horribles de las que me había enterado y que no había tenido el valor de contárselo a Jack y mucho enfrentarlo con Drago. Tenía miedo cuando el día de hablar entre Hiccup y yo por fin llegara y debiera contarle la verdad. ¿Cómo se supone que le contaré todo? ¿Cómo lidiaré con su reacción? La reacción que tuvieron los chicos al enterarse de mi situación fue bastante... ah normal supongo, hubo enojos, tristeza, impotencia, asco... pero solo la reacción de Eugene me había servido como un anticipo de cómo podría reaccionar Hiccup al saber lo que hice, lo que Drago hizo.
"-Me das asco."
Había tenido muchas pesadillas en donde Drago abusaba de mí y Hiccup me miraba. Le pedía ayuda y el solo me miraba con asco y repetía cuanta repugnancia le daba.
-Estás despierta- susurra Jack a mi derecha distrayéndome de mis tortuosos pensamientos.
-Si- carraspeo un poco mi garganta para ahuyentar las lágrimas que se habían acumulado- intentaba dormir un poco pero... no puedo.
El pequeño frasco con lunetas que Hiro me dio ya se encontraba vacío, no sabía qué hacer para calmar mi ansiedad. Los últimos días Jack y yo no hablamos mucho y apenas podía mirarlo a los ojos por unos cuantos segundos.
-Ya somos dos- ríe un poco- hay muchas cosas en mi mente que no me dejan dormir tranquilo.
Asentí dándome una idea de cuáles eran las cosas por las que mantenían a Jack despierto.
-¿Puedo preguntarte algo? Aprovechando que el niño está dormido- señaló con su cabeza a Hiro y asentí- ¿De dónde conoces a Eithan Haddock?
Abro mis ojos en señal de sorpresa la verdad no esperaba que Jack hiciera esa pregunta, ni siquiera yo recordaba a la familia Haddock en estos momentos.
-Ahh...- mi mente trabajaba lo más rápido que podía para encontrar el recuerdo de aquel día- él me ayudó a librarme de un hombre que me acosaba en el autobús. Luego le disparé gas pimienta y cuando me alcanzó yo me quedé en shock al ver que tenía un gran parecido con Hiccup. P-Pero obviamente no se parecía así que pudo haber sido una alucinación mía, después me acompañó hasta la cafetería de Cass y nos volvimos a ver un par de veces más.
-¿Lo conociste en un autobús?- asiento mirando su cara incrédula- ¿Y porqué iba en autobús? Un chico como el jamás va en transporte público.
-No lo sé- levanto mis hombros, a Jack en serio le importaba aquel chico y eso me causaba cierta gracia e intriga- algo de su mamá... no estoy segura. ¿Porqué el interés?
-Ah no, por nada. Es que el día de la fiesta de Navidad me asombró que ambos se conocieran y se llevarán bien... fue algo raro.
-¿Porque gente rica e importante como Eithan Haddock no se junta con gente como yo?- levanté una ceja junto con una pequeña sonrisa.
-Nonononono, bueno algo así. No me mal entiendas solo que me sorprendió que se conocieran desde antes, parece algo irreal pero...
Jack hablaba nerviosamente como si tuviera miedo de meter la pata en cualquier momento.
-Pero fue real- aclaré- puedes preguntarle tú como nos conocimos y estoy segura que te dirá casi lo mismo.
-Ya le pregunté.
Nuevamente me volví a sorprender, esa respuesta tampoco la esperaba.
-¿Estas... como celoso de mi amistad con Eithan?- pregunto un poco más seria.
-¡No! ¡Por su puesto que no!- gritó y luego llevó sus manos a la boca al darse cuenta de lo que había hecho- No estoy celoso solo que... los Haddock han estado en mi cabeza últimamente. Casi te avientas desde su edificio y su papá fue a verte al hospital e Eithan igual solo que a él no lo dejaron pasar. No sé, en un momento mientras hablaba con Eithan me pareció ver a Hiccup... ¿no se te hace raro que hayas conocido de esa manera a ese chico?
Me quedé en silencio unos minutos, me había puesto tensa cuando Jack mencionó al señor Haddock y su visita al hospital, podía todavía sentir el cuero del cinturón golpear mi espalda mientras el señor Mano Dura me gritaba por milésima vez lo que había hablando con el señor Haddock.
-Am... si fue algo raro.
¿Qué pretendía Jack? ¿Asustarme por la forma en que conocí a Eithan? ¿O el porqué Drago está tan interesado en saber porque carajos quise arrojarme específicamente de su edificio? Me había prometido olvidar a esa familia y ahora Jack viene con preguntas algo extrañas.
-Lamento si te incomodé, no era mi intención- habló con sinceridad cubriendo apenas sus regordetes cachetes con su manos- tal vez estoy algo paranóico con toda esta situación y mi padre y... bueno, lo siento.
Nuevamente el silencio reinó un par de minutos.
-Dijiste que mientras hablabas con Eithan te pareció ver a Hiccup- hablé en voz baja retomando el tema, si Jack también había visto la similitud de mi hermano en ese chico significaba que no estaba loca.
-Así es... incluso se parecía un poco a ti- me miró de reojo.
-Ana me convenció que era solo mi imaginación, porque no tenían parecido alguno pero me alegra saber que no soy la única que vio a Hiccup en.. ese chico.
Jack me miró y sonrió apenado.
-Estoy seguro que cualquiera los viera juntos pensaría que son familia.
No pude evitar reír ante su comentario. Era ridículo.
-¡Claro que no, suena ridículo!
-Estoy seguro que Estoico te fue a revelar que era tu padre.
-¿Qué? ¡Claro que no! Que cosas tan locas estás diciendo Jack.
Ambos reímos despertando a algunos pasajeros. Era totalmente ridículo lo que Jack imaginaba. Hija de Estoico Haddock, si claro.
Después de aquella conversación me sentí un poco más tranquila, no había tenido una conversación "normal" con Jack desde el año pasado, sin duda me alegraba que comenzáramos a hablar como antes.
Terminé dormida sobre Jack cinco horas, no recuerdo cómo conseguí conciliar el sueño pero me sentía bastante bien a pesar de dormir tan poco, había sido la primera vez en mucho tiempo que no tenía pesadillas. Jack seguía propinándome esa paz que tanta falta me hacía.
Al bajar del avión el único quien estaba tranquilo era Hiro, veía todo con asombro pues era un nuevo continente, un extraño y exótico país en donde jamás había estado antes.
-¡Todavía hay luz! ¡Mira los edificios! ¡Si se parece a esa película que veías mil veces, Bajo la misma estrella!
-Hey, chico, no estamos aquí de vacaciones, ¿recuerdas?- Jack fue quien le puso un alto a la emoción del pequeño Hamada.
-Claro, lo siento. Voy a ser un profesional pero quiero que después de hacer esto me compren un recuerdo de este lugar.
-Eso no estaba en el trato y no puedes contarle a tu tía que viniste aquí- le reclamó Jack mientras subía las maletas a un automóvil rentado.
-Se lo mostraré después de que salga la verdad a la luz- respondió el niño con simpleza.
-Tendrás lo que quieras ahora sube al auto y concéntrate.
Mi voz salió más ruda y desesperada de lo que hubiese querido. Ambos chicos se quedaron en silencio viéndome sorprendidos atendiendo la orden dada. El camino hacia el hospital donde Jack había encontrado a Hiccup fue rotundo silencio. Hiro se encontraba atrás conectando las computadoras y cámaras que yo controlaría. Mi estómago se revolvía a cada minuto, mis manos no paraban de sudar y moverse nerviosamente, al estar esperando las maletas en el aereopuerto había llamado a Eugene para avisar que habíamos llegado a Holanda y que todo seguía en orden, era una llamada de control. Una vez que ellos también confirmaron que todo estaba bien en Solaris proseguí a llamar a Cass Hamada para que hablara con su sobrino. El hecho de saber que Drago no había hablado era un poco tranquilizador.
Sentía náuseas y la respiración comenzaba a fallarme. Necesitaba tranquilizarme, necesito estar tranquila para que esto salga bien.
>>Ya casi llegamos, Hiccup pronto estará contigo y la pesadilla terminará, solo resiste un poco más<<
Jack estacionó el auto a una cuadra del hospital para no tener que estacionarnos dentro. Se quitó aquella panza falsa que lo hacía lucir bastante gordo y se colocó una camisa negra ligera.
-Ok, ya derribé las cámaras de seguridad, están en nuestro control ahora con este botón la cámara quedará congelada para que los guardias no puedan vernos. En esta otra pantalla verás todo lo que nosotros estemos viendo y oirás todo lo que nosotros oigamos- Hiro me explicaba cómo utilizar las computadoras y estar al pendiente de cualquier cosa- activen sus auriculares, estaremos siempre en contacto. Jack, ¿ya llevas la soga y linternas?
-Aquí están.
-¡Perfecto! Traigamos a Hiccup de vuelta y derrotemos a ese villano.
Los tres nos abrazamos antes de que Jack y Hiro partieran, les agradecí por lo que estaban haciendo y les supliqué que tuvieran cuidado.
Ambos chicos se dirigieron al gran hospital del señor Frost, subían por las escaleras de auxilio hasta llegar a la terraza, Jack destapó el inicio de los ductos de ventilación metiéndose dentro, seguido por Hiro. Alternaba mi atención hacia la pantalla donde se encontraban las cámaras de seguridad y hacia la pantalla donde veía y escuchaba las respiraciones de los chicos por los ductos.
>>Que todo salga bien, por favor Odín que todo salga bien<<
-Es aquí- Jack susurra abriendo la rejilla e inspeccionando que no estuviera nadie. Mi corazón late con más rapidez y dejó de respirar, presiono velozmente el botón que Hiro me dijo para congelar la cámara que hubiera en la maltrecha habitación y Jack procedió a bajar con cautela.
La habitación era igual que en el video que el chico peliblanco me había mostrado: paredes blancas sucias, poca iluminación y un intento de cama en la esquina con un bulto sobre de ella. Jack se acerca hacia la cama y llama a mi hermano un par de veces pero no responde, lo toma por el hombro para girarlo y todos contenemos la respiración al ver el rostro lastimado y demacrado de Hiccup.
>>Todo es tu culpa<<
-Respira- murmuró Jack después de unos tortuosos segundos en silencio.
-Gracias- susurro sintiendo que le aire vuelve a mis pulmones.
Jack carga con cuidado el cuerpo inconsciente de mi mellizo y le pide ayuda a Hiro para poder subirlo al ducto de ventilación.
-Con mucho cuidado.
Miro nuevamente la pantalla de las cámaras de seguridad y me tenso al ver un par de guardias acercarse a la celda dónde Jack se encuentra.
-Jack, vienen guardias- hablo en voz baja algo alterada.
-Carajo- musita el chico- ¿Ya lo tienes Hiro?
-Si, lo tengo.
-Bien, ahora ayúdame.
Mis nervios aumentaban cada segundo que Jack seguía en esa habitación, los guardias ya habían llegado a la puerta pero se habían detenido riéndose de algo que no lograba entender.
-Jack, sal de ahí- susurro angustiada pensando en cómo sacaríamos a Jack si lo llegaban a ver, cielos, si atrapaban a Jack atraparían a Hiro y a Hiccup también, todo se iría a la borda y mis problemas con Drago empeorarían.
-¡Jack!
Grito al ver que la puerta se abre y los guardias llaman a Hiccup, justo en ese momento Jack cierra la rejilla del ducto de ventilación y comienza a alejarse de ahí con el cuerpo inherte de mi hermano y el pequeño Hamada por detrás.
Los guardias se quedan en shock un par de segundos al darse cuenta que Hiccup no estaba en la habitación y comienzan a gritar en su idioma mientras piden refuerzos.
-¿Qué es lo que sucede?- pregunta jadeante Hiro mientras siguen avanzando con rapidez a la salida.
-Ya se dieron cuenta que no está, pero no lograron verlos. Ha sonado una alarma y lo buscan por todos lados- digo automáticamente viendo todas las cámaras de seguridad- tienen que salir de ahí ya.
-Ya casi llegamos- asegura Jack.
Un par de minutos más y los chicos por fin habían salido de los ductos de ventilación, Jack amarró a Hiccup a su cuerpo con ayuda de Hiro y comenzaron a bajar las escaleras. Se escuchaba una ligera alarma y miles de guardias comenzaban a custodiar cada entrada y salida del hospital. Jack y Hiro salieron corriendo una vez que tocaron el suelo, Jack había tenido razón en que nadie cuidaría la zona trasera del hospital porque todos pensarían que Hiccup había escapado por sus propias fuerzas y escaparía por los elevadores que le llevarían hacia la parte del hospital que era normal. Nadie los veía escapar.
-Debemos llamar al jefe
Una conversación en español captó mi atención.
-Nadie va a llamar a nadie- un hombre alto y delgado con cabellos negros le arrebató el celular a un guardia- el chico no pudo ir muy lejos, le dimos una paliza que casi nos cuesta la vida. ¡Encuéntralo!
-Pero Señor, si él logra escapar y el jefe llega..
-¡No voy a llamar a Drago! ¡La otra vez que le llamaron para decirle que el chico estaba "muerto" nos fue muy mal! ¡No vamos a cometer el mismo error dos veces! ¡Vayan por él y tráiganmelo!
Así que ellos eran los que habían llamado a Drago esa noche. La ira corría por mis venas, quería ir con ellos y matar a cada uno de esos repulsivos guardias que se habían atrevido a lastimar a Hiccup.
Jack y Hiro llegaron cinco minutos después con las respiraciones agitadas. Salgo inmediatamente del coche y me acerco a ellos, ayudo a Jack a quitarse a mi hermano de la espalda.
-¿Están bien?- pregunto alterada.
-Si- responde Hiro tembloroso- Hi-Hiccup sangra.
El olor a sangre y mugre invaden mis fosas nasales, cargo a Hiccup y lo meto en la parte trasera del automóvil sin cerrar la puerta.
-¿Hiccup?- susurro con voz temblorosa al ver que su rostro no era lo más lastimado. Sentía que estaba soñando, Hiccup estaba en peores condiciones a la última que lo ví, olía terriblemente mal, su espalda empapaba mis piernas con sangre, la bata que traía puesta estaba manchada de sangre y tierra al igual que su cabello, estaba demasiado delgado, tan frágil que no dudo que tuviera algún hueso roto. Lágrimas escapan de mis ojos y se derraman en los pómulos inflamados de mi gemelo. No sabía si estaba feliz por tenerlo entre mis brazos con vida o triste y furiosa por saber que su estado era mi culpa. Dos años, dos malditos años habían pasado y Drago se había encargado de arruinarnos la vida a cada uno.
Había olvidado por completo en dónde me encontraba hasta que las puertas del auto se cerraron y tuve que cerrar la mía.
-¿Estás bien?- pregunta Jack un poco angustiado, bajando la ventana, el olor que Hiccup desprendía era demasiado, incluso olía a putrefacción.
-S-Si, estoy...
No podía pronunciar que estaba bien, la garganta se había cerrado y las palabras no salieron pero Jack no necesitó que terminara mi respuesta para arrancar el vehículo.
-Vas a estar, vas a estar bien, estás a salvo- susurraba una y otra vez intentando que reaccionara, revisándolo y culpándome por todo esto. Hiccup jadea levemente e intenta moverse, abriendo unos segundos sus ojos- ¡Hiccup! ¡Hicc soy yo!
Lo tomo del rostro acercándolo más a mi pero vuelve a caer inconsciente. Miro su cuerpo por una última vez sintiendo el auto estacionarse y me quedo quieta mirando la pierna de mi hermano, entendiendo porqué olía a putrefacción.
-Raps, necesitamos cambiarnos, el vuelo es en dos horas- Jack habla con cautela abriendo la puerta lentamente.
-Le amputaron e-el pie- susurro casi sin voz sintiendo como mi alma se desmorona- y s-se está infectado la herida.
-Traigo alcohol y vendas, eso puede desinfectar la herida por un tiempo- propone Jack unos segundos después- yo me encargo.
-Se está poniendo negra...
-Rapunzel mírame- habló un poco más fuerte, cierro mis ojos y me volteo a verle- va a estar bien, lo juro, lo revisé antes de salir corriendo y puede salvarse. Necesita un baño antes de irnos, éstas personas nos ayudarán a asearlo mientras nosotros también lo hacemos y nos alistamos para irnos.
Me sentía confundida por no recordar esta parte del plan, llegar a una casa con desconocidos, al menos para mí porque parecían que aquella pareja conocían a Jack. El chico de cabellos platinados me obligó a dejar a mi hermano dos segundos en paz para que pudiéramos hablar.
-No es tu culpa- dice una vez que cierra la puerta de la habitación. Cubro mis ojos con mis manos sintiendo nuevamente las lágrimas brotar- Tu no tuviste nada que ver.
Siento su presencia más cerca y solo me asfixio.
-Si yo hubiera...
-No, no es tu culpa- Jack me toma de los brazos para que lo mirara- la culpa es de Drago y toda la gente que trabaja para él.
Lo abrazo y mi llanto es desgarrador, siento como me ahogo entre mis propias lágrimas, todo esto era tan irreal.
-¡P-Pudieron torturarlo!- hablaba desesperadamente sobre su camisa- P-Pudo morir p-por falta de sangre o i-infección o f-fiebre... está muriendo Jack y yo no lo sabía.
Los brazos de Jack eran el único lugar seguro y consolador en esos momentos, eran los únicos que me sostenían. Estaba molesta, furiosa, deprimida, desesperada, aterrada.
Jack no dijo nada por un par de minutos, solo se quedó ahí escuchándome, protegiéndome.
-¿Qué le hicimos para merecer esto? ¿Para ganarnos su odio? Para que...- para que abusara de ambos- s-solo intentábamos sobrevivir, f-fuimos unos niños buenos, intentamos cumplir todo lo que él nos pedía.
Maldito imbécil, iba a matarlo, iba a pagar cada grito, golpe y lágrima que Hiccup y yo recibimos por siete años.
No supe por cuánto tiempo estuve llorando y no sé por cuánto tiempo más lloraría si la puerta no hubiera sido abierta por el pequeño Hamada quien anunciaba que Hiccup ya estaba limpio.
Los conocidos de Jack se habían tomado la molestia de cubrir la mayor parte del cuerpo de mi hermano en vendas y alcohol para desinfectar. Nos ayudaron a colocarnos de nuevo nuestros disfraces para poder salir de aquel horrible país. Jack le colocó a Hiccup un sedante por precaución y yo estuve tentada a pedirle uno sin embargo no lo hice. En la enorme barriga falsa de Jack colocamos a mi hermano y lo sujetamos bien para que no se resbalara. Jack había visto muchas veces "El hombre de la máscara de hierro" para decidir que llevarse de esa forma a Hiccup era la mejor.
El camino regreso al aeropuerto fue más silencioso y pesado de lo normal, ni siquiera Hiro emitía algún sonido para destensar el ambiente. Llegamos con una hora de anticipación la cual se nos pasó demasiado lenta y tortuosa, deseaba poner los pies en el avión y que éste despegara antes de que las personas de Drago Mano Dura nos encontraran.
No pudimos dormir en todo el vuelo de regreso, Hiro cabeceó un par de veces al igual que Jack pero ninguno durmió. Al bajar del avión y recoger nuestras cosas todavía se sentía tenso el ambiente. Hiro tomaba mi mano y la apretaba con fuerza en señal de miedo.
-Todo está bien- le digo regalándole una sonrisa.
El pequeño asiente apegándose más a mi, escuchamos en unos gritos nuestros nombres y nos dirigimos hacia nuestros amigos quienes nos ayudan con las pesadas maletas.
Los chicos no hacen muchas preguntas y las que hacen, las contesta Jack. Hiro estaba recostado en mi regazo en completo silencio, sabía que era mala idea traerlo.
Llegamos a la casa de invierno de Fred al sur de Corona, en una ciudad llamada San Frasokio. En ella nos esperaba un personal de enfermeras y médicos especializados para atender a Hiccup. Dejo que los especialistas tomen cargos en el asunto mientras me dirijo a la sala donde se encuentra el menor de los Hamada.
-¿Cómo estás?- pregunto sentándose a su lado.
-Esto superó mi imaginación- contestó mirando sus manos- nunca creí que Hiccup estuviera tan mal. He estado pensando y creo que lo mejor es que no regreses a tu casa Punzie- me mira preocupado.
-Hiccup se pondrá bien- afirmo tocando su hombro. Era extraño hablar de mi hermano en presente, aún no lo digería del todo- y yo estaré bien Hiro, lamento no haberte advertido lo suficiente, la verdad es que no sabía en qué estado estaba mi hermano.
-¿Pero sabías de Drago haría cosas como esas?
-¿Cosas como qué?
-Cortarle un pie... Lo siento, me he quedado muy sorprendido, me da miedo la persona con la que vives, es mucho peor de lo que me contaste.
Me abrazó y yo me encargo de darle seguridad.
-Está bien, no lo sientas. Es peor de lo que imaginas... Pero, veamos el lado bueno ¿si? El plan funcionó y Hiccup está aquí con vida y los doctores se encargarán de su recuperación. Y no se hubiera logrado sin tu ayuda, has sido muy valiente Hiro, gracias- le sonrío, apartándole el cabello de la frente.
-Le dirás a mi tía, ¿verdad?- insiste.
-Claro- asiento- hoy mismo, lo sabes.
-Si tardas en llamar...
-Si tardo en llamar Hiro, entonces le dirás qué necesito ayuda, le explicas solo lo primordial. Pero eso no pasará. Llamaré y yo se lo diré.
Sonrío en un vago intento de darle confianza. Realmente confiaba en que cuando llegara a casa, Wasabi llamara a la policía y ésta viniera.
Los doctores me avisan lo que yo ya sospechaba, Hiccup estaba delicado de salud en todos los ámbitos: su peso estaba por debajo del ideal, había perdido mucha sangre, tenía varias infecciones incluyendo su pie,estaba ardiendo en fiebre, moretones de todos los tamaños y colores adornaban su piel al igual que magulladuras, cicatrices, laceraciones, y tenía tres costillas rotas. ¿Porqué no estaba muerto? Ni siquiera el doctor lo sabía. Casi me desmayo al escuchar todo el diagnóstico, mi hermano estaba en una línea demasiado delgada entre la vida o la muerte.
-Me gustaría que todo fuera una pesadilla- susurro con un dolor en mi pecho- pero pronto despertaremos de ella Hicc. Sé que eres fuerte, sé que no te das por vencido fácilmente. Necesito... Necesito que hagas un esfuerzo más- aparto con mucho cuidado el cabello que cae entre sus ojos- yo me encargaré de deshacerme de él.
Deposito un beso en su cabeza y salgo de la habitación limpiando mis lágrimas.
El plan debía salir bien, tenía que tener pruebas suficiente y creíbles para que la policía porfin me hiciera caso.
El camino de vuelta a casa duró tres horas, no recuerdo haber escuchado algo de la conversación que tenían los demás, estaba ensimismada en lo que le preguntaría a Drago al llegar.
Wasabi se estaciona frente a la casa de Hiro y me bajo junto con él para entregarlo a su tía.
-¿Cuál es la hora límite para esperar tu llamada?- pregunta Hiro mientras caminamos a su casa. Miro el reloj en el teléfono y son las diez de la noche.
-Once.
-Ok- susurra y toca la puerta, cinco segundos después se abre dejando ver a Cass en pijama.
-Al fin has llegado mi cielo- su tía lo recibe con una amplia sonrisa en su rostro, con los brazos abiertos. Hiro corre hacia ella y la abraza- ¿Te has divertido? ¿Qué tal estuvo?
-Una pregunta a la vez tía Cass- rió el pequeño.
-Buenas noches- me despido para dejar que Hiro disfrute de la compañía de su tía.
-¿No crees que es bastante tarde para traerme a mi sobrino Rapunzel?- la cara de Cass cambió a una más seria, incluso molesta.
-Lo lamento Cass hubo algo de tráfico en la carretera y...
-¿Y no pudiste contestar el teléfono para avisarme?- pregunta molesta
-Tía Cass- susurra Hiro.
Siento un nudo en la garganta por ver a Cass de esa manera, pero me lo merecía, había decido mentirle una vez más y ella lo sabía.
-Hiro sube a tu cuarto- ordenó.
-No tengo tiempo- me adelanté a hablar, tenía demasiadas cosas en la cabeza para quedarme a escuchar los regaños de Cass.
-¿Qué dices? Son las diez de la noche y no he sabido nada de tu ni de Hiro desde anoche por...
-¿Recuerdas que me dijiste que no querías hablar conmigo hasta que te contara la verdad?- la callo abruptamente mirándola a los ojos.
-Así es- afirmó cruzándose de brazos.
-Te oculté muchas cosas porque no quería que te preocuparas el doble por mi y que sintieras que fue culpa tuya. Sino te he contado es porque... Porque Hiccup no estaba a salvo, y hasta que él no estuviera a salvo no podía contar nada.
-¿De qué me estás hablando? Ven pasa mejor conversemos dentro.
-No puedo, tengo que... Hacer algo antes de contarte todo. Yo llamaré, dentro de unos minutos, si llegan a dar las once de la noche y no llamare entonces... Búscame en mi casa, en cada cuarto y rincón.
-¿Qué estás diciendo?- baja la voz mirándome por completo- ¿Qué sucede?
La abrazo fuertemente un par de segundos y luego la suelto regresándome al auto.
-¿Todo bien?- pregunta Wasabi miràndome por el espejo retrovisor.
-Si, sigamos.
Jack y yo veníamos tomados de las manos en la parte trasera del automóvil, estaba tan nervioso y tenso como yo. Al llegar a la casa donde vivo Jack me aprieta un poco más fuerte la mano y nuevamente agarró fuerzas para verle a los ojos.
-Podemos denunciarlo ahora, sin que entres- propuso sin apartar su mirada de la mía- Mérida ya tiene pruebas y Hiccup...
-Necesito saber algo Jack- susurro sintiendo un nudo en la garganta- algo que no puedo creer y que si queda grabado podrán llevarlo a prisión más rápido.
-Porfavor- imploró envolviendo mi mano con las suyas- yo... No soporto que te ponga la mano en encima, estoy harto de verte llorar por culpa de él, de ver cómo te ha destrozado la vida Rapunzel, porfavor.
Cierro mis ojos aguantando las ganas de llorar y me acerco más a él, tomando con delicadeza su rostro.
-Voy a estar bien- susurró a centímetros de sus labios.
-No- murmura negando levemente.
-Mírame Jack- el chico levanta su rostro dejándome ver los inicios de lágrimas- saldré viva de ese lugar, con pruebas y una escandalosa noticia. Me muero de miedo tanto como tú pero no retrocederé ahora que estoy a punto de darle su merecido, no cuando mi hermano está a salvo y conmigo.
El chico inhala profundo y asiente intentando regalarme una de sus hermosas sonrisas pero solo consigue hacer una mueca.
Miro sus labios y deshago la idea de besarlos, no podía hacer eso. Beso su mejilla y él me abraza. Tenía que salir de ese auto ya o terminaría consumida por el miedo.
Deshago el abrazo y salgo del auto despidiéndome de Wasabi y Mérida quienes estaban listos para llamar a la policía en cuanto entrará a ese infierno.
Abro la puerta de aquella casa y entro lentamente respirando profundo, tenía a lo mucho diez minutos antes de que al policía llegara.
-¡Al fin llegas! Comenzaba a aburrirme sin ti preciosa. Anda, tráeme una cerveza que tengo ganas de follarte ahora- ordenó desviando la atención del televisor para mirarme descaradamente.
Camino hacia él temblando levemente, y me coloco frente suyo envalentonándome para preguntar aquello que ya sabía y me carcomía el alma.
-¿Qué haces ahí parada? Te dije que quiero una cerveza antes de coger, zorra inútil.
-¿Tocaste a mi hermano?- pregunto con todas las fuerzas del mundo para no temblar. El hombre de cabello azabache me mira con asombro y se queda callado unos segundos antes de reírse burlonamente.
-Creo que no quedó claro...
-¡Habla!- grito desesperada acercándome más a él haciendo que tire su botella de cerveza al suelo furioso.
-¡A mí no me levantas la voz golfa!- se levanta de su sillón y se acerca a mi- ¿Qué carajos te sucede? ¿Intentas provocarme? Sabía que te gustaba que te tratarán mal...
-¿Abusaste de Hiccup, imbé...
Un golpe en la quijada evitó que terminara mi pregunta.
-¿No te quedó claro que el nombre de la basura de tu gemelo está prohibido?- tomó mi cuero cabelludo con fuerza para volverme a golpear ahora en mi pómulo izquierdo. Tomo uno de los vidrios de la cerveza y cuando vuelve a levantarme con brusquedad para golpearme incrusto el vidrio en su mano logrando que me suelte- ¡Hija de...
-¡Contéstame!- demando, alejándome un poco de él
-¡Si lo hice! ¡Me acosté con él pensando que eras tú!- me gritó mientras se quitaba el vidrio de la mano. Me quedo quieta unos segundos mientras digiero lo que acaba de confesarme, agradeciendo que toda está conversación estaba siendo grabada.
-Creí que dormías en la litera de abajo y cuando entré estaba pasado de copas y no me fijé que no eras tú hasta el día siguiente- siguió hablando mientras se acercaba más a mi- tu hermano era más ramera que tú porque no cogimos una vez- rió, tomándome de las caderas dolorosamente- debo de admitir que me gustaba, se cargaba un culo impresionante pero no era tú.
Me estremezco sintiendo asco por la depravación de aquel hombre que estaba tocándome. Mis manos comienzan a intentar alejarlo.
-Siempre era tan apretado, pero no se quejaba como tú. Lamentablemente por más que quiso satisfacerme para que olvidara follar contigo no lo logró, me gustan más las mujeres y desde hace tiempo había puesto mis ojos en ti...
-D-Desde cuan...
-Tendrías unos doce o trece, te desarrollaste muy rápido. Mmm todavía recuerdo cuando me entregaron el dinero aquella vez, traías un short que cubría un poco más de tu trasero y una blusa sin mangas algo holgada dejando ver cuánto habían crecido tu pechos. Desde ese momento sabía que tenía que probarte, eras más hermosa que tú madre...
Me dan ganas de vomitar mientras mi mente viaja a aquellos años que aquel hombre dice. Si, Drago me miraba extraño algunas ocasiones, me hacía sentir miedo e incomodidad... ¿Hiccup sabía que desde los doce o trece años ese hombre estaba acosándome?
Sus manos entran por debajo de mi ropa y su boca succiona mi clavícula.
>>Orínate, orínate ya<<
-¡Carajo!
Grita furioso sacando sus manos de mi pantalón, se dirige a la cocina para limpiarse con fiereza. Limpio las lágrimas que han escapado de mis ojos y siento la necesidad de vomitar.
Abrocho mi pantalón y a pasos lentos- y me dirijo a la cocina, sintiendo coraje. Tomo una taza de porcelana con fuerza y levanto mi brazo para estrellarla en la cabeza de aquel degenerado
-Sabía qué harías eso pequeña florecilla - me detiene con su mano derecha, arrebata la taza tirándola lejos y me mira con aquellos ojos que tanto miedo me provocaban- que tal una probada de tu propia medicina.
Soy golpeada en la cabeza con un sartén que me desorienta por completo y me hace caer. Lo que él esté diciendo apenas y lo alcanzo a escuchar. Estaba mareada sintiendo como era despojada de mis ropas, no podía moverme, lo único que rodaba en mi cabeza en esos momentos a parte del agudo dolor era aquel escrito en ese diario de mi hermano.
"Había abusado de mi el muy imbécil, tengo miedo que le haga lo mismo a Rapunzel, que incumpla su promesa y en cualquier momento la drogue y la viole como lo hace conmigo. Lo denuncié, claro que lo hice, ese hombre está loco pero nadie me hizo caso. Me dijeron que eran solo alucinaciones mías y que un hombre tan importante y respetado como el abogado Mano Dura jamás tendría ese tipo de "fetiches". Que idiotas.
Cada día fumo más marihuana para poder actuar con normalidad frente a mi hermana y mis amigos, estoy estresado, cansado y adolorido que ya ni siquiera recuerdo la última vez que dormí bien y tranquilo. No me gusta tener que drogarme para poder calmar mis nervios pero no encontraba otra forma de relajarme, tengo que hacer algo para poder huir de ese lugar antes de que nos lastime más."
Siento un líquido caliente en mi cara, grito al sentir como una de sus botas pisar mi mano para que no pueda cubrirme el rostro.
-Trágatelo perra- murmura furioso terminando de orinarse en mi. Escupo todo lo que había caído en mi boca cerrando los ojos por el dolor en mi mano- me das asco- susurra riendo en mi oído. Quita su pie de mi mano y escucho como se quita el pantalón. Me arrastro hacia atrás en un intento de alejarme de él sintiéndome un poco aturdida por el dolor en mi cabeza y en mi mano.
Con el cinturón ahorca mi cuello y me obliga a ponerme de rodillas.
>>No me voy a doblegar, no me voy a doblegar. Él nos lastimó y debe pagar<<
-¿Sientes eso?- habla entrecortada mente frotando su erección contra mi espalda- Espero hayas disfrutado estos últimos días inútil, porque a nunca más volverás a ver la luz del sol- apretó más el cinturón llevando mi cabeza hacia atrás impidiéndome respirar.
Suelto un codazo hacia atrás atinando a sus costillas, el agarre del cinto se afloja lo suficiente para poder volver a respirar y lo quito de mi cuello lo más rápido que puedo.
-¡Te vas a arrepentir de eso!- grita encolerizado e intenta golpear mi espalda pero ruedo hacia la izquierda para evitarlo, me levanto trastabillando hasta llegar de nuevo a la cocina tomando el sartén con el que fui golpeada y un trozo de la taza que había arrojado.
-¡Suéltame!- grito sintiendo como sus brazos me acorralaban- ¡Tu lo violaste como lo has hecho conmigo!
Pataleo e intento golpearlo con el sartén pero su fuerza incrementa y comienza a apretar sus brazos con mi cuerpo.
Lloro con rabia y desesperación al no poder moverme, aquel hombre no se inmuta a contestarme, solo me lleva en silencio por el pasillo para llegar a su habitación. Tenía que evitar entrar ahí, si entraba, no habría salida.
-Te odio- clavo el pedazo de cerámica en su muslo y él me suelta soltando un grito de dolor. Me golpeo con el suelo el estómago sacando todo el aire, gimo de dolor y desesperación por hacer que el aire entre en mi sistema nuevamente. Escucho las sirenas de la policía a lo lejos y no puedo evitar sentir un poco de felicidad.
-¿Qué es lo que hiciste?- vuelve a hablarme el cabello para verle a los ojos, tenía gotas de sudor resbalando por su frente y su respiración seguía siendo irregular. No pude contestarle porque todavía seguía intentando respirar, al no ver que le contestaba volvió a preguntar pero cada vez su voz era más lejana.
No.
Me voy a desmayar.
No no no. No puedo desmayarme ahora.
-¡Policía de Solaris no se mueva!
Varios policías entraron derribando la puerta, trotando todos juntos hasta llegar al pasillo. No pude escuchar claramente lo que Drago me dijo pero poco me importaba, estaba hecho.
-Hola nena, soy la oficial Judy Hops, ¿puedes oírme?
Asiento levemente sintiendo como el aire por fin se establece en mis pulmones.
-S-Si- balbuceo sintiendo de repente la boca pesada al igual que mi cuerpo, era como si estuviera bajo el efecto de las drogas que Drago me daba pero sabía que no eran drogas, estaba luchando por no desmayarme. Necesitaba llamar a Cass.
-Muy bien, ¿puedes decirme tu nombre corazón?- la voz de la oficial deja de ser tan lejana y el ruido de las patrullas resuenan en mis oídos.
-Rapunzel- susurro sintiendo como mi cuerpo es cubierto por una chamarra.
-Ok Rapunzel todo va a estar bien, estarás a salvo conmigo, lo prometo.
La oficial cuyo nombre no recordaba me ayudó a levantarme y juntas fuimos hasta su patrulla. Todo el vecindario estaba afuera viendo lo que ocurría por primera vez, intenté no enojarme por aquella gente tan chismosa e hipócrita, como si todos estos años no hubieran visto ni oido gritos y destrozos.
Una vez estando en la estación de policías me permiten hacer una llamada. Quito las lágrimas de mi rostro y marco el número de Cass Hamada.
-¿Rapunzel?- responde de inmediato en la otra línea.
-Cass- vuelvo a llorar sin poder controlarlo.
-Voy a tu casa en este momento.
-No- digo velozmente- N-No estoy en mi casa- sorbo mi nariz- ¿Puedes venir por mí, a la estación de policía?
-P-Policía- estaba segura que a Cass le había tomado pro sorpresa mi respuesta- si si voy para allá.
-¿Cass?
-¿Si nena?- pregunta angustiada y me odio por meterla en todo esto.
-¿P-Puedes traerme ropa? Dejé una muda en el cuarto de Hiro, él sabe dónde la guardó.
Cass no habló por unos minutos, claro que no era normal que le hablara desde la estación de policía llorando y pudiendo ropa.
-Claro... En unos minutos estaré ahí.
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