-¿Puedo abrazarte?- pregunta el chico peliblanco yo asiento y me acerco más a él para protegerme en sus brazos.

Ninguno de los dos dice nada por un largo tiempo, yo sigo llorando sobre su pecho y Jack me abraza con fuerza, como si temiera soltarme. Sentía un peso menos en mi corazón, era la primera vez que hablaba con total sinceridad sobre mi vida y me sentía bien, por primera vez no había fingido ni mentido en nada.

-Sobre la fiesta y ese día- cuando me calmé recordé una última cosa importante que tenía que decirle- yo lamento mucho lo que te dije, no quería lastimarte. Yo no sabía que tu padre iba a ese lugar hasta que lo vi y...

-Lo sé, no importa...

-Si importa- me separo de él unos centímetros y limpio mis lágrimas- tu padre me fue a ver al prostíbulo para confirmar si yo era la misma chica con la que casi engaña a su esposa y al confírmalo él me amenazó con decirle a... él. Y si él lo sabía entonces tendría muchos problemas y te mandaría matar, me haría ver cómo te lastima y te mata y luego a Hiccup y luego a mi. Tuve que aceptar no volverte a hablar ni juntarme contigo para que tu padre no abriera la boca. Por eso dije lo que dije, y discúlpame.

-Disculpa aceptada- susurra intentando mostrarme una sonrisa, pero estaba tan consternado como yo.

-Te juro que de haber sabido no me hubiera juntado contigo desde un inicio, yo nunca quise acostarme con tu padre.

-Lo sé, lo sé- volvió a abrazarme casi sin voz. Volvimos a quedarnos en silencio, abrazados un par de minutos más. No sabía que es lo que pasaría ahora, no sé cómo reaccione Jack ante todo esto, era... demasiado para asimilar.

-¿Puedo... preguntarte algo?- susurro a su oído y el asiente- ¿Cómo sabías que pensaba aventarme de ese edificio?

Tal vez era la única duda que tenía en la cabeza desde que desperté. Esa y el porqué a Drago le importaba tanto lo que había hablado con el señor Haddock.

-Tu me lo dijiste- murmuró, soltando un suspiro. Rompió el abrazo pero nos quedamos cerca, viéndonos a los ojos- cuando te lleve a mi casa después de que le pagará a ese gorila para que ye dejara salir de ese lugar, estábamos hablando de Hiccup y tú me dijiste tu plan suicida. Me hiciste prometer que no le diría a nadie, y no lo hice.

-Oh.

Estaba sorprendida y avergonzada, no podía recordar nada sobre esa noche. Siento un poco de calor subir en mi pecho al saber que Jack estuvo conmigo en aquel horrible momento, al saber que tenía muy presente ese dato que a nadie había rebelado.

-Lamento lo que mi padre te hizo- ver el rostro contraído de Jack me oprimía el corazón, creo que no había sido buena idea contarle todo eso- y lo que le hizo a Hiccup... todavía no logro entender el motivo.

Dejé de respirar al escuchar el nombre de mi gemelo, una diminuta esperanza volvió a crecer en mi interior. Jack se dio cuenta del cambio de expresión y soltó un suspiro sacando su celular.

-Dijiste que la última vez que lo viste fue lejos de aquí- asentí sin dejar de mirarlo- y cuando habló por teléfono, ¿te dijo dónde estaba?- preguntó mirándome a los ojos.

-Ahh... en un lugar cerrado, con puertas de metal, estaba intentando buscar una salida.

-¿Te dijo si todavía estaba en Solaris?

-No... no me lo dijo pero la persona con la que hablé tenía un acento diferente, ¿porqué?

Me daba nervios las preguntas que me hacia y lo serio que hablaba. ¿En serio lo había encontrado? ¿Hiccup seguía vivo?

-Todo el mes fui hacia Holanda para comenzar a conocer gente importante que están a cargo de los hospitales de mi padre, todo era normal. Juntas, negocios, contratos. Pero en el último hospital mi padre me dijo que lo esperara en la sala de espera, y no le obedecí. Quería saber que otra cosa escondía mi padre, quería que él mismo dijera que había estado engañando a mi madre y a mi hermana y a mí. Lo seguí por el ducto de ventilación y... encontré esto.

Jack me entregó su celular con audífonos, los colocó en mis oídos y le doy play al video.

Inicia con una vista algo distorsionada por los barrotes del conducto de ventilación de una habitación con paredes blancas descuidadas, hay tres hombres dentro, dos con uniforme blanco y uno con traje negro, ese era el padre de Jack. Los tres hablaban un idioma diferente y luego los dos hombres de blanco dejan ver a una persona en la esquina. Van por el chico y sin ningún cuidado lo levantan y lo llevan hacia el señor Frost. El señor Frost se hace para atrás, sorprendido y pregunta por su nombre. El chico tarda unos segundos al responder.

-Hiccup

El señor Frost comienza a interrogar a mi hermano y yo ya no puedo prestar atención. Detengo el video unos instantes para poder digerirlo.

-¿Estás bien?- Jack pregunta preocupado. No me salen las palabras así que asiento un par de veces.

Hiccup estaba vivo.

Hiccup está vivo.

Hiccup está vivo.

Vuelvo a reproducir el video y presto atención al chico pálido y escuálido que siguen sosteniendo los guardias.

-¿Tienes hermanos, Hiccup? ¿Hermanas?- el señor Frost deja de hablar en el extraño idioma para que mi hermano le resuelva las dudas que se formulan en su cabeza.

-No- murmura y desvía la mirada. Miente.

-Tiene una hermana, pero se niega a hablar una sola palabra de ella- contestó burlón uno de los hombres que lo sostenían.

-Imposible- susurró el padre de Jack- tengo que hablar con Drago.

Mi cuerpo se tensó al escuchar sus últimas palabras mientras que Hiccup hizo una cara de disgusto.

-Debe revisarlo, creo que uno de los guardias se pasó un poco en la paliza.

-¿Paliza? ¿No dijeron que era uno de los buenos resultados?- el señor Frost estaba tenso.

-Lo es, pero hizo una estupidez y le está costando caro su castigo. El jefe lo mandó a usted para que verificara que vivirá. Al parecer no lo quiere muerto aún.

-Está bien, hablaré con su jefe más tarde.

Y el video termina.

Me quedo mirando la pantalla sin comprender exactamente lo que pasaba. Hiccup está vivo, y el papá de Jack lo sabe, él lo sabe y me mintió. Él me mintió sabiendo lo delicado que es ese tema.

-Yo...

-Me mintió- interrumpo sin saber cómo reaccionar- él me dijo que estaba muerto- la voz me iba fallando mientras hablaba y recordaba esa noche- no le creí y él se encargó de que le creyera. T-Toda la noche él... él sabía lo contrario.

-Puedo explicar...

-¡ÉL SABÍA QUE SI HICCUP MORÍA SE TERMINABA SU ESTUPIDO TRATO! ¡QUÉ HARÍA LO QUE FUERA POR ALEJARME DE ÉL! ¡M-ME MINTIÓ SABIENDO QUE LE CREERÍA PORQUE NADIE SABE SU PARADERO!

Lloraba de rabia, estaba furiosa. No comprendía porque lo había dicho, él tenía toda la culpa de que quisiera suicidarme. Él era causante de todo esto.

-Escúchame Rapunzel- Jack se levantó de la banca para poder hablar, pero no lo dejé. No podía entender nada.

-¡Me golpeó, Jack! ¡Me golpeó gritando una y otra vez que estaba muerto!- le grité llevando mis manos a la cabeza- ¡Me violó y me dijo que era culpa mía! Que yo lo había matado.

Lloré fuertemente. Jack se acercó y volvió a abrazarme.

-Y me lastimó estos cuatro días echándome la culpa de que yo había sido quien inventó eso- estaba furiosa, ese maldito me había hecho sufrir el mismo infierno que hace dos años, cuando todo era su culpa.

-Fue culpa de mi padre y de los otros dos hombres que estaban ahí, perdóname Rapunzel- Jack parecía entender mi dolor, enojo y frustración. Su voz volvía a quebrar mi corazón- lo siento tanto. Ya no pude grabar eso porque se me terminó la batería pero mi padre les dijo que tu hermano estaba en una situación critica y si no lo trataban ahora moriría en cuestión de horas. Aquellos hombres llamaron a Drago Mano Dura y le dijeron que Norte les dijo, y yo creo que lo mal interpretó y... ocurrió todo esto.

Jack hablaba con rencor y desesperación, entonces comprendí que se estaba culpando por esto. Seguí llorando y sentí como Jack también derramaba lágrimas en mi hombro.

-No sabes cuánto asco y coraje siento por mi padre y por la persona con quien vives- volvió a hablar al cabo de unos minutos- y las ganas de querer asesinarlos son inmensas... Mi padre experimenta con humanos sus medicamentos, han muerto miles de personas, pero tu hermano fue de los pocos que sobrevivió y de quién se tomarán muestras para sacar en pocos días el nuevo medicamento contra él asma. Norte Frost encontró la cura contra el asma... de una forma inhumana, ética y moral. Lanzarán el medicamento en dos semanas y mi padre ganará demasiado dinero, y su abogado para cerrar contratos de distribución es Drago Mano Dura. Es una locura, es horrible y eso es lo que voy a heredar. No lo quiero, ni si quiera quiero seguir llevando su apellido.

¿En qué nos estábamos metiendo?

¿En qué había metido Drago a mi hermano?

Me despego unos centímetros de su pecho y mis manos toman su rostro temblorosamente, elimino las lágrimas de coraje que ha derramado y lo admiro. Su cara se ha vuelta roja, su mandíbula está tensa y su respiración es irregular. Al mirar sus ojos cristalizados veo lo roto que él también está, el dolor que lleva en el alma y comprendí que mi vida no era la única horrible. Ambos estábamos en lo más profundo del abismo.

-Los vamos a detener- susurré tragando saliva- los vamos a desmentir y todo el mundo se enterará de lo que han hecho.

Jack asiente apretando sus ojos, vuelvo a limpiar con lentitud sus lágrimas, comienzo a acariciar su sedoso cabello y mi respiración se mezcla con la suya.

-No eres tú padre Jack- hablo un poco más fuerte, segura de lo que estaba diciendo, el chico de ojos zafiro vuelve a llorar- no eres como él, eres mucho mejor.

Jack pega su frente con la mía y sus manos frías acunan mi rostro, me estremezco y luego intento relajarme. Eran demasiadas cosas que digerir.

-Tengo un plan- murmura y abre sus ojos, mi corazón se acelera un poco al tenerlo tan cerca- lo he analizado estos días y es algo riesgoso pero valdrá la pena- asiento lentamente para que siga- iremos por Hiccup y luego nos encargaremos de esos dos.

Unas lágrimas escapan y recorren mis mejillas, intento sonreírle.

-Gracias.

Todavía había un remolino de emociones en mi interior, pero estaba alegre y en paz de saber que Hiccup estaba vivo y pronto nos volveríamos a ver.

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~Drago~

La música jazz sonaba en todo el lugar, las luces amarillas le daban un toque elegante al restaurante. Miraba atento mi copa de vino mientras mi cabeza me recordaba el gran error que había cometido.

"-¡Hiccup está muerto! ¡Por fin está muerto!- gritaba furioso mientras volvía a darle con el cinturón.

-¡No! ¡Para por favor!- sus súplicas eran sordas para mis oídos. Su cuerpo desnudo temblaba y su rostro se llenaba de lágrimas y aflicción cuando volvía a repetírselo. ¿Porqué no le cabía en la cabeza que su hermano estaba muerto?"

No había sido buena idea emborracharme con aquella noticia. No debí haber abierto la boca y decirle que el inútil de su hermano estaba muerto... o que estaba apunto de morir. Había metido la pata, ahora sí lo había estropeado todo y por eso necesitaba hablar con ella antes de que se enterara por otro medio.

-Llegaste temprano- la mujer de cabellos castaños y ojos verde bosque me sonrió y se sentó frente a mi.

-Yo siempre llego temprano- aclaré bebiendo de mi copa mientras la mesera le servía vino en su respectiva copa.

-¿Qué pasa? No es que me disguste este lugar y tampoco me molesta ponerme al día contigo pero acordamos no vernos a menos que sea importante- fue directo al grano, como siempre.

-He metido la pata, Val. Hice una estupidez y quiero que te enteres por mí para que sepas cómo manejarlo- digo serio y el rostro de mi compañera me mira con intriga.

-¿Qué hiciste Drago?
¿Te cacharon con algunas prostitutas?- preguntó burlona.

-Los hijos de Gothel siguen vivos y tu marido habló con uno de ellos- solté y abundó un silencio sepulcral.

-¿Qué?- pregunta molesta- ¿Cómo que siguen vivos?

-Hubo un ligero cambio de planes- comencé a explicar, sin embargo ella azotó sus manos en la mesa sin dejarme terminar.

-¿No los mataste?- preguntó rabiosa. Vuelvo a tomar de mi copa y me sirvo un poco más.

-No.

-¿Porqué? Sabes lo importante que es que te deshagas de esos basteados antes de que cumplan dieciocho. ¿Qué fue lo que hiciste? ¡No era una tarea muy complicada, Drago!

-Cálmate, no los maté porque me deben un dinero. Me quedé con sus hijos y cuando venga a reclamarlos, que no será en mucho tiempo los mataré. Le mostraré en lo que los he convertido.

-Dime la verdad- me mira a los ojos- ¿porqué siguen vivos los hijos de esa ramera?

-Su hija me vuelve loco- confesé en murmuro. Ella comenzó a reír.

-¿Te estás acostando con su hija?- deja de reír y vuelve a mirarme molesta- De todas las mujeres en el mundo ¿porqué ella? No te creo, no puede ser que por esa razón no puedas hacer una simple tarea.

-Escúchame Valka, esa niña fue hecha para mí. De tan solo recordarla ya comienzo a excitarme. Y no los he matado porque es mejor verlos sufrir y morir lentamente. Deja de burlarte de mí si no quieres que confiese algunas cosas a tu esposo que arruinaran todo tu plan aún con los hijos de Gothel muertos.

La mujer de cabellos caoba paró de reírse. Yo proseguí.

-Te he llamado porque me emborraché y sin querer le dije a Rapunzel que su hermano estaba muerto, y la obligué a creerlo. En respuesta a eso ella intentó suicidarse en la compañía de tu marido y obviamente Estoico se enteró y habló con ella.

La cara de Valka comenzaba a tornarse de mil colores diferentes.

-Pero la niña no sabe nada, sin embargo hablaron sobre su madre y Estoico ahora sabe que yo cuido a sus hijos, que están más cerca de él de lo que le hiciste pensar.

Por eso era tan importante hablar con Valka Haddock, porque había cometido un grave error, incluso si Rapunzel no sabe nada sobre su padre, Estoico sabe que ellos están cerca y buscará hacer contacto con ella y comenzará a buscar a Gothel de nuevo.

-Idiota- me dio una fuerte bofetada y me contuve en regresársela- Estoico habló con ella... tú dejaste que todo esto pasara. ¿Sabes que no parará de buscarla? ¿Que no hará que busquen la vida de sus bastardos?

-Si lo sé pero tengo un plan- gruñí.

-Mátalos. A los tres Drago. Y que sea rápido si no te mataré yo a ti y después a ellos- amenazó.

-A mí nadie me amenaza, ni me falta el respeto. En una semana me iré a Holanda con la chica, desapareceremos del mapa para siempre, si tu marido intenta buscarla no la encontrará.

-¿Y el chico?- pregunta con voz ronca.

-Probablemente éstos sean sus últimos días, no vivirá demasiado. Si él descubre que uno está muerto dará por hecho que la niña igual. Y ahora más que nada es cuando debes de estar con Estoico, porque vi esa felicidad de reencontrarse con su hija después de diecisiete años.

-Bien- bufó sin apartar su mirada asesina de mi- aún así quiero que la mates y a su madre porque ellas puedes ser tu ruina, no me importa cuánto placer te haga sentir, ¿oíste?

-Si descuida, planeo matarle lenta y dolorosamente.

-Más te vale- tomó su bolso y se levantó de su asiento- porque tú tienes más cosas que perder que yo. Si yo me voy a la ruina querido, tú también te hundirás conmigo.