∆Capítulo 18∆
Advertencia, contenido fuerte.
Una, dos, tres, cuatro estocadas, intentaba reprimir los quejidos y las ganas de toser mientras Drago Mano Dura se movía rápido y violentamente en mi interior. Soltaba jadeos y gemidos de placer cada que volvía a entrar en mí. Besó y lamió mi cuello, mordiéndolo hasta romper mi piel. Sus manos viajaban por mis pechos, estrujándolos, lastimándolos.
Su boca sube hasta mis labios y los muerde violentamente, obligándome a abrir los míos para que su asquerosa lengua entre a mi boca y me infecte.
Estaba cansada, quería que parara ya. Llevaba toda la semana con la misma rutina: sexo, sexo y más sexo. Lo odiaba. Quiero que pare ya, que me deje en paz, si quiera que me deje descansar. El único respiro que tenía era cada cierto tiempo para ir al baño y para comer algo.
Siento unas inmensas ganas de toser, aún no me había recuperado del todo y esta vez no pude reprimirlo. Su enorme mano estampó en mi mejilla volteando toda mi cara haciéndome callar. Tomó mi cuello y comenzó a apretarlo al mismo tiempo que sus estocadas se volvían más rápidas y dolorosas, y eso solo significaba algo: estaba llegando al orgasmo.
-Gime para mí, perra.
Aprieto las sábanas con mis manos y siento como el aire escapa de mis pulmones. Su agarre en mi cuello incrementa y entonces comienzo a gemir antes de que se molestara. La parte que más odiaba del sexo era tener que fingir, fingir que me exitaba todo eso, que estaba disfrutándolo. Odiaba gemir, odiaba que me violara y que me obligara a disfrutarlo. Lo odio lo odio lo odio.
-Mmmm... Ahh...
Su orgasmo había llegado y había depositado todo su semen dentro de mi. Se recostó en cima mío mientras su semen seguía saliendo y se acercó a mi oído.
-Me encantas.
"Me encantas"
Unas lágrimas se derraman por mis mejillas al darme cuenta el significado que tienen esas palabras en contextos completamente diferentes. Aquellas dos palabras dichas por Jack provocaron una cálida sensación en mi pecho, haciéndome sentir especial, querida. Recordaba la forma en que sus labios se expandían en una linda sonrisa mientras me miraba de una forma... especial. Totalmente diferente al significado enfermo que tenía ahora mismo.
-¿Lloras de excitación lindura? Cielos, eres increíble. Me vuelves loco.
Siguió moviéndose hasta que todo su semen se había vaciado en mi, salió lentamente y se colocó a mi lado estirando su brazo derecho para alcanzar una botella de vino que estaba en su tocador. Aprovecho para voltearme de lado dándole la espalda para poder concilia el sueño.
-Ha sido una semana de locos, no hay nada mejor que pasar la primera semana de año contigo follando todo el día- escucho como bebe de la botella sin parar- es uno de mis deseos, ya sabes, las doce uvas. Y como mi año a ido de maravilla hasta este momento te mostraré que no soy mala persona- devolvió la botella al tocador y se acercó a mi. Su mano se posó en mi hombro y su miembro tocaba mi trasero, me tenso al sentirlo, no quiero que me toque, no quiero que me vuelva a violar. ¿Tan difícil es dejarme en paz?- Tendrás la oportunidad de pedirme un deseo, el que quieras- murmuró.
Su boca deja mi oído para dirigirse a mi cuello y comenzar a morderlo. Su mano se desliza por mi brazo, pasando por mi cadera hasta llegar a mis glúteos.
-Quiero ver a Hiccup.
Paró de hacer cualquier cosa y un silencio abrumador reinó en la habitación. Mi corazón comenzó a latir más rápido y me costaba respirar.
-¿Qué?- su voz gélida me hizo estremecerme y sólo pude hacerme pequeña. Con su brazo me giró para que pudiera verlo de frente y al mirar sus ojos sabía que estaba en problemas.
-Y-yo... es lo que d-deseo.
Me lastimaba su agarre pero no iba a decir nada, seguía rogando que solo me dejara en paz y se durmiera. Una risa sonora escapó de sus labios y me soltó, buscando la botella de vino. Al terminarla la estrelló contra el suelo. Me hice bolita deseando no existir.
-En serio que eres una rubia estúpida. Te doy la oportunidad de pedirme medicamentos para que te recuperes de esa gripe, o que baje tu deuda, zapatos, ropa, alimentos... y tú sólo piensas en Hiccup.
Se levantó de la cama y se dio la vuelta para tomarme del cabello a arrojarme hacia el suelo.
-Lo siento- susurré.
No lo sentía. ¿Qué esperaba que le pidiera? ¿Qué acaso toda esta situación no tenía la vida de mi hermano en riesgo? Si él me violaba cada noche no era porque yo lo quisiera, era para preservar la vida de mi hermano y pagar la deuda de mi madre. Mi deseo siempre sería poder ver a Hiccup una vez más.
Que imbécil. Desearía que sintiera el mismo dolor y sufrimiento que yo. Desearía que me dejara en paz y que mi hermano y yo podamos tener vidas normales como personas normales en otra parte del mundo.
-¡¿Lo sientes?!- la primera patada llegó a mi estómago- ¡Cuándo llegaste aquí te dije que habían varias reglas que te tenías que cumplir! ¡Eres un asco! ¡Sabes cuanto detesto que menciones el nombre de esa persona! ¡Pero a ti parece que te da lo mismo!
Cada palabra era una nueva patada. Dolía y ya no podía ocultar el inmenso dolor que me provocaban sus golpes.
-¡Lo siento!- grité desesperada.
-¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! ¡DIME CUALES SON LAS REGLAS! ¡DÍMELAS RAPUNZEL!
Comenzó a darme un ataque de tos y sentía más frío de lo usual. Los constantes golpes y gritos de parte de Drago no ayudaban. No pude contestar y las patadas terminaron. Cuando el ataque de tos pasó un peso sobre mi cuerpo me saca todo el aire de mis pulmones y la desesperación por conseguir aire es impensable.
-¡¿Cuáles. Son. Las. Reglas?!- gritó mucho más fuerte propinándome bofetadas.
-¡No decir su nombre nunca!- grité desesperada. Intentaba protegerme pero mis brazos estaban prisioneros entre las piernas de aquel demonio.
-¡¿Y CUÁL MÁS?!
-¡O-Obedercele en todo!
-¡¿Y QUÉ PASA CUANDO NO ME OBEDECES?!
Sentía mi cara arder, la sangre en mi labios me daba náuseas y las lágrimas no parar de resbalar por mis mejillas.
-¡DIMELO!
-¡Castigo! Me-merezco un castigo.
-¡Eres un asco! ¡Uno no puede tener buenos tratos contigo porque abusas de ellos y tu disciplina empeora! ¡Trato de ser buena persona contigo pero es imposible! ¡Dejé pasar el hecho de que hayas enfermado y hayas gastado todo el dinero en tu recuperación que no fue exitosa porque hasta la fecha estás hecha un asco en mocos y no se que más! ¡Ha sido el año de peor rendimiento! ¡Me entregaste una miseria de cantidad y juro que iba a perdonártela! ¡Tremenda tonta me saliste! ¡Pero no más! ¡La única forma en la que aprendes es con malos tratos, y si tengo que golpearte mil veces para vuelvas a obedecerme entonces lo haré! ¡Porque eres como las mulas, hasta que no las zurran no obedecen!
Se levantó dejándome respirar, no podía parar de llorar y suplicar perdón, mi cara adía por las fuertes bofetadas que acaba de darme. No sabía que más hacer. Mi corazón se detiene al escuchar como toma su cinturón y lo desprende de su pantalón, sabiendo exactamente lo que viene a continuación.
>>Por favor Odín, ya líbrame de este infierno<<
-Te voy a enseñar a obedecerme otra vez perra, no puedo creer que seas la flor más hermosa y estúpida que he conocido- me tomó del cabello para levantarme bruscamente del suelo y luego sujeto mi cara para que le mirara- ¿Y sabes qué? La próxima vez que vuelvas a mencionar a tu hermano ¡LO MATO! Juro que le daré una muerte lenta y dolorosa que me pedirá que termine con con su vida, y tú tremendísima golfa, serás espectadora de todo. ¿OISTE?
Me soltó y no pude mantenerme en pie. La cabeza comenzaba a darme vueltas y todo comenzaba a verse borroso. Veo como su brazo se levanta con el cinto para soltar el primer azote en mi brazo. Intento moverme hacia algún otro lado pero el agonizante dolor en mi cuerpo y el cuero estampándose en mi piel me lo impide; voy sintiendo como lentamente pierdo la conciencia esperanzada a no despertar nunca más.
"Me encuentro bailando el vals de la bella durmiente en aquella fiesta de navidad que la familia Frost hizo. El hijo mayor de la familia anfitriona está frente a mi, danzando al ritmo de la música, sus manos están rodeando mi cintura y la otra toma con delicadeza mi mano. Me dedica una encantadora sonrisa para darme una vuelta. Sonrío al sentir tanta paz a su lado, me siento protegida y amada junto a él, y entonces sé que no hay otro lugar donde quiera estar que a su lado.
-Me encantas, y mi amor por ti es real Rapunzel.
Siento mi estómago volverse loco al escuchar como pronuncia mi nombre, elimina la distancia que hay entre nosotros y junta sus labios contra los míos creando un beso suave, tierno y lleno de amor. Tardo un poco en corresponder debido a que no estoy acostumbrada a este tipo de tratos y me permito disfrutar del momento.
El inocente beso comienza a transformarse en uno lleno de lujuria y sus manos divagan de mi cintura hacia mis piernas. Me separo de él para detenerlo.
-Jack, ¿qué haces? - pregunto nerviosa.
-Shh, sólo disfruta.
Volvió a capturar mis labios metiendo su lengua en ellos, sus manos se posan en mis pechos y yo intento alejarlo pero me es imposible. No me doy cuenta que hemos caminado hasta que choco con la pared y el albino abre mis piernas con las suyas.
-Jack... para, n-no quiero
-Cállate, quiero disfrutar del mismo placer que le diste a mi padre- su voz ronca me estremece. Su boca abandona la mía para dirigirse a mi cuello, con una mano toma mis muñecas y con la otra comienza a subir mi vestido.
-Y-Yo... puedo explicarlo...
-¿En serio? ¿Puedes explicarme que eres una ramera y te metiste con mi padre? Mejor comienza a hacer tu trabajo... ¿o es que prefieres que mi padre te coja?- su agarre comenzó a ser brusco y aquella mirada que caracterizaba al chico peliblanco y del cual me había enamorado desapareció..."
-Rapunzel- un dolor agudo en mis costillas me despertó, y tardo un poco en darme cuenta que sólo había sido una pesadilla, una horrible pesadilla. Mis cabellos son tomados con brusquedad y me obliga a levantarme del suelo donde había caído inconsciente la noche anterior- quiero la casa limpia cuando regrese, y más te vale preparar algo bueno para la cena sino quieres otra paliza. ¿Está claro?
-S-Si
Logré formular y pude ver cómo nuevamente se encolerizaba. ¿Qué había hecho ahora? Sólo llevaba menos de cinco minutos despierta y ya había logrado hacerlo enfurecer.
-¿Si que, perra?- soltó el agarre de mi cabello y tomó mis brazos pegándome a él. Sus manos se colocan en mis caderas con fuerza, rozando las heridas en mis espalda. Suelto un gemido de dolor y me retuerzo un poco pero solo hago que roce más. Su mano sube más hacia mi espalda y mis piernas flaquean, el dolor es imposible de ignorar. Con su mano libre toma mi cara sin delicadeza y me obliga a mirarlo- Soy tu amo y señor, me perteneces. Tú madre te entregó a mí y eres solo mía. ¿Cómo carajos se contesta?
-S-Si... amo.
Cerró su mano en mi espalda y solté un grito, cada uno de sus dedos habían pasado sobre la piel que intentaba cerrarse y que nuevamente estaba abierta. Unas lágrimas comienzan a caer y me apresuro a contestar.
-L-La casa estará limpia y prepararé algo delicioso p-para su regreso- contesté afónica.
-Así me gusta.
Dio una fuerte nalgada en mi trasero y se retiró de la habitación. Me senté en la orilla de la cama inhalando y exhalando lentamente para controlar el dolor, hasta que la puerta de la casa fue cerrada pude sentir un poco de tranquilidad. Me levanto con dificultad y no puedo permanecer en pie mucho tiempo, hago una mueca y entonces decido apoyarme de la pared para llegar hasta mi habitación.
Al llegar al baño abro la llave de la regadera y sostengo con fuerza la llave al sentir las gotas de agua hacer contacto con mi piel. Regulo la temperatura del agua y me quedo quieta hasta que el dolor en mi cuerpo disminuye un poco. Cierro mis ojos mirando por última vez la puerta que está semi abierta recordando aquel día que todo se había derrumbado.
"-¿Hola? ¿Hicc despertaste ya? N-No puedo abrir.
Había ido a tomar un baño de cinco minutos, me había asegurado de ponerle toda la seguridad a la puerta para que nadie entrara y lastimara a Hiccup. La puerta del baño la había cerrado también debido a que ya era costumbre pero no recordaba haberle puesto seguro. Y ahora no podía abrirla.
Escucho pasos al otro lado de la puerta y mis nervios incrementaron.
-¿Quién está ahí?- pregunté jalando más rápido la manija. Busco entre el lavabo y mis cosas si no traía algún pasador o algo que me permitiera abrir la puerta. Unos minutos después encontré un pasador, lo inserté en la manija y después de varios intentos la puerta se abrió."
Me costaba respirar, mis manos se habían cerrado en puños y apretaba con demasiada fuerza mi mandíbula.
"El mundo comienza a darme vueltas al ver que mi hermano no se encontraba en su cama ni en la habitación. Escuchaba los latidos de mi corazón, rápidos y salvajes en mis oídos. La puerta de nuestro cuarto estaba abierta. Segundos después escucho como un carro arranca fuera de la casa.
-No no no."
Lágrimas de coraje salían sin control. Me odiaba, si no me hubiera metido a bañar... si hubiera dejado la puerta entre abierta no hubiera ocurrido nada. No se lo hubieran llevado.
"Salgo de la casa corriendo y distingo un auto negro que está dando vuelta a la cuadra. Comencé a correr sintiendo miedo y adrenalina en todo mi ser.
Esto no podía estar pasando.
-¡Alto! ¡Se llevan a mi hermano! ¡Alto por favor!- gritaba con lágrimas en los ojos. El auto dio vuelta y se perdió. No había podido alcanzarlo.
El aire se escapaba de mis pulmones a cada segundo dándole paso a un gran nudo en el pecho. Habían secuestrado a Hiccup, en mis narices y no pude evitarlo.
-¡Hiccup!- grité desesperada desplomándome en el suelo."
Grité.
Caigo de rodillas en el suelo y grito de frustración y coraje. No había día que lamentara mi incompetencia por ser tan descuidada. Podía haber aguantado un día más sin bañarme, podía no bañarme hasta ver que Hiccup abriera los ojos. Pude haberme ido de la casa cuando Drago Mano Dura nos dejó. Y pude no regresar a la casa después de denunciar sin éxito el secuestro de mi hermano, si no hubiera regresado nada de esto pasaría.
Me baño más lento de lo normal una vez que me calmo y tengo fuerzas para limpiar todo el aroma impregnado de aquel diablo.
Dudo unos momentos en prepararme para la escuela, pensando que lo mejor sería quedarme en la casa a limpiarla y a preparar la cena, como me había ordenado... pero al final decido alistarme, si no iba comenzarían a preguntarme porque no había asistido al colegio y... no podía contarles.
Antes de comenzar a vestirme aplico crema para calmar y sanar las heridas en mi espalda y otros lugares donde el cinturón dio anoche, me coloco vendas con mucho cuidado y luego comienzo a vestirme. Decido ponerme ropa caliente para que cubra todo mi cuerpo y así tapar las atrocidades que me hizo en toda la semana.
Me miro en el espejo para maquillarme y no puedo evitar sentir asco por mi persona, desearía morir pero no puedo, Hiccup me necesita y yo lo necesito a él. Mi cara sigue un poco hinchada pero con el maquillaje logro que se vea menos. Unos minutos después parecía que estaba... bien. Tuve que ponerme más rubor para que se diferenciara del golpe y los labios los pinté de un color oscuro.
Salgo del baño y desconecto mi teléfono que se había quedado cargando toda la semana pasada y veo que tengo muchos mensajes, hago una mueca y lo guardo en una de las bolsas de la chamarra. Busco entre los cajones que le pertenecían a Hiccup unos guantes para calentar mis manos y cuando los encuentro una caja de metal me llama la atención, la saco del cajón para abrirla y noto que tiene una entrada para llave, frunzo mis labios y la agito para saber si tiene algo dentro. Parecía que tuviera un cuaderno y una pluma... qué raro, no recordaba que Hiccup escribiera un diario o algo parecido.
Unos ladridos en mi ventana me asustan y tiro la caja, decido regresarla a su lugar y luego abrirla para ver su contenido. Tomo los guantes y una bufanda junto con mi mochila y la comida de Chimuelo y salgo de la habitación. En la mesa del comedor están las pastillas para quitar la tos al tomarla descubro que se han acabado. Ahora tendré que comprar otras.
Al abrir la puerta de la casa siento el frío aire en mi cara y me estremezco de nuevo, soltando unos leves gemidos de dolor. Chimuelo no espera un segundo y se lanza contra mí haciéndome retroceder unos cuantos pasos.
-Chimuelo- me quejo y bajo sus enormes patas de mis piernas y me agacho para acariciarlo mejor- hola, ¿dormiste bien?
Jugué un rato con él hasta que un ataque de tos nos interrumpió, el perro se sentó a mi lado oliendo la bolsa de comida que traía.
-Vamos.
Ambos salimos de la casa y caminamos hacia atrás de la casa, por donde se encontraba la ventana de mi cuarto y por su puesto la casa de Chimuelo y su plato. Le sirvo agua y comida y le acarició un poco más para dejarlo comer.
-¡Hey jovencita!- salto al escuchar un grito del vecino. Me levanto y me volteo para verlo.
-Buenos días- saludo forzando una sonrisa.
-Buenos días. Tengo un mensaje para ti. Cuando llegaste no te vi, espero no sea muy tarde.
-¿Un... Mensaje?- pregunto confusa.
El anciano saca una libreta de su abrigo y se coloca sus lentes para comenzar a leer. Me acerco a la barda para escucharlo mejor.
-Vino Jack Frost el veintinueve de diciembre, dijo que la esperaba en la cafetería a las cinco. No especificó que cafetería, dijo que usted sabría cuál.
Siento un fuerte mareo y lo poco que recuerdo de aquel día vuelve a mi mente de golpe, estaba segura que no me estaría esperando. Ni si quiera me querría ver.
-Gracias- murmuro y me doy la vuelta para entrar a dejar la comida de Chimuelo y me dispongo a caminar hacia el colegio mientras leo los mensajes, intentando olvidar aquel día que había perdido a Jack para siempre.
Tenía más de cien mensajes del grupo con mis amigos donde se mandaban felicitaciones por Navidad y año nuevo. Mensajes de Cass, Ana y uno de Jack. Me detengo abruptamente al ver tres mensaje del albino y sin estar muy segura abro la conversación.
>>Hola Rapunzel, feliz navidad espero te la pases increíble en esta fechas... lamento lo que pasó en la fiesta... yo me comporté como un tonto y tienes todo el derecho de molestarte. Quiero disculparme contigo personalmente, no por mensaje pero me arrepiento mucho y toda esta situación no me deja dormir. No quiero que nuestra relación cambie para mal, todo lo que dije aquella noche es real solo... me dejé llevar y no te pregunté si sentías lo mismo o si podía besarte... discúlpame por favor.
Hola otra vez, me di cuenta que olvidaste tu abrigo y tu bolsa con el celular dentro por lo que no podrás ver mi mensaje... que tarado. En fin, espero poder verte antes de entrar a la escuela para arreglar la cosas y... comenzar lento. Estuve pensando en lo que me dijiste después del beso y déjame decirte que no me importa lo que los demás digan de ti, te quiero a ti. Sé que tal vez no te conozca lo suficiente pero estoy seguro que no eres como toda la escuela dice que eres. Y... tal vez suene cursi o no sé pero te dedico esta canción porque todo lo que dice es exactamente lo pienso sobre ti y lo que haré. Prometo que iremos lento, si no sientes lo mismo no te molestaré y seguiremos siendo amigos solo... escucha la canción y recuerda que no me interesa lo que digan porque se que eres diferente y especial, para mí.
Bad Reputation Cover.<<
Siento un vuelco en el corazón al terminar de leer sus mensajes y ver que los había mandado días antes de que... de que descubriera lo que soy. Busco mis audífonos en la mochila y los conecto a mi teléfono, doy click en el video y comienza a reproducirse. Jack está sentado frente al piano que vi en su fiesta de Navidad y comienza a tocar y cantar.
She got a bad reputation
She takes the long way home
And all of my friends seen her naked
Or so the story goes
Mistakes we all make them
But they won't let it go, no
'Cause she's got a bad reputation
But I know what they don't
And I don't care what they say about you baby
They don't know what you've been through
Trust me, I could be the one to treat you like a lady
Let me see what's underneath, all I need is you
Cierro mis ojos derramando lágrimas, odiándome por arruinar su familia. Por lastimarlo de una forma que nunca pensé.
Nobody knows the way that I know her, said
Nobody knows the weight that's on her shoulders, said
Nobody knows the way that I know her, said
She got it bad, she got it bad
Nobody knows the way that I know her, said
Nobody knows the weight that's on her shoulders, said
Nobody knows the way that I know her, said
She got it bad, she got it bad
"-Quiero que te alejes de Jack, tiene un gran futuro por delante y no voy a dejar que una zorra como tú se entrometa en su vida. A mi hijo no le interesas, si llegase a enterarse de lo que eres créeme que esto es lo que haría contigo, te follaría como todos los demás. He escuchado que tienes asuntos delicados con Drago, y que algo como esto no le gustaría, ¿verdad? Aléjate de mi familia y prometo no decirle nada."
She got a bad reputation
She takes the long way home.
Su mirada de aquel día en su auto viene a mi mente y me siento peor. Estaba segura que después de decirle que me había acostado con su padre ya no pensaría lo mismo que cuando me dedicó la canción. Sabía que cuando Jack se enterara lo perdería para siempre... y ese momento había llegado cuando menos lo esperé.
"No mereces ser amada"
Probablemente era la primera vez que estaba de acuerdo con el diablo con el que vivía, no merecía ser amada, no merecía un buen trato porque al final siempre terminaba arruinándolo todo. No quería lastimar a Jack y le hice más daño del que hubiera imaginado. Jack no me amaba y mucho menos me quería, porque ahora que sabe que soy... nadie quiere a una prostituta, y... y Jack no sería la excepción.
Al llegar al colegio termino de limpiar mis lágrimas y compro una botella de agua para tomarme unos calmantes junto con unos antidepresivos porque fingir estar bien me era imposible, estaba más rota y destrozada que otros días.
-¡Rapunzel! ¡Feliz Año Nuevo!
Encuentro a los chicos en la cafetería y Ana es la primera en verme. Intento dedicarle una sonrisa y la abrazo con cuidado.
-Hola- saludó y toso un poco.
-Uhh, empezaste el año con el pie izquierdo rubia- dice Fred al notar mis ataques de tos.
-Así los empiezo siempre- asomé una sonrisa y todos rieron. Saludé a cada uno evitando no soltar un gemido o una mueca de dolor al inclinarme. Al final me siento junto a Ana y me doy cuenta que Eugene y Honey Lemmon son los únicos que faltan.
-¿Qué tal estuvieron sus vacaciones?- pregunta Ana y Wasabi es el primero en contestar.
No presto mucha atención a la conversación como siempre, solo espero a que el medicamento haga su efecto lo más pronto posible para que no me tenga que preocupar mucho por mantener una cara tranquila todo el día. El timbre suena anunciando el inicio de las clases y todos nos levantamos para ir a nuestros respectivos salones, sonrío algunas veces y asiento para que se notara que estaba presentando atención.
-¿Qué tal tus vacaciones Rapunzel?- pregunta Ana a mi lado- ¿Algo interesante que contar?- me dirige una mirada divertida.
-No- miento- todo normal- sonrío.
-Mmm... ¿no hay algo acerca de cierta perso...
Y justo cuando creía que las pastillas ya habían hecho su efecto Eugene me asusta por detrás, tomando mi cintura y dándome vueltas al aire. No pude evitar gritar al sentir como rozaban de más las vendas en las heridas y como la fuerza de los brazos de mi amigo lastimaba mi magullado cuerpo. Eugene al notarlo inmediatamente me bajó. Todos estaban asustados ante lo que había pasado
-Juro que no hice nada, lo siento lo siento- se disculpó de inmediato.
>>No llores, no llores<<
-¿Estás bien?
-¿Qué le hiciste, Rider?
-E-Estoy bien- hablo en voz baja, parpadeando para ahuyentar las lágrimas- yo... me caí de unas escaleras al pasear con Chimuelo ayer... t-todavía estoy algo sensible y, me tomó por sorpresa.
Y la lista de mentiras había sido inaugurada. ¿Cuántas mentiras serían este año? ¿100? ¿200? El año pasado había contado 186.
-¿Cómo que te caíste de las escaleras?- pregunta Wasabi.
-Y-Yo iba con Chimuelo...- veo la cara de preocupación de todos y me obligo a pensar en mi segunda mentira del año- pero fui al médico y me dieron pomadas y calmantes. En un par de días estaré como nueva.
-Siempre he dicho que tu perro es demasiado grande, tiene demasiada fuerza y ¡mírate! Deberías regañarlo por andarte tirando. Vamos, debes descansar y no estar tanto tiempo de pie.
Propuso Kristoff y asentí. Todos nos dirigimos al salón sin mencionar el tema. Durante el transcurso de las clases me enfocaba en no recargarme por completo en el asiento, en no dormir, en no pensar...
-Creo que haré mi examen para la universidad de Tecnología. Han aprobado mi proyecto y ya solo falta hacer el examen y listo.
-En tres semanas me darán mis resultados sobre la universidad de Bills, siempre si me decidí por biología.
Escuchar a mi amigos hablar sobre la universidad en el receso me hacía sentir celos. Me gustaría poder tener una oportunidad como ellos... poder ver alguna universidad, seguir con una vida normal... Rayos, me deprimía saber que todos irían a la universidad a estudiar la carrera de sus vidas y yo... yo no podía darme ese lujo.
-Propongo que vayamos al arcade el viernes, en lugar de pizzas. Tenemos que aprovechar lo que nos queda del año juntos- propuso Fred emocionado. Todos asintieron y comenzaron a planear la primera salida del año.
>>El tiempo que nos queda juntos<<
Seis meses, solo tenía seis meses para obtener una pista sobre Hiccup. Seis meses que se irían a la basura junto con los otros dos años anteriores. Seis meses y entonces ya no tendría contacto con nadie. Seis meses y estaría a completa merced de él.
-¡Jack!- me tenso al escuchar aquel nombre- ¡Ven! Estamos organizando una salida al arcade el viernes.
Miro la mesa y escucho como Jack se niega pero termina sentándose a mi lado. Dejo de respirar y mis nervios aumentan al estar tan cerca de él. La conversación de la mesa se hace lejana y solo puedo escuchar la horrorosa voz de Norte Frost en mis oídos, sus manos tocando mi cuerpo, lastimándolo, amenazándome.
"-Acércate a mi hijo una vez más y follarte no será lo único que recibas de mi"
"-Me perteneces, Rapunzel, tu cuerpo y tu alma son míos. Desobedéceme y lo mato. Posa los ojos en alguien más que no sea yo, y lo mato. No me provoques."
¡Bam! El sonido de la pistola disparando al brazo de mi hermano hace que me levante de golpe de mi asiento. No puedo estar con Jack, no puedo estar con Jack.
No sabía de qué manera el señor Frost se aseguraría de que yo estuviera cumpliendo mi promesa, pero si tenía algún espía no quería descubrirlo. Estaba segura que si yo fallaba quién iba a pagarlo sería mi hermano, porque Drago Mano Dura me dejó muy en claro que si se enteraba que tenía a alguien especial me haría sufrir por el resto de mis días, y una forma de torturarme sería matando a Hiccup de la forma más cruel que se le ocurriera.
Me negaba a aceptar que el chico peliblanco me hacía sentir diferente... que me hacía sentir especial, pero aquel beso de solo tres segundos me abrió los ojos. Jack Frost me gustaba y mucho, él era el príncipe azul que tanto soñé, pero yo no soy la princesa que él tiene que rescatar... Y si tenía que escoger entre el chico de mis sueños y mi hermano... escogía a Hiccup, siempre sería él. Había escogido a Hiccup cuando todas esas palabras venenosas salieron de mi boca hacia Jack, tenía que herirlo para que se alejara de mí porque tenía miedo de cuánto le había contado aquella noche, de lo que podría descubrir y... tenía miedo de cometer un error más.
Llego al baño y cubro mi boca con mis manos para que no saliera sonido alguno, lloro de coraje y tristeza sin saber qué hacer.
Ana y Honney Lemmon llegaron un par de minutos después y me dio igual que me vieran vulnerable. No podía soportarlo más. Ninguna droga, ninguna salida con amigos, nada podía levantarme el ánimo, del abismo en el que estaba viviendo.
-¡Rapunzel que! ¿Qué fue lo que pasó?- habló la pelinaranja mirándome con los ojos abiertos, acercándose lentamente hacia mi. Como respuesta seguí llorando aún más fuerte. Tocó mi brazo y me hice para atrás, me rodeó con sus brazos con cuidado y siguió preguntando.
-No puedo tenerlo- hablé entre hipidos angustiantes.
-¿Qué? ¿Porque dices eso?- preguntó Honney con tranquilidad acariciando mi cabello.
Porque soy una ramera.
-Y-yo no soy la persona con la que deba estar- niego repetidas veces con la cabeza- no lo merezco.
Lloro más fuerte en el hombro de Ana recordando la mirada de decepción del albino.
-¿Porque dices eso Punzie? ¡Eres maravillosa!- me anima Honney.
-Ya había visto esto antes- murmuro Ana y sabía a lo que se refería: era lo mismo que había dicho cuando Eugene me pidió ser novios y lo rechacé- se declaró, ¿no es así?
Asiento y ambas chicas suspiran.
-Él me besó- confesé con un hilo de voz. Ana rompe el abrazo y me mira a los ojos sorprendida- y yo lo abofetee- evité la mirada de mi amiga quien estaba en shock.
-¿Qué?- ambas preguntaron.
-Pero Jack te gusta- habló Honney primero- ¿no te gustó?
-S-Si me gustó pero... me dio... miedo y salí corriendo- explico mordiendo levemente mi labio.
-¿Pues porque no hablas con él y aclaran las cosas? Pueden ir más lento o seguir siendo amigos, un beso no es tan importante- sugirió Ana.
-Es complicado- murmuro.
-No- habló Honney- tú lo haces complicado, Rapunzel. Ve con él y aclara las cosas, ¡Jack es un buen chico!
Sabía que seguir hablando del tema sería imposible así que decidí aceptar su propuesta, aunque era claro que no iba a hablar con él nunca más.
-Bien.
Logro sonreír y las chicas hacen lo mismo.
Al terminar las clases voy directo a la cafetería de Cass Hamada, en sus mensajes me pedía de favor que fuera y se me había olvidado traer su abrigo, supongo que se lo entregaré otro día.
Al entrar el olor a café y pan recién horneado me marean un poco, el estómago ruge desesperadamente y aprieto mis labios para olvidar él hambre que traía.
-Hola Cass- saludo una vez que llego a la barra donde estaba la tía de Hiro. Al verme sonríe ampliamente y me recibe con un abrazo, aprieto mis dientes para no soltar un gemido de dolor.
-¡Hola mi niña! ¡Feliz año! ¿Qué tal te fue con Jack? ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?
-Ahh... bien, todo estuvo bien- sonrío y me siento.
-¿En serio? Hiro estaba esperando saber cómo te fue, estaba muy al pendiente de ti.
-Todo está bien Cass- mi voz salió un poco molesta, ¿porque todos me preguntaban lo que había pasado con Jack? Comenzaba a ponerme nerviosa, estaba empezando a pensar que tal vez Jack les había contado acerca de ese día... lo había prometido, él mantendría el secreto... tenía que guardar el secreto.
-Empezaste el año con el pie izquierdo, ¿no es así?- preguntó nuevamente- Te prepararé algo de comer, siempre que te veo estás más delgada. Hiro está arriba, quiere hablar contigo.
Asiento sintiéndome culpable por contestarle de esa manera a la única persona que ha sido buena conmigo. Subo las escaleras lentamente sintiendo dolor en mis piernas y espalda baja. Me detengo a ver la hora, 2:16 si no me tardaba mucho todavía tenía tiempo para comprar cosas para la cena y mis medicamentos y limpiar aquella prisión.
-Hola Hiro.
El pequeño pelinegro estaba acostado en el sillón cubierto por mantas calientes concentrado en el videojuego, al escucharme detuvo la partida y se levantó contento a recibirme, como si le diera gusto que llegara.
-¡Rapunzel! ¡Hola, al fin llegas! Pasa, pasa.
Hiro me abrazó y me tomó de la mano para llevarme al sillón, siento un vuelco en el corazón al sentir la calidez del pequeño, de su familia y vuelvo a sentirme mal por haberle contestado groseramente a Cass.
-¿Esto fue lo que te trajo Santa este año?- pregunto señalando el videojuego de Fornite.
-Sip, ya estoy a punto de terminarlo. Espero que antes de entrar a la escuela ya lo haya terminado porque, todos hablaran de eso.
Río un poco y asiento.
-¡Hiro!- gritó Cass desde abajo y el pequeño hizo una mueca.
-¡Voy! Ahorita vengo, hay chocolate caliente por si quieres.
-Gracias.
Un ataque de tos me invadió, provocando que todo mi cuerpo se contrajera y doliera aún más. Necesitaba un doctor antes de que se agravara la gripe. Antes de que Hiro volviera saco unos cuantos calmantes y me los pasó con la taza de chocolate que había en la mesita.
Hiro regresa con dos platos llenos de comida y mi estómago vuelve a rugir con fuerza.
-Este es para ti.
El pequeño colocó mi plato frente a mí y luego el suyo para terminar sentándose donde estaba.
-Gracias.
No esperé ni un segundo más para saciar el hambre que traía. Estaba delicioso.
-Cass dijo que querías hablar conmigo- le recuerdo antes de cortar otra fresa y llevarla a mi boca- ¿qué es lo que pasa?
-¿Cómo te está yendo en estos primeros días del año?- preguntó con voz apenas audible.
-Del asco- contesto sin pensar y un segundo después me retracto, balbuceando lo primero que me viene a la cabeza- e-es decir, bien bien, del asco porque entré al colegio de nuevo p-pero todo bien
Hiro vuelve a hacer una mueca y pregunta nuevamente.
-Supongo que Hiccup tampoco te habló este año.
-No- murmuro, recordando lo sucedido de anoche, estremeciéndome.
-¿Y cómo le haces para sobrellevar estas fechas sin él? ¿No ha sido fácil verdad?
Lo miro y veo que juega nerviosamente con sus manos. Dejo de comer y lo miro directo a los ojos, sabiendo lo que pasaba.
-Es por Tadashi, ¿no es así?
-Ah sido difícil- murmura con ojos cristalinos- nunca me había sentido tan solo... pasar Navidad y año nuevo sin mi hermano ha sido horrible.
Envuelvo a Hiro en un abrazo mientras derrama un par de lágrimas, sintiendo un enorme nudo en la garganta.
-No estás solo, tienes a Cass y a mí- le susurro y niega repetidas veces con su cabeza.
-No es lo mismo. Tú no estuviste aquí en esas fechas... tú nunca estás. Con Tadashi todo era más divertido, jugábamos por horas y luego veíamos películas con Cass. Creo que puedo entenderte un poco mejor, Hiccup es parte de ti como Tadashi lo era para mí y por eso estás triste todo el tiempo, porque una parte de ti se fue con él.
Tardo un poco en digerir sus palabras, sin evitar sentir un poco de culpa. Sabía que me había alejado de su familia por... muchas cosas. Me dolía saber que a Hiro y a Cass les había hecho daño, incluso a Tadashi lo lastimé... No merezco todas estas muestras de amor.
¿Qué le podía decir? ¿Qué algún día lo superaría? No soy un buen ejemplo a seguir sobre ese tema en especial, aunque fueran casos completamente diferentes Hiro me miraba como un ejemplo a seguir... un muy mal ejemplo a seguir.
-Me gusta recordar algunas cosas que hacíamos juntos, me hace sentir... qué sigue conmigo- le respondo lo más sincero posible, miro el reloj pegado a la pared 2:40, aprieto mis labios calculando las posibilidades que tenía. Tal vez... si me quedo un par de horas aquí todavía me daría tiempo para llegar a la casa y tener todos listo para cuando él regrese- ¿porque no me enseñas a jugar? Apuesto que puedo ganarte un par de veces.
Le regalo una sonrisa y sus ojitos me miran con asombro y alegría, asintiendo frenéticamente.
-¡Claro!- saltó del sillón para empezar una partida nueva. Me entregó un control y comenzó a explicarme de lo que se trataba. Cuando más o menos comprendí comenzamos a jugar.
-Eres la mejor persona del mundo Punzie, estoy seguro que Hiccup se pondrá en contacto contigo cuando esté a salvo. Por lo mientras, yo te cuidaré.
Un abrazo rápido y la partida inició, me sentía mareada, un extraño sentimiento volvió a aparecer en mi pecho y estómago, aquel mismo sentimiento que me pasaba cuando Jack me miraba y me decía que era especial para él.
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