☆ Deep sea girl ☆
Siempre narra Rapunzel
Estoy en mi habitación, en la esquina, ¿Quien diría que un simple mensaje de texto puede destruir a alguien? Me acaba de pasar. Flynn o como yo solía llamarlo, Eugene, me rompió el corazón. Terminó conmigo. Mérida me advirtió y no le hise caso. Me lo dijo clarísimo, que es un heartbreaker y un mujeriego ¿Pero le hice caso? ¿Acaso tomé en cuenta sus advertencias? No. Ahora pago las consecuencias. No sabe que me uso, pero si que ne rompió el corazón. Aunque nadie lo sabe. Casi pierdo su amistad, ¿Por que? Por no hacerle caso. Lo peor es que fue mi culpa que eso casi pasara. Creí que sería diferente conmigo. Que no sería como lo fue con Elsa, Anna, Mavis, M.K., Bella, Aurora y no paro de mencionar nombres. Mérida fue la única que no cayó por que Ariel, su prima, le advirtió. Si no ya habría sido una pieza mas eliminada. Pero yo tengo algo que me hace diferente a las demás.
Tengo miedo.
He caído hasta el fondo de este mar de tristeza.
Que ni siquiera abrir los ojos vale la pena.
A esta velocidad a la que desciendo.
No podré ser encontrada por ni una sola alma.
Miedo a volver a caer en ese estúpido juego, a que me vuelvan a destruir, a que me vuelan a usar y abandonar.
Mi teléfono suena, me levanto y lo agarra.
-¿Sí?
-¿Punz?
-¿Quién más?
-Vamos Punz
-Sabes que no estoy de humor, Mer.
-Déjalo atrás, fue un estúpido por haberte dejado ir. No dejes que te consuma la depresión.
-¿Has pasado por algo así?
-No, es verdad, no tengo ni idea de lo que sientes.
-Entonces no trates de consolarme.
-Eres mi amiga y me importas. Claro que tengo que consolarte.
-Solo dime dónde y a que hora.
-En el cine, en una hora.
-Voy caminando. Te veo allá.
-Ok, ah y ¿Punz?
-¿Qué?
-Te quiero.
-Punz
-¿Dime, Eugene?
-Te quiero, mucho
Agito la cabeza para apartar el recuerdo. Escucho como Mérida colgó y me voy a bañar. El agua cae por el cuerpo y me siento. Mas memorias vienen.
-No, Eugene. -dije riendo.
-Solo es un poco de agua salada -me aventó y caí de sentón. Solo me mojé del cuello para abajo.
Mis lágrimas se mesclan con el agua de la bañera y salgo. Me pongo unos pantalones de mesclilla, unos tenis que no eran deportivos verdes y una blusa azul. Tomo mi billetera, les dejó una nota a mis papás para decirles donde estoy y salgo. Camino y paso por el parque, donde estaba un señor vendiendo algodones de dulce.
-¡Algodones de dulce!
-¿Quieres uno?
-¡Sí!
-Cualquier cosa para complacer a mi princesa.
¿Por dónde regresar? ¿Que es lo que debo hacer?
Un solo rayo de luz de repente comenzó a brillar.
Si extiendo mi mano tmes como si pudiera alcanzarlo.
De repente choco con un chico.
-¡Lo siento! ¡Debí de haberme fijado por dónde voy!
-No, fue mi culpa. -se disculpó dulcemente el castaño. -Mis amigos me llaman Jack. -Me tiende su mano. La acepto tímida.
-Rapunzel Corona.
-¿Rapunzel? Lindo nombre. -comentó. Me sonrojo. -No voy a ninguna parte ¿Y tú?
-No a ninguna -. ¿De dónde salió eso? -Va a sonar muy acosador pero, ¿Sales con alguien?
-Nop, nadie ¿Y tú? -niego -. Bien, entoonces, ¿Puedo llamarte Punzie?
-Te pondré un apodo.
-Odio los sobrenombres.
-¿Que tal... Punzie?
-Es muy lindo. Gracias.
-De nada Punzie.
-No. -. Digo y el frunce el ceño. -L-lo siento, pero acabo de recordar que quedé con una amiga. -digo y me voy.
Pero este mar me lleva y me pierdo una vez mas.
Volví a negar a un chico. La depresión me consume rápidamente. No pude volver a poner mi sonrisa radiante, y me voy con una lágrima cayendo por mi mejilla.
¿Qué en este mundo no pudo haber sido eso?
Era tan cálido y deslumbrante.
¿Quien fue el mentiroso inconciente que emitió esa luz.
En mi camino paso por un pequeño lago y no puedo evitar ir a verme. Pienso en lo cruel y cerrada que he sido, pero no puedo evitarlo. Estoy deprimida, triste y demás. Por más que lo intento no puedo sonreír bien. Y si lo logro, lloro. Tengo una cara indiferente y ojos tristez ¿Qué me pasó? ¿Dónde quedó esa chica tan viva, atrevida y valiente? No se. En el fondo de un mar de tristeza.
La chica del fondo del mar, todavía sigue undiendose
Encerrandose a si misma mas allá de las sombras
La chica del fondo del mar, solo quiere saber.
Para encontrar esa persona que cautive un día su corazón.
Llegué después de mucho caminar al cine. Dónde estan Mérida, Hiccup que es el novio de mer y... ¿¡¿Jack?!? ¡Dijo que no tenía a dónde ir!
-¡Punz! -. Dice y me abraza. Jack me mira con sorpresa y yo con el ceño fruncido. -¡Viniste!
-Dijiste que no tenías a dónde ir. -le dije a Jack, ignorando completamente lo que dijo Mérida.
En este lugar no existe el día ni la noche.
Sigo sin poder dormir.
Eres tan hermosa como libre.
Extiende tus grandes alas y nada hacia abajo.
-Quería conocerte mejor. Pero te fuíste. -dice bajando la mirada.
Y una vez más la luz brillara.
Al mirar extasiada cuando nuestros ojos se encontraron.
Cuando me conocistes y volteaste a verme te mentí.
-¿Ya se habían conocido? -. Pregunta Hiccup viendonos a los dos.
-Lo conocí en mi camino hacia acá. -dije y Jack asintió. Entramos a ver la película que era de acción. Sentí la mirada de alguien sobre mi. Lo ignoré por un tiempo y después decidí voltearme dónde estaba Jack. Se sobresalto que la mitad de las palomitas se calleron, se metió varias a la boca he "hiso como si no hubiera pasado nada. Reí y seguí viendo la película.
Al acabarse Mérida e Hiccup estaban pensando en adónde ir a cenar.
-Oye, Punz -. Me susrra alguien al oído. Volteó y es Jack el que susurra. -¿Te hacen muchos cumplidos? -. Me peregunta, yo niego. -pues aquí te va uno. Eres muy bonita.
Me sonrojo y desgraciademente, en este momento, una memoria ataca.
-Tienes un cuerpo y carita muy bonitos, Punzie
-Gracias. -me límito a decirle bajando la mirada con cortinas de pelo cubriendome la cara y entonces Hiccup nos llama para ir a cenar a un restaurante que, se encuentra enfrente de mi casa.
La chica del fondo del mar, a proposito se hunde.
Sus mejillas sonrojadas son rodeadas por las sombras.
La chica del fondo del mar y el océano negro
Que aún no tiene el valor para descibrir su corazón.
Entramos al restaurante y nos sentamos, Mérida e Hiccup tienen una plática muy animada. Tratan de incluirme, pero no quiero.
-Hey, ¿Que pasa? -. Me dice Jack tomándome de la mano. Yo la retiro rápidamente y me paso mi pelo al lado izquierdo, dóndebesta Jack y empiezo a jugar con él. -no trates de evadirme. Necesitaras mas que eso para que impidas que te hable. -me rindo y lo paso para mi lado derecho.
-En serio, no quiero hablar. -le digo y el niega.
-Mérida me dijo que un chico te rompió el corazón. Si quieres hablar con alguien, ese alguien puedo ser yo.
Suspiro y le cuento un poco y mentí otro. Me hiso reír y por unos minutos fue como si la antigua yo volviera. No me consta que Hiccup me ve fascinado y Mérida boquiabierta por que Jack logró lo "imposible" como diría ella.
Pero no toda felicidad dura para siempre.
Eugene entra al restaurante, ebrio con la mas perra de la escuela: Astrid Hofferson. No siento nada en ese momento y bajo la mirada. Pero se fija que estoy ahí.
-¡Hey, Corona! -me grita. Me limito a encogerme y trago saliva. -¿Te gusto lo de hace una semana? A mi si ¿No estas embarazada o sí? -. El comentarip hace que los ojos se me humedescan y parpadeo rápidamente para que desaparescan.
-Punz, ¿Acaso él...? -. Mérida dijo intercambiando miradas con Hiccup.
-¿Por que no nos lo dijiste? -. Dijo Jack. Negué con la cabeza y me abrazo a mi misma mientras las lágrimas caen.
-Te acabo de conocer y... Lo siento -. Tengo la voz quebrada. Jack me abraza y no trato de apartarlo.
-Que zorra eres, Corona. Ya dejaste a uno y te metes con otro. -dice Astrid, ella NO esta ebria. Las lágrimas caen y por sus palabras empujo a Jack y salgo de ahí. No sin ser perseguida por las palabras de Astrid "zorra", "perra", "puta" y demas insultos.
Me encierro en mi casa y me pongo a llorar. Hace frío y enciendo la chimenea para calentarme. Y siento ganas de arrojarme al fuego. Me siento terrible, triste, deprimida. Todavía me pregunto ¿Por que accedí?
Mis ropas se han convertido en un harapo.
Y mi sonrisa se ha deformado.
Yo no puedo mostrar una cara como esa.
¡Oh solo déjame ser!
Lloro. Lloro y no paro. No estoy embarazada ni nada por el estilo. Pero no importa cuanto me bañe todavía me siento sucia y... Duele.
Escucho como la puerta se abre y no quiero saber quien es. Solo se que no son mis papás.
-Rapunzel. -reconosco su voz. No volteo a verlo, aprieto los ojos y sigo llorando. -No puedes dejar que eso te gane. Se que eres fuerte. Se que tienes miedo de volver a caer. Pero mientras sigas en ese mar de tristeza, no estarás a salvo. Eso no es vivir. La vida es una sola como para desperdiciarls deprimida por un idiota que no te valoró. Habra mas gente, Punz, mas gente que vea tu lado divertido, alegre, cálido, optimista, activo, dulce y demás. No dejes que abusen de tu inocencia.
-Ya... Ya no soy inocente. -replico.
Inexplicables emociones flotan a mi alrededor y se desvanecen lejos.
Un instante después desaparecieron de mi vista.
-No me refiero a esa inocencia. -dice y al fin levanto la mirada para chocae con sus ojos zafiro que me miran atento. -me refiero a tu inocencia para tratar de hablar y ser amigos de todos. Hay que cuidar esa, esa es la que te puede hacer volver a caer. Pero esa es la que te hace ser perfecta por lo que eres. -Jack termina. Mis ojos se nublan por las lágrimas y me lanzo a el. Lloro esta vez y pienso en lo que me dijo. Sus fríos brazos me abrazan por atras y me acarician el cabello.
Profundos temores la cubren y la inquietan.
Las sombras la ocultan dejandola sola.
Alcanzando su límite ella extiende su mano
"Mira ahora, tu también escondias un bellísimo color"
Nunca conocí a alguien cómo Jack. El me ayudó a salir de mi mar de tristeza sin fin, se convirtió en la persona de mayor confianza y quiso apoyarme TODO, en menos de 24 horas. Levanto mi mirada y estampo mis labios en los suyos. No se queda atrás y sigue el ritmo.
La chica del fondo del mar, tu brazo es sujetado.
La nieve marina canta una canción de bendición.
La chica del fondo del mar, aún quiere saber.
Para encontrar a esa persona cautive su corazón.
Astrid y Eugene se ganaron una paliza de parte de Mérida y Hiccup, y les fue peor por que Mérida y Hiccup juegan futbol americano. No diré cuantad partes del cuerpo se rompieron, pueden hacerse la idea. Dejé de ser, triste y fría y volví a sonreír. Abandoné la depresión y Jack y yo nos convertimos en novios y solo diré que nunca terminamos. Me di cuenta que la vida es una sola como para desperdiciarla estando triste y pensando en alguien que me dejó. Ahora, cuando me pregunten, no diré que me rechazó, diré que perdió la oportunidad.
Abandonaré el mar y ahora voy a volar.
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