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꒰ ⌗ se acabó ! ꒱

8:30 a.m, la alarma usual de Taehyun sonaba a todo volúmen por tercera vez en la mañana.

Ninguno había reaccionado aún, la resaca y el cansancio los mantenía perdidamente hundidos en su sueño. Más a Beomgyu.

No se habían separado en toda la noche, amanecieron abrazados, Taehyun de espaldas a su mayor, como una pareja recién casada.

La alarma sonó por cuarta vez y por fin Taehyun despertó de golpe, buscando su celular sobre el buró, sin tener éxito

Tuvo que levantarse con mucho sigilo, con dolor de pies a cabeza, para evitar despertar a Beomgyu y poder buscar su teléfono y apagar el ruidoso tono. Obviamente, poniéndose su boxer, el cual encontró en el borde de la cama, primero.

—Estúpido celular, ¿dónde te puse?—decía para sí mismo registrando con la mirada la habitación—Maldita sea.

Luego de un par de minutos más rebuscando entre tanto desastre, por fin lo encontró bajo los pantalones de Beomgyu, en el suelo.

—¿Lo dejé en el piso?—se preguntó pensativo—Ay ya qué, aún sirve.—lo levantó y apagó la alarma.

Se dio cuenta de que era bastante temprano, así que decidió no despertar a su, todavía, novio hasta más tarde. Primero se daría un baño, que con toda la acción de la noche anterior, mucha falta le hacía.

Y después prepararía el desayuno para ambos.

Recogió la ropa que estaba regada por todos lados teniendo dificultad para agacharse o siquiera caminar, y fue cuando se percató de que necesitaría comprar otra camiseta de gimnasia. La borrachera le había nublado esa parte de la escena.

—¡Mi camiseta!—gritó en un susurro—Beomgyu, te amo, pero que idiota eres... ¿Tan difícil era quitármela con decencia?...

Tiró la tela a la basura y separó la ropa de ambos en dos sillas, para no confundirse después. Sacó prendas limpias de su armario y entró al baño, Beomgyu aún dormía como gatito

Aún con todo su delicado cuerpo adolorido, entró a su bañera y se relajó durante varios minutos, logrando aminorar su malestar. Al salir, buscó en la repisa que tenía ahí una cajetilla de pastillas para el dolor.

Si quería caminar como persona normal, necesitaba por lo menos dos.

—¡Gracias dios, sí tengo!—dijo feliz al encontrar el medicamento—Aver cuando vuelvo a pedir más duro.

Se vistió con una camiseta holgada color rosa pastel, sus jeans ajustados comunes y tenis Converse. Tomó ambas pastillas y salió del baño a eso de las 9:15, digamos que se tomaba su tiempo.

Terminó de arreglar la habitación y se fue a la pequeña cocina del departamento para preparar el desayuno. Café caliente, fruta y waffles eran el menú del día.

Dieron las 09:30 a.m y ya tenía la mesa lista. Antes de despertar por fin al gatito pelinegro, decidió hacer una cosa más antes de que su tiempo terminara.

La última cosa de su lista mental.

Te declararé mi amor antes de perderte para siempre.

Tomó una hoja y su pluma preferida, y se sentó en la cama a un lado de Beomgyu. Pasó cerca de cinco minutos escribiendo la carta que le daría al chico antes de que se fuera. En ella le declararía sus sentimientos formalmente, y aceptaría su parte de la apuesta.

La parte que odiaba.

No volver a acercarse a él nunca.

Terminó la carta y la guardó en su bolsillo, fue entonces que despertó a Beomgyu con un beso en la mejilla. Eran ya las 09:45.

—Bebé... Cariño...—le decía dulcemente—Despierta, te hice de desayunar.

—¿Mmmm?—empezó a reaccionar—¿Qué hora es?...—bostezó.

—Casi las diez amor.—sonrió—Vamos, hay que comer.

—Está bien cielo, ya voy.—terminó de despertar y besó al menor.

Salieron a la cocina y desayunaron lo que Taehyun había hecho rato antes, recibiendo agradecimientos y halagos por parte de Beomgyu. Tenía buena mano a la hora de preparar algo.

—Oye, ¿no te duele mucho?—dijo divertido.

—Ja ja ja, que gracioso eres.—rió levemente—Gracias a las medicinas puedo caminar.

—¿De quién es la culpa, eh?—siguió la burla.

—¡Calla!—rieron y en eso llamaron a la puerta—Por casi romperme, te toca abrir.

—Sólo porque lo pides con esa carita tan linda.—acarició la mejilla contraria antes de dirigirse a la entrada, dejando a un rubio sonrojado.

Abrió la puerta y se escuchó un saludo, seguido de un "pasa, Taehyun está en la cocina".

—¡Bebé, tu amigo el conejo llegó!—avisó cerrando trás de sí.

—Que agradable eres con los invitados, me impactas.—se burló y se dirigió a dicho lugar—¡Hola Taehyunie!

—¡Hola Sunie!—se quiso levantar de golpe para abrazarlo, pero su dolor no lo permitió—¿Y si mejor te agachas a mi altura?

Sunoo lo abrazó con dificultad—¿Qué te ocurrió?, ¿te pasó un camión por encima o qué?—rió.

—Genial, ahora me llamo camión.—comentó el pálido, y la pareja soltó una carcajada.

—Espera...—Sunoo quedó sorprendido—Acaso... ¿ustedes?...—miró el cuello de su amigo, aumentando su sorpresa al ver la gran marca—¿Eso es un...?

—Larga historia, te la cuento luego.—dijo Taehyun nervioso—Siéntate, ¿qué haces por aquí tan temprano?

—Vine a darles sus fotos de ayer, acuérdate que dije que pasaría a las diez.—tomó asiento junto a

—¡Cierto!—se dio un leve golpe en la frente—Quiero verlas.

Taehyun sacó de su pequeña mochila que cargaba, un sobre blanco y uno negro, cada uno con los nombres de los chicos anotados respectivamente.

—Blanco, Taehyun, negro, Beomgyu.—se los entregó—Deberían enmarcarlas, no es por presumir, pero están preciosas.

—Tienes razón, todas están muy lindas.—dijo Beomgyu viéndolas—Gracias Sunie.

—Gracias Sunie.—sonrieron.

—Bueno, tengo que irme, me esperan.—se levantó y abrazó a ambos aún sentados—Nos vemos el lunes.

—Suerte con Niki—Beomgyu sonrío divertido y el chico pelirrojo se sonrojó.

—G-gracias.—abrió la puerta—Adiós chicos.

Después de esa visita rápida, se dedicaron a mirar las fotografías.

—Todas son muy bonitas, las pondré en mi habitación.—comentó Taehyun con una sonrisa.

—Si... Creo que también haré eso.—Beomgyu regresó la sonrisa.

Terminaron de desayunar y de recoger las cosas que habían usado, para luego poder mirar televisión el resto del tiempo.
Pero el mayor recordó que también necesitaba ducharse.

—Eh, bebé, ¿dejarías que me de un baño?, lo necesito.—sonrió nervioso.

—¡Claro!, te puedo prestar ropa limpia si quieres.—Choi asintió—Ven, te mostraré donde está.

Lo llevó a su habitación de nuevo y le mostró el baño, además de darle su única camiseta obscura que tenía y unos jeans azul claro, eran de talla pequeña pero le quedaron bien.

Un rato después, cuando terminó su ducha, le entregó su ropa que llevaba el día anterior, para no quedarse con ella.

Entre tantas cosas dieron las 11:00 a.m, momento en que apenas iban sentándose en el sofá para buscar algo que ver. Beomgyu abrazándolo cada dos segundos y Taehyun suspirando en cada ocasión.

Los treinta minutos restantes pasaron volando, tanto que no los sintieron realmente.
Cuando menos se dieron cuenta, el reloj ya marcaba las 11:30, y entre un par de suspiros pesados se separaron de su posición acaramelada y se levantaron del sofá en silencio.

—Bueno, es todo.—dijo Taehyun en tono triste—Supongo que tienes que irte...

—S-sí...—bajó la mirada decaído—Entonces se acabó ¿no?...

—Sí, se acabó.—lo condujo a la puerta, mientras su corazón punzaba—Gracias por todo Beomgyu, enserio gracias.

—No tienes que agradecer... Y-yo...—fue interrumpido por un beso del menor, el cual correspondió sin problemas.

Lo abrazó fuertemente por la cintura y Taehyun enredó sus brazos en el cuello contrario, apegándose más así.

El último beso, acompañado de un par de pequeñas lágrimas del rubio.

—Toma.—sacó de su bolsillo la carta, extendiéndola hacia Beomgyu con pesar—Léela cuando estés en tu casa, ¿sí?

—Claro lo haré, pero...—de nuevo, fue interrumpido.

—No me lo hagas más difícil Beomgyu... Por favor...—suspiró y lo abrazó —Te quiero.

El pelinegro salió del departamento luego de corresponder ese último abrazo, con un nudo en la garganta, sin poder decir más que un "Adiós".

Taehyun cerró la puerta tras de sí, deslizándose por ésta hasta quedar de rodillas en el suelo, llorando con todo el dolor que retenía en su corazón. Jadeaba y gritaba de vez en cuando, sabía perfectamente que había perdido al amor de su vida para siempre, y eso hacía llorar a su alma.

Beomgyu por su parte, subió a un taxi afuera del edificio y llegó a su departamento en cuestión de diez minutos, no vivían demasiado lejos.
Entró casi arrastrándose a su casa y azotó la puerta, dirigiéndose después hasta su sofá para poder leer la carta del rubio.

Sentía una presión en el pecho al abrirla y con cada palabra que leía se le rompía un poco más el corazón. Lloró por primera vez en años, con el alma totalmente adolorida.

[Carta]

Beomgyu...

Para éstos momentos debes estar en tu casa, feliz de por fin no estar aguantándome. Espero ahora estés contento.

Gracias por todo, por salir conmigo, por quedarte a mi lado aunque sea sólo por conservar tu orgullo, gracias por todas las palabras bonitas y todos los abrazos que me diste.
Sobre todo gracias por besarme con dulzura, y otras veces con deseo, gracias por darme el mejor día de mi vida.

No será fácil superarte, pero... ¿Sería malo pedirte que hagas lo mismo por mi?, es egoísta de mi parte... Pero es lo que más deseo.

Te amo mucho...

Y por eso, porque te amo, cumpliré mi parte de la apuesta, la parte de perder. Te dejaré en paz y saldré de tu vida tan pronto como entré, para que puedas librarte de mi y ser feliz con la persona que tú ames.

De cualquier manera, sólo quiero algo como última petición, si me ves alguna vez, regálame una sonrisa, ¿puedes?

Con todo el dolor del alma, te digo adiós para siempre, y te deseo la mayor felicidad.

Siempre serás la persona que más amé en la vida, aunque te haya tenido sólo por un día.

Gracias por cumplir mi sueño imposible.

De nuevo, te amo, y adiós.

Att. El estúpido que se enamoró de ti, Taehyun.

[Fin de la carta]

Ambos se quedaron con el corazón roto y llorando mares hasta vaciarse.

Taehyun creyendo que Beomgyu no lo amaba realmente y que estaba feliz ahora que se había deshecho de él.

Beomgyu queriendo correr hasta Taehyun y confesarle sus sentimientos hechos en 24 horas.

Después de todo, el amor sí puede surgir en un solo día, sólo basta darle la oportunidad. Y eso a Beomgyu le quedó claro.

꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎...

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