—Sólo te advierto que yo no bailo eh.—dijo ya dentro del taxi.

—Al bar Sunsets por favor.—pidió al conductor y regresó su atención a Beomgyu —No seas amargado, bailarás conmigo.

—¿Me quieres ver haciendo el ridículo?, ni siquiera tengo ritmo ¿sabes?—rió.

—Yo te enseño, te gustará, lo juro.—lo besó rápidamente—¿De acuerdo?

—Si es contigo entonces lo intentaré.—volvió a besarlo, ésta vez por más tiempo.

Eran las ocho en punto cuando llegaron al bar, y desde afuera podía escucharse la música retumbar y lograban verse lásers de luz en colores fosforescentes saliendo por la puerta de entrada e incluso del techo.

—¿Porqué salen luces del techo?—señaló antes de bajar del auto.

—Porque tiene pequeñas ventanitas en el techo.—hizo un cuadrado en el aire con sus dedos—Te encantará, está lleno de cosas preciosas.

—Dudo que sean más preciosas que tú.—pagó al conductor y salieron por fin—Eso es... ¿Pop?—cuestionó al reconocer la música que resonaba.

—¡Sí!, ¿no te gusta?, a mi últimamente me a gustado bastante.—sonrió—Bailarás conmigo, ¿verdad?

—¿Pero qué eso no se baila demasiado pegados?—dijo con cierto tono de nerviosismo.

—¡Ese es el punto amor!, ¿no quieres acaso?—caminó unos pasos delante suyo, meneando a propósito sus caderas.

—Creo que puedo intentar.—respondió embobado por el movimiento del menor.

Entraron al lugar y con un poco de esfuerzo lograron llegar a la barra, esa noche estaba a reventar de gente. Y era obvio, era viernes, todos los estudiantes de la zona salían a despejar su estrés en los bares.

Algo era cierto, Beomgyu era un borracho experto, sabía qué y cuánto beber para perder el conocimiento. Pero ésta noche se propuso mantenerse cuerdo, por el simple hecho de cuidar a Taehyun, y con algo de suerte, recordar todo al día siguiente.

—Mira, encontré mi dinero.—dijo sacando un par de billetes de una ranura en su cinturón de danza—Creo que no lo había olvidado.

—Que conveniente Taehyun.—rieron—Pero yo pago.

—Yo también pago ¿sí?—se acercó una bartender—Dos cosmopolitan por favor.

—Tú no pierdes el tiempo eh.—dijo al escuchar el pedido—Quiero suponer que sabes beber ¿no?, es decir, no te sacaré de aquí a rastras ¿o sí?

—Obviamente no, sé muy bien como beber y no morir en el intento.—volvieron a reir.

Unos minutos después les entregaron sus primeras copas de la noche, con una presentación bastante limpia y linda. Pero eso era lo que menos les importaba, siendo honestos.

—Brindemos, por el mejor día de mi vida.—sonrió el rubio.

—Salud por eso.—chocaron sus copas y el menor se la acabó en un sólo trago—¡Wow, cuidado que no es agua!

—Ay, eso ya lo sé bebé, está muy rico ¿no?—llamó a la bartender de nuevo—Otra igual por favor.

—Serías buen compañero de copas.—sonrió.

Estuvieron cerca de media hora bebiendo y platicando en la barra, sin poner demasiada atención a la música, sólo concentrándose en ellos.

¿Mi objetivo?, descarado pero simple. Quiero pasar la noche con él, y no precisamente durmiendo...

No me juzguen okey, ¿ustedes no aprovecharían la oportunidad?

Aparte, no lo volveré a ver a partir de que el reloj marque las once treinta mañana, así que tengo cierto pretexto.

No lo pondré ebrio, porque quiero que esté consciente, y sobre todo, que lo recuerde.
Espero que no me salga mal la jugada y termine ebrio yo, cosa que es poco probable si sólo bebo cosmopolitan.

Además, el baile hará que mis sentidos sigan alerta.

Éste a sido el mejor día de mi vida, mucho mejor de lo que imaginé, todo a sido perfecto, dulce y amoroso, tal como quería que fuera. Pero, llegó la hora de poner las cosas en otro tono...

Tendré que ser provocador si quiero lograr algo bueno, porque tampoco pienso obligarlo a nada.
Sólo espero que el baile de resultados, dice Sunoo que es fácil menearse y cosas así, en éstos momentos desearía haber aceptado sus clases hace semanas.

Pero ya qué, ¡arriba la improvisación!

Debo admitirlo, me tiene mal desde hace un rato. Para mi suerte aún tengo autocontrol en cierta zona.

Esque por dios, ¿cómo una ropa de gimnasia puede quedarle tan bien? Seguramente es porque está totalmente entallada a su figura. Y déjenme decirles que esas curvas no las había notado.

Hasta un ciego vería ese tremendo cuerpo que se carga.

¿Cómo no lo admiré antes?

Ésto se saldrá de control en cuanto empecemos a bailar, lo sé, mi sentido común y mi promesa de no enamorarme se irán al carajo, estoy seguro de eso ahora.

Y no, no me estoy enamorando de él por su físico, no soy tan miserable.

Si no que éste día de verdad a sido lindo, su compañía es... Demasiado agradable, me gusta tenerlo cerca, y desde hace un buen rato dejé de fingir

Y yo que creía que en un día no podía pasar nada, y sobre todo, que no era mi tipo.

¡Kang Taehyun es mi tipo ideal!

Se encontraban en un silencio cómodo desde hacia un par de minutos mientras terminaban sus bebidas, cuando una canción del gusto de Taehyun los sacó de sus pensamientos.

—¡Ven amor, adoro esa canción!—lo tomó de la mano para llevarlo a la pista.

—Pero...—no terminó de hablar, porque Taehyun logró levantarlo e ir al centro de la pista—No sé bailar bebé...

—Es muy sencillo ¿sí?, te enseño.—le tomó las manos e hizo que las colocara sobre su cadera— Agárrame y sigue mi paso, es todo.

—P-pero...—suspiró pesado cuando el menor se giró de espaldas a él y se apegó a su entrepierna.

—Sólo sigue mi ritmo.—sonrió con aparente inocencia y empezó a bailar.

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—A-amor... No te muevas... Tanto.—decía entre suspiros pesados.

—El punto es ese bebé, sigue moviéndote.—se apegó más—Lo haces muy bien, pareces experto.

—N-no va a acabar bien...—bailaba al ritmo del menor mientras seguía suspirando por el contacto, intentaba no jadear.

—No creo quejarme.—lo miró de reojo con una sonrisa ladina—Además, ya acabó la canción.

Se separaron por unos segundos, hasta que inició otra canción, entonces Taehyun volvió a apegarse a Beomgyu, quien aún lo sostenía de la cadera.

—¡Bailemos esa también!—dijo feliz moviéndose al ritmo de la música.

—Taehyun... Espera.—soltó un jadeo inconsciente.

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—Respira hondo, porque ésta es más rápida.—sonrió y empezaron a tomar un ritmo más constante.

A mitad de la canción, la gente empezó a formar un gran círculo para entrar a bailar y lucirse, cosa que a Taehyun le llamó la atención, separándose de su pareja y llendo justo al centro de las personas.

Las clases de baile en la Universidad le servían en éstos momentos, tenía pasos buenos y además provocativos, sumándole sus atributos para nada pequeños, ganándose los gritos de las personas a su alrededor.

Terminó la canción unos instantes después y el rubio regresó jadeando de cansancio a lado del pelinegro, quién lo esperaba con una expresión de entre sorpresa y lujuria.

—¿Qué tal estuve?—dijo sonriendo y con la respiración agitada—¿Te gustó?

—¡Me encantó bebé!, pero creo que hay un problema...—señaló disimuladamente su entrepierna—Te dije que no acabaría bien...

—¡Ay descuida, yo lo arreglo!—usó su voz más inocente y lo tomó de la mano—Vamos a casa ¿sí?

—¿A tu casa?—preguntó mientras tomaban sus pocas cosas que traían para luego irse.

—Obviamente amor, te gustará, lo prometo.—salieron del lugar—Podemos caminar, está cerca de aquí.

Luego de pagar, y a paso un tanto acelerado, caminaron hacia el departamento del menor, ubicado a unas cuantas cuadras del bar.
Él vivía en un edificio de tres pisos, de los cuales sólo estaban ocupados la mitad de los departamentos, así que era un lugar silencioso.
No tardaron ni diez minutos en llegar, para entonces ya habían dado las diez en punto.

—Es aquí.—señaló una puerta blanca mientras subían aún las escaleras del edificio.

—Casi no hay ruido.—dijo extrañado.

—No hay mucha gente aquí.—abrió la puerta—Vamos, arreglemos tu problema, ¿quieres?

—Es una buena oferta.—sonrió cerrando trás de sí la puerta con seguro.

Ambos estaban algo tomados, no tanto como para decir que ya no estaban conscientes, pero sí se les notaba el alcohol. Por lo tanto, sus movimientos eran un poco torpes.

—Vamos a mi habitación, pero antes...—sacó su celular—Faltó una fotografía.

—¿Quieres fotos ahora?—preguntó algo sorprendido.

—Sólo una ¿puedes?—el pelinegro asintió con duda—Ven, vamos.

En la habitación de Taehyun había una enorme cama tendida a la perfección con sábanas amarillas, además de un espejo de cuerpo completo en una de las paredes. La decoración era tranquilizante por sus colores claros, pero eso no era lo importante para ninguno de los dos en ese momento.

—Okey...—se colocaron frente al espejo—Ponte detrás de mi y dame tu mano, te guiaré.

Beomgyu se pegó a él, sacándole un suspiro a ambos. Taehyun lo tomó de la muñeca derecha y guió su mano hasta el borde de su pantalón.

—Ten el celular, tómala tú.—se lo entregó antes de terminar de acomodarse, quedándose quietos unos segundos—Listo.

—Es una muy buena foto.—sonrió luego de sacarla—Pero eso sólo acrecentó el problemita, bebé.

—¿Ah sí?—dijo inocente.

꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱