Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⟨22⟩

Jimin


                         - El complot -

Taehyung está sentado solo en una habitación de tamaño generoso con gruesas paredes de ladrillo pintadas de blanco. Una mesa cuadrada de metal se encuentra en el centro con
dos sillas de metal negro, una a cada lado, y una hilera de luces en forma de cúpula se extiende por todo el alto techo, bañando la habitación con una luz brillante.

Hay cuatro respiraderos insertados en la pared cerca del techo para bombear calor o aire al sitio, pero no hace ni demasiado calor ni demasiado frío en este momento para necesitarlo.

El suelo es de baldosas blancas, estropeado por rozaduras y rasguños de las diversas piezas de mobiliario que se sacaron de la habitación hace meses, convirtiendo lo que una vez fue una especie de zona de almacenamiento en una celda de aislamiento e interrogatorio. Una pesada puerta de acero es la única forma de entrar o salir, a menos que uno sea del tamaño de un niño y pueda pasar a través de las rejillas de ventilación cerca del techo.

Jin ha estado vigilando en el interior de la sala de interrogatorios durante la última hora, mientras Taehyung se comía su comida, y se bebía su agua, que solicitó para hablar. Yoongi insistió en conseguir su turno para sentarse en la habitación cerrada con él,pero viendo cómo quiere golpearlo tanto como yo, JungKook le dijo que se quedara fuera.

JungKook está dentro de la habitación ahora, sentado en la silla vacía en la mesa frente a Taehyung cuando finalmente hago mi aparición.

Me levanto sobre los dedos de mis
pies para mirar dentro de la habitación a través de la pequeña ventana cuadrada, cubierta
por un grueso plexiglás.

—¿Ha dicho algo? —le pregunto a Jin.

Él está de pie fuera de la habitación con Yoongi ahora. La alta puerta de acero está cerrada y bloqueada desde el exterior.
No hay manera de escuchar nada de lo que se dice en el interior, excepto desde la sala de videovigilancia situada dos pisos más arriba.

Seokjin niega con la cabeza, apoyado en la pared con los brazos cruzados.

—La única cosa que me dijo en realidad —explica Jin—, es que no está contento con el alojamiento.

Yoongi se pasea por el pasillo iluminado, sus botas negras se mueven pesadamente sobre el suelo, con una mirada de ira tiñendo sus rasgos. Una vena gruesa es visible cerca de la sien. Su mandíbula se mueve constantemente como si estuviera apretando los dientes.

—No me gusta estar aquí —dice Yoongi—, cuando debería estar ahí averiguando cuánta información le entrego a Lee sobre nosotros.

—Daimon sabe lo que está haciendo —digo.

Él asiente.

—Pero aun así quiero saber lo que está diciendo.

En ese momento, alguien llama a la puerta desde el interior. Cuando Seokjin ve que es JungKook, teclea el código en el panel de la pared y hay un sonido de clic.

La puerta se abre, JungKook sale al pasillo y luego cierra la puerta detrás de él.

—Entonces, ¿qué pasó? —pregunto, más ansioso a cada segundo.
JungKook niega con la cabeza.

—No va a empezar a decirnos nada hasta que llegue Hoseok—comienza JungKook—. Y quiere una habitación más grande, preferiblemente con un sofá.

—Maldito exigente —interviene Jin.

—Le dije que no iba a conseguir otra puta habitación. — JungKook nos mira a cada uno de nosotros brevemente—. No vamos a darle toda la mierda que quiera. Puede que sea él quien tiene
todas las cartas, pero también está sentado en una habitación, vigilado. No domina completamente la situación, y no voy a darle ese tipo de control.

—¿Por qué no está aquí Namjoon?—pregunta Yoongi apretando los dientes con más fuerza.

— Ya lo averiguaremos.

Hoseok aparece por el pasillo, con el cabello ahora teñido de un rubio más claro. Su expresión no es buena dado que estuvo alejado de nosotros desde la muerte de su hermana.

Está claro que tendrá que ser vigilado. Parece inestable y enojado. Tres de los cinco ingredientes necesarios para que alguien ceda y divulgue todo lo que sepa. Pero entiendo su enojo y no puedo evitar sentir lástima por él en lugar de preocuparme por lo que suceda.

No dice una sola palabra mientras espera de pie en la puerta.

—¿Tienes tu arma?—Le pregunto.

Él asiente.  JungKook teclea el código de la puerta y Hoseok entra en la habitación.

Caminamos junto y detrás de JungKook por el pasillo, alejándonos de la sala, dirigiéndonos hacia el ascensor y a la sala de vigilancia.

Tres enorme pantallas planas de televisión están perfectamente alineadas a través de la pared, rodeada de los equipos de video y de audio situados debajo de ella, encima de dos escritorios gigantes y otras dos mesas, a la derecha y la izquierda.

Las pantallas ya están en vivo con la escena de la sala de interrogatorios. La pantalla en el centro muestra una imagen gigante, ubicada sobre Taehyung y Hoseok, lo suficiente centrado como para casi contar los
lunares de Taehyung.

Las pantallas de la izquierda y a la derecha de éste, tienen cuatro pantallas diferentes en ellos, todas muestran diferentes ángulos de la habitación.

Sus voces son transmitidas por los altavoces, casi tan audibles como si
estuviéramos sentados en un pequeño cine, viendo una película.

Nos sentamos en las sillas del escritorio con rueditas y escuchamos, alcanzando con el tiempo justo el inicio de su conversación.

—Entonces hagamos esto —dice Hoseok, moviendo una mano.

—Ansioso, ¿no? —se burla Taehyung.

—No, creo que es más como estar cansado de tu mierda.

Se ríe suavemente y cruza una pierna sobre la otra, doblando las manos en su regazo, pareciendo alto, majestuoso e imponente.

—Tu reputación es acertada —. Dice Tae y se inclina hacia delante—. Así que tú eres el maestro que no se deja jugar.

—¿A qué te refieres? —pregunta, confundido, curioso.

—Quiero decir que te nos adelantaste un paso y esas no son las reglas de nuestro juego —Sonríe y apoya
sus brazos sobre la mesa—. Te seguí por meses, soy policía. Sé cómo te mueves,donde te escondes…lo que buscas —Una mirada de entendimiento cruza los rasgos de Hoseok y la sonrisa de Tae se alarga cuando lo nota—, sí, te das cuenta, ¿no?.

— De lo único que me doy cuenta, es que tu cabello está más largo y que necesitas con urgencia una larga ducha.

—Oh, no seas tan duro conmigo —dice Taehyung—. Soy bueno en lo que hago. Quizás tú seas un hacker pero yo soy de los que nunca olvidan.

Mi mente está escapando conmigo ahora. No entiendo que intenta hacer Taehyung,miro a Seokjin, y luego a Yoongi, y a juzgar por las miradas penetrantes de concentración en sus rostros, están pensando lo mismo. ¿Por qué en JungKook no encuentro esa mirada?

—El punto es que —sus ojos se endurecen con concentración—, de alguna manera eres como yo; una persona que no dejaría las cosas a la mitad. Y me pregunto por qué. —Su
pregunta pesa con acusación, como si ya tuviera una buena idea de la respuesta, considerando la razón por la que está aquí, probablemente ya lo
sepa.

—No soy un traidor,si es lo que tratas de decirme —dice Hoseok exasperado, presionando su espalda contra la
silla—. Si lo fuera, no sería bueno y probablemente ya estaría muerto.

—Es cierto —dice con un asentimiento—, no eres el traidor—sonríe con malicia—. ¿Y sabes por qué lo sé?

Hoseok luce nervioso..Taehyung luce cada vez más malicioso.

Los ojos de Yoongi se encuentran con los míos por un breve momento, pero se apartan justo así de rápido.

JungKook se encuentra inmóvil mirando hacia la pantalla como si lo que está a punto de oír es la cosa más importante que va a escuchar en todo el día.

—¿Por qué? —pregunta Hoseok de mala gana, girando su cabeza
ligeramente en un ángulo y entrecerrando sus ojos hacia Taehyung.

Tae sonríe dulcemente.

—Por que a cambio de nosotros que no tenemos nada que perder. Tú tenías a tu hermana—Tae toma una pausa, inclinando su cabeza a un lado—. Ahora me pregunto. ¿Qué dijo tu madre después de que dejaras que mataran a su hija por traidora?

El puño de Hoseok golpea contra la mesa, golpeando la botella de agua a su lado. Rueda raramente antes de detenerse cerca del borde.

—Mi hermana era inocente —saca las palabras con furia—. No vuelvas a hablar de ella…

—Oh, sí voy hablar. Voy a decir lo que quiera de ella, una perra traid…

En un segundo, Hoseok se levanta y se abalanza sobre la mesa, la botella golpea el piso y el arma de Hoseok aparece en la mano de Taehyung, apuntando a su cara.

Un aliento de asombro queda rápidamente atrapado en mis pulmones. Mi mano se desliza a mi espalda para alcanzar mi arma.

Yoongi salta sobre sus pies, enviando la silla de ruedas a alejarse detrás suyo, pero él no va más lejos.

—Daimon…

—Solo espera —me dice JungKook, aun mirando hacia la pantalla, pero aun así sus nervios están comenzando a notarse un poco, lo puedo decir por cuanto más amplio sus ojos están ahora que hace un minuto atrás.

Hoseok, intenta alejarse de Taehyung con sus manos alzadas a modo de rendición, tropieza con su silla y casi cae, pero se recupera antes de ello.

—Que de… ¡maldito hijo de perra!

Un sordo disparo relampaguea a través del espacio y el cuerpo de Hoseok se sacude hacia su derecha, su mano izquierda se acerca a cubrir la herida de su hombro, la sangre se cuela entre sus dedos.

Grita y se tambalea hacia atrás, tropezando nuevamente con la silla pero golpea el piso esta vez. Luchando para hacer su camino mientras retrocede hacia la pared, alza la mirada hacia la cámara, hacia nosotros, y quiero desesperadamente
apresurarme a bajar allí y ayudarlo, pero sé que no puedo.

—¡Me disparaste! — Alza la vista hacia Taehyung parado sobre él con su propia arma; olas de dolor pasando a través de él, manipulando sus facciones—. ¡Me disparaste maldita sea!

—Confiesa—demanda Taehyung con el arma apuntando a su cara otra vez—. Sabes que no dejarías la muerte de tu hermana en vano. Hackeaste el teléfono privado de Hye Lee para saber quién nos había delatado con ella. Dime que no estoy en lo correcto o te juro Hoseok que voy a matarte.

—¡No voy a decir nada! ¡No puedo decirles maldición!—finalmente logra llegar a la pared y se arroja contra ella, necesitándola para sostenerse. Sus largas piernas en pantalones oscuros están estiradas delante suyo con sus botas negras al final.

—Última oportunidad—dice Taehyung, mirando hacia abajo a Hoseok sobre el cañón de la pistola y el silenciador unido a su extremo.

Los ojos de Hoseok bien abiertos enviando dardos desde el rostro de Taehyung hacia su dedo en el gatillo.

Nos toma cosa de segundos llegar al cuarto, marcar el código y estallar en el interior con nuestras armas alzadas.

Pero Taehyung no se intimida: mantiene sus ojos en Hoseok y el arma apuntando a su cabeza.

—Si cualquiera de ustedes me dispara —advierte—. Hay un ochenta por ciento de posibilidades de que mi dedo apretará éste gatillo el resto que falta y la pared detrás de Hoseok lucirá como un cuadro de Jackson Pollock.

Ninguno de nosotros hace algún movimiento.

—¡CONFIESA! —dice Taehyung estridentemente, y a pesar de que estoy parado muy por detrás de él y solo puedo ver su espalda, sé que su rostro se retuerce por la demanda furiosa.

Miro hacia JungKook parado junto a mí con su arma apuntando hacia Taehyung. Sé que puede deshacerse de él con un solo disparo y de alguna manera mantener a salvo a Hoseok de ser asesinado.

Sé que JungKook es mejor que cualquiera en esta habitación cuando se refiere a puntería, sincronización y velocidad.

Pero no quiere dispararle a Taehyung.

Él quiere saber tanto como Taehyung quiere que Hoseok confiese.

Yoongi deja caer su arma a su lado, la suya es la única sin un silenciador.

De mala gana, hago lo mismo. Un sonido hace eco a través de la habitación.

—¡MIEEEERDA! —exclama Hoseok mientras Taehyung pone otra bala en su hombro contrario —. ¡Maldición! —ruge, doblándose con ambas manos cubriendo sus heridas, sus brazos cruzados en una X sobre su pecho.

Comienzo a moverme hacia adelante, pero JungKook me empuja hacia atrás con la longitud de su brazo que sobresalía de su costado.

—¡ESTA BIEN! VOY A DECIRLES—alza su cabeza, presionándola contra la pared. Su pecho sube y baja rápidamente debajo de su camiseta negra. Sudor se ha juntado en su
frente, escurriendo por los lados de su rostro. Difícilmente puede mantener su cuerpo erguido mientras su espalda comienza encorvarse cada vez más; solo la suela de sus botas plantadas contra el piso, sus rodillas dobladas, le impedían resbalarse el resto del camino.

—¡FUE NAMJOON!—confiesa Hoseok para la sorpresa de todos en el cuarto, todos excepto Taehyung, quien luce orgulloso y extrañamente aliviado.

Hoseok mira a través de la habitación hacia nosotros. Hacia JungKook.

—Él le dijo a Lee lo tuyo con Maggi—dice, luchando a través de dolor—.
Envió a Jung a la casa trece para que se la llevara y a ti... te dió una ubicación falsa—Toma una pausa para retomar el aliento—. Mejiwoo nunca llamó a la Organización, ella no te traicionó.

JungKook no dice nada. Ni siquiera su actitud parece haber cambiado, pero en el interior siento que es una historia mucho más diferente.

—Lo investigue todo Daimon, jamás dudé de la lealtad de mi hermana—Otra mueca de dolor.retuerce sus facciones— Y entonces lo supe, iba a matarlo. Lo tengo casi en mis manos.

—Pon el arma en el suelo y patéala a un lado —le dice JungKook a Taehyung, su arma aun apuntando a la parte trasera de su cabeza.

Los brazos de Taehyung se alzan en rendición; el arma se desliza fuera de su dedo índice mientras afloja su agarre en el mango. Lentamente, retrocede dos pasos lejos de Hoseok,
se agacha y luego posiciona el arma en el suelo. Se reincorpora hasta pararse y gentilmente la patea lejos del fácil alcance suyo o de Hoseok.

JungKook no dice nada más, y como siempre, su oscuro silencio habla con aterrador volumen que las palabras jamás podrán igualar.

—Daimon…¿quieres explicarnos? —Pregunta Yoongi y le agradezco por qué es lo que jodidamente quiero saber también.

Taehyung se girar sobre sus talones lentamente con los brazos arriba en su lugar, mira a JungKook pidiéndole permiso para decirnos lo que está pasando. JungKook asiente y Taehyung baja sus manos.

—Nunca volví con Hye Lee— dice y no se por que un alivio se instala en mi pecho— Les hicimos creer que yo quería mi lugar en la Organización.

—¿Qué quieres decir? —dice Hoseok con un resoplido—. Parecías estar seguro que era Namjoon.

Taehyung gira la cabeza mirando a Hoseok en el piso.

—En realidad —dice, sus labios curvándose en los extremos —. No lo sabía. La persona que me lo dijo. Fuiste tú.


________________________________

JungKook



Taehyung se sienta frente a mí en la mesa alargada cubierta de papeles dispersos,manchas de café y fotografías de los futuros blancos.

Su cabello castaño está ahora más
desordenado, y los bordes de sus ojos están rojos después de una noche encerrado.

—No podemos poner esto en espera —dice Taehyung, mirándome a través de la mesa—.Tenemos la información de Hoseok para tratar con Nam ahora.

No levanto la vista de la lectura del texto delante de mí.

—Las cosas han cambiado —digo de manera uniforme. Pongo una hoja de papel encima de otra—. Hoseok es mi prioridad. Fue algo inesperado, lo sé, pero no puedo cambiar lo que hizo. —Lo miro directamente, con la esperanza de que lo entienda y no discuta conmigo en esto.

Suspira de nuevo y baja la mirada por un breve momento. Luego extiende la mano y saca un cigarrillo del paquete tendido sobre la mesa frente a él.

Colocándolo entre sus labios, enciende el extremo con un movimiento de su encendedor.

—No quiero que lo hagas. Solo dime cómo seguir y estaré contigo.—dice Taehyung mientras el humo fluye de sus labios.

—Tendremos que seguir como si nada. Hasta encontrar el puto momento.

—Pero ¿qué vas a hacer con Maggi? No puedes hacer malabares con ambas vidas, y lo sabes. Y no podemos usar nuestros recursos para hacer de canguro por siempre, no cuando se
trata de alguien como ella a quien no es tan fácil seguirle el ritmo. Ella es tan imprudente como yo lo era cuando entré al equipo.

Asiento.

—Sí, tienes razón en eso —le digo—. Ella se parece más a ti de lo que quisiera admitir.

Taehyung sonríe y da un golpecito a sus cenizas en el pequeño cenicero de plástico.

—Oh vamos, Daimon, no soy tan malo, ¿verdad?

No tengo que responder a esa pregunta y él lo sabe.

Toma otra breve calada del cigarrillo y lo deja sobre el borde del cenicero.

—Entonces ¿qué vas a hacer? —pregunta.

Inclina la espalda contra la silla de nuevo y entrelaza los dedos colocados detrás de su cabeza.

—¿Estás seguro de que quieres saber la maldita respuesta a eso? —pregunto yo.

Eso parece haber despertado su curiosidad.

—Mierda sí, quiero saberlo. —Sus manos vienen de la parte posterior de la cabeza y se inclina hacia delante, apoyando la longitud de sus brazos sobre la mesa. Él parece preocupado—. ¿Qué has hecho?

Hago una pausa y respondo—: Mientras estaba en casa de Namjoon, después de un montón de súplica, y Maggi amenazándome con su seguridad, estuve de acuerdo en ayudar a entrenarla.

—¡¿Qué?!.

—Sí —le confirmo porque parece necesitar la confirmación—. Ella es inflexible acerca de matar a Choi y Stephens ella misma. Yo podría hacerlo, pero...

—Deberías hacerlo.

—No —le digo, sacudiendo la cabeza—. Le di mi palabra.

—¡Y qué coño! —discute Taehyung—. Daimon es un suicidio. ¿Qué diablos estabas pensando? —Agarra de nuevo el cigarrillo en sus dedos y da una calada más larga como si necesitara la nicotina para calmar sus nervios.

Estirando el cuello, espeso humo brota de sus labios al aire por encima de él.

—Tengo la prueba final para ponerle a Namjoon—digo—. Si lo dejo a solas con Maggi creerá que sigo confiando en él plenamente como siempre. Parecerá como si hubiera bajado la guardia. —Me pongo de pie y camino hacia la estantería, pensando largo y tendido sobre este nuevo plan que acabo de idear—. Si se pone en contacto contigo y te dice que tiene a  Maggi,entonces sabremos que sus lealtades están realmente con la Organización. Maggi es el cebo perfecto. ¿Qué mejor manera de permitir a Lee atraerme que usando a la chica de la que…

Se hace el silencio. Siento los ojos inquisitivos de Taehyung en mi espalda.

—¿La chica de la que estás enamorado? —dice.

No respondo. Me vuelvo a mi asiento y Tae me mira de reojo mientras se pone de pie, apagando el cigarrillo en el cenicero.

—Lo siento, amigo, pero creo que esto es realmente una jodida mala idea.

—Pero es la única jodida idea —le digo con calma.

En nuestro tipo de vida a veces se deben hacer cosas terribles por las personas que apreciamos para despejar el camino para un nuevo comienzo. Mi hermano, quien me traicionó, no es una excepción. De hecho, él es un buen ejemplo de esa regla.

Y hoy en día las cosas son diferentes. 

Taehyung no va a matarla, pero no dudará en matar por ella.

—Voy a matarlo—le digo.

Él asiente lentamente, pareciendo absorto en una profunda reflexión.

—No estoy pidiendo que no lo hagas, Daimon—dice—, pero hay algo que necesita hacerse. Por el bien de nuestro negocio. Para no repetir una traición como la de Namjoon —Empieza a caminar, hacia adelante y hacia atrás, cerca del borde de la mesa.

—¿Qué es? —pregunto, mirándolo desde mi silla.

Se detiene en el centro de la mesa, se cruza de brazos y mira hacia mí con una expresión de malestar en su rostro.

—Si Maggi va a estar involucrada en nuestras operaciones de cualquier manera—comienza con cautela—, sabes que debe ser puesta a través del mismo nivel de pruebas que cualquier otra persona trabajando para nosotros sería puesta. Porque tengas sentimientos por ella esa regla no cambia.

—¿Qué estás diciendo? —pregunto.

Sé exactamente lo que está diciendo, pero lo que realmente quiero saber es hasta dónde quiere llevar esto. Taehyung nunca ha sido conocido por hacer las cosas a medias.

—Estoy diciendo —continúa—. Que la lealtad de Maggi hacia ti debe ser probada. No estoy diciendo esto porque tenga una especie de venganza subyacente contra ella, o porque quiero que te traicione para que yo pueda demostrar un punto. —Levanta las manos—. Sólo quiero saber que puedo confiar en ella, que si alguna vez está en peligro, no pueda quebrarse y comprometernos al resto de nosotros.

—Confío en ella —le digo—. Sé que no me traicionaría. Yo confío en ella.

No importa cuántas veces digo esas palabras en voz alta o en mi cabeza.

Confío en ella. 

Confío en Maggi.

Sé que Taehyung tiene razón. Hay demasiado en juego. Nuestro negocio en el mercado negro, nuestras vidas y las vidas de las muchas personas que trabajan a nuestro cargo. Y con Hye Lee y la organización  buscándome incesantemente, no puedo correr ningún riesgo.

—¿Qué propones? —le pregunto, aceptando la verdad.

Taehyung asiente, aliviado por mi cooperación y comprensión.

Toma un respiro y se dispone a explicar. 

         ___________________________

¡AVISO!

Esta historia se encuentra en la mitad del desarrollo.

Es por eso, que necesito volver a rectificar que esta obra es para lectores mayores de 18 años o con mente abierta para los acontecimientos que se vendrán.

Se acercan capítulos fuertes con escenas explícitas que la trama lo requiere.

No intento normalizar ninguna de las acciones de esta obra.

ESTO ES FICCIÓN.

LA LECTURA ES UN MEDIO DE ENTRETENIMIENTO, RELAJACIÓN, DISTRACCIÓN Y DISFRUTE.

Por favor, no olvides dejarme tu voto. Lo apreciaría mucho.

¡Nos leemos pronto!

CIAO|•

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro