Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⟨12⟩

JungKook

Llegamos a Phoenix justo después del anochecer y somos recibidos en la puerta de la pequeña casa blanca por Amelia, el enlace de Namjoon. Sus ojos grandes color avellanas se abrieron y pude notar como se estremece por mi presencia. El único y mínimo cambio que veo en ella después de aquella noche, es el color de su piel. Ya no es pálido y las heridas, las que se ven,han desaparecido. 

Maggi corre a los brazos abiertos de sus tíos y las sonrisas y las sentidas palabras de alivio y emoción comienzan. Lo ignoro todo por el momento, volviendo mi atención a las cuestiones más imperativas: mi entorno. Y esta niña que no conozco.

Empiezo a registrar la casa en busca de cámaras y armas, pasando mis dedos rápidamente a lo largo de estantes, plantas, adornos y muebles, plantando mi propia parafernalia de vigilancia oculta en el camino.

—El señor Namjoon dijo que podría hacer eso —Amelia habla detrás de mí, aunque estoy bastante seguro de que no vio el pequeño dispositivo que acabo de pegar en la parte inferior del soporte de la televisión. Ella se ríe tímidamente—. Me aseguré de limpiar la casa muy bien antes de que vinieran. ¿Dónde están los guantes blancos de goma? —bromea.

No digo nada. Nunca me doy la vuelta para mirarla, o dejo de hacer lo que estoy haciendo. 

—¿Has tenido algún visitante desconocido aquí desde que tu encargue fue traído para quedarse contigo? —pregunto, inclinándome sobre una mesita al lado de un sillón reclinable e inspeccionando la pantalla de una lámpara. 

—No señor.

Me doy la vuelta para mirarla por completo.

No voy a mentir, verla retorcerse en mi presencia es fascinante.

—¿Y por cuánto tiempo has conocido al chico que trajiste aquí?

—¿Eh?

—¿Cuánto hace que tú y él se ven?

Sus cejas finamente arregladas se amontonan en la parte baja del centro de su frente.

—Señor,no sé de qué habla— .Sus ojos se encuentran con los míos, con un breve destello de desafío antes de querer desaparecer—. Estaré en la cocina si me necesita.

Me río y me vuelvo hacia ella. Justo antes de entrar en la cocina, golpeo las manos contra la pared, apoyándola contra ella y encerrándola. La punta de mi nariz se desliza por su mejilla mientras aspiro su piel dulce e inocente. Veo cómo su sangre se drena de su cara. 

—Amelia, pequeña…—susurro, jugando con la cadena de oro que cuelga de su cuello. Respira de forma audible y su atención vuelve a centrarse en mi rostro. Sus ojos están ahora en mi boca, con las finas cejas fruncidas.

Saco mi cuchillo de la parte baja de mi espalda y sin hacer contacto el filo contra su carne, vuelvo a preguntar.

—¿Cuánto tiempo?

Sabe exactamente lo que estoy preguntando,probablemente espera, que mi actitud no sea tan oscura como lo fue esa noche pero está pisando un territorio muy peligroso. 

—Es … Es… mi hermano— Se muerde el labio inferior con nerviosismo— .No tengo idea como dió con mi paradero.Pero ha estado viniendo aquí una vez al mes por lo menos.

—Bueno, eso constituye un visitante desconocido.

Ella quiere discutir el punto, pero no lo hace.

—Antes de irme voy a necesitar su nombre y cualquier otra cosa que puedas decirme sobre él, incluyendo una descripción exacta.

Ella sacude la cabeza.

— No le hagan nada por favor—Está momentáneamente atrapada en los nudos retorcidos de mi mirada, pude observar cómo sus ojos caen nuevamente en mi boca—. Él solo viene por un par de horas y… y luego se marcha sin pedirme nada.

Una amenazante sonrisa se dibuja en mi boca —Mmmm, eres un poco traviesa, eh, Amelia —Me acerco hasta que mis labios rozan el lóbulo de su oreja— .Deberías tener cuidado con la forma en que me miran esos bonitos ojitos. 

Se sobresalta y me alejo de su cuerpo. Justo antes de irme su voz resuena en la puerta de la cocina.

—Espere… —detengo mis pasos pero no me vuelvo a ella—¿Cómo lo … supo? Lo de mi hermano.

Sigo de espalda y antes de seguir mis pasos hasta el fondo del pasillo para hacerle una llamada a Namjoon, le respondo:

— No lo sabía.


____________________________________


Tengo información sobre el último eslabón de tu padre en Nueva Orleans—dice Nam en el otro extremo del teléfono. Oigo el tráfico en el fondo—. El contacto cree que el destino está de vuelta en la ciudad.

—¿Qué la hace creer eso?

Creyó verlo frente a un bar cerca de Bourbon Street. Por supuesto, ella también podría estar viendo cosas, pero creo que deberíamos investigarlo. Por si acaso. Si 
esperamos y él regresa a Brasil o donde sea que se ha estado escondiendo, bien podrían pasar uno o dos meses antes de que tengamos otra oportunidad con él.

—Estoy de acuerdo. —Me encierro en el interior del cuarto de huéspedes—. Estoy con Maggi en casa de Amelia en este momento, pero terminaré con esto antes de lo planeado. Ve a Nueva Orleans primero que yo, avisa a los chicos, nos encontraremos allí mañana por la tarde. 

—¿También, Hoseok?

Me quedo en silencio por un momento.

—No. Jin, Yoongi y Jimin. Pero no hagas nada.

—¿No hagas nada? —pregunta con recelo—. Si lo encuentro, al menos puedo detenerlo hasta que inicies con el interrogatorio.

—No, espérennos —le digo—. Quiero que Maggi haga esto.

El silencio se produce otra vez en el teléfono. 

—No puedes estar hablando en serio, Daimon. Ella no está lista. Podría arruinar toda la misión. O conseguir que la maten.

—No va a hacer ninguna de esas cosas —digo calmadamente con cada pedazo de confianza—. Y no te preocupes, tú harás el interrogatorio. Yo sólo quiero que ella haga la detención.

—¿Qué te hace pensar que pueda hacerlo? Dime qué habilidad descubriste de ella. Por qué es lo único que me cierra para que la metas en la boca del lobo.

Suspiro antes de informarle lo que descubrí en ella hace mucho tiempo.

—Tiene habilidades que incluso después de todos los años de entrenamiento por los que he pasado, yo nunca podría igualar. La vida de Maggi le dio un conjunto inestimable de habilidades que no pueden ser enseñadas en una clase o leídas en un libro. 

—¿A qué te refieres? Siempre fue una entrometida.

—Es la perfecta mentirosa y manipuladora. Ella puede convertirse en otra persona en dos segundos y engañar a toda una habitación de personas que no son susceptibles a ser engañados por nadie. 

—Eso puede hacerlo Jin, también. Sabes que es muy bueno actuando, un especialista en el arte del disfraz.

—Lo es. Pero Maggi puede hacer que un hombre crea todo lo que ella quiera con muy poco esfuerzo. Y no le teme a la muerte. Pero es mejor que una actriz. Porque uno nunca sabe que se trata de un acto hasta que es demasiado tarde. 

—¿Estás diciéndome que Jung fue el verdadero maestro de Maggi?

Sé que hay una oscura sonrisa en su rostro sin tener que verlo o escuchar su voz.

—Él le enseñó cosas que yo nunca sería capaz de enseñarle. Él fue su verdadero entrenador en el aprendizaje de las habilidades mortales que ahora están empezando a definirla como una asesina. 

Y como todos los maestros malvados, Jung también fue la primera víctima de su alumna favorita—. Agrega Nam entendiendo mi punto.

—Así es.

El que yo la obligue a entrenar con los chicos es necesario para su supervivencia, ya que ella debe aprender lo más que pueda con tanta frecuencia como le sea posible. Pero las habilidades que ya tiene son las que harán de ella una soldado por derecho propio. 

Son las que nos harán la pareja perfecta. 

—Está bien—dice Nam del otro lado—.  Pero tú harás el interrogatorio.

Suspiro profundamente y me detengo en la boca del pasillo, mirándola directamente en la sala con sus tíos.

—Lo haré.

Darme a mí el trabajo del interrogatorio es muy parecido a darle un chute a un adicto a la heroína. 

—Nos vemos en Nueva Orleans entonces —dice Nam.

Cuelgo y deslizo el teléfono en el bolsillo trasero de mis pantalones negros y luego termino de revisar la casa antes de unirme a ellos en la sala de estar con platos de comida en sus regazos.

_______________________________________


Cuando llegamos al día siguiente, las calles de Nueva Orleans están repletas 
de personas. Miles de participantes se visten con ropa blanca, luciendo bufandas rojas, pañuelos, sombreros y cinturones, participando de algún evento anual. Tejemos nuestro camino a través de la parte más alejada de la ciudad, donde las calles no han sido cerradas al tráfico, desviándonos a muchos de los característicos patios y balcones adornados con herraje Europeo, en busca de la bodega donde Namjoon nos espera, lejos de las festividades.

Maggi había dormido durante las últimas tres horas en el asiento delantero. Su cabeza está presionada contra la ventana de la puerta, escojo un bache del camino y paso por él. Una queja escapa de su boca cuando el movimiento brusco golpea su sien. Se acomoda en el asiento, aturdida. Y luego me mira sin comprender.

Aprieto mis labios. 

Mira a su alrededor y con sus dedos masajea su cabeza. Anoche en la carretera le conté algo del por qué íbamos camino a New Orleans, pero por otras cosas las dejé fuera, esperando primero reunirme con Nam para ver qué información se ha reunido de nuestro objetivo, Aleksei Petrov, también conocido como "tortuga", de chivo expiatorio a líder de la pandilla de los rusos. He buscado a Petrov por semanas, sobre todo en Río de Janeiro, donde fue visto por última vez. Pero se mueve muy rápido de un sitio a otro, a pesar de su apodo, y por primera vez en mucho tiempo me ha costado mantenerme al día con el trabajo.

Nos detenemos en los terrenos de la bodega abandonada y lentamente hacia el lado donde Nam y el resto nos están esperando.

Cuando el auto se hace visible, una gran puerta de acero se eleva y conduzco por debajo, aparcando el auto en la penumbra del polvoriento edificio. Tiene que haber sido un viejo garaje de autopartes, a juzgar por la cavidad de inspección en el piso de concreto, el elevador de vehículos y otros equipos pesados para automóviles que han dejado atrás.

Una pared entera hasta el techo de estantes donde unos apilados neumáticos viejos se asientan abandonados. Grandes ventanales están ubicados a lo largo de la parte superior de la pared trasera del  edificio, cubierta por una gruesa capa de polvo, pero permitiendo que suficiente luz solar se derrame dentro del área haciéndolo parecer nublado.

Las puertas del auto hacen eco a través del amplio y vacío espacio cuando Maggi las cierra detrás de nosotros. 

—Mierda, ¿qué pasa con toda la penumbra y desolación? —pregunta Maggi, estirando su cuello, mirando hacia el techo. 

—Es bueno verte también —dice Jimin caminando. Está vestido con su habitual traje Armani y calzado con sus brillantes zapatos negros, muy impropio de este lugar. 

Maggi sonríe y continúa mirando alrededor, cruzando los brazos sobre su vientre, llevando sus hombros en torno a su cuello como si el lugar le estuviese dando escalofríos.

Yoongi acciona un interruptor dentro de una caja de fusibles y sorprendentemente una sección muy pequeña de luces fluorescentes zumba a la vida cerca de la pared del fondo, donde es más oscura, estoy seguro que fue reanimado por un generador en alguna parte. Nam ha utilizado esta bodega antes.

Hace dos meses durante otro interrogatorio. Y estoy bastante seguro de que él también ha tomado ventaja de ello también para uso personal. 

—¿Qué es este lugar? —pregunta Maggi. 

La luz revela la antigua silla de dentista, situado en la esquina con toques adicionales como restricciones para brazos y piernas, correas de cuero grueso para sujetar la cabeza y el torso de una persona. 

—Es mi sala de interrogatorios —dice Nam apareciendo desde la oscuridad como un maldito fantasma con el ligero movimiento de su mano como si estuviese mostrándole—. Bueno, pero la silla le pertenece a él.

Me señala y se inclina detrás de mi silla del dentista y recupera mi maleta plana de color negro, lo deja sobre una cercana mesa metálica manchada con pintura y luego abre simultáneamente en ambos extremos, los pestillos de plata.

—Tengo casi miedo de preguntar lo que hacen durante un interrogatorio —dijo Maggi, desplegando sus brazos y mirando el lugar hasta que finalmente sus ojos caen en la maleta. 

Yoongi me mira. 

—¿Daimon, estás seguro de que ella puede manejar este trabajo?

—Hey —lo corta Maggi— dije que tenía casi miedo de preguntar. Puedo manejarlo. —La intensidad en su cara lo dice todo.

Jin sonríe y extrae una bandeja utilitaria de acero inoxidable con ruedas junto a mi silla, comenzando a descargar varias de mis herramientas en una ordenada fila. Tres cuchillos de diferentes tamaños. Un par de alicates. Las jeringas llenas de medicamentos. Luego obtiene seis pequeños frascos de líquido y los coloca al lado de las herramientas. 

—Me preocupa un poco —dice Yoongi mirándome una vez. 

Jin vuelve a acomodar mis herramientas con una sutil sonrisa en su rostro. 

—No me preocupa tanto —dice Maggi, un poco burlona. Sus ojos barren mis 
herramientas—. ¿Un tanto sádico?

Jimin me mira. 

—No se lo has dicho, ¿verdad? 

—No es el lugar para decirlo. 

—Decirme ¿qué? —Maggi mira entre nosotros. 

Seokjin coloca la última jeringa sobre la mesa y Jimin se acerca a Maggi. Ella se mantiene firme pese a la mirada oscuramente seductora en sus ojos mientras se le aproxima. Me pone incómodo cuando Jimin extiende su mano, desliza su dedo índice a través de la longitud de su suelto cabello dorado. 

Pero también es una prueba para saber si puede manejar la verdad acerca de mi y estoy seguro de que no va a pasar.

—Nunca serás capaz de vivir la vida de un asesino como lo hacemos nosotros. Primero debes respirarlo— posa su dedo en la punta de la nariz de Maggi—,vivirlo— lleva su dedo índice a su pecho— y comprenderlo. Pero sobre todo debes verlo.

Y ahora apunta hacia mi. 

Maggi gira su cabeza mirando a mi dirección y luego vuelve a mirar a Jimin.

—¿A qué te refieres con verlo?

Jimin sonríe ladinamente.

—Me refiero rubia. A que ya es hora de que conozcas al verdadero Daimon.







Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro