한주민
Jumin tiene una sonrisa adorable.
Es de madrugada, pero Seúl es una ciudad que jamás duerme, todavía hay una infinidad de luces prendidas y ocasionalmente se escucha el motor de un carro en la distancia.
Está demasiado callado dentro del apartamento.
—¿Qué piensas?—pregunta MC, cabello castaño recogido en una coleta—. Háblame, Jumin.
El pelinegro suspira, deja de jugar con su copa de vino.
—Hace mucho que no hablamos—dice, expresión seria y ojos oscuros—, ¿por qué?
La chica suspira, se encoge de hombros.
—Te he extrañado—continúa el pelinegro, dándole vueltas a la copa entre los dedos.
Ella suspira.
—Y yo a ti.
Del departamento sale un niño pequeño, mechones castaños y ojos morados de alguna manera resplandeciendo a la luz de la luna.
—¿Mamá?—pregunta, sosteniendo un gato de peluche con una mano y acariciando la espalda de Elizabeth, quien lo sigue a todas partes, con la otra.
MC inmediatamente camina hacia su hijo.
—¿Qué pasa, cariño?
Hay una pausa, Jumin cierra los ojos.
—¿Dónde está papá?—pregunta el chico, mordiéndose el labio. Elizabeth le está lamiendo la mano.
La castaña suspira, intenta encontrar alguna excusa.
—Le pediré al Conductor Kim que los lleve de nuevo a su hogar—dice Jumin, porque a esta hora ya no hay más que hacer.
MC asiente, ojos dorados bien abiertos.
—Gracias.
El silencio es insoportable.
Han pasado semanas desde esa noche, tantas cosas tan rápido que Jumin no puede seguirles el paso.
Los boletos para los musicales de Hyun se agotan en cuestión de segundos, Jihyun pierde completamente la vista y Saeyoung anuncia que Saeran y él irán a perderse por ahí, haciendo cosas que solo ellos dos entienden.
Jaehee entrega su renuncia una tarde, cabello castaño teñido un par de tonos más claro y suelto hasta la cintura, lentes en ningún lugar visible.
Yoosung lo llama esa noche.
—Creo que MC no me quiere—dice, y es estúpido porque está hablando de su esposa, pero es estúpido porque Jumin está cansado y el mundo se mueve muy rápido.
—Creo que ella te ama—repite el pelinegro, echando la cabeza para atrás y buscando cariño en la manera en la que Elizabeth lame el dorso de su muñeca.
Yoosung suspira, traga saliva tan fuerte que se escucha a través de la línea.
—Mierda, Jumin, ¡no quería escuchar eso!—el chico suena como si fuera a llorar.
Esto lo deja pensando, ¿quién no quiere escuchar que su pareja los ama?
Hay un silencio, y después el chico agrega.
—Puede que le haya sido infiel.
La línea se queda callada después de eso, la llamada se corta e inmediatamente suena su tono de llamada, la cara de la castaña en la pantalla.
Jumin contesta sin vacilar.
—¿Puedo quedarme contigo unos días?—pregunta una voz muy serena desde el otro lado de la línea.
—Mandaré a alguien inmediatamente—responde Jumin, abriendo su aplicación de mensajes y pidiéndole al señor Kim que vaya a recoger a MC.
La castaña llega llorando al penthouse, anillo dorado entre las manos y labios hinchados.
—Quiero que quemes esto—dice, dándole la banda de oro.
Jumin asiente.
—Y quiero que te asegures que él lo sepa.
Duele ser el intermediario en todo esto.
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Hangst bc I can, además su ruta es muy bonita como para no echarla a perder, así que se joden todos conmigo. <3
Tbh esto es la idea principal de un fanfic de Jumin Han que tenía planeado escribir hace medio año, cuando acabé mis rutas de Mystic por primera vez. Se llama "Like a machine" y tal vez algún día puedan leerla, quién sabe, todo depende de mi hueva.
Besos robóticos congelados:
—Valery
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