── ¡Jajaja! ¡Miren a este tarado! Tan patético ── un niño mayor molestaba a Denji y a Pochita.

── Oye, ¿qué haremos con esto? ── con su mano sostuvo a Pochita de la pata.

── ¡Hay que tirarlo al río! ── dijo uno de los tres niños.

── ¡OIGAN! ── llamó la misma niña que dejó la sombrilla ── ¿Podrían irse muy a la verga?

── ¿Y tú quién eres? ── preguntó el niño "líder".

── Estamos en problemas. Esa niña atacó a un hombre con su propia fuerza ── dijo el que sostenía a Pochita.

── Suelta al perro ── ordenó y de inmediato hizo lo que ella dijo ──. Váyanse, y nadie saldrá herido.

── ¿Crees que me haría caso a una niña como tú, eh? ── Denji se acercó a Pochita para abrazarlo.

── Créeme que lo que voy a hacer te va a doler más que a mí ── pero el niño grande empujó a (N) ──. Bien. Si eso quieres ── de un rápido movimiento dio un corte a los ojos del niño.

── ¡MIS OJOS! ¡MIS OJOS ME DUELEN! ¡NO VEO NADA! ── claro que no veía nada, si sus dos ojos fueron cortados.

── Sí vuelven a tocarlos, ya no tendrán dedos con que contar sus burlas ── por supuesto que los demás niños fueron a ayudar al niño sin ojos ──. ¡Corre! ── advirtió la menor a Denji ── ¡Muévete si no quieres ir a la cárcel! ── con esas palabras Denji siguió a (N) ── ¿Tienes algún lugar dónde escondernos? ── preguntó la niña.

── Eh... ¡sí! ¡Sígueme!

୧ ‧₊˚ 🍂 ⋅

Llegaron a la casa de láminas de Denji. Era acogedor.

── Lamento por llegar tarde ── (N) se encontraba curando las leves heridas de Pochita.

── No, tranquila. Nos salvaste ── el pequeño Denji agradeció.

── Bueno, supongo que fui la heroína ── pronto escucharon truenos, dando a entender que pronto llovería ──. Muy bonita tu casa. Es acogedora.

── ¿Esto? Está casa es una porquería, pero es lo único que pudimos hacer ── el perrito sierra se acomodó en los brazos de (N).

── ¿Me estás diciendo que esto es una porquería? Deberías ver mi casa. Es una caja de un refrigerador ── esa niña, era igual que Denji... o peor.

── ¿Tú... no tienes padres? ── la niña negó ── ¿Qué les pasó?

── Mamá sufrió una enfermedad después de darme a luz, mi regalo de mi primer cumpleaños fue el despedirme de mi mamá. Papá quedó devastado, y tuvo un ataque al corazón. La única familia que me quedaba era mi tía, hermana de mi mamá, ella era una apostadora compulsiva y le encantaba ir a los casinos, pero pronto, la mala suerte llegó. Perdió millones en un juego. Para cubrir sus deudas pidió dinero a un hombre malo, pagó su deuda y pudo dar un poco de dinero a la casa... pero no dejaba de apostar... hasta que la deuda que tenía con ese hombre aumentó y al no pagar... la asesinaron ── relató la niña ──. Ahora yo tengo la deuda de 85,900,000 yenes ── mostró una pequeña libreta donde tenía la deuda y cuánto quedaba ──... aún me faltan 84,450,000.

── Creo que tenemos la misma situación. Mi papá debía dinero, pero no lo pagó. Se suicidó y me dejaron a mí la deuda. Ahí conocí a Pochita ── ambos estaban jodidos.

── Oye, ¿hacemos un trato? ── preguntó la pequeña ofreciendo su mano ── Si tú me ayudas con mí deuda, yo te ayudaré con la tuya. Este mundo es demasiado grande para nosotros dos solos, pero juntos, te aseguro que lograremos salir.

Era una salida, podrían acabar su deuda más rápido. ¿Pero si alguien de los dos los traicionaba? Corrían el riesgo de ser idiotas que fueron timados.

── De acuerdo. Pero nadie, absolutamente nadie de los dos, puede retractarse ── antes de dar el apretón, Denji informó esas palabras.

── Está bien, nadie va a traicionarse ── antes de aceptar, la niña escupió en su mano y con eso cerró el pacto ──. Pero déjame quedarme en tu casa, por favor.

── Sí ── eso alegró a (N) ──. Pero págame 1,000 yenes.

── Argh, tú ganas. Mañana te los daré, solo déjame traer algunas de mis pertenencias ── dejó a Pochita en los brazos de Denji ──. Fue un gusto hacer tratos contigo, Denji. Te veo mañana.

୧ ‧₊˚ 🍂 ⋅

(N) llegó a su pequeño casa, una caja de un refrigerador.

── Veamos, necesitaré esto ── en una caja más pequeña llevó lo necesario ──, y claro que esto no puede faltar.

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── Mira eso, Pochita. De un momento a otro logramos tener una... ¿amiga? ── le costaba creer que una niña tan linda fuera su nueva amiga.

── ¡Woof!

── ¿Eh? Bueno... ella me ayudará con la deuda, y yo con la suya. ¿Crees que esto fue el destino? ── sintió algo pegajoso en su mano. Al ver el por qué, recordó el escupitajo que dio (N) al dar el apretón. La baba de (N) estaba en su mano ──. Se nota que ella no es cualquier niña. Luce como una pero piensa como un niño.