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El sol caía, dando fin al bello atardecer y dejando ver el levantamiento de la luna dando la bienvenida a la noche fría.

Una femme de ópticos dorados miraba el cielo que comenzaba a atiborrarse de aquellas estrellas que tanto adoraba.
Sentada en el suelo, abrazando sus piernas sentía el frío recorrer sus circuitos.

     —Que frío es en la noche para un lugar tan cálido en el día —susurró para si misma—, están todos locos al haber querido venir a este país

     —¿Qué haces afuera tan tarde Blaze? —aquella voz sobresaltó a la de carrocería negra con dorado—, el frío podría dañarte

     —¡Optimus........! —ella lo miró con algo de sorpresa, no esperaba ser descubierta—, puedo explicarlo

     —¿Aquí vienes en tus ratos libres? —ignorando la sorpresa de la femme, el mech se sienta a su lado viendo el cielo estrellado—, nada mal, me recuerda a Cybertron.

El silencio reinó en aquella colina donde ambos se encontraban.
Uno tranquilo, la otra nerviosa.

Ambos sin quitar la vista del cielo abrieron sus labios para hablar.

     —¡Optimus! ¡Blaze! ¿Dónde están?

La voz de la humana los alertó y se levantaron con prisa, caminando entre los árboles detrás de la colina para ir ocultos lograron encontraron a la pequeña humana que los llamaba.
Vieron que estaba vestida de manera no tan casual, supusieron que saldría a algún lugar y quería que uno de los dos la llevaran.

     —Oigan, necesito un aventón a una tienda, ¿me llevan? —con nervios, ambos bots se dieron la razón—, es importante

     —Sany, ¿a dónde piensas ir tan tarde? —Blaze la mira con seriedad, quería a la humana, pero a veces la sacaba de quisio—, hay ladrones por aquí, es un lugar peligroso

     —Por favor, ¡No les cuesta nada! Y para empezar, que estemos en México no significa que te van a asaltar 24/7 —molesta por la malinterpretación se cruza de brazos—, si no quieres llevarme, me voy sola

Seguido de eso la chica de sudadera bajó de unas rocas a las cuales había subido y camina fuera del pequeño bosque para dirigirse a la ciudad sola.
Optimus y Blaze se miraban fijamente.

     —Debemos ir, no la podemos dejar sola Blaze

     —No Optimus, es una niña chiflada, no pienso llevarla, solo porque sabe nuestro secreto no significa que nos va a usar lara llevarla de paseo—respondió con seriedad la femme de ojos dorados—

     —Pero Blaze........

Silencio.

Solo había silencio.

Mientras se evitaban la mirada, transcurrieron unos pequeños segundos cuando ambos escucharon un grito de la chica y se fueron corriendo en busca de ella.

Se encontraba en el suelo, con un raspón en su codo y con su sudadera en su itro brazo, se había caído.

     —¡Bien! Sube a mi asiento y vámonos, no pienso dejar que te hagan algo —Blaze se transformó en su modo alterno y abrió la puerta del piloto—

     —Prefiero ir con Opti, él es menos sospechoso y no me van a intentar robar con fácil

     —¿Y eso?

     —Blaze, eres un Ferrari, un auto caro aquí en México, te pueden intentar robar y vender en partes.

     —Eso no pasará

     —Ehhhh....... —la castaña miró a la bot en silencio antes de sonreír con malicia—

Ambas estaban sentadas en el interior de Optimus, Sany en el lado del piloto y Blaze en el lado contrario en su forma humana.

     —Te mataré.

     —No puedes y lo sabes

     —Prime no va a cuidarte siempre

     —Claro que sí

     —Ya lo veremos....

La fulminó con la mirada y se dispuso a intentar darle un golpe en varias ocasiones a la chica de cabellos cafés, sin éxito alguno de golpearla ya que Optimus las había detenido al frenar con fuerza, provocando que ambas cayeran de cara contra el vidrio.

Al llegar a la ciudad, la chica compró muchas cosas, flores de papel, pinturas, pan, velas, papel picado tela y muchas cajas.
Los bots estaban confundidos, pero aún así decidieron no preguntar.

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Noviembre llegó, Sany había preparado con amor un altar para sus familiares fallecidos y lo había decorado conforme a la tradición.
Al terminar miró con dulzura y lágrimas su trabajo, colocando la última foto del altar.

Una foto de su tía fallecida.

Los autobots, aún seguían confundidos con la explicación que Sany les había dado sobre el Día de Muertos.
Aún así la tradición les había llamado tanto la atención que decidieron hacer un altar gigante para sus colegas fallecidos en la guerra.
Creían lo que les contaron, al hacer el altar y el camino de flores serían visitados por el espíritu de sus amigos y ellos lo sabrían. Tenían esa fe y ese amor dispuesto.

Blaze, por su parte, se negó a participar.
Celebrar la muerte de alguien no era divertido, ni mucho menos reconfortante.

Le daban muy malos recuerdos traer de vuelta aquellas muertes de sus amigos.

     —Tú......... —se tocó el vientre con tristeza, algunas lágrimas amenazaban con salir—, ¿por qué me duele tanto hacer eso? Tu partida me duele mucho

Sacó una fotografía de ella cuando era más joven, eran épocas de guerra en Cybertron, pero era feliz.
Sostenía un pequeño Sparkling en sus brazos, ambos sonreían con ternura, las mejillas del pequeño estaban algo rojizas. Llenas de vida.

Recuerdos comenzaron a invadirla, fragmentos de lo poco que pudo rescatar de aquella mala vida.
Su Sparkling vivo, sus amigos, recordando poco a poco la forma en que era feliz, cuando era verdaderamente feliz.

Luego, a su pequeño siendo masacrado frente a sus ojos.
El energon cayendo y llenando el suelo.

Ante la nostalgia, Blaze comenzó a llorar con su Spark destrozada.
Cayendo de rodillas abrazando aquella fotografìa de lo último que le quedaba de su hijo.

Su llanto llegó a los receptores de Optimus, quien al escucharla fue corriendo a buscarla y al verla en el suelo llorando pasaron muchas cosas por su mente.

Creyendo que había sido atacada o algo peor, pero dudó, porque ella nunca se dejaba dañar y era difícil que alguien le hiciera una emboscada; Blaze siempre ha sido muy atenta.
Al final se dió cuenta de su llanto, lo que lo confundió e instintivamente se arrodilló a su lado y la abrazó para consolarla.

     —Tranquila, está bien, estoy contigo. No llores —la abrazaba con cariño, apoyándola en su pecho—

Blaze continúo llorando, desgarrada por recordar a su hijo fallecido y la forma en que tuvo que verlo.

Sany, viendo a lo lejos la escena, miro a los demás Autobots y les hizo una seña para que dejaran a ambos Prime solos.
Todos, aún preocupados, se retiraron uno por uno, hasta quedar solo la humana que en sus adentros tenía una idea para hacer que su amiga se sintiera un poco mejor.

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Ven conmigo.

Confundida la femme miró a la humana.

     —Ven conmigo.

Sin tener opción ambas salieron y fueron al cementerio, Blaze confundida miraba a su alrededor.

     —¿Qué hacemos aquí?

Silencio. Hubo silencio.

Estando más adentradas en el cementerio, Sany se detuvo en una tumba, mirándola con tristeza.

     —7 años

     —¿Qué? —Blaze confundida la miró—

     —Tenía 7 años cuando conocí a la muerte por primera vez —sin despegar la mirada de la tumba con flores siguió hablando—, fue completamente desgarrador, había perdido a una persona importante en mi vida. Era todo para mi, era como mi verdadero padre. Llenó mi vida de alegría otra vez. Hasta un día.........solo me dijeron que falleció y qué jamás lo volvería a ver.

Su voz se hacía más delgada, las lágrimas querían salir.

     —Fue la peor cosa que me pudo haber pasado, aún siendo una niña sabía lo que estaba pasando. Él jamás volvería, la última vez que lo vi. Me dió un abrazo y dijo que me quería mucho

     —Lo lamento mucho

     —Así como tú has perdido a seres importantes para ti, yo también y son cada vez más dolorosas las pérdidas conforme crezco —secando sus lágrimas miró a la de ojos dorados—, por lo que entiendo tu dolor, tú pérdida. Sé lo que sientes y déjame decirte que no estás sola.

Con su mirada fija en la femme, podía verse su rostro real, uno sin vida, que reflejaba dolor y tristeza por la pérdida.

Blaze estaba en silencio, no sabía que decir, por un momento se sintió identificada con la humana.
Nunca pensó que detrás de esa sonrisa y esa estúpida e irritante personalidad habría tanto dolor escondido.

Se acercó a ella, dejando una fotografía en sus manos.

     —Él era mi Sparkling, lo único que me importaba en la vida.

Sany, sorprendida ante la confesión, guardó silencio para que su amiga robot pudiera hablar.
Debía sacar todo ese dolor guardado.
Mientras Blaze intentaba secar algunas lágrimas, Optimus llegó al cementerio y se acercó a las chicas.
Estaba preocupado porqur habían tardado en volver a casa. Volviendo a ver a su amafa llorar, se acercó para abrazarla.

Era hora de afrontar el pasado.

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Habían llegado a casa.

Blaze aún no estaba del todo bien, pero al ver a sus amigos dispuestos para ayudarla, hizo que su spark se sintiera más tranquila.

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Mientras tanto, una curiosa persona con máscara se acercaba a la tierra.
Con ansias de poder llevarse más almas y realizar su trabajo; sosteniendo su arma con firmeza.

Esperando........

     —Es hora que las almas vean a sus familias por una sola noche. —dijo para después invocar una puerta en el centro de la galaxia—

Con su mazo enorme golpeó la gigantesca puerta de metal. Que ante el impacto del mazo se abrió, dejando salir a las almas de seres ya fallecidos en un excelente orden y disciplina.

     —Lo has hecho bien, Demon.

     —Solo hago mi trabajo Primus, no es nada del otro mundo —respondió sin ninguna pizca de su usual alegría—, si me lo permites. Debo volver a mi trabajo.

Ante ello, la Titán se fue sin dejar rastro.

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Blaze se acercó al altar que sus amigos hicieron.

Veía con detalle todas las cosas que habían en el, desde comida, armas favoritas de sus amigos, flores de metal, objetos que les pertenecían y por supuesto. Fotografías.

Con dolor y las lágrimas amenazando nuevamente en salir, colocó la fotografía con marco de ella y su pequeño en aquel altar.

Era algo que ella jamás haría, dejar a su pequeño atrás.
Pero debía continuar con su vida. De lo contrario se estancaría nuevamente.
Debía seguir.

Era tiempo de comenzar a sanar.

El atardecer llegó a su cúlminación, el último rayo de sol fue visto, se dirigió al altar de los Autobots y la casa de los humanos.

En ese instante se vió como de ese último rayo de sol salían cientos y cientos de almas de seres.
Personas, animales, y Cybertronianos.

Su aura era cálida y cada alma fue en camino hacia su altar. A su hogar

Los Autobots estaban fascinados y dieron la bienvenida a sus colegas.
El lugar se llenó de alegría y llanto.
Todos estaban felices de ver a sus amigos una vez más.
Entre abrazos y melodías el ambiente eta agradable, era como si nunca se hubieran ido.

Pero algo faltaba.

¿Y Blaze?

Entre la alegría y jubilación de todos.

Blaze estaba de rodillas en el suelo, con sus brazos extendidos llorando y sonriendo.

     —Ven, ven mi pequeño. Ven con mamá.

Un pequeño sparkling caminaba torpemente hacia la mayor.
Sonriendo y jugando al ver a su mamá.

Con pasos lentos logra llegar a esos cálidos brazos y con ternura se acurruca en ellos.

     —Ma.....má —ríe ante las caricias de su madre—

Blaze, sin poder creerlo abraza con cariño a su sparkling, llena de felicidad.

Optimus se une a su querida, abrazando con amor a ambos, feliz de que su Blaze empiece a sanar.

Mientras tanto, la humana no podía creer lo que estaba sucediendo.
Sabía que México por excelencia era un país sumamente raro en cuanto a leyendas y cosas similares.
Pero no que pasaría algo así.

     —Supongo que son las drogas.

A lo lejos pudo divisar la figura de una mujer un poco mayor y la de un hombre un poco menor que la mujer.

     —¿Tía? ¿Papá?

Sin creerlo, corre hacia ambos mayores lanzándose a los brazos de ambos rompiendo en llanto.
Ambos corresponden al abrazo de la chica, con sonrisas cálidas en sus rostros.

     —¡No saben cuánto los he extrañado! Me hacían mucha falta

     —No llores mi niña, nosotros nunca te hemos dejado —la mujer sonríe secando las lágrimas de la menor—

     —Nosotros siempre hemos estado contigo, te hemos cuidado siempre en todos éstos años.

Sany les sonríe, asintiendo.
Sabía que estaban con ella. Y eso la reconfortaba.

Aquella noche se llenó de alegría y felicidad.
Todos pudieron encontrarse una vez más a sus amigos fallecidos.

Y todos les hacían la misma promesa.

Que nunca estarían solos.

Ellos los estarían cuidando.

❝ᴅᴇsᴅᴇ ᴇʟ ᴍᴀs ᴀʟʟᴀ❞

02/11/22

꧁SᴀɴʏAɪsʜɪ ғᴜᴇʀᴀ꧂
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