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⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 38 ⟢

Mi vida es más bella desde que estás junto a mí.

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Im Yeon Sun

     Al estar en frente de la puerta de la casa de Jung Kook oí la voz de un dulce niño, haciendo eco por toda la casa, por fuera se veía un poco descuidada, pero acogedora, algo que dejé de experimentar desde que mamá se había marchado de casa.

     —Jung Kook —su hermanito llegó corriendo hacia la sala donde Jung Kook y yo nos encontrábamos de pie.

     Jeon lo elevó del suelo con sus brazos, recibiendo al pequeño.

     Era una hermosa escena.

     —¡Hola, Sunnie! —se dió cuenta de mi presencia, inclinándose para darme un beso en la mejilla.

     —Hola, Junyeon —lo saludé de vuelta, era un niño tan hermoso y lleno de vida.

     Él solo iluminaba la habitación.

     —¿Son novios? —preguntó mirándonos, tomandonos por sorpresa.

     —Junyeon —Jeon lo reprendió llamándolo por su nombre—. Hay cosas que ahora no podrás entender —intentó mi novio dar una sólida explicación, pero la carita del pequeño comenzaba a arrugarse.

     —¡Dijiste que no te gustaba! —gritó Junyeon, estaba enojado con su hermano, ¿Qué había pasado entre esos dos?

     —Junyeon, no hablaremos de eso ahora, no delante de Yeon Sun —Jung Kook bajó a su hermanito, dejándolo en el suelo, pero parecía que esa acción solo le molestó aún más.

     —¡Yo la quería para mí!

     —¡Basta, Junyeon! —Jeon gritó esta vez, dejándonos a todos paralizados—. Yeon Sun es mi chica fresa —esas palabras tan repentinas hicieron que mi corazón saltara de alegría.

     Me agaché para estar a la altura del pequeño, quería saber que había pasado semanas antes y porque su reacción tan repentina. Ese niño amaba a su hermano y el que tuvieran una pelea por mí, no era una buena señal.

     —Lo siento, Junyeon, pero tu hermano me parece el hombre más guapo y maravilloso del mundo —me disculpé y lo envolví con mis brazos, dándole un cálido abrazo.

     Solo fue un ataque de ira. Quizás no estaba acostumbrado, su hermano no era el tipo de hombres que llevaba mujeres a casa.

     —Me gustas para mi hermano —fueron sus palabras, acompañadas de una sonrisa.

     Su rostro ya no estaba en mi hombro, estaba frente a mí y me dedicaba esa hermosa sonrisa, que era la versión reducida de su hermano.

     Cómo me encantaba.

     —Gracias por aprobarme —le agradecí, guardando este recuerdo en mi memoria.

     Junyeon era tan tierno.

     —Vamos, Junyeon, debes ir a tu habitación.

     Miré a Jung Kook y negué para desaprobar su acción, el pequeño quería compartir con nosotros, ¿Por qué correrlo? Suponía que era la primera vez que su hermano traía una novia a casa y también, la primera que Junyeon aceptara.

     Junyeon agitó su pequeña manito como despedida y subió las escaleras, perdiéndose de nuestras vistas. Jung Kook me extendió su mano y me ayudó a colocarme de pie. Estábamos sin decir nada, disfrutando del ambiente calmado, del sonido proveniente de la calle, del motor de los autos que pasaban y la corneta de los mismos.

     Jeon me dio un beso en los labios, mientras estaba sumergida en mis pensamientos, claramente, no le correspondí, lo rechacé ya que estábamos en medio de la sala de su casa, ¿Y si su mamá aparecía de repente? Que pena tendría.

     —Kook, debes controlarte, ¿Qué hubiera pasado si tu madre nos viera? —susurré.

     Mi novio negó con la cabeza, llamando la atención de su madre, quien apareció y se recostó del marco de la cocina, viéndonos atentamente. Llevaba unos pantalones azul marino y una blusa negra ajustada. Detallandola bien, era una mujer muy joven como para tener tres hijos.

     —¿Hijo, no me vas a presentar a tu amiga? —ella se acercó a nosotros con un andar muy elegante.

     Jung Kook besó la mejilla de su madre y se rascó la parte posterior de su cabeza con torpeza, lamiéndose los labios ¿Por qué tenía que hacerlo justo ahora? Era una distracción para mí.

     —Mamá, ella es Yeon Sun —sonreí cuando pronunció mi nombre—. Yeon Sun, esta es mi madre, Mi Joo —nos presentó.

     —Un placer, señora Jeon —hice una reverencia.

     —Oh, por favor, llámame Mi Joo. Señora Jeon me hace sentir vieja —ella se echó a reír, agitando sus manos en el aire.

     —Sí, entiendo... Mi Joo —respondí cortésmente con nerviosismo.

     Podía ver de reojo la expresión del rostro de Jung Kook, se sentía totalmente extraño.

     —Hijo, aún no me dices la relación que tienes con esta chica tan hermosa.

     —Mamá —negó disimuladamente—. Estaremos en mi habitación —le informó a su madre y tomó mi mano para arrastrarme a las escaleras que conducían al segundo piso

     —¡No olvides dejar la puerta abierta! —dijo detrás de nosotros, riéndose.

     Ella era una mujer muy cálida y agradable, en cierta forma, me recordaba a mi madre antes de marcharse. Cómo la extrañaba.

     Pasamos por un extenso pasillo donde habían varias puertas, suponía que daban a las habitaciones de Junyeon, Jun Young, la señora Jeon y el baño.

     —¿Tu hermana no está en casa? —me reprendí mentalmente al ver su rostro, al parecer su hermana daba muchos problemas.

     Estaba en su etapa rebelde.

     —Debe estar en casa de sus amigas o de su novio —sus palabras salieron como veneno de su boca.

     Quizás no le agradaba el chico que estaba con su hermana.

     Cuando llegamos a su habitación, me quedé impresionada, no era nada de lo que había imaginado inconscientemente, la decoración oscura era predecible de Jung Kook, pero el orden que tenía era una gran sorpresa para mí.

     —Tienes una casa muy bonita —felicité con una sonrisa.

     —¿Bonita? —se burló— ¿Has visto tu casa? —me preguntó como si fuera relevante el valor de mi casa—. Antes de mudarme a esta zona, teníamos una casa grande con lujos en ella, pero todo se desvaneció cuando él se fue... —su voz se fue apagando poco a poco.

     Preferí no pronunciar palabra alguna, solo quería acompañarlo en su dolor. Me senté junto a él en su cama y lo abracé, pero Jung Kook no pronunció palabra alguna después de eso.

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     Seok Jin siempre estaba y me apoyaba en todas mis locuras. Después de buscarlo a su casa para venir a la universidad, aprovechando que Jung Kook iba a faltar las primeras horas de sus clases ya que cubría el turno de un empleado del café de YoonGi, decidí buscar a Hye Na, quería abandonar la apuesta, el tiempo había expirado, pero ella quería más y quedarse con Jung Kook... No lo permitiría.

     —¿Crees que esto es una buena idea? —Seok Jin preguntó preocupado—. Ella podría ir y decirle a tu amor.

     Era cierto, pero no podía arriesgarme, quería acabar con todo esto y aceptar mi error, no debí acercarme a Jung Kook por una apuesta, pero tampoco me lamentaba de haberlo hecho y conocido.

     —Cierto, por eso quiero acabar con esto —la ví sentada en la mesa de la cafetería. Ambos íbamos en su dirección—. No quiero que esa víbora se acerque a Jung Kook, nunca —reconocí en voz alta.

     Aún mis mejores amigos no sabían que Jung Kook y yo estábamos juntos. No era el momento adecuado para hacerlo y decirlo a los cuatro vientos.

     —Hye Na, ha pasado un tiempo —me senté en el asiento vacío, en frente de ella.

     —Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí? —preguntó en tono de burla. Nadie saldría en tu rescate, oxigenada— ¿Necesitas más tiempo? Jung Kook aún no come de mi mano, pero le falta muy poco —aseguró con una sonrisa.

     —Abandono la apuesta —dije firmemente, ganandome una mirada estupefacta de su parte—. Quédate con todo el dinero, no lo necesitaba de todos modos —sonreí y me puse de pie. Eso era todo lo que le diría.

     —¿La princesita ya se rindió? —me preguntó. Solo rodé los ojos ante sus palabras — ¿O tienes miedo, Yeon Sun?

     —¿Miedo? —me burlé, ¿Quién tendría miedo? Solo no quería arruinar lo que tenía con Jung Kook— ¿Por qué tendría miedo?

     —Miedo a enamorarte. Miedo a que él sea el que juega contigo.

     Quería propinarle una cachetada, Jung Kook no era ese tipo de hombre, no, claro que no lo era. Seok Jin tomó mi muñeca quitándome la posibilidad de acercarme a ella, inmovilizandome a su lado.

     —Te equivocas, Jung Kook no sería capaz de jugar conmigo y lastimarme.

     —¿Por qué estás tan segura? —sus preguntas me sacaban de quicio.

     —Porque...

     —Vámonos, Sunnie —habló Seok Jin antes de que cometiera un grave error.

     Iba a contarle todo.

     —Te repito, abandono la apuesta —le recordé mis palabras con una sonrisa. No iba a mortificarme por sus palabras—. Y una última cosa. Aléjate de Jung Kook.

     Sabía que ella no me haría caso, pero tenía la mínima ilusión que sí.

     No sabía si ella quería solo el dinero, porque ya lo tenía o si realmente ella quería a Jung Kook, ¿Y si fuera así? ¿Por qué no le habló como una persona normal haría?

     Yo también me había acercado a él por una apuesta, ¿Con que moral podía juzgarla?

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Muchas gracias por esperar la actualización ❤️

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