⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 36 ⟢
“ᴇsᴛᴀ́ʙᴀᴍᴏs, ᴇsᴛᴀᴍᴏs, ᴇsᴛᴀʀᴇᴍᴏs ᴊᴜɴᴛᴏs. ᴀ ᴘᴇᴅᴀᴢᴏs, ᴀ ʀᴀᴛᴏs, ᴀ ᴘᴀ́ʀᴘᴀᴅᴏs, ᴀ sᴜᴇɴ̃ᴏs”.
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⟡ Im Yeon Sun ⟡
Salí de la sala de interrogación con la cabeza en alto, sabía que Jung Kook no era culpable, pero no había pruebas que pudieran comprobarlo y sin quererlo de esa forma me topé con Hye Na que estaba afuera con una gran sonrisa de oreja a oreja, ¿Qué hacía ella aquí?
—Vaya, llegué justo a tiempo para sacar a mi Kookie de la prisión —soltó con emoción, según ella era la salvadora del día.
—¿A tu Kookie? —pregunté incrédula, ¿Acaso Jung Kook quería jugar con las dos?
—¿Quién crees que va ganando la apuesta? Eres tan ilusa en creer que Jeon quisiera estar con una chica como tú. Con una vírgen como tú —se burló haciendo un gran escándalo en la estación.
Las ganas marginales de partirle la cara aparecieron en mí, pero no dejé que invadiera mi cuerpo, no como en aquella fiesta donde golpeé a Yuna.
—Y tú una estúpida por pensar que Jeon pudiera estar con una chica tan fácil como tú, aunque, enamorado de tí no esté, de seguro te usa solo para tener sexo y nada más. —puntualicé con una sonrisa— Eres más fácil que la tabla del uno —ella me miraba furiosa, pero era verdad. Nadie quería estar cerca de Hye Na, aún no sabía cómo Namjoon había caído por ella.
—Eres una perra mal...
La interrumpí, no quería que insultara mi persona, es más, no dejaría que volviera a burlarse de mí nunca más y menos dentro de un juego donde yo acepte sus condiciones, participantes y premios. Por ello, me aseguraré de ser la ganadora.
—Me retiro, Hye Na. Suerte para la próxima —le guiñé el ojo izquierdo juguetona y me marché del lugar.
Estaba devastada.
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—¡Sunnie! —la voz de Jung Kook invadió mis oídos, ¿Ahora que quería? ¿Acaso no era suficiente la escenita de Hye Na?
—Me alegra verte fuera de esa prisión —solté sin dejar de caminar por el pasillo.
Por desgracia, mi prima decidió faltar a clases para salir con su Romeo y Seok Jin seguía revolcándose con una pelirroja que había conocido unos días atrás, es decir, hoy estaba sola con el imbécil más grande del mundo.
—¿Pensaste en mi propuesta? —rodé los ojos al escucharlo, ¿Era en serio? Respiré profundamente y sentí un fuerte agarre en mi muñeca, él detuvo mi pasó que era acelerado.
—¿En qué propuesta? —me hice la desentendida para salir rápido se la pronta situación incómoda.
—Ay, chica fresa... ¿Me estás respondiendo con otra pregunta? Es de mala educación —no entendía que iba a lograr él jugando con las dos. Ambas teníamos familia con dinero, estatus, hermanos y muchos lujos, pero ¿Dos fresas adineradas en su vida? ¿De verdad él quería eso?
Me zafé de su agarre y acomodé la falda de mi vestido rojo pegado en el torso y bajaba tipo campana hasta casi las rodillas, tal vez estaba un poco más alto de lo habitual, pero no me impidieron el paso.
—¿En serio? —pregunté con sarcasmo— No sabía. Idiota —le dí una mirada rápida antes de comenzar a andar, quería desaparecerme.
—¿Ahora que hice?
—¿Tú? Nada, eres un santo. —quería alzar la voz, pero era suficiente la humillación que me hacía casa cierto tiempo y más dentro de la universidad. La primera vez cuando intenté hablar con Jung Kook en el estacionamiento, de seguro varios estudiantes nos vieron— Un maldito ángel —solté con molestia, ¿Qué acaso no entendía que estaba molesta y qué quería que me dejara en paz?
—Yeon Sun, no entiendo. Tendrás que explicarme.
Detuve mi paso ante sus palabras, ¿Quería una explicación? Yo necesitaba muchas de ellas.
—Hye Na pagó tu fianza, no yo —le comenté, pero al ver su rostro, parecía que ya sabía la verdad o la realidad.
—Lo sé.
—¿No tienes nada que decirme? —alcé una ceja, mi rostro comenzaba a contraerse.
—No. Es decir, no estoy con ella, solo ella decidió hacerlo. Ni siquiera sé cómo se enteró, Yeon Sun. —me giré para verlo a la cara, aunque no tenía la valentía de hacerlo porque sus hermosos ojos avellanas me convencerían nuevamente— Créeme —suplicó acercándose a mí.
—No, no puedo creerte. —sus ojos estaban conectados a las míos. Nosotros teníamos algo más que química— ¿Cómo iba ella a saberlo? ¡No es pitonisa, Jeon! —me alteré, quizás un poco más de lo que debía.
—Cálmate, chica fresa —me pidió intentando acercarse a mí, pero empecé a retroceder a medida que él daba un paso hacia mí.
—No.
—Alejate de mí —le pedí, quería una orden de alejamiento en este momento.
—Sunnie, no te vas a molestar por eso, ¿O si? —amaba cuando me decía se aquella forma, salía tan sexy de su boca.
—¡No me llames así, soy Yeon Sun para tí! —grité, fijándome que Namjoon venía entrando al pasillo. Mierda, ya era hora de entrar a clases. Me alarmé al ver a Kim, pero Jung Kook tenía una idea mejor en mente.
Me tomó de la nuca con fuerza y estrelló mis labios contra los suyos, por inercia cerré los ojos y moví mis labios siguiendo los suyos. No sabía cuanto podría extrañar un beso, pero en este momento comprendí que también lo necesitaba, lo anhelaba, ¿Por qué besas tan jodidamente bien, Jeon Jung?
Voces comenzaron a hacerse presente haciendo que abriera los ojos abruptamente, los estudiantes empezaron a caminar por el inmenso pasillo que los llevaba a sus respectivos salones.
—¿Vieron? Im Yeon Sun y Jeon Jung Kook estaban besándose —un pelirrojo le comentó a otro chico que iba a su lado.
—¿Cómo podría ella besarse con un delincuente? —una rubia me miraba con desprecio y se burlaba de mi persona.
—¡Eres un imbécil! —golpeé el pecho de Jung Kook— ¡Me besaste frente a todos, idiota!, ¿Crees que estoy feliz? Estoy furiosa —le hice saber, pero él se veía confundido.
—Pensé que no íbamos a escondernos.
—¿Escondernos? No estamos en una relación —le aclaré antes de que se diera falsas esperanzas.
—A mí me parece que sí, ese beso dijo más que mil palabras —me recordó, pero ¿Cómo iba a negarme? Sus besos me encantaban.
—Namjoon, lo hiciste porque él pasó —lo acusé negando la cabeza. Él era más inteligente de lo que se veía.
—No, claro que no. —alzó una ceja molesto y se cruzó de brazos, ¿Qué pretendía con ello?— ¿Acaso vas a volver con él? Pierdes tu tiempo, sólo te usó para intentar conseguir sexo, Sunnie —tragué severamente saliva, ¿Por qué debía ser tan sincero y más en momentos como estos?
—Gracias por ser tan sincero, idiota —le sí la espalda y caminé en dirección contraria.
—No quise decir eso, Sunnie, en serio, yo no te usaría jamás.
Yo no lo quería escuchar, ya no más. Segundos más tardes, mi cuerpo estaba encima de su hombro, me cargaba como un costal de papas y acariciaba mis piernas a su antojo. Estaba expuesta.
—¡Suéltame, Jeon!
—No.
—Se me está levantando la falda y todos podrán ver mi trasero —y como si fuese el santo remedio, Jeon puso su mano en mi trasero para evitar que la falda del vestido se levantara aún más.
¡Volví, mis bebus!
Aquí nuevo capítulo, si tiene un error me avisan, de seguro se me pasó ☺️
Gracias por leer❤️
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