⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 34 ⟢
“ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴇs ᴠɪᴠɪʀ ᴇsᴘᴇʀᴀɴᴅᴏ ϙᴜᴇ ᴛᴇ ᴛʀᴀɪɢᴀɴ ғʟᴏʀᴇs. ᴛɪᴇɴᴇs ϙᴜᴇ ᴄᴜʟᴛɪᴠᴀʀ ᴛᴜ ᴘʀᴏᴘɪᴏ ᴊᴀʀᴅɪ́ɴ. ʏ ᴇsᴇ ᴊᴀʀᴅɪ́ɴ ᴇs ᴛᴜ ᴀʟᴍᴀ”.
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⟡ J. Jung kook ⟡
¿Tener sentimientos por una chica fresa era lo correcto? ¿Sólo una equivocación? ¿Otro error? Sea cual sea la respuesta a esas preguntas no me arrepentía de sentir este revoltijo de insectos en mi interior, pero ¿Qué eran? Sentir mariposas sólo le pasaba a las chicas, claramente, yo sentía algo más grande que eso... Era indescriptible, pero me gustaba al fin y al cabo.
Había pasado una semana y mis ganas de estar con ella, verla sonreír y analizarme con aquellos ojos tan hermosos, invadía mi cuerpo por completo. Terminé la jornada de trabajo que tenía en el club más temprano que de costumbre y subí a mi bebé para ir a toda velocidad, quería verla y lastimosamente, se sentía como una necesidad... Me traía tanta paz mental que... Ya empezaba a delirar, ¿Qué demonios era esto? No dejaba de hacerme preguntas como un idiota... Porque ni siquiera sabía las respuestas.
Bajé de mi motocicleta y saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón negro, iba a llamarla para que se asomara y me diera el permiso de subir hasta su ventana, no lo haría sin su permiso esta vez, quería que todo marchara con un buen pie. Uno, dos, tres, cuatro... quince intentos y nada que contestaba ¿No estaba en casa? Debía asegurarme.
Analicé el panorama, no había cámaras de seguridad o aún no sabía de ellas, comencé a escalar un árbol y me las ingenie para dar con el balcón que estaba delante de su ventana, para mi suerte tenía las cortinas abiertas, sería más fácil para mi llamar su atención sin asustarla, pero lo que ví dentro me dejó sin palabras.
¿Qué demonios estaba viendo? ¿Por qué ellos estaban haciendo eso? ¿Por qué me sentía mal de todos modos? Nosotros no éramos nada.
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—¿Jeon? —YoonGi preguntó con voz adormilada. Mi mejor amigo siempre dormía más que la gente promedio o estaría de mal humor todo el día— ¿Por qué me jodes a esta hora de la madrugada? —Bajé de mi motocicleta sin despegarme el teléfono celular del oído.
—Estoy frente a tu casa —Me acerqué a la entrada de su casa, era pequeña con vallas rodeándola para dividir el terreno con el de su vecino, pero era cómoda.
—No me jodas, Jeon —Le escuché maldecir por lo bajo.
—Te espero —Me quedé quieto, esperando escuchar algún sonido proveniente del interior o me quedaría afuera parte de la noche.
—Jodete —Tan amable como siempre.
Ruidos en el interior me indicaron que se había levantado de su cama y se aproximaba a abrirme la puerta. Yo agradecía en el fondo todo el esfuerzo que YoonGi hacía por mí, incluyendo el despegarse de su cama para hablar conmigo, aunque realmente él no lo quiera.
—Última vez que te abro la puerta, ¡No estás borracho! ¿Qué haces aquí? —Abrió la puerta con suficiente fuerza como para que el golpe resonara en toda la casa.
—¿Puedo pasar? —Pregunté mostrándome calmado, pero quería golpear una pared hasta que mis nudillos comenzaran a sangrar.
—¿Por qué debería dejarte entrar? —Se cruzó de brazos esperando una explicación.
—Porque eres mi mejor amigo y no sé con quién más hablar.
—Pasa —Me dió acceso tanto con sus palabras como con sus acciones, mostrándome con sus brazos y manos el camino hasta su sala de estar.
Entré y me acomodé en uno de los muebles que estaban cerca de la entrada. Todo estaba igual a como la recordaba, tenía unos meses sin venir a su casa, había estado tan ocupado trabajando que había olvidado por un instante lo que se sentía compartir con personas que quieres fuera del trabajo o tu propia casa.
—Se trata de Yeon Sun —Solté sin esperar a que el me interrogara como de costumbre.
—Debe ser una broma —Rió por lo bajo YoonGi.
—No, no lo es —Soné serio, más de lo que quisiera aparentar.
—¿Y que tiene que ver ella en todo esto? ¿Te quitó el sueño o las ganas de vivir? —Se burló, aquella sonrisa no quería desaparecer de su rostro y lo comprendía, yo mismo negaba internamente lo que sentía.
—Tú deberías entenderme mejor sobre lo que hablo. Tú estás en una relación con Seoyeon desde hace un tiempo, ¿Cómo no puedes comprender a simple vista lo que pasa? —No quería aceptar que Yeon Sun me gustaba o por lo menos no a los cuatro vientos. Su cara se contrajo y me miró algo confundido.
—Jeon, desde tu ex-novia te has encerrado en una burbuja que no me dejas reventar, ¿Cómo se supone que sepa lo que te ha pasado? —Buen punto. No sé llevar una relación, ni siquiera puedo organizar una primera cita sin ayuda de otra persona.
—Fui a ver a Yeon Sun.
—¿Y eso que tiene de malo? —Se sentó a mi lado, estaba impresionado por mis palabras que salían fluidas de mi boca.
—Estaba con otro hombre en su cama.
—¿Y eso que te debe de importar? —Dolía y no sabía porqué, ¡Claro que me debía importar!
—Yo realmente... —Callé por unos segundos, desviando el tema del porque me sentía extraño al recordar la escena— No esperaba verla con su mejor amigo, por lo menos no así —Confesé, pero YoonGi cada vez entendía menos la situación.
—No tiene nada de malo, como si hubiese pasado algo peor entre ellos dos —Alzó los hombros sin importancia.
—Claro que pasó algo peor —Confirmé, porque lo había visto con mis propios ojos.
—¿Te masturbaste en su balcón pensando en ella?
—¡No, idiota! —No era divertido lo que sentía adentro, pareciera que me acuchillaran lentamente con un bisturí o un cuchillo.
—Más respeto niño, si no quieres que aumente tus días de trabajo —Amenazó con uno de sus dedos, el índice no dejaba de apuntarme.
Bufé, el viejo YoonGi cascarrabias y gruñón había vuelto a su cuerpo, aquella sonrisa incrédula había desaparecido al ver mi rostro y la reacción de mi cuerpo al contar los sucesos.
—Estaban muy acurrucados, apostaba que le estaba restregando la polla —Estaba seguro de lo que había visto y esa escena no era para nada decente.
—¿Qué eso no lo hacen los mejores amigos? Digo, lo de dormir juntos luego de ver una película, posiblemente es lo que hayan hecho —Intentó calmarme, pero era inútil, me sentía traicionado.
—No y mucho menos si él le trae ganas a ella, es decir, podía verlo en su cara.
—Estás exagerando.
—No, no lo hago. —Negué ante la escena que se repetía en mi cabeza— Sé lo que ví, YoonGi.
—Te gusta —Confirmó llevándose la mano derecha a su barbilla, como si hubiese tenido la razón todo este tiempo.
—¿Qué?
—Que realmente Yeon Sun te gusta.
—Calla esa boca de anciano —Sabía que no había sido mentira la confesión que le había hecho a la chica fresa.
—¿Sabes? Es lindo ver que te gusta alguien. —Rodé los ojos. Él no me dejaría en paz después de esto— Te subiré el sueldo para que la lleves a cenar y así no descuidas a tu familia —YoonGi siempre intentaba salvarme de todos los apuros que tenía en mi vida, pero esta guerra la ganaría solo.
—No, YoonGi, así estoy bien. No necesito que resuelvas mis problemas, yo puedo invitarla con los trabajos que tengo —Le aseguré, pero ¿Sería suficiente? Ella era una niña rica, ¿Que podía ofrecerle yo? ¿Una vida decente?
—Te subiré el sueldo de todos modos.
—YoonGi —Reproché negando y afirmando que podía con ello.
—Luego me lo agradecerás, niño. Sólo invita a la hermosa mujer a cenar a un lindo restaurante.
—Eres mi idiota favorito, ¿Sabías? —Sonreí tontamente, no parecía la misma persona de siempre.
—Realmente, soy el único que tiene el valor de hablar contigo y tú mejor amigo.
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Las sirenas de los autos de los policías invadieron mis oídos, a penas me había despedido de YoonGi comenzaron a llegar aquellas patrullas a invadir propiedad privada, ¿Qué hacían ellos aquí?
—Jeon Jung Kook, queda bajo arresto por conducir una motocicleta robada, por poseer sustancias ilegales y por el hurto del Hope bar. —Soltó el más alto de ellos luego de abandonar sus patrullas— Ponga las manos arriba. —Me apuntaban con armas de fuego y me trataban como a cualquier criminal. YoonGi me miraba esperando alguna explicación, pero ni yo mismo la tenía.
—¿Qué es esto, Jung Kook? ¿Crees que Hoseok tenga algo que ver con esto? —YoonGi se veía preocupado— Te sacaré de esto, niño —Sonaba a promesa o esperanza, esa que no me dió mi papá al abandonarnos.
—¡Permanezcan callados o todo lo que digan puede ser usado en contra del señor Jeon! —Gritó el oficial que se acercaba a mi con sigilo.
Yo realmente estaba jodido.
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