⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 30 ⟢
“ᴇʟ ᴛɪᴇᴍᴘᴏ ɴᴏ ᴅᴜᴇʀᴍᴇ ʟᴏs ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴅᴏʟᴏʀᴇs, ᴘᴇʀᴏ sɪ́ ʟᴏs ᴀᴅᴏʀᴍᴇᴄᴇ.”
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⟡ Im Yeon Sun ⟡
El molesto despertador de mi teléfono celular sonaba sin parar, ¿Por qué suena tan constante cerca de mí oído? Abrí un solo ojo para que la luz que entraba por mi ventana no lastimara al otro, asegurándome que había detenido la alarma. Maldición, ¿Cuántas veces había sonado la alarma? Y peor aún, ¿Por qué no la escuché a la primera? Me levanté de la cama corriendo hacia el baño, como si flash se hubiese apoderado de mi cuerpo, pero antes de cerrar la puerta ví un cuerpo en mi cama, ¿Que hacía aún en mi cama, sólo en ropa interior y profundamente dormido?
Se veía hermoso.
¿Qué pensamientos eran esos? Eran escasos en mi vocabulario y en mi pensar. En ese mismo instante, las imágenes de anoche se reprodujeron en mi cabeza y sin querer, ya tenía un sonrojo intenso en mi rostro.
—Sunnie, hija. Es hora de levantarse —Mi padre habló dulcemente detrás de la puerta de mi habitación.
Tenía muchas emociones encima como para saber que responder. Mi padre podría entrar por la puerta y notar la presencia de Jung Kook acostado, sin ropa puesta y podría malinterpretar la situación, arruinando nuestro día por completo.
—Hija. —Volvió a tocar la puerta mi padre como siempre hacia por las mañanas— Necesito saber si estás despierta —Su voz era muy ronca por las mañanas y sonaba más tranquilo que de costumbre, no quería arruinar eso.
—Sí, papá, ya te oí... No te preocupes por mí, bajaré antes de lo que esperas —Contesté sin retirar mi vista del cuerpo de Jung Kook.
—Recuerda que los domingos desayunamos todos en la mesa... Es la tradición —Recordó con paciencia, él tal vez pensaba que aún estaba dormida y por ello me lo recordaba.
Mierda y más mierda.
—¡Papá, yo no me siento bien hoy! —Grité histéricamente mirando la puerta con cierta inquietud— Le puedes decir a Seoyeon que me suba el desayuno, por favor —Necesitaba otras ideas para poder sacar a Jung Kook por la puerta sin que nadie lo viera.
—¿Ella no duerme contigo?
Maldición, a todas estas ¿Dónde estaba mi prima? ¿Acaso fue a dormir a la casa de Yoongi? Y peor aún, yo acababa de revelar que su persona no estaba en mi habitación.
—Sí, pero ella salió a comprarme unas cosas... Para tu sabes... Aquellos días rojos —La mejor excusa que había inventado en años había aparecido de repente en mi cabeza y solo rezaba para que me creyera.
—Entiendo. Jaewoo te subirá el desayuno.
Respiré profundamente, Jaewoo no me expondría sabiendo que papá podría molestarse mucho conmigo.
—Gracias, papá.
Jung Kook se agitó un poco en la cama, en mi cama y se volvió a dormir boca abajo, prácticamente ignorando el panorama que pasaba justo en frente de él. Agradecí profundamente el hecho de que mi padre me hubiese creído y sobre todo, que Jung Kook estuviese dormido, podría aprovechar para bañarme, asearme y ponerme ropa decente.
Cerré la puerta de mi baño y me desvestí como de costumbre, abrí la llave de agua fría y metí mi cuerpo debajo de ese gran chorro de agua. Luego me lavé el cabello, ya había perdido sus ondas naturales y caía liso por mi espalda, me apliqué el enjuague y luego salí secando mi cuerpo en el proceso.
Mirándome en el espejo me dí cuenta que tenía un hematoma violáceo en el lado izquierdo de mi cuello y no podía creerlo, era la primera vez que algún hombre me hacía uno. Lo toqué por curiosidad y al sentir mis dedos en el dolió un poco.
Cada vez te odio más, Jung Kook.
Busqué maquillaje en el mueble debajo del lavamanos y tapé el chupón que me había hecho en un momento de calentura. Al terminar salí y lo encontré en el mismo sitio, posición y hasta con la sábana fuera de su cuerpo, dejándolo más expuesto que antes.
—Jung Kook, es hora de despertar, casi mi padre nos descubre —No hubo respuesta de su parte.
Me acerque a él para mecerlo desde los hombros, quizás y así se despertaba.
—Cinco minutos más, mamá—Pidió atontado.
—No, Jung Kook, es hora de levantarse o te tiraré agua fría encima —Intenté usar voz de mando.
Su cuerpo indefenso sobre mi cama, su carita preciosa en ella y su blanquecina piel me daban ternura, sólo eso.
Advertirle sobre lo que haría fue más que suficiente para que casi saltara de mi cama y saliera por la ventana. No pude contener una carcajada, era gracioso ver su rostro confundido y recién levantando.
—Puedes usar mi baño, si quieres claro —Le ofrecí, pero su semblante serio me miró con indiferencia.
Se levantó sin decir ninguna palabra, frotó sus ojos con sus puños mientras caminaba hacia el baño, ¿Cómo le hacía para verse tan jodidamente bueno por las mañanas? Es decir, era Jung Kook, el chico que debía enamorar para ganar la apuesta.
Busqué algo decente que ponerme en mi armario, que Jung Kook me viera en un pijama de fresas no ayudaba y ya podía entender su ánimo, no le gustaban las chicas fresas.
En el momento en el que terminé de ponerme un short negro y un suéter rosado arriba, Jung Kook salió del baño vestido, ¿En qué momento se había llevado su ropa para cambiarse?
—Buenos días —Bostezó en el proceso, su cabello estaba desordenado.
—Buenos días —Sonreí sin dejar de verlo, ¿Por qué se había puesto la ropa? Es decir, era una desgracia.
Golpes en la puerta se hicieron presentes, no iba a alarmarme porque sabía que era mi hermano pequeño el que me había traído el desayuno.
—Sunnie, voy a pasar. Te traigo el desayuno y un chocolate para el dolor de vientre —Sonreí dulcemente, mi hermano era más que mi vida y el que me tratara como lo más importante de la suya, me llenaba el alma.
—¿Tienes el periodo? —Susurró Jung Kook frente a mí y mis mejillas se tiñeron de mil tonos de rojos.
—N-No. Sólo no digas nada. —Lo señalé con el dedo índice, advirtiendole que no saldría vivo si decía algo fuera de lugar frente a mi hermano— Puedes pasar, Jae.
La puerta se abrió y mi hermano entró con una bandeja de comida a mi habitación junto a un bote de nutella, su rostro animado cambió al ver a Jung Kook prácticamente detrás de mí.
—¿Jung Kook? —Preguntó mi hermano confundido después de cerrar la puerta detrás de él.
—Hola, pequeño —Jeon lo saludo animado.
—¿Qué hace aquí Jung Kook, Sunnie? —Mi hermano parecía el típico hermanito celoso y que posiblemente, le dedicaría miradas de muerte a hombres que intenten tener algo conmigo, pero este no era el caso, a él le caía muy bien Jung Kook, solo estaba sorprendido por verlo en mi habitación y sin permiso.
—Jung Kook... Está aquí porque...
—Me caí anoche y tú hermosa hermana me ayudó a curarme, ¿Verdad que es toda una heroína? —Jung kook me interrumpió acercándose a mí peligrosamente, me abrazo por detrás.
Mi hermano estaba más sorprendido que antes, la actitud linda de Jung Kook no era creíble.
—Ella es mi heroína —Jaewoo me miró y sin dudarlo dejó la comida en la mesita de noche solo para abrazar fuertemente.
Me sentía el relleno de una galleta de Oreo, pero de vainilla.
—Tu papá no sabe que estoy aquí, por favor mantengamos esto en secreto, ¿De acuerdo, Jaewoo? —Jung Kook acarició la cabeza de mi pequeño y sentía algo muy cálido dentro de mí.
Jaewoo asintió con su cabeza y decidió dejarnos para que ambos pudiéramos desayunar tranquilamente. Invité a Jeon a sentarse en mi cama y a ponerse cómodo frente a mí. Todo lo que estaba pasando parecía irreal.
—Aquí tienes —Le entregué un panecillo relleno de jamón y queso que me había traído mi hermano.
—Gracias.
Empezamos a comer en silencio, hoy estaba inusualmente descordinada. Todo me ponía nerviosa y con los pelos de punta.
—Duermes muy lindo —Dije torpemente, ¿Alguna vez pienso antes de hablar?
Tonta, tonta.
Jung Kook comenzó a reír, era algo escandaloso, pero amaba que riera, su risa y su sonrisa podrían hacer que olvidara por minutos mis preocupaciones.
—Tú también, chica fresa —Admitió terminando de reír y tomando un poco del jugo de naranja que le había ofrecido.
—¿Cómo sabes eso?
—Me desperté en la noche para saber dónde estabas y dormías a mi lado. Simplemente, quedé sorprendido —Explicó con tranquilidad y cero nerviosismo, pero mi pulso estaba a mil.
—¿Esperabas que te hechara luego de haberte curado?
—¿Sinceramente? —No esperó siquiera que yo le contestara— Sí. Si yo hubiese sabido que no te molestaba dormir conmigo, te hubiese llevado a mi casa ese día después de la fiesta
—Eso sonó muy mal, no soy una cualquiera —Me defendí. No era la típica chica que llevabas a tu casa luego de que la fiesta se terminara.
—Eso no fue lo que quise decir, solo quería que llegaras a casa segura por las mañana y no sola, ¿Entiendes? —Intentó explicar, pero solo me hacía recordar que me había dejado sola a mitad de la noche.
—Sin embargo, llegué sola y bien, pero no gracias a tí —Le recalqué sin dejar de comer el contenido de la nutella.
—Lo siento, sabes que lo siento muchísimo.
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Holaaaaa! Lamento haber tardado tanto... Intentaré actualizar todas mis historias porque sé que las están esperando.
Gracias por la espera❤️
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