⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 27 ⟢
ɴᴏ ᴇs ᴛᴜ sᴏɴʀɪsᴀ ʟᴏ ϙᴜᴇ ᴍᴇ ᴠᴜᴇʟᴠᴇ ʟᴏᴄᴏ, ᴇs ᴇʟ ʜᴇᴄʜᴏ ᴅᴇ sᴀʙᴇʀ ϙᴜᴇ sᴏɴʀɪ́ᴇs ᴘᴏʀ ᴍɪ́.
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⟡ Im Yeon Sun ⟡
—Ahora he terminado —Anunció mi prima recorriendo el pincel largo por mi nariz como retoque final.
¿En qué momento había aceptado toda esta locura? No estaba de ánimos para asistir a una fiesta y menos una en mi honor, era hipócrita de mi parte, pero ya había aceptado para complacer a mi familia, ya que ellos tenían la ilusión de hacer una con mi permiso o sin el.
Mis ojos se abrieron de golpe
para satisfacer a Seoyeon que estaba muy emocionada y me miraba muy expectante. Me levanté y me dirigí a mi espejo de cuerpo entero que tenía en un rincón de mi habitación, era nuevo y con bordes rosado metalizado, Seo me repetía miles de veces que las mujeres necesitaban uno para verse el cuerpo entero por distintos ángulos y casi me obligó a comprarlo; me miré en el espejo y fue inevitable ver el gran progreso que había tenido mi prima con el tema del maquillaje.
—Wow, Seo —Susurré expresando mi asombro con los ojos brillando de la felicidad al ver a la chica que me miraba a través del espejo.
—Te ves realmente hermosa, Yeonnie. —Ella apareció radiante detrás de mí y me sonrió ampliamente a través del espejo— Toda una princesa.
No podía evitar emocionarme, mi vestido era corte de princesa rosado muy acampanado y con muchas capas de tela, lo acompañaba con unos tacones de aguja dorados y accesorios del mismo color, pero el broche de oro era el increíble maquillaje que tenía gracias a mi prima.
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—Bienvenidos —Le guiñé el ojo izquierdo a mis hermanos, habían llegado una hora tarde al salón de fiestas que había alquilado mi papá en uno de los mejores hoteles de Seúl.
—¡Estas hermosa, Sunnie! ¡Mi hermana es la más bella de todo el planeta! —Jaewoo estaba emocionado y su traje negro le quedaba de infarto, ¿Ese realmente era un Im? Era muy guapo.
—Gracias, mi pequeñín —Extendí mis brazos para que viniera a abrazarme, ¿Acaso pensaba que podía quedarse ahí parado sin darme un abrazo? Me hacía falta millones de esos.
—¿Y tú pensabas faltar? —Alcé la ceja al ver a JaeBum, tenía mal puesta la corbata y no reír, honestamente, no estaba en mis planes— Jae, deberías acercarte un poco para ayudarte —Le señalé con la mirada hacia su cuello y él sin comprender se acercó a mí.
—Pensaba ser tu chef personal en casa y esperarte en ella cuando te aburrieras, pero preferí venir a criticar al chef que servirá esta noche, SunSun —Alzó los hombros sin importancia. Él jamás faltaría a un evento importante para la familia.
—Claro. —Respondí con sarcasmo— Ahora estás listo, señor descuidado —Terminé el nudo de su corbata y besé su mejilla, despidiéndome para seguir saludando a los invitados, la mayoría de los estudiantes de mi universidad estaban aquí.
—Es parte de mi encanto.
Seguí saludando a cada chico o chica que llegara a cruzar por esa puerta con una sonrisa, pero algo en mi comenzó a entristecerse, ¿Jung Kook podría aparecerse en mi fiesta? Era una pregunta estúpida, no lo había invitado y él no mantenía ninguna conversación con algún estudiante de la universidad como para saber en donde sería la fiesta.
Eres tan ilusa, Yeon Sun.
—Feliz cumpleaños —Alguien me
susurró al oído, deslizando sus
brazos alrededor de mi cintura.
—Seok Jin, pensé que no vendrías, ¿Por dónde entraste? —Le dediqué una sonrisa y no dudé en abrazarlo.
—Por la de servicio, quería darte una sorpresa, pero supongo que esperabas a alguien más. —Lo último lo había susurrado, ¿En serio podía leerme la mente?
—Sigo intrigada... Quiero saber cómo puedes leerme la mente, porque es increíble —Él notó el asombro en mi voz, porque claro él sabía que esperaba a Jung Kook, pero si nadie lo había invitado él no se molestaría en venir, solo le importaba él mismo.
—Eres mi mejor amiga, Sunnie, ¿Cómo crees que no sabría que extrañas al imbécil? Te dije que saldrías lastimada.
—Estamos en mi fiesta de cumpleaños, no en un citatorio dónde puedes regañarme todo lo que quieras. —Alcé una ceja advirtiéndole, no quería saber nada de lo estúpida que fui al pensar que tenía el mundo a mis pies— Pero sí, tenías razón, fui una tonta.
—¡Feliz cumpleaños, chica fresa! —Yoongi gritó de repente detrás de
Jin sorprendiendome por completo, ¿Cómo se le ocurre asustarme de tal forma?
Le di las gracias y se echó a reír con fuerza, ¿Desde cuándo había confianza para llamarme de esa forma? A veces era todo tan confuso.
Seok Jin miró confundido la escena.
—¿Quién era ese hombre? —Me preguntó alzando una ceja sospechosamente.
—Es amigo de Jungkook —Le respondí sin rodeos, aunque quería evitar decir ese nombre en voz alta, no fue posible, olvidé que Yoongi vendría, el enamorado de mi prima.
—Y parece que quiere ser algo
más con Seo —Señaló con
el mentón a los dos bailando
juntos.
—Lo son. —Admití tomándolo por sorpresa— Tu oportunidad con ella ya pasó —Bromeé.
—Nunca hubo una, ni siquiera atracción —Negó con su cabeza sin dejar de verlos en la pista de baile.
—¿Y lo que está vistiendo? Parece que han salido del armario de su abuelo —Comentó libremente, ¿Acaso estaba celoso?
—Si supieras. No todo el mundo lleva traje a fiestas de adolescentes —Quería sonar poco amargada, pero soné peor que eso mirando hacia abajo a su traje azul marino... Hay gente que podría decir lo mismo de Jung Kook y no enfadarme sería un delito.
—No te pongas a la
defensiva, gatita. Estaba diciendo
que no se parecen a la clase
de gente con la que tú prima se asociaría —Él levantó las manos como si le estuviera apuntando con algún arma.
—Lo sé, pero también sé que dicen lo mismo de Jung Kook detrás de mi espalda, Seok Jin.
—No debería importarte, porque a él tampoco le importa.
Touché.
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—Gracias por venir —Le agradecía a cada uno de los invitados por sus regalos y asistencia a mi fiesta, aunque no había sido la más grande fue una de las mejores.
Logré relajarme y olvidarme de todo por unas horas.
—Sunnie, fue una buena fiesta —La voz de Namjoon me congeló, ¿Qué hacía él aquí?
—Namjoon, nadie te invitó —Secamente respondí sin mirarlo a la cara, ¿Que se creía? ¿Un superhéroe?
—Lo sé, pero quería sorprenderte —Intentó acercarse, pero mi instinto fue más rápido que él y retrocedí negando con la cabeza.
Él no volvería a tocarme, ni lastimarme.
—No deseo verte —Escupí con rabia y sin remordimiento.
—Tengo en mente hacerte cambiar de opinión y que olvides a Jeon —Rodé los ojos ante sus palabras. Era absurdo, yo no volvería con alguien que me había puesto los cuernos.
—Claro, cuando los humanos comencemos a volar, cambiaré de opinión —Le aseguré.
—¿Tan poca fé me tienes?
—Debo irme —Le dediqué una sonrisa antes de desaparecer de su vista y perderme en el ascensor que me llevaba al estacionamiento.
Estaba destrozada, herida, me sentía de la peor forma, no había nada ni nadie que pudiera quitarme el sufrimiento que llevaba dentro, ¿Cómo le hacía para sacar a una persona de mi cabeza? Cada vez podía afectarme más y más, no tenía escapatoria, ni un final.
Era insufrible.
Subí al auto después de caminar hacia a él y me puse el cinturón de seguridad, posiblemente conduciría a casa y me dormiría enseguida, no tenía más que celebrar.
—¿Me extrañaste?
—¡Con un demonio! —Grité asustada mirando el retrovisor de mi auto— ¡Jung Kook! —¿Que hacía el imbécil en mi auto?
—El mismo —Con una sonrisa respondió.
Vestía de traje, era negro y muy extraño todo lo que veía, ¿Jeon con corbata? Posiblemente me lo este imaginando, claro, eso debía ser porque él no estaba en mi auto y no era real.
—Sí, soy muy real, Sunnie.
—No, no, no. Tu dejaste en claro que no me querías en tu vida y que no te importaba, ¿Que haces aquí? —Me miró ofendido ante mi pregunta— No me mire así.
—No te estoy mirando de ninguna forma... —Sus manos fueron a su cuello para aflojar la corbata negra que tenía puesta junto a su camisa blanca— ¿Creías que faltaría a tu cumpleaños? —Su pregunta fuera de lugar me dejó en el aire, ¿Quién era él?
—Eres un imbécil —Solté quitándome el cinturón de seguridad, era incómodo seguir viéndolo por el retrovisor.
—Gracias, pero antes de que me sigas insultando... Feliz cumpleaños, Sunnie —Dijo con cierta alegría.
—¿Eso es todo? —Alcé una ceja, quería acabar con esto— Gracias, ya puedes retirarte ahora —Señalé hacia la puerta de mi auto y le quité los seguros después.
—¿No quieres abrir ahora tu regalo de cumpleaños? —Giré mi cuerpo en su dirección confundida, ¿Me había traído un regalo?
—¿De qué hablas?
—Toma, Yeon Sun —Su sonrisa orgullosa me ponía nerviosa, ¿Qué tramaba el imbécil?
Tomé el gran cuadrado que me están entregando envuelto en periódico, ¿Acaso creía que iba a ocultar lo que era? Sabía que era un cuadro que de seguro le había costado unos pocos dólares y que posiblemente había comprado en una subasta, ¿Acaso no pudo pensar en algo mejor? Eso lo podría haber hecho cualquiera.
—Gracias, no te hubieras molestado —No sabía que hacer con el cuadro.
—Ábrelo —Me pidió amablemente y negarme sería entrar en un juego sin fin.
Le quité la envoltura rápidamente y me sorprendí al ver que era.
El cuadro más bello que había visto en mi vida.
—¿Soy yo? —Estaba más que sorprendida, es decir, ¿A quien le había pagado para hacer un retrato mío a color?
—Eres tú —Respondió simple.
—¿Qué es esto?
—Tu regalo de cumpleaños —Me repitió.
—¿Lo compraste? —Él negó levemente— ¿Lo hiciste para mí? —Asintió orgulloso, podía verlo en su rostro.
—¿Creías que estaba en artes por gusto?
—Es hermoso.
—Dale la vuelta.
«Lamento ser el imbécil que haya dicho esas palabras, Yeon Sun. Claro que me importas, más de lo que quiero admitir y sentir. No te pido que me perdones, pero que sí aceptes este regalo que hice con tanta dedicación para tí. Soy muy malo pidiendo perdón y más para aceptar lo que realmente me pasa.
Perdóname.
Para: Chica fresa.
De: Jeon Jung Kook»
—¿Te gustó? —Me preguntó con voz esperanzada.
—¡Jungkook, es... es increíble!, ¡Me encanta! —Grité y lo abracé como pude, casi pasandome al asiento trasero— Es el mejor regalo que he recibido en todo mi vida —Le confesé con felicidad.
Sin duda esto había mejorado definitivamente mi estado de ánimo.
—¿En serio? —Levantó las cejas estupefacto.
—Sí, nadie había hecho algo tan especial para mí.. No puedo creer que hayas hecho un buen retrato de mí, es decir, parezco perfecta —Cada trazo era hermoso, los colores eran perfectos... Jeon Jung Kook tenía un corazón.
Se encogió de hombros con modestia.
—Me alegro de que te haya gustado. —El sonrió hacia mí, otra vez su risa sincera y verdadera— La obra no es perfecta, pero tú si lo eres.
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¡Holaaaaa! ¿Qué les pareció este capítulo?
Gracias por leer ❤️
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