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⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 19 ⟢


Lᴀ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴇs ᴇʟ ʟᴀᴅʀᴏ́ɴ ᴅᴇ ʟᴀ ғᴇʟɪᴄɪᴅᴀᴅ.

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Im Yeon Sun

     —Quiero las llaves de tu auto ahora. —Mi padre extendió su mano en mi dirección, ¿Acaso había hecho algo mal?— Estás castigada hasta nuevo aviso, Yeon Sun.

      No podía creerlo, papá no me castigaba desde hace años.

      —Papá, debes escucharme —Le pedí con la voz a punto de quebrarse en miles de pedazos.

     —Las quiero ya, Yeon Sun —Alzó una ceja con desespero, como si fuese a huir por lo que acababa de decirme.

     —No creo que sea necesario, papá —Apoyó mi hermano, mientras la atenta mirada de mi prima examinaba todo el panorama.

     —Cállate, Jae Bum, ¿O quisieras ser el siguiente en darme las llaves de tu auto? —Mi hermano retrocedió al escuchar las palabras amenazantes de mi padre y no tuvo más remedio que abandonar la habitación, llevándose a mi prima con él.

     —Papá, jamás he deseado tanto volver a casa, ¿Por qué crees que haría lo mismo que mamá? —Pregunté con un dolor punzante en el pecho, ¿Qué no fue suficiente sufrir por el abandono del ser que me había traído al mundo?

     —Porque tienes su sangre y además, eres mujer. No me extrañaría que te fueras con cualquier chico que esté dispuesto a darte todo, sólo por un pequeño precio —Soltó sin dejar el contacto visual, sus palabras salían sinceras y duras.

     Quería correr y olvidar las palabras que había dicho, yo era su hija ¿Qué eso no vale para creer en mí, en mis palabras y en mis acciones?

     —¿Acaso no conoces a tu hija? ¿Crees que tendría sexo con cualquier hombre? —Lo miré a los ojos, buscando una explicación y a la vez, sentí una punzada en mi corazón.

     —Dame las llaves, Yeon Sun —Extendió su mano nuevamente hacia mí, esperando que las llaves junto a mi llavero fuera depositado en su mano.

     —¡Responde, papá! —Me exalté pidiendo una respuesta.

     —¡Sí, de seguro serás igual de prostituta que tu madre! —Sus palabras fueron directo hacia mi corazón, haciéndolo añicos.

     —Toma tus llaves, no las necesito —Mi mano se posicionó encima de la suya y la abrí, dejando caer mis llaves en su mano.

     —Hija, yo...

     —Lo siento por no ser la mujer que creías que era, por decepcionarte y no ser la prostituta que piensas que soy —Jamás bajé la mirada, caminé a su lado con el corazón en la boca y mis lágrimas acumulándose en mis ojos.

     Estaba destruída.

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      Lunes y el peor día de la semana.

     Cabizbaja salí de clases, Jae Bum me había traído a la universidad en su auto y pronto vendría por mí, como si de un transporte o guardaespaldas se tratara, era molesto. No pude dormir en toda la noche, las lágrimas sólo me acompañaban y caían en mi almohada sin parar, ni hablar de mi llanto, era incesante.

     Casi me ahogaba entre mis lágrimas.

     —Yo no soy igual a ella. —Dije en voz baja, tropezando un fornido cuerpo, como si no fuese suficiente con el pésimo día que tenía— Lo siento.

     Ni me había dado cuenta que Jeon Jung Kook estaba en frente de mí, hoy no me importaba, sólo quería salir corriendo y olvidar todo de una vez por todas.

     —¿Qué tienes, chica fresa? —Expresó el castaño con una ceja alzada.

     Era la primera vez que Jeon me hablaba en la universidad sin ignorarme o hacer como si mi existencia fuera la más detestable de todas, y era extraño, todos rogaban un poco de mi atención, pero Jeon sólo pasaba por mi lado asqueado, como si tuviese una enfermedad mortal y contagiosa.

     —Quiero escapar y estar fuera de mi casa, no soporto lo que me está pasando —Solté como si Jeon tuviese ganas de escuchar como mi vida se venía abajo, sólo por intentar enamorarlo.

     Maldita apuesta.

     —¿Y tu auto? —Jung Kook miró hacia el estacionamiento, buscando mi auto, aquel Audi plateado que se encontraba en la cochera de mi casa.

     —Me lo quitaron, ¿Por qué preguntas? —Alcé una ceja, observando como se alejaba de mi lado.

     Llegó a su motocicleta y ni siquiera se inmutó en despedirse, tampoco sabía porque me sentía mal, si ya sabía cómo era Jung Kook y las cosas que hacía sólo para escapar. Encendió su moto y se subió a ella, arreglando al mismo tiempo su chaqueta de cuero que jamás faltaba en su vestimenta.

     —Sube —Pidió acomodándose para que me sentara detrás de él.

     —Estás loco —Negué con la cabeza.

     Aparte de aquella noche, jamás había ido a un lugar sola con Jung Kook y menos a dónde él sólo sabía el camino, ¿Y si iba a asesinarme por acoso?

     —Yeon Sun, será la última vez que te lo diga. Sube a mi moto, ahora —Dijo de nuevo, usando el mismo tono de antes.

     Hice lo que me había pedido, alzando una pierna para pasarla por encima del asiento de la motocicleta, acomodando mi trasero y sosteniendome del cuerpo de Jung Kook, estaba muy cómoda y pensamientos no dejaban de revolotear en mi mente.

     Nunca había estado tan cerca de Jung Kook.

     —¿Estás lista? —Sus manos estaban en mis piernas cubiertas por los Jeans negros y sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, perdiéndome en su toque y sus manos que daban leves masajes.

     —¡Yeon Sun! —Escuché mi nombre desconcertandome un poco, intentando detener mis acciones, pero sólo lo ignore.

     Me vas a perdonar, hermano.

     —Sí, llévame contigo.

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     —¿En dónde estamos? —Miré desconcertada la cadena de habitaciones separadas en la gran extensión del terreno.

     —Me dijiste que querías estar fuera de tu casa —Explicó Jung Kook apagando el motor de su moto, dejandola en el estacionamiento.

     Bajé primero de la motocicleta y miré a mi alrededor, buscando el nombre de donde nos encontrábamos y resaltó “Tropical Motel” de un gran cartel cerca de la vigilancia.

     —¿Y me trajiste a un motel? —Iba a cabrearme, Jeon sólo quería follarme en un motel, ¿Por qué había confiado en él?

     —Sí.

     No se inmutó y comenzó a caminar hacia un tipo de casa de dos pisos. Ese establecimiento tan lindo de color amarillo y sus tantas ventanas se hacía más presente en mis retinas, mientras caminábamos hacia el.

     —Pero Jung Kook, ¡Yo no quiero tener sexo contigo! —Frené mi andar, aunque fuera la habitación más hermosa de todas, no tendría sexo con él.

     —Yo tampoco, se nota que eres bien mojigata —Soltó sin detener su paso, él solo quería llegar a la puerta de esa casa ¿O tal vez una habitación con doble piso?

     —Eres un imbécil —Solté siguiendo nuevamente sus pasos, de todas maneras debía estar con él o sería capaz de dejarme tirada en este moderno motel.

     —Lo sé. —Confirmó soltando una risita— Como también sé que quieres olvidarte de todo y te traje a un lugar tranquilo —Sus intenciones sonaban sinceras, pero ¿Quién trae a una mujer a un motel? Normalmente, la llevas a tomar un helado o a ver una película en uno de los tantos cines que hay en Seúl.

     —¿En donde tienen sexo muchas personas a diario, te parece tranquilo? —Pregunté con sarcasmo— Brillante, Jung Kook —Comencé a aplaudir eufórica.

     Debí ir con mi hermano a casa.

     —Sé que no soy el mejor dando apoyo o ánimo, porque simplemente no sé cómo hacerlo, pero me estoy esforzando —Explicó sin detener su andar, mientras un señor mayor venía en nuestra dirección, observandonos con curiosidad.

     —Se nota —Dije con sarcasmo.

     El señor que aparentaba de unos cuarenta y tantos años se acercó peligrosamente a Jung Kook, ¿Acaso iba a amenazarlo? Su semblante aterrador, junto a una chaqueta de cuero igual a la de Jeon y ni hablar de sus vaqueros, combinaban con su camiseta blanca, no me daba la mejor espina.

     —Cuando termines, cierras con seguro —El mismo señor le aventó unas llaves y Jeon con maestría las tomó, ni se mostraba sorprendido.

     —No te preocupes, tío. —Le dedicó una débil mirada y luego desapareció de nuestra vista— Sígueme —Me pidió con cero amabilidad, ya ni me extrañaba.

     —¿A quién le pertenece este motel? —Me impacienté al no saber con exactitud lo que pasaba, siempre debía estar enterada de todo.

     Jeon intentaba ingresar la llave, pero no encontraba la correcta, viéndose igual de impaciente que yo o incluso más.

     —A mí tío.

     —¿Y a dónde me llevas? —Podría verme como la mujer más molesta del mundo, pero no quería ser violada por él, ni por ninguno.

     —A mi lugar favorito.

     Al abrirse las puertas, pude notar que el rosado predominaba el lugar y fue imposible no comentar al respecto. Amaba el color rosa y me emocionaba saber que estaría en un sitio cuyo color era sobresaliente.

     —Esto es hermoso, Jung Kook —Expresé con suma felicidad en mi voz.

     Entramos a lo que parecía ser una hermosa cafetería oculta con muchas luces, pareciendo por fuera una linda casa; habían fotos familiares de su tío junto a un Jung Kook más pequeño y un cachorro con un lazo rosado correteando por el lugar, como si fuera la primera vez que ese pequeño estaba en este lugar, correteando aquel piso sin parar.

     —¿Por qué me traíste aquí? —Alcé una ceja, cruzándome de brazos, quería la verdad.

     —Porque te hace olvidar que hay un mundo afuera. —Me sonrió, por primera vez me dedicó una sonrisa y sentí como poco a poco él caía en mis encantos. Sentía la victoria cerca— ¿Ves esa puerta? —Asentí— Hay una sala de cine, construída por mis tíos —Me sorprendí, ¿Me trajo tan lejos sólo para ver una película?

     Jeon era cursi.

     —¿Y ese pequeñin? —Señalé al pequeño golden retriever, su pelaje dorado era más que hermoso.

     —¿Éste? —Jung Kook lo tomó entre brazos y lo acarició, invitandome a hacerlo tambien, cosa que no dudé.

     —Sí.

     —Es un regalo. Una hermosa mujer estuvo llorando toda una tarde y no sería capaz de levantarle el ánimo con mis inexistentes palabras, así que fuí por un poco de ayuda —Alcé una ceja, ¿Jung Kook se había dado cuenta del mal estado con el que había llegado a la universidad?

     Dudas se formaban en mi cabeza, ¿Acababa de llamarme hermosa sin ofenderme luego? Era algo inexplicable, pero aún más sorprendente era lo preocupado que se veía por mí.

     —Eres muy romántico. —Solté sin pensarlo— Vaya forma de llamar mi atención.

     —No, no lo soy. —Rodé los ojos con un sonrisa en mi rostro— Espero que él pueda hacerte olvidar por momentos el porque estás triste y no, no te hagas falsas ilusiones, arruinando todo lo que construí sólo para verte feliz. Prefiero la sonrisa que las lágrimas —Me acerqué más a ambos con intenciones claras.

     —No creo que alguien, además de tí, me haga olvidar... Es un detalle tan único —Mis manos jugaban en su brazo con cierto nerviosismo, ¿Y si no quería que lo besara?

     ¿De verdad iba a besarlo? Creo que me había vuelto loca.

     —¿Detalle único? Primero pensaste que te quería follar —Reprochó con la mirada.

     —Es que eso parecía, no traes a una chica a un motel para algo más —La idea de besarlo había sido descartada, estaba yendo muy rápido y no quería alejarlo de mí.

     —Yo te traje aquí para poder disfrutar de una buena película, de esas románticas que de seguro te han de gustar.

     No fingí, sus palabras habían hecho un gran impacto en mí. Él había estado investigando sobre las chicas fresas o mi persona, poniéndome los pelos de punta.

     —¿Cómo lo sabes? —Pregunté sorprendida.

     —No hay que ser inteligente para saber que a las chicas fresas le gusta lo romántico. —Solté una risita sonora, ¿Esa era su gran conclusión?

     —Lo siento, Don experto —Me burlé, no creía en aquellas palabras tan simples.

     —Deberías ponerle un nombre —Me extendió al cachorro por unos pocos centímetros, ya estábamos algo cercano del otro.

    —Cookie, pero con C —Lo acaricié entre mis brazos con cierta alegría.

     Nunca había tenido una mascota.

     —Vamos, la película nos espera.


















Holaaaaaaa!

No sé porqué, pero tengo problemas con Wattpad y los separadores😭

Espero y les guste éste capítulo❤️

Gracias por leer🙏

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