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⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 17 ⟢


Hᴀʏ ϙᴜᴇ ᴘʀᴏᴛᴇɢᴇʀ ᴀʟ ʟɪʙʀᴏ ᴍɪᴇɴᴛʀᴀs sᴇ ᴇsᴄʀɪʙᴇ.

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J.  Jung Kook

     Bailar y desnudarse frente a mujeres deseosas por ser penetradas, folladas y extasiadas al máximo no se definía como el mejor trabajo de todos, me sentía usado y como un estúpido juguete visual.

     Era todo un calienta bragas.

     Terminé mi espectáculo, cuyas chicas pedían más y más, pero no me pagaban horas extras por estar encima del escenario y sería un desperdicio de tiempo para mi persona, y le restaba tiempo a mi sueño de belleza. Bajé del escenario con mi lencería para hombres lleno de fajos de billetes grandes, las chicas y señoras con mucho dinero venían a este tipo de lugar a ver esa clase de espectáculos, protagonizado por mi persona.

     Estaba orgulloso de mí, a penas estaba comenzando y las ganancias eran muy buenas, podía comprarles ciertos detalles a mis hermanos y un poco más de comida; ignorando que algunas mujeres pedían otro tipo de trato a mi jefe que, claramente, negó a mi favor, no iba a penetrar ni satisfacer las necesidades de esas mujeres, mi jefe no me pagaba por ello y que ni lo intentara, tampoco iba a aceptarlo de igual forma.

     Toqué la puerta al llegar, Hoseok tenía que hablar conmigo sobre un tema importante el cual no me dí la tarea de indagar, mientras no tuviera que ver con tráfico de drogas o relacionado a ellas, podría escuchar tranquilo cada una de sus palabras, de no ser así era posible que abandonara la habitación justo por donde había entrado.

     —¡Mi chico estrella, pasa! —Dijo con mucha emoción, mientras el gorila con gafas y traje negro me indicaba donde sentarme.

     El asiento de cuero negro estaba muy cómodo, pero el ambiente no lo sentía tan suelto como la emoción de Hoseok antes de entrar, estaba pesado y no me gustaba lo próximo que podría avecinarse.

     —¿Para qué me llamaste? —Ser menos directo no era mi fuerte.

     —¿Así le hablas a tus mayores? —Rió como si su inexistente chiste tuviese gracia— Simple, te pagaré una gran suma de dinero sólo por acostarte con dos grandes consumidoras del bar, además, vienen a cada uno de tus espectáculos sin falta y está de más decirte que les encantas —Quedé atónito ante sus palabras, mientras él lo decía de la forma más relajada y normal posible.

     —No —Negué de inmediato.

     —Piénsalo bien, Jung Kook... No habrán más oportunidades como éstas. Házlo por tu madre, tus hermanos y hasta por la chica con la que sales... —Juntó sus manos por encima del escritorio, típico gesto que hacía antes de llegar a un acuerdo.

     —No —Corté de inmediato. Nuevamente.

     —¿Acaso tiene que ver con ella? —Se tocó el mentón pensando. Eso no era bueno— Puedo desaparecerla para que no te preocupes por el que dirá, —Su idea podría sonar lógica para él, pero era una homicida para mí— ni siquiera podrá reprocharte por tu engaño.

     —Te dije que no. Esa chica y yo no tenemos ningún tipo de relación, ni siquiera sé cómo se llama —Mentí.

     Era lo mejor que podía hacer por el bien de ella.

     —Entonces, ¿Qué te detiene? —Alzó una ceja esperando una respuesta que jamás llegó— Tendrás los bolsillos llenos por unos dos meses, piénsalo bien —Solté una sonrisa sarcástica.

     —¿Crees que valgo tan poco? Ni siquiera tendré los bolsillos llenos por un año. No sé por quien me tomas, Jung Hoseok —Dije con suma confianza, haciendo que Hoseok se pusiera de pie enojado.

     Sentí por un momento que el piso tembló, pero no tenía miedo, no era la primera vez que me metía en este tipo de líos, ni siquiera el primero donde me golpeaban y dejaban abandonado en un cajellón poco concurrido muy lejos de mi casa, porque aunque no viviera en un barrio muy peligroso, la policía no se involucraba en ellos.

     —¡¿Quién te crees que eres para llamarme por mi nombre?! —Estaba alterado y comenzaba a hacerse presente pequeñas venas que sobresalían de su frente— Sólo eres un puto crío que recogí de la calle para que pudiera ayudar a su familia —Quizás eso era cierto, pero no le daba ningún control sobre mí.

     —No soy tu títere. No lo haré —Dejé en claro antes de ponerme de pie.

     —Espero y no te arrepientas, no hay marcha atrás a tu pronta decisión... —Hizo una pausa, pensándolo mejor— pero soy una persona considerada y te daré una semana para que lo pienses. Ten buenas noches —Me guiñó el ojo izquierdo y el gorila que era su guardaespaldas me enseñó por donde debía salir, como si no supiera por donde quedaba la puerta.

     Bajé las escaleras calmado, saqué un tapabocas negro que tenía en el bolsillo trasero de mi pantalón, luego de mi espectáculo había cambiado mi uniforme por mi pantalón negro, mi chaqueta de cuero negro, mi camisa blanca y como olvidarlo, mis botas negras que complementaban mi estilo.

     Me conduje hasta los casilleros que se encontraban muy cerca de los vestidores de las damas, saqué mi bolso negro y lo guindé en mi hombro derecho sin premura, eran las dos de la mañana y nadie debía esperarme despierto en casa.

     Saqué las llaves de mi bebé y me acerqué a el luego de salir del local, estaba lloviznando y además, se estaba mojando su cómodo asiento de cuero.

     —Maldita sea —Dije al aire frustrado, no había traído siquiera un trapo para limpiar el asiento antes de sentarme en el.

     —¿Necesitas ayuda? —Alcé la vista al escuchar la voz de una chica, era muy parecida a la de Yeon Sun, pero era imposible que ella estuviera a éstas horas de la madrugada.

     Aquella muñeca con hermoso vestido rosado tipo princesa, zapatillas converse blancas originales, maquillada de forma natural y con el cabello suelto acompañado de mechas rosadas californianas, me veía preocupada analizandome con sus hermosos ojos y al mismo tiempo agitaba sus largas pestañas, como si algo malo realmente me hubiese pasado.

     Al moverse un poco más hacia el faro de luz, quería apagar mis pensamientos hasta más no poder, sí era ella y me estaba ofreciendo su ayuda.

     Doble maldita sea.

     —¿Qué haces aquí? ¿Otra vez siguiendome? —Pregunté con cierto enojo— Las chicas fresas como tú no deberían estar en estos sitios a altas horas de la madrugada —Sonaba como si fuera su padre, pero sería por su bien... Nadie debía verla o saber que hablábamos cerca de mi lugar de trabajo.

     —¿Lo dice el chico que acaba de bailar eróticamente frente a mujeres adineradas que podrían secuestrarlo mientras se cambia solo en los vestidores? —Soltó una risa burlona.

     ¿Ella me había visto bailar de tal forma en el escenario? No era por ser acomplejado, porque estaba conforme con mi cuerpo y musculatura... Ni siquiera me importaba lo mucho o poco que había visto, ni cuantas veces frecuentaba el lugar, sólo me preocupaba que Hoseok la haya visto y reconocido, eso sería muy riesgoso para ella y para su familia.

     —¿Y crees que me importa que me hayas visto? —Solté sin anestesia— ¿Quién me asegura que tú no eres una de esas mujeres que quiere secuestrarme para convertirme en su juguete sexual?

     Me miró horrorizada, como si la estuviese acusando de un terrible crimen que no cometió.

     —Eres un imbécil. Sólo quería saber si necesitabas ayuda con tu moto porque había traído mi auto y podría ayudarte con ello, pero por lo visto puedes apañartelas solo —Soltó severamente enojada.

     Estábamos en la calle, hablando como una pareja bajo la lluvia, sonará romántico y todo, pero era un desastre, porque ella no se estaba mojando ya que traía consigo un pequeño paraguas que hasta ahora había notado y por mi parte, me mojaban esas diminutas gotas de lluvia, trayendome buenos recuerdos.

     ❝—¡Kook, si te quedas mucho tiempo bajo la lluvia vas a resfriarte! —Mamá gritaba desde el interior de nuestra casa.

     —¡Estaré bien! —Grité corriendo al hermoso patio que tenía mi gran casa.

     Era una mansión de lujo y el que estuviera lloviendo la volvía un parque de atracciones. Era más divertido cuando mi hermana salía conmigo, pero había pescado un resfriado unos días atrás y era imposible ahora sacarla de casa, así que me divertí el doble por su ausencia.

     Corrí y corrí sin control, empapando aún más mi ropa hasta que frené de forma repentina al ver una niña de estatura baja con un paraguas rosado frente a mí, tenía el cabello ondulado castaño claro, un vestido floreado rosa con blanco y unos hermosos ojos mieles que me analizaban con cada paso que daba.

     —¿Quién eres? —Preguntó frunciendo su ceño.

     —Jung Kook... Creo que soy tu vecino —Respondí de forma sencilla.

     Tenía once años y vivía en una zona muy reconocida en Busan muy cerca de mis abuelos paternos, pero en casa sólo éramos mi mamá, mi papá y mi hermana menor que siempre lloraba por todo.

     —¿No preguntarás cómo me llamo? —Creo que se había enojado aún más por no preguntarle quien era.

     —No me interesa.

     Me la espalda dispuesta a salir corriendo de allí, quería ir a casa de nuevo. Había olvidado que no podía hablar con extraños.

     —Soy...

     —De igual forma, no necesito ayuda de una chica que sólo me trae problemas —Quizás la había regado por lo alto con la chica fresa, pero así era.

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Holaaaa a tod@s, ¿Cómo están?

Les diré que se me ha ocurrido una gran trama para otra historia y estoy emocionada, síganme para que Wattpad les avise cuando subo nuevo contenido😘

Gracias por leer❤️

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