ʟᴀ ᴛᴏɴᴛᴇʀɪ́ᴀ sᴇ ᴄᴏʟᴏᴄᴀ sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴇɴ ᴘʀɪᴍᴇʀᴀ ғɪʟᴀ ᴘᴀʀᴀ sᴇʀ ᴠɪsᴛᴀ; ʟᴀ ɪɴᴛᴇʟɪɢᴇɴᴄɪᴀ ᴅᴇᴛʀᴀ́s ᴘᴀʀᴀ ᴠᴇʀ.

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⟡ J. Jung Kook ⟡

     Cerré con fuerza la puerta de mi habitación sin olvidar poner el seguro, debía hablar con la persona que más detestaba en este mundo, pero era para un bien dentro de mi hogar y eso me bastaba para arriesgarme con ese tipo de personas, negocios y tratos.

     Dejé la chaqueta de cuero encima de mi silla frente a la computadora y caminé en dirección a la cama para dejarme caer sobre ella, estaba tan cómoda y olía a flores, justo el olor del suavizante que escogía mi mamá.

     Saqué el teléfono de mi bolsillo y marqué aquel número, esperaba a que mi jefe atendiera la llamada tan urgente que le hacía de mi parte, sólo era para aceptar un nuevo trabajo, otro totalmente diferente al que me había ofrecido.

     —Jeon —Contestó con cierta sorpresa.

     Jung Hoseok era un tipo al que debías temerle, nunca estaba con juegos o rodeos, trabajabas para él o trabajabas para nadie, ya todos estaban acostumbrados a su presencia en el barrio y a estar de su lado, pero como siempre digo: “El que no la debe, nada teme”.

     —Trabajaré para tí —Solté de golpe, sólo quería salir lo más rápido posible de ésta pesadilla.

     —Sabía que volverías a trabajar para mí, todos siempre vuelven —Rodé los ojos al escucharlo.

     Lo hacía por necesidad, no porque realmente así lo quisiera.

     —No venderé tu porquería, quiero el otro trabajo, ese que me ofreciste antes de conocerme y trabajar para tí —Expliqué sin tanto detalle.

     —¿El de stripper? —Tragué grueso.

     No amaba la idea de que otras personas me vieran usando prendas tan pequeñas y ajustadas a mi parte noble o que mi pecho estuviese desnudo, tampoco a ser manoseado por mujeres muy calientes.

     —Sí. —Salió casi como en un susurro, trabajo era trabajo y no debía avergonzarme por ello.

     —Te espero mañana a las diez de la noche, necesitas practicar para el show —Rodé los ojos y me tranquilice.

     Debía mentalizarme que unas cientos de personas me verían las nalgas que con tanto esfuerzo había desarrollado. Terminé de cuadrar el horario y las horas que estaría cada noche en su club, además de cuanto dinero ganaría por cada espectáculo y baile que haría. Finalice la llamada y miré fijamente el techo como si fuese la cosa más entretenida del universo, y era sólo por una razón, Yeon Sun.

     Desde que esa chica apareció de la nada en el estacionamiento intentando hablarme no ha dejado de estar en mi cabeza y eso para mí es más que molesto, quiero dejarla de lado y enfocarme en los acostones con Yuna, en mis estudios o en siquiera el chico que sale con mi hermana, pero no, sólo pienso en ella y su irritable sonrisa.

     Es decir, la chica no era fea, porque tenía rasgos muy lindos, pero no era una top model como ella pensaba que era y era triste para su hermano, porque él no debía soportar esa incomodidad que me hacía sentir su hermana y no me daba vergüenza dar a conocer.

     Era realmente molesta.

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     Llegar y lo primero que observo al entrar al estacionamiento era aquel Audi plateado del año, muy bien aparcado y limpio; ruedo los ojos porque desde que intentó hablarme no ha dejado de seguirme, acosarme e incluso se estaciona justo al lado de mi puesto fijo, era muy molesto tener que verla al salir.

     Yeon Sun tenía algo en mente y yo iba a descubrir que era.

     Entré a la clase y todos me miraron sorprendidos, como si nunca hubiesen visto a un chico con tatuajes que usaba una chaqueta negra de cuero, unos pantalones del mismo material, una camisa blanca de algodón junto a unas botas negras, llegando temprano a clases sin su cara de chico malo y con el cabello arreglado, quizás no debí peinarlo con mi mano antes de entrar o me hubiese ahorrado tantas molestias de fruncir mi ceño.

     Todo transcurrió normal hasta que llegó la hora de salida, tomé mi bolso de mala gana, hoy tampoco tenía para almorzar y mi hada madrina no llegó a tiempo para brindarme un delicioso almuerzo de la cafetería. Mi estómago sonaba como loco, convirtiendo en azúcar la falta de alimentos en mi sistema, pero no podía importarme menos, lo único importante para mí era que mis hermanos se alimentaran bien, porque ellos estaban en pleno desarrollo y saltarse la comida no era una opción para su buen desarrollo.

     —¡Jung Kook! —Aquella voz irritante llamó a mi nombre.

     Lo que me faltaba.
    
     Giré mi cuerpo en dirección contraria a la que iba, Hye Na venía en mi dirección moviendo sus caderas a un hipnótico compás, pero ya sabía a lo que venía y sería muy difícil caer en su red, porque no era el tipo de chico que le gustaban las princesas delicadas, así como en las películas de Disney, a excepción de Mulan.

     Ella me pone muy duro.

     —¿Qué quieres, Na? —Alcé una ceja y crucé mis brazos.

     Ella remojaba sus labios de forma exagerada y jugaba con un mechón de cabello, fingiendo estar nerviosa, pero sabía que sólo quería que fuera uno más de su lista y que dejara de ser el único que no había pasado por su cama.

     —Hablar contigo, Jung Kook, ¿Qué acaso no notas que me interesas? —Sus ojos examinaban cada parte o facción de mi rostro, pero no podía estar más desinteresado en ella.

     Quisiera decir lo mismo de Yeon Sun, pero era menos repulsiva y cínica que la mujer que tenía en frente. Simplemente no podría involucrarme con la leona, en algún momento me convertiría en su cena.

     —No me interesa tener sida, pero gracias por tu oferta —Sonreí falsamente.

     Me subí a mi motocicleta sin olvidar su cara de ofendida y encendí mi máquina esperando cualquier respuesta de su parte, pero parecía ser que mis palabras fueron simplemente dolorosas para su sistema y no podía importarme poco como como se sentía ella en ese instante.

     —Só-Sólo quiero... Sólo quiero que alguien me ame. —Rodé los ojos al escuchar su voz casi entrecortandose— Alguien con el corazón roto, justo como lo está el tuyo y así complementarnos el uno al otro, para salir adelante con un lazo irrompible —Tragué saliva.

     Yo no estaba roto, sólo no podía hacer que las piezas de mi corazón encajaran a la perfección.

     —Tú no sabes nada de lo que he pasado o sufrido —Solté una risita nasal.

     Ella era tan falsa.

     —Por eso quiero conocerte y estar contigo, Jung Kook. Sé que podrías amarme. —Y yo sabía que ella estaba loca— Tú eres mi tipo ideal —Fue inevitable no burlarme internamente.

     —Suerte con ello, pero mi respuesta es no. Quizás el novio que le robaste a Yeon Sun sea tu tipo ideal, pero recuerda: Si se lo hizo a ella siendo una mujer auténtica y maravillosa, yo no quiero imaginarme que haría contigo. —Alcé los hombros sin importancia— Adiós, Na.

     Puse en marcha la motocicleta y acelerar era todo lo que quería hacer. Sentir el viento chocar contra mi rostro, mientras pasaba los automóviles a gran velocidad; a eso yo le llamaba felicidad y sí, aquel cachito de adrenalina me hacía sentir vivo.

     Estacioné mi medio de transporte e intenté no reír, Yeon Sun había llegado temprano a recoger a su hermano y por alguna extraña razón aquello me provocaba un cosquilleo en la panza... Debe ser el hambre. Sacudí mi cabeza sacando esa idea que había llegado a mi mente y me acerqué a ellos, porque mi hermano estaba tomado de la mano de esa fresa.

     —Llegaste temprano —Felicité acariciando el hombro de mi hermano y ella asintió evitando el contacto visual.

     —Sí, había menos tráfico y salí más temprano de clases —Su mirada se enfocó en su hermano que hablaba con el mío sin parar.

     —Lo noto. —Quizás entablar una conversación interesante era muy difícil para mí y bendito sea mi ángel de la guarda, porque necesito que me proteja de todas esas bofetadas que están por venir— ¿Por qué no me miras a la cara? ¿Tan feo soy?

     Ella desvió su rostro del suelo y sus hermosos ojos conectaron con los míos casi por educación ¿O era por obligación? No sé, sólo quería que ella respondiera mi pregunta y que mi ego se elevara aún más por los nubes.

     —No, sólo que tienes un lindo chupetón en tu cuello que me da un claro ejemplo de lo que haces en tus tiempos libres y verte a la cara, luego de imaginarme lo cerdo que eres, no podría sentirme más hipócrita —Sus palabras me dejaron helado.

     Aquello que acababa de presenciar ¿Eran celos?

     —¿Estás celosa porque alguien más que no fuiste tú dejó esa marca en mi piel? —Me burlé— Vaya, no pensé que eras del tipo celosa —Ella rodó sus ojos con clase.

     Todo en ella era de clase alta y más sus expresiones.

     —Y yo no pensaba que tu podías ser más imbécil, fíjate que me equivoqué —Fingió una sonrisa y sólo se despidió de mi hermano, llevándose casi arrastrado al suyo.

¡Holaaa👋!

Una pregunta, ¿Les gustaría una historia donde rayita sea la protagonista?

Gracias por leer❤️