⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 13 ⟢
Maratón 2/3
Lᴀs ɪᴅᴇᴀs, ᴇsᴄᴏɴᴅᴇʀʟᴀs, ᴘᴇʀᴏ ᴅᴇ ᴍᴀɴᴇʀᴀ ϙᴜᴇ sᴇ ʟᴀs ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴇ. Lᴀ ᴍᴀ́s ɪᴍᴘᴏʀᴛᴀɴᴛᴇ sᴇʀᴀ́ ʟᴀ ᴍᴀ́s ᴏᴄᴜʟᴛᴀ.
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⟡ Im Yeon Sun ⟡
—Seoyeon... ¿Qué haces aquí? —Mi prima, esa que vivía en Busan estaba aquí, frente a mis narices.
—¿No me dejarás pasar? Es de mala educación dejar a tu prima y mejor amiga parada aquí en la puerta —No me aguanté lo suficiente y corrí a sus brazos, sin notar que mi padre venía a unos metros de nosotras con unas maletas.
Im Seoyeon era la hija del hermano de mi padre, en otras palabras era la hija de mi tío Jongsu. Todos los veranos nos juntabamos para hacer “cosas de chicas”, maquillarnos, salir al cine, hablar de chicos, intentar conquistarlos y sobre todo, hablábamos de nuestras experiencias más allá de besos y caricias, claro, ella era más experimentada que yo, porque no le tenía miedo a equivocarse.
A su lado yo parecía una oruga y ella era una hermosa mariposa.
Pero últimamente, hemos estado más que separadas por las tareas de la universidad, cada vez aumentaban al igual que el grado de dificultad y nos era imposible vernos un fin de semana, porque lo utilizabamos principalmente para estudiar.
—Eres una tonta, de verdad que sí —Olía a fresas, justo y como la recordaba.
A veces algunas cosas nunca cambian.
—Disculpen por interrumpir su emotivo momento, pero ¿En ésta dirección pidieron unas pizzas? —El repartidor miraba la escena hasta conmovido, pero fue el motivo principal para separarnos.
Que incómodo momento.
—Sí. —Le dediqué una sonrisa, mientras sacaba el efectivo de mi bolsillo, se lo extendí y él hizo lo mismo con las cuatro cajas de pizzas.
Ahora entendía porque mi hermano había pedido tantas pizzas y era porque tendríamos a una invitada más que especial en nuestra casa, aunque no sabía por cuanto tiempo se quedaría en Seúl o cuando la volvería a ver.
El repartidor se retiró y los tres entremos a casa, papá terminaba de sacar todo su equipaje ¿Acaso traía un cadáver en todo su equipaje o un montón de regalos? Es decir, si sólo vino de visita no tendría porque tener tanta ropa... Pero pensándolo mejor, hablábamos de Seoyeon, ella era capaz de ponerse una prenda limpia y quitársela porque no le gustaba como se le veía, poniéndola directo en el cesto de ropa sucia... Está loca.
Los Jae se levantaron y corrieron hacia ella para abrazarla, pero igual tenía sospechas de que JaeBum y mi padre tenían algo que ver con su repentina visita sorpresa. Nos sentamos todos en el sofá de la casa, viendo una especie de mini serie mientras degustabamos de las deliciosas pizzas, la hawaiana era mi favorita.
—Entonces, ¿No me dirás qué haces aquí? —Cuestioné casi susurrando muy cerca de su oído, porque ella se encontraba a mi lado viendo como él protagonista se caía por las escaleras.
—¿Acaso quieres que me vaya? —Negué con la cabeza, estaba tan contenta de tenerla a mi lado que parecía irreal.
—No, obvio no, pero nunca vienes a visitarnos y menos a mitad del semestre —Expliqué sólo captando su atención.
—En la universidad me dieron la oportunidad de hacer un traslado, elegí Seúl sin siquiera pensarlo tanto y menos en hablar con mi tío SungJae, justo para quedarme con ustedes y ver a ese galán del que tanto me hablas —Atragantarme con el trozo de pizza no fue difícil, llamando la atención de todos los presentes.
—¿Estás bien, hija? ¿Quieres que vaya por agua? —Negué con la cabeza, intentando controlar la tosedera.
—No... Gracias, papá —Contesté con dificultad.
—Entonces, te gusta —Susurró mi prima a mi lado.
—No, claro que no. Te dije que sólo le sigo por la apuesta, si no, ni quisiera me hubiese fijado en él —Confesé respirando con tranquilidad.
—Eres un caso, Yeonnie, ¿Y si se convierte en el amor de tu vida? —Fue inevitable no soltar una sonrisa tan sonora.
¿Jeon? ¿Amor de mi vida? Se había vuelto loca.
El amor de tu vida. Esos que te prometen las estrellas y que te bajaran la luna, esos que no existen o por lo menos para mí, porque mientras pensaba que el único que no me iba a lastimar terminó besándose y haciendo otras cosas con mi archienemiga.
—Eso nunca —Respondí seca.
—Nunca digas nunca, es como cuando dices para siempre, eso ni tú, ni yo lo sabemos —Suspiré, ella tenía más experiencia y enseñanzas que le había dado la vida.
—Cambiando de tema, ¿En dónde vas a dormir? —Ella estaba terminando el trozo de pizza, el número cinco.
A ella le gustaba la pizza, tanto como a mí.
—En el cuarto de huéspedes, pero si no vas a tener sexo en tu cama todavía, podríamos dormir juntas —Mis mejillas se tiñeron de color.
¿Sexo?, Espero y haya sido una broma, porque no tenía pensado tener relaciones sexuales todavía.
—No tendré sexo —Aseguré
—Deberías. Si el hombre se mueve fenomenal, lo vas a disfrutar y... —Ella estaba inspirada hablando de un tema que la volvía loca.
—Me volveré adicta como tú. —Completé— No, gracias, primita —Fingí una sonrisa.
—De lo que te pierdes.
No necesitaba aún a una profesora de educación sexual, que si entrara a la iglesia la devolverían por lujuriosa y menos una charla educativa de preservativos con mi padre... Sería más que vergonzoso.
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—¡Yeonnie, apúrate! —Gritó mi prima desde el primer piso.
Digamos que no me levanté del mejor humor y menos por los golpes de mi prima al dormir, quizás había sido una mala idea dormir juntas, porque daba unas patadas infernales... Ella estaba peleando con alguien o matando a su exnovio, aún no lo sabía.
Arreglé mi vestido rosa pastel sin mangas, era algo corto ya que estaba un poco más arriba de mis rodillas como diez dedos aproximadamente, con bordes blancos, junto a unos tacones blancos a combinación del encaje que había en los bordes; maquillé un poco mi rostro y dejé que mi cabello hiciera lo que quisiera, sólo lo batí un poco y lo dejé caer por mi espalda.
Iba tarde a clases.
Por suerte me dió tiempo para desayunar y arreglar mis cosas o de lo contrario, ni siquiera me hubiera preocupado en ir a clases porque simplemente no llegaría a ella. Bajé las escaleras con una sonrisa fingida, la mejor que había podido simular en toda mi vida.
—¡Por fin bajas! —Expresó con felicidad, como si fuésemos a una fiesta para ver al amor de su vida.
Ella iba preciosa con una minifalda negra, unos converse blancos que iban a juego con su blusa blanca de encaje, era manga larga y muy sexy; su cabello estaba recogido en una coleta alta y su maquillaje era sencillo.
—No es mi culpa que pelearas como Jackie Chan en tus sueños, perturbando los míos —Ella rió. Sabía que tenía la culpa de mi horrible descanso.
—Dejen de hablar o llegarán tarde, niñas —El aguafiestas de mi hermano llegó para apresurarnos, mientras Jaewoo se terminaba su desayuno.
—¿Estás molesto porque no te saludé, Jae? —Mi hermano alzó una ceja molesto— Igual no iba hacerlo, intentaste besarme, ¡A tu misma sangre! —Aquí se venía el drama.
—¡Estaba borracho! —Se defendió mi hermano con obviedad— Además, carne de primo se come —Quedé sorprendida por su respuesta.
El macho.
—Pero yo estaba muy consciente como para cometer tal locura —Replicó mi prima cruzándose de brazos.
—¡Pero yo no! —Mi hermano comenzaba a alterarse.
Hace dos años, estábamos en la fiesta de año nuevo y no lo negaré, pero mi hermano se emborrachó más rápido de lo que pudiese imaginar y sólo tuvo el impulso de besar a mi prima que nada más era dos años menor que él; el punto era que ella lo alejó furiosa por su inútil intento y dejó de hablarle por varios meses, creyendo que mi hermano gustaba de ella.
—Suficiente. Seok Jin debe de estar esperandonos junto a mi auto, por lo mismo voy a llevarme el tuyo, JB —Tomé la mano de mi prima junto a mi cartera, las llaves del auto de mi hermano y la arrastré hasta la entrada de mi casa.
Salimos de golpe de la misma y subimos al auto como flash, conduciendo más rápido que el Rayo McQueen para llegar a tiempo a clases y como pude encontré un buen lugar para estacionarme en la Universidad, normalmente todos los estudiantes tenían autos, incluyendo a los maestros y era imposible estacionar cerca de las primeras entradas, debías dar todo el vueltón.
—¿Por qué tanta prisa? —Seoyeon preguntó con una ceja alzada, mientras ponía el freno de mano.
—¿A qué te refieres? —Hacerme la tonta y que no sabía nada, no iba a ayudarme.
—¿Por qué volaste para llegar a clases? Sé que no es por puntualidad, porque estamos en la hora correcta.
—Pero tú me apresuraste, ¿Cómo me haces esa pregunta?
—Ya sé, el chico que te gusta. —Rodé los ojos. Ese idiota no me gustaba— De seguro llega tarde y no quieres cruzarte con él, ¿Cierto? —Se aferró a su cartera y yo tomé la mía, negando con la cabeza.
—Vámonos ya —Abrí la puerta del auto y bajé, esperando a que mi prima estuviese a mi lado.
El motor de una motocicleta se estaba aproximando y quería morirme en ese instante, ¿Cómo podíamos estar tan cerca en el estacionamiento? Mejor dicho, ¿Cómo he sido tan idiota para estacionarme en donde él siempre lo hacía?
—¿Quién es ese bombón? ¡Está buenísimo! —La emoción en mi prima era más que notable.
—Es Jung Kook, el imbécil del que te hablé.
Él apagó el motor y sacó el casco negro de su cabeza.
Todo un patán.
—¿Imbécil? —Ella negó una y otra vez, detallando al chico, comiéndoselo con la mirada y no podía discutir con sus gustos, porque Jung Kook estaba deseable.
Él llevaba sus típicos pantalones negros con su chaqueta de cuero negra, una camisa blanca de algodón y unas botas clásicas Timberlake.
—Él piensa que estoy a sus pies —Bufé.
—Sweet creature —Susurró Seoyeon con dulzura.
Ni en su sueños, el chico con más ego en el mundo sería una dulce criatura. Posiblemente a mi prima le faltaban lentes, pobre de ella.
¡Volví!
La peor semana que he tenido en meses y lamento si está floja historia, pero el drama se aproxima🤧😘
Gracias por leer♥️
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