⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 09 ⟢
Uɴ ᴄᴏʙᴀʀᴅᴇ ᴇs ɪɴᴄᴀᴘᴀᴢ ᴅᴇ ᴍᴏsᴛʀᴀʀ ᴀᴍᴏʀ; ʜᴀᴄᴇʀʟᴏ ᴇsᴛᴀ́ ʀᴇsᴇʀᴠᴀᴅᴏ ᴘᴀʀᴀ ʟᴏs ᴠᴀʟɪᴇɴᴛᴇs.
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⟡ J. Jung Kook ⟡
Una, dos y tres horas llevaba la chica cuyo nombre jamás me ha importado en conocer, pero ha colmado mi paciencia más que una chica normal y corriente haría. Sabía que ella era la popular de la universidad, salía con el perro de Kim Namjoon, en pocas palabras, siempre estaba con cualquiera que le abriera las piernas y al parecer se cansó de la chica con mechas californianas rosadas.
Suspiré de nuevo, la veía desde la puerta de la oficina de YoonGi, estaba dormida encima de una de las mesas, esperando a que yo saliera de mi gran escondite y agradecía a todos los Dioses que todos los comensales ya se habían marchado o tuviera que salir a hacer mi trabajo.
—Eres un cobarde, sal a hablar con ella —Insistió YoonGi por enésima vez.
No, no quería y él no podía obligarme.
—No tengo ni el menor interés en esa chica. —Me acerqué a él cerrando la puerta detrás de mí— Es una superficial, YoonGi —Me senté en frente de él y pasé mis manos por mi cabello largo, desordenado y sedoso que tenía.
—Si eso fuera cierto, ella no estaría dormida encima de la mesa de mi cafetería esperando a que tú salgas, pero como cobarde que eres, estás aquí refugiándote en mi oficina —Soltó alzando una ceja.
No lograba intimidarme.
—Por Dios, ¿Qué no la ves? Ella es dulce y yo ácido —Hablé más que obvio, ¿Qué acaso no se había dado cuenta?
—Es una rica combinación —Confirmó con una vaga sonrisa y negué.
Hoy, él no era mi amigo.
—YoonGi, concéntrate —Le pedí amablemente, mirando sus ojos oscuros... Juro que podía ver mi alma.
—Sólo te digo la verdad, Jeon. —Se puso de pie y se acercó lentamente para que lo escuchara con atención— Es muy hermosa la condenada y te hace falta tener sexo o esa polla tuya va a reventarse, ¿Qué no lo ves tú? La vida te da una oportunidad de tener sexo con una hermosa mujer —Concluyó como si hablara de la cura contra el cáncer.
—¿Mi exnovia no cuenta? —Alcé una ceja y maldije por lo bajo.
Ella me había vuelto frío.
—Ella era una bruja, así que no cuenta, ni sé que le viste a esa chica tan fría y descarada —Sus palabras salieron como dagas hacia mi garganta.
Ella me había engañado más de diez veces y con hombres distintos... Estaba realmente enamorado de ella y no me importaba con cuantos se acostara, yo volvía a ella.
—No te permito que hables así de...
—Cállate un minuto y déjame pensar. —Me interrumpió. Tonto, tonto. Era un tonto, aún la defendía— No puedes dejar a esa linda mujer ahí, ¿Tendrá auto? Porque puedes dejarla en su casa y yo te busco en tu moto —Abrí mis ojos como platos, no me interesaba conocer su ubicación.
—No, no. No te dejaré a mi bebé —Solté.
Como si esas palabras fueran a ayudarme.
—Por Dios, Jeon, sé hombre una vez en tu vida —Me sentía ofendido, ¿Qué mis diecinueve centímetros no demostraban lo hombre que era?
—Soy hombre —Confirmé convencido de ello.
—Tener una polla no te hace hombre —Miré a YoonGi con molestia, claro que contaba.
—Técnicamente, sí —Él rascó su nuca y tragó saliva para hablarme nuevamente.
—Jeon... —Sólo eso bastaba para hacerme ceder.
Suspiré pesadamente, confirmando su jugada.
—Bien, ¿Qué debo hacer?
—Llévala a su casa y pregúntale su nombre. Ella sabe el tuyo, pero tú ni siquiera sabes eso —Solté una carcajada, ¿Para qué yo quería saber eso?
—Estudia en la universidad a la que voy —Soné seguro de mí. Por lo menos sabía algo.
—¿Sólo eso?
—Sí —Confirmé y al mismo tiempo asentí.
—Eres un idiota. —Soltó de golpe y me tomó por el cuello de mi camisa, sólo para ponerme de pie de golpe— Eres más que un idiota —Sus palabras salieron de duras y comprendí que estaba haciendo todo mal, pero no me importaba, así era feliz.
—No —No dejaría que me convenciera de ello.
—Sí.
—No.
—Sí.
—No.
—¡Basta! —Miró su reloj de muñeca y sonrió— Acabamos de cerrar, ve por la princesa —Rodé los ojos.
Ella era todo, menos una princesa en espera de ser salvada.
Salí para meterme en los baños, debía cambiarme, ni modo que la dejaría en su casa con mi uniforme puesto, lo necesitaba para mañana limpio. Suspiré y caminé hacia ella, estaba acostada sobre su brazo, su maquillaje era perfecto y realzaba su rostro, ¿Qué demonios estoy diciendo? Era absurdo, pero su piel blanquecina pedía a gritos un poco de color, sería perfecta para llenar de tatuajes.
—¿Disfrutando de la vista? —Se incorporó y relamió sus labios.
Fruncí el ceño, ni cuenta me había dado que la había despertado con mi presencia.
—No. Ya terminó mi turno y es hora de que te vayas a casa —Me crucé de brazos, haciendo que los músculos de mis brazos se marcaran.
—¿Qué hice para que no quieras hablar conmigo? —Sus ojos eran suplicantes y sólo ignoré la insistencia que tenía de conocerme.
—Las superficiales no tienen nada en su cerebro para ofrecerme, ni siquiera para tener sexo me sirven. Sólo les importa como se ven con kilos de maquillaje y cirugías plásticas —Frunció el ceño, estaba enojada y aún ni sabía su nombre.
YoonGi iba a matarme.
—Eres un imbécil —Se puso de pie y pasó por mi lado a toda velocidad, dejando en el aire su delicioso perfume a vainilla.
Ni sé porque me gustó, odio la vainilla.
La puerta del café cerró y YoonGi salió de su oficina negando con su cabeza, sabía que la había cagado, pero no tanto como para ir tras ella y pedirle disculpas por mis palabras. No me avergonzaba pensar de esa forma.
—Morirás sólo, Jeon —YoonGi me recordó lo obvio.
—Y tú terminarás sin polla —Quizás un día entre a su casa con una motosierra y se la quite por completo... Ya no me vencería con su pene gordo.
—Pero no solo —Eso había dolido más de lo que podía pensar.
Touché.
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⟡ Im Yeon Sun ⟡
—No dejaré que me hables de esa forma de nuevo. —Retoqué mi maquillaje frente al gran espejo— Hoy no, Jeon.
JaeBum hacía el desayuno, desde que llegó no ha dejado de ayudarme en las tareas que debo hacer en casa o fuera de ella. Nunca lo había mencionado, pero es grandioso en la cocina y más con esos platillos que modifica a su gusto, simplemente magníficos.
Saqué una chaqueta de cuero negra y me la coloqué, combinaba bien con la blusa de tirantes que tenía blanca, junto a mis pantalones de cuero negro, si Jeon quería jugar con fuego, entonces los dos nos quemaremos. Busqué con mi vista frente al armario mis botas negras de tacón y me senté en la cama para ponermelas, eran cómodas y no tan altas.
No era mi estilo, pero a Jeon debe de hacerle algún efecto.
—¡Jaewoo! —Grité desde el interior de mi habitación y unos pequeños pasos podía escuchar aproximándose.
—¡¿Pasó algo?! —Tocó la puerta dos veces para asegurarse de que estaba vestida.
—Pasa —Abrió la puerta con los ojos abiertos exageradamente.
Estaba viendo a su nueva hermana.
—¿No crees que te ves rara? —Asentí frenéticamente— ¿Y por qué lo tienes puesto? —Entró y cerró la puerta detrás de él con cuidado y se acercó para evaluarme de cerca.
—Porque quería cambiar de estilo, ¿No te gusta? —Me miró por todos lados y luego se detuvo frente a mí, satisfecho por la observación que había hecho.
—Me gustaría más con el cabello suelto, te verías más linda —Sonreí y me giré para quedar frente al espejo.
Solté mi cabello de la cola de caballo y lo dejé caer por su propio peso. Jaewoo tenía razón, me veía aún mas linda, ¿Qué haría yo sin mis hermanos?
—¿Qué haría yo sin tí? —Abrí los brazos y él caminó hacia mí para abrazarme.
—Irías como una loca a la universidad —Solté una carcajada.
—Tú siempre sabes como debo vestirme —Lo apreté más contra mi cuerpo.
Era más que un abrazo cálido. Me sentía poderosa y sabía que podía con todo lo que se avecinara.
Jeon, hoy estarás muerto, pero de la sorpresa.
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—¡¿Qué tú hiciste, qué?! —Seok Jin pegó el grito de su vida, ganando la mirada de todos en la cafetería, incluyendo la de Namjoon.
—Baja la voz, ruidoso —Le había contado lo que se me ocurrió hacer ayer por la tarde.
Posdata: jamás dejarte llevar por tus impulsos.
—Es que no puedo creerlo; —Dejó su sandwich de pollo en el envase de plástico. Ese sandwich que siempre pedía en la cafetería junto a su Coca-Cola— primero, vienes como una chica mala o como una cualquiera a clases; segundo, fuiste a donde trabaja Jeon y te quedaste allí hasta tarde como una idiota sin siquiera avisarme, te hubiese acompañado y...
—Oye, más respeto —Me crucé de brazos enojada.
—Déjame terminar. —Me tragué todas las palabras que tenía en mente para decirle— Tercero, ni siquiera Jeon le interesa mirarte, es lo menos que hace, mejor dicho, te evita más que de costumbre —Tomó un sorbo de su Coca-Cola.
Bufé, Seok Jin tenía razón, estaba haciendo el ridículo.
—¿Y que debo hacer para llamar su atención? —Debí enfocarme en ello en primer lugar.
—Sé más provocativa, pero no hablo de poca ropa. Háblale con doble sentido, entra en su terreno de juego, confundelo y sobre todo, sé tú misma, Sunnie. —Tomó mi mano, obligándome a verlo a los ojos fijamente— Nunca cambies tu forma de ser o vestir por nadie, ¿Está bien?
Todo estaba perfecto, pero Jeon sería más difícil de lo que pensaba.
¡Holaa!
Por fin puedo empezar a actualizar... Estaba fuera de mi casa y no me daba tiempo de hacerlo, pero he vuelto.
Gracias por leer❤️
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