Tercer aporte para la Semana DekuTodo <3

Tema dos.

Fetiche.

Me gusta sucio.

—Me gusta pensar en ti, sucio.

Sus palabras cayeron tan frescas como lluvia en el verano, pero Todoroki jadeó en reproche contra la piel que habitaba en su boca cuándo algo fue tirado, seguramente su cuero cabelludo, en defensa propia, apretó el miembro que palpitaba escuchándose el quejido del otro. Quedaron así, forcejándose mutuamente mientras que Midoriya quería alejarlo, el hijo de Endeavor no lo permitía.

Al final, Midoriya cedió, dejándole una alborotada parte trasera que sólo hizo latir más rápido la sangre a su pene.

—A v-veces...Me gusta imaginarte cubierto de mis fluidos.

Todoroki casi se atragantó con el miembro, no fue el momento indicado, ni la circunstancia para decir una oración de tan grande magnitud. De inmediato recuperó la compostura, lo suficiente para darle un parpadeo lento al mirarlo hacia arriba.

Quizá había sido su imaginación.

Seguramente lo imaginé, casi pensó que había sido producto de su ya muy profanada mente. Sorbió lento, luego rápido, Midoriya todavía estaba metido en su boca, empezando ligeras penetraciones a su cavidad bocal, acariciándole la mejilla como si temiera mancharla

—¿P-Podemos intentarlo?

Esa voz tímida, esa sonrisa nerviosa y esos dedos que se menean entre ellos por su cabello, era casi una tortura negársele para algo así.

Sí que era injusto.

Todoroki exhaló por la nariz, se alejó, le dio una mirada fría a su novio, quién se quedó congelado. Abrió la boca para excusarse de su comportamiento tan extraño, pero en cambio recibió un encogimiento de hombros, sacudiéndose indiferentes.

—De acuerdo.

¿Oh?

Todoroki si pensó que las palabras de Midoriya eran extrañas, decir que no se llevó una grata sorpresa e Midoriya, era mentira.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Midoriya,

Pero Todoroki ya había retomado su tarea para poder silenciarlo, Midoriya soltó un gemido y enterró sus manos en los cabellos rojos y blancos, revolviéndolos por completo, quitándole la perfecta forma simétrica.

A Midoriya le gusta sucio, pero no era hablarle rudo, literalmente le gustaba ensuciarlo.

Sean fluidos, lodo, sudor, romperle la ropa a Midoriya le excitaba verlo hecho un desastre. Todoroki todavía no sabía cómo lidiar con el nuevo capricho fetichista de su novio, pero encontraría la manera.

—T-Todoroki-kun —la voz de Midoriya fue entrecortada, su boca colgó y trató de inhalar todo el aire posible. Da un respiro fuerte, las cosquillas en sus testículos es suficiente para hacerlo delirar.

No hay oxígeno a sus pulmones, por lo que sólo puede pensar en el deseo estrambótico que nace. La tentación de querer ver la piel traslucida de su novio sucia.

Tiene un fuego quemándole en las entrañas, y se lo avivan con Todoroki, Midoriya no cree poder aguantar más.

—¿P-Puedo? —paseó su mirada para obtener una respuesta consensuada, Todoroki asintió,

Midoriya alejó su miembro de su amante, siendo conectado a Todoroki sólo por el pequeño hilo de saliva en el que antes chupaba con tanto empeño, colocó su mano detrás de su nuca y sólo ocupó unos segundos más para correrse en el rostro de su amante.

Todoroki sintió algo viscoso derraparse sobre su cara, hizo una mueca. Notó que una parte del semen se coló a la mejilla. Esto definitivamente era extraño. Su mano, fue a querer quitarse la sustancia que adornaba su rostro, pero Midoriya no lo permitió al detenerlo en pleno acto.

—Déjalo así, me gusta.

Notas finales.

Gracias por leer hasta aquí!