Cuentacuentos
Lo sé, lo sé (?)
Tema 5.
Mascaras de Medieval!
—¡Y mientras rescataba a la princesa Inko del horrible dragón!
—¿Aham?
—¡El malévolo rey mandó a sus soldados a atraparlo!
—Oh no.
Se escuchó un gemido de sorpresa, un cuerpo cayó contra la madera y sonidos sordos de los objetos moviéndose llenó la habitación. La espada de madera se hondeó en el aire, casi como un sable. Midoriya empezó a agitar ésta, oscilando la capa entre los bruscos movimientos
—¡Pero All Might fue más veloz que el dragón! De un saltó lo esquivó, volando tan lejos de ese horripilante fuego — Midoriya continuó con su labor, moviendo bruscamente la espalda y evitando que sus piernas pisarán la capa. —¡Pero al aterrizar en tierras seguras, fue recibido por la guardia real!
Todoroki volvió a jadear sorprendido, tensando los labios, sus ojos brillaban maravillados. Midoriya sonrió detrás de la máscara, quién pensaría que esa expresión de terror se alejaría por segundos.
Cuándo Todoroki entró a su habitación en sigilo tratando de despertarlo, como el cuentacuentos real de la familia Todoroki, él sabía que debía hacer.
Y aquí estaban, Shouto esperando más de las aventuras del guerrero de All Might y Midoriya haciendo más ademanes para hacerlo centrarse en la historia, olvidando esas pesadillas que estuvieran molestándolo.
—¡Había millones de guerreros! —sintió que la máscara resbaló por la nariz algo sudada, así que se tomó segundos para regresarlas a su lugar. —All Might estaba atrapado, seguramente no había escapataroria....
—¿Y...?
—Y...
—Se fueron a dormir.
Una voz ajena lo sentenció, los dos dieron un respingo.
—Es sorprendente como siempre puedes entretenerlo a esta hora, Midoriya, pero ya es hora de dormir. —habló enternecida la criada, Midoriya, acostumbrado empezó a rascar habitualmente la parte de su cabeza.
Midoriya escuchó el llamado de la criada, diciéndole que ya era demasiado tarde. La capa que se alzaba fieramente, terminó debajo de pronto, una sonrisa nerviosa se implantó en su cara.
—Lo siento —se disculpó, manido —No me di cuenta de la hora, en fin. Continuamos mañana, ¿no crees?
Miró al príncipe, éste asintió no tan convencido. Atreviéndose a romper el silencio cuando estuvieron solos y Midoriya se iba alejando.
—Midoriya ...—la suave voz del príncipe saca al cuentacuentos de su ensoñación. Miró al pequeño, todavía apegado a la cama.
—¿Qué pasa su alteza?
Todoroki abrió la boca, la cerró, repitiendo el movimiento por unos segundos hasta que finalmente curioso, expulsó.
—¿All Might si se salvó?
El príncipe se encontraba rodeado de pieles, apretando las manos contra la orilla de éstas, mirándole esperanzado en aquella expresión de labios alineados con interés, recayendo todas las ilusiones sobre el cuentacuentos, éste se vio incapaz de rompérselas.
Midoriya parpadeó.
El cuentacuentos real se detiene, la máscara de toques verdes y dorados fue levantada de su rostro quedando atascada en la alborotada melena verda, estaba sudado y la respiración resonaba un poco entre los dos, Midoriya se tomó unos segundos para pensar en el final. Sonrió, al tenerlo.
—Y entonces...
—¿Y entonces...?
—All Might ...—su voz suena seria, los dedos de Todoroki se tensan por segundos, pero luego Midoriya soltó una risa —¡De un solo golpe derribó a los millones de enemigos! ¡Golpe tras golpe! ¡El ganaba siempre con una sonrisa! Venció al dragón, al malvado príncipe y la reina Inko fue rescatada de la tiranía de barba de fuego.
—¡Esplendido! —exclamó el pequeño, Midoriya sonrió, sintiéndose satisfecho de haber podido cumplir su trabajo.
—Así es su alteza —continuó el cuentacuentos —¡All Might siempre vence! ¡No hay nada que pueda detenerlo! —masculló encantado —, ¿sabe por qué?
Para ese entonces, Midoriya ya estaba por encima de la cama, encargándose de arropar el diminuto cuerpo con las pesadas pieles. Izuku no resistió la tentación de sonreírle cuando Todoroki, después del cuento, sólo se arrapó, hundiéndose más en la cama.
—¿Por qué siempre está aquí? —respondió, con un bostezo que se asomó involuntario. Midoriya afirmó, pero para ese entonces, sólo colocó una mano en la pálida mejilla ya adormilada.
—Así como yo estoy para usted. Descanse, su alteza.
Notas finales.
Esto sólo nació de la idea que tengo de que amaría a Midoriya contarle cuentos a Shouto xD.
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