Más allá de lo que los ojos pueden ver y la mente comprender.
Pareja: TodoDeku
Palabras:2088
Tema: Fluff, romance
Estaba cubierto de tierra, admirar la belleza de la persona que te gusta puede ser peligroso, tan sólo se distrajo un poco, no era para menos, Midoriya Izuku había pasado riendo dulcemente, parecía resplandecer como un ángel, uno que desvió su atención de su camino y gracias a ello, cayó de cara contra una jardinera, terminando así, lleno de tierra. Se levantó y sacudió su ropa, en la espera de no haber sido visto por la persona que le gusta, sería una gran vergüenza además de que se supone que él no debe estar en ese lado del campus, su licenciatura queda del otro lado, en el área de humanidades, pero el peliverde estudiaba botánica.
—¿Estás bien? — Dio un respingo al reconocer la voz que amablemente se preocupaba por él—La caída se escuchó un poco fuerte.
Sintió sus mejillas enrojecer, agradecía que su cara no pudiera demostrar cómo se sentía.
—Uhm, sí, estoy bien — bendijo su tono monótono, porque la verdad sentía mucha vergüenza y se sentiría peor si su voz temblara—Fue una caída de nada— se paró derecho, inflando su pecho, seguro que Midoriya quedaría impresionado ante su valentía, pero las esmeraldas brillantes miraban su pierna derecha con atención.
—Te hiciste un raspón.
Levantó un poco la pierna señalada y miró su rodilla, en efecto estaba raspada, algo de sangre humedecía el pantalón—No te preocupes, no me duele. — Siguió con esa pose de hombre valiente que no le duele nada—Soy muy fuerte.
Midoriya arrugó su nariz con un poquito de disgusto, se giró sobre sus talones y alcanzó a sus amigos que lo esperaban desde lejos, Todoroki no sabía que había pasado, estaba seguro de que las cosas estaban marchando bien. Se desanimó al creer que tal vez ese joven nunca iba a verlo como él quisiera.
(...)
Compró dos paquetes de galletas de chocolate, estaba seguro de que podía darle un pequeño detalle que indicara que tenía interés en él. No podía ser tan complicado, tan sólo tenía que ir el cambio de clases y ofrecer el producto. Como esperaba, Midoriya estaba sentado en el pasto del patio de su facultad, estaba comiendo una manzana mientras reía con sus amigos.
—Buenos días— saludó, sus dos amigos le miraron con complicidad, como si ellos supieran lo que pasaba.
—Buenos días— Midoriya dulce como siempre le sonrió.
—Uhm te traje unas galletas— le tendió el paquete, el joven peliverde dudó en tomarlo, pero su amiga le incitó a hacerlo con una sonrisa.
—Me gustaría saber el nombre de quien me está dando un regalo.
—¿Importa? — Se preguntó si lo había hecho bien, después de todo su hermano mayor Touya le había dado los consejos para conquistar al peliverde.
Una vez más el chico arrugó su nariz con disgusto, le levantó y sacudió sus pantalones de mezclilla.
—Mejor cómelas tú, Uraraka— Le lanzó el paquete de galletas a su amiga y se marchó con la boca ligeramente torcida.
Escuchó la risa de la chica y luego al otro chico decirle que no se burlara de la desgracia ajena.
—¿Qué hice mal? — preguntó a la nada.
—Todo, el único mamón que Izuku tolera es Katsuki— Se giró a ver a Uraraka, quien ya se encontraba comiendo las galletas—Tu actitud lo desespera, para ser casi un acosador deberías saber eso.
—Mi hermano dijo que actuar cool, frío y desinteresado funciona— arrugó su entrecejo—¿Cómo lo hago entonces?
—Si esto que mostraste no eres tú, entonces deberías mostrarle tu verdadera forma de ser, si después de eso sigue sin quererte cerca, pues lo mejor es que dejes de insistir—dijo el chico de lentes.
—Izuku suele ir a la biblioteca cuando está enojado, intenta de nuevo.
Hizo caso, si los consejos de su hermano mayor no funcionaron, seguro que los de los amigos de su (futuro) chico sí sabían de lo que hablaban, tal como dijeron, Izuku estaba sentado en una mesita, con un libro entre sus manos, parecía inmerso en su lectura, se sentó frente a él con delicadeza, el menor no se dio cuenta de que estaba frente suyo, por lo que tocó en la pasta dura del libro como si fuese una puerta. Izuku asomó sus ojos sobre el libro.
—Mi nombre es Todoroki Shoto, me disculpo por mi comportamiento pasado, ese no era yo, sólo quería llamar tu atención, lamentablemente los consejos de mi hermano mayor no fueron los mejores, negando así la teoría de que los mayores son sabios por su experiencia—las mejillas contrarias se enrojecieron ante la declaración de que quería su atención—Si me lo permites, me gustaría cortejarte en la manera que creo que es la correcta, pero por favor, dime cuando algo te moleste, soy nuevo en esto y la verdad no quiero arruinarlo más—Midoriya tembló en un suspiro emocionado, esa faceta del chico bicolor era demasiado directa, le gustaba.
—Está bien, aprecio que quieras hacerlo mejor, sería un honor dejar que me cortejes— soltó una suave risa al darse cuenta de que se escuchaba demasiado formal, pero era lindo.
—Gracias, Midoriya— cerró su boca de golpe, el menor parpadeo confundido y luego soltó una dulce carcajada.
—Por lo que veo, ya sabes mi nombre.
—Lo siento— Todoroki desvió la mirada algo avergonzado, su pálido e imperturbable rostro se pintó en rojo por la vergüenza que le causaba la situación.
—Está bien, no me parece aterrador.
(...)
Aquel día marcó el inició de un cortejo dulce, con detalles pequeños todos los días y salidas continuas que enamoraban ambos corazones. Incluso su primer beso había sido tierno, fue en un frío octubre con las hojas de los árboles cayendo sobre sus cabezas mientras disfrutaban un café de avellanas, la espuma dejó un bigote en el labio superior de Midoriya y Todoroki decidió quitarlo, apoyó una de sus manos en su mejilla, acercó su rostro y le dio un suave beso, apenas atrapando los labios ajenos entre los suyos, no podía dar más, era inexperto en el tema a pesar de su edad, Izuku estaba siendo su primero en todo. Cuando le pidió que fuera su novio, fue al siguiente día, sabía que el menor no le habría permitido ese beso, si no sintiera lo mismo que él, lo hizo privado, sólo ellos dos en el jardín botánico de la ciudad, si a su amado le gustaban las plantas, tenía que hacerlo en un lugar donde hubiera muchas, para que supiera que sabía lo que le gustaba.
Si bien amaba mucho al menor y agradecía que le diera la oportunidad de estar a su lado, tenía una inseguridad, una que llevaba el nombre de "Katsuki Bakugou", el amigo de la infancia de su novio, parecía que ninguno de los dos sabía lo que era el espacio personal y no sólo era eso, el rubio se empeñaba en tocar íntimamente a Izuku cada que le veía acercarse, cómo si tratara de declararle la guerra, el menor era tan inocente para darse cuenta de ello, pero Todoroki lo sentía.
—No me estás escuchando— Izuku le miró con el entrecejo fruncido—¿Por qué mi novio no me está escuchando?
Cada que Midoriya decía abiertamente que eran novios, todas sus preocupaciones desaparecían, sonreía como el bobo enamorado que era, sin duda que su novio era el mejor de todo el mundo. Era el hombre con quien quería pasar el resto de su vida.
(...)
Todoroki estaba nervioso, cenaba con su familia en celebración al primer caso ganado por él, su despacho de abogados era nuevo y por el momento sólo lo tenía a él, pero era bueno en ello y con este primer caso esperaba obtener la atención de otros que quisieran unirse a su barco de justicia. Aunque había otra cosa que deseaba hacer, algo que era más importante.
—Hay algo que quiero decirles— sus padres y hermanos le miraron con atención—Le pedí matrimonio a mi novio— anunció, su madre apretó los cubiertos entre sus manos— Me dijo que sí— hubo un pequeño silencio que fue roto por su hermano mayor, quien aplaudió, siendo seguido por sus otros dos hermanos.
—Muy bien Shoto, espero que hagas feliz al pequeño arbusto.
Su padre formó una mueca, era un intento de sonrisa, pero su madre, tan sólo le miraba fijamente. Tragó duro, por algún motivo, esa mirada no le daba confianza. La cena termino sin pena, ni gloria, claro que esperaba otra respuesta, pero no importaba, sólo quería decirles lo que pasaría con su vida, de la cual ellos nunca tendrían control.
Antes de regresar a su departamento, decidió ver a su madre, tal vez sería la última vez, la mujer nunca estuvo de acuerdo en su relación con Izuku, la mujer estaba calentando agua, seguro tomaría un té para los nervios.
—Debo irme madre— dijo.
—De todo lo que pudiste ser, resultaste ser un asqueroso homosexual. —las manos de la mujer temblaban ligeramente—Tenías que ser igual a tu padre.
Shoto entró en shock, ¿su padre era homosexual? Su consternación provocó que no notara cuando su madre tomó la tetera y abrió la tapa, ni siquiera el movimiento brusco que hizo para arrojarle el agua hirviendo, tan sólo gritó de dolor.
Su padre y hermanos llegaron corriendo, antes de que la mujer le golpeara con el objeto metálico, el hombre la detuvo mientras su hermana corría al congelador para tomar hielos en un paño y ponerlo en el rostro ajeno, Touya llamaba una ambulancia y Natsu sostenía las manos ajenas, tratando de que su hermano supiera que lo apoyaban.
La ambulancia llegó a momento y Shoto fue trasladado al hospital al área de urgencias, la familia Todoroki parecía invadida por la bruma de la tristeza, el enojo y la confusión.
—Yo llamaré a Izuku, él debe saber que su prometido está en el hospital— Fuyumi sacó su teléfono, suspiró para que su tono de voz no preocupara tanto al menor.
(...)
Shoto abrió los ojos, sólo que con un ojo veía el techo del hospital y con el otro la nada. Se asustó, pero antes de cualquier movimiento, la dulce voz de su prometido se escuchó a su lado.
—Estás vendado— dijo—No te muevas mucho, por favor mi amor.
Se giró para poder ver su rostro, el menor le sostenía la mano, lucía un poco cansado, pero a pesar de todo tenía una dulce sonrisa en sus labios—Hola— saludó, su amado soltó una lágrima.
—Me hace feliz saber que estás bien, los doctores me dijeron que era algo superficial y que tu visión no había sido afectada, pero de todos modos tenía miedo de que algo se complicara y entonces...— había comenzado a murmurar, Shoto sonrió, la vivida energía de su prometido era todo lo que necesitaba para saber que las cosas estarían bien.
—Comprendo, tranquilo amor, soy fuerte, ¿recuerdas? — Midoriya sonrió al recordar su primera conversación.
—Me alegro, porque no me quería quedar sin prometido.
(...)
Se estaba mirando en el espejo de su nueva casa, la estaban estrenando recién, justo después de que su boda terminara. Se acarició su cicatriz, mordió su labio inferior, su expresión pronto se llenó de tristeza, varias personas le miraron durante la fiesta, algunos cuchicheaban entre ellos, los niños (que son crueles) señalaban descaradamente su cara y se reían.
—¿Amor? — Izuku le miraba recargado del marco de la puerta— Te he estado hablando desde hace dos minutos.
—Lo siento— se giró hacia su marido y le abrazó por la cintura—¿Qué me decías?
—Te preguntaba si íbamos estrenar esa cama o mi guapo esposo sólo se iba a mirar en el espejo.
Shoto regresó a su expresión de tristeza, alejó las manos de la cintura de Izuku y se retiró el cabello de la cara.
—No me mientas, no soy guapo, tengo ojos y puedo ver que esto me hace ver mal.
Izuku acunó su rostro entre sus manos y negó con una sonrisa dulce—Mentiras que tu mente te dice, no le creas a nadie que diga que eres feo, porque eres muy guapo, mi apuesto marido tiene una belleza que no puede ser comparada con la de nadie, porque no sólo viene del exterior, sino que también del interior.
—Izuku— sus ojos se habían llenado de lágrimas—No creo que nadie me pueda amar como tú.
—Ni nadie que me ame de la manera en la que tú lo hacer.
Se besaron con pasión, se amaron con desbordante concupiscencia, porque ellos sabían que lo que sentían iba más allá de lo que los ojos pueden ver y la mente comprender.
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