Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6 - Aventurero Novato (1)

Capitulo 6 - Aventurero Novato

Estado, está compuesto de varios parámetros que ayudan al aventurero a hacerse más poderoso. Y se dividen en habilidades básicas, habilidades de desarrollo y nivel general.

Habilidades básicas

Izuku Midoriya.

Familia: Miach.

Nivel: 1

Fuerza: I0

Resistencia: I0

Destreza: I0

Agilidad: I0

Magia: I0

Habilidades -

(Adversidad de Resurrección)

Descripción: Esta habilidad te permite transformar el daño en aumento de estadísticas, impulsora para el crecimiento y supervivencia del usuario. Si recibes un daño mágico, las estadísticas aumentarán el doble. Un daño crítico de muerte triplicará cada una de la estadísticas. La adversidad se convierte en tu aliado, mientras superas los obstáculos y derrotas a tus enemigos con determinación. Convirtiendo la adversidades en una fuente de poder.

Izuku estaba junto a su nueva familia, observando su única habilidad con atención. Estaba demasiado bien como para ser su primera habilidad, realmente destacaba como única. Se sintió especial en ese momento, cuando..

―Es un tanto masoquista esta habilidad, ¿no?―, dijo la chica interesada por las estadísticas de su nuevo compañero, dándo su sincera opinión. ―¿Acaso tienes un fetiche raro?―, preguntó con un tono burlón, viendo al nervioso chico.

―Claro que no, aunque.. me dañaban mucho cuando era pequeño.―, confesó, recordando en su antiguo mundo cuando recibía abusos por parte de sus compañeros, y por supuesto que no gozaba de eso como un masoquista pervertido.

―Es una habilidad ciertamente interesante, Izuku, pero nunca te dejes dañar por monstruos solo para avanzar, ¿entiendes?―, comentó el dios preocupado, poniendo su visión sobre el nuevo miembro de su familia.

―No disfruto del dolor, señor. No se preocupe, tampoco soy imprudente.―, Contestó, notando la gran preocupación del dios, alegrándose un poco en el fondo de haber escogido a un dios que se preocupara por él, y no pensaba decepcionarlo.

―Los monstruos del primer piso son seguros, quizás allí podrás ver cómo funciona esta habilidad. Hasta un niño con bendición es capaz de enfrentar a esos monstruos.―, Ella recomendó, sin embargo, esa habilidad le continuaba resultando bastante masoquista, y seguía insinuando que este chico era un pervertido de fetiches raros.

―Por cierto, ¿tienes un lugar donde quedarte? Puedes venir a vivir aquí con nosotros.―, Propuso Miach. No quería que su segundo hijo viviera alejado de ellos. Además, contaban con unas habitaciones disponibles.

―Eh.―, Izuku estuvo pensándolo; tener una habitación separada era genial, pero claro que había un costo elevado. En la farmacia no sería así, solo se preocuparía por ayudar a su nueva familia. Viendo a la mujer, toda expresión de hostilidad se desvaneció como si nunca hubiera existido, adquiriendo una mayor serenidad. ―¿No hay problemas?― preguntó.

―Para nada, ahora eres mi hijo, y te voy a cuidar como uno. Si estás cerca es más fácil.―, Comentó, dando una sonrisa encantadora, sonrojado ligeramente a la chica que tenía al lado.

―Si no hay problemas, estaré encantado de vivir aquí, señor, señora.―, contestó, en total agradecimiento por las palabras del dios. Él era humilde, justo como él, llenos de humildad.

―No soy una señora. Me llamo Naaza. Erisuisu Naaza.―, Se presentó.

Naaza Erisuisu. Ella tiene pelo largo color castaño, ojos morados, destacables orejas y cola de perro. Actualmente vestía una falda larga que dejaba sobresalir su cola. Una camisa de mangas asimétricas, con la izquierda siendo manga corta y la derecha siendo lo suficientemente larga larga como para cubrir su brazo completo.

―Un gusto, señorita Naaza.―, Corrigió, notando la incomodidad de ella al ser llamada señora. No entendió por qué de esa incomodidad, ni menos lo malo de ser llamada señora.

―Igualmente, Izuku, espero que nos llevemos bien.―, Contestó de regresó, y dejó ese estado de incomodidad entrando en una gran serenidad.

―Ahora es muy agradable.―, Pensó, aliviado de no sentir ninguna hostilidad por parte de ella como en un principio.

―Señor Miach, si no es problema, mañana traeré mis pertenencias aquí, por esye día me retiro para ir al gremio.―, Haciendo una reverencia. Miach estuvo de acuerdo con un asentimiento.

―Está bien, hijo. Nosotros nos encargaremos de limpiar tu nueva habitación. Hasta entonces, nos veremos de nuevo mañana.―, Comentó deseándole las mayores de las suertes a su aventurero.

―Gracias, señor. Me estaré preparando para mañana. Comenzare como aventurero.―, Determinado y emocionado, estuvo dispuesto a irse, pero antes había sido detenido.

―Izuku, espera, antes de que te vayas, tienes que llevar esto a tu consejera de gremio.―, Miach extendió su brazo para darle una hoja de estado en cero. Izuku por otro lado, entro en confusión porque su habilidad desapareció.

―¿Y mi habilidad, señor?―, Preguntó, preocupándose por haber perdido tal habilidad.

―Será privada solo para nosotros tres, no te preocupes, no habrá problemas por el gremio. Ahora ve.―, Ordenó el dios sin preocuparse por esconder esa extraña habilidad.

―Ok, gracias, señor. Nos vemos mañana. Adiós.―, Se despidió sonriente.

―Adiós.―, Con la misma energía. Miach se despidió animadamente.

―Hasta mañana.―, A diferencia de ambos hombres. Naaza se despidió perezosamente.

Izuku abandonó la farmacia, caminando en dirección al gremio. Nada interesante sucedió allí, pudo llenar su encuesta por completo, añadiendo sus estadísticas en cero.

Y como acordaron, actualmente nuestro protagonista ordenaba sus pertenencias en una habitación totalmente vacía donde se quedaría desde ahora. La sede farmacéutica. Este día, después de ordenar su habitación, se iría a su primera aventura dentro del calabozo. Comprando un poco de ropa con sus monedas ahorradas que poco a poco se gastaba.

Este dato menor no le interesó demasiado.

Ahora solo pensando en su primera aventura dentro del calabozo, cuando fue a rellenar la última pregunta de la encuesta.

Eina, su consejera, le dio autoridad total para bajar un solo piso ese día. Hasta su nuevo dios había impuesto reglas para él. Se sintió un poco disconforme al principio, pero de inmediato supo ser compresivo.

Él no conocía lo peligroso que era el calabozo, y todas las advertencias que recibió provocaron que no fuera tan terco, pensando muy serio sobre este asunto.

―¿Te sientes cómodo?―, Apoyada en el marco de la entrada, su capitana estaba cruzada de brazos, viéndolo atentamente.

―Sí, muchas gracias.―, Agradeció, desde que se unió en ningún momento volvió a sentir la misma hostilidad por parte de la capitana.

Claro, las pocas veces que la vio durante el transcurso del día. Capaz lo del principio fue una especie de autodefensa de precaución, cosa que resultó correcta.

―¿Cuándo piensas ir al calabozo?―, Preguntó manteniendo un tono somnoliento.

―La emoción me supera y puede que este mismo día me vaya.―, Comenzó, poniéndose unas botas de cuero casualmente iguales a sus míticos zapatos rojos.

―¿Tienes armaduras, armas, escudos? Todo es vital de suma importancia. Ahora mismo te voy a proporcionar pociones de sanación.―, Recordó los productos que vendían. Y rápidamente abandonó la habitación en busca de los que sobraron ese día.

Recalcando, nada de esa hostilidad quedó, un cambio drástico. Ahora ella era como una especie de hermana mayor, también estas horas donde estaba acomodando sus pertenencias, ella estuvo pendiente de que se encontrara cómodo. Agradeció totalmente la bienvenida.

La bienvenida de la hermana mayor.

―Naaza me ha contado que irás al calabozo, ¿es cierto?―, preguntó con un tono preocupado. Miach ingresó a la habitación con mucho permiso, como si la casa no fuera suya.

―Sí, señor, di mi aviso a mi consejera, después de prepararme iré.―, contestó de forma respetuosa. El dios viendo la armadura de pecho de baja calidad, reconoció que era un regalo de bienvenida del gremio.

―¿Tienes armas? Podemos ver cómo conseguir algo de mejor calidad.―, Un tanto temeroso de que todo terminara mal, pero también sabía de que el primer piso no representaba un riesgo para perder la vida.

―Tengo esta daga y mi hacha en perfectas condiciones. Debería ser adecuado para los primeros pisos, ¿no?―, Enseñando la mencionada hacha, era perfecta para ser usada como arma. Un arma inicial, claro, hasta que consiguiera un poco más de dinero.

―Bien, creo que es adecuado. Pero recuerda pensar en las nuevas reglas y recomendaciones, ¿entendido?―, Comentó de nuevo, preocupándose bastante por su segundo hijo. Estas recomendaciones eran sencillas, otorgadas por su nueva capitana. Aquí le daban reglas y recomendaciones para enfrentar el calabozo.

1. Nunca subestimar el calabozo.
Sencillo, ni siquiera pensó en ir a divertirse en un calabozo lleno de monstruos.

2. Un aventurero no debe ser arrogante.
Ser soberbio y bajar más de la cuenta estaba prohibido. Bajaría pisos según estadísticas y nivel.

3. Prohibido enfrentar monstruos.
Las hordas eran comunes, claro que en pisos un poco más profundos. Sin nivel avanzado es imposible batallar. Incluso los niveles avanzados tenían inconvenientes.

4. No llevar tu cuerpo al máximo.
Como dice su título: una vez con cansancio, volvería a su nueva casa. Nada de continuar explorando.

5. Asegurar todas las provisiones.
Cuando abandonara la sede. Y antes de ingresar al calabozo, asegurar cada provisión, armas en buen estado, comida, pociones, y también añadió por su parte estar bien desayunado. La última vez que no desayuno y trabajó, no la pasó nada bien.

6. No ser un héroe.
En todo caso de ver a alguien en riesgo, si implicaba estar en riesgo él, no debía tratar de ser un héroe. Su vida estaba por encima de todo.

Esta parte tal vez fingiría un poco de ignorancia. Ser un héroe era su plan. Si no era capaz de salvar a alguien de morir, ¿qué clase de héroe sería?

7. No dejarte dañar voluntariamente.
No dejar que los monstruos te dañen, tu habilidad es buena, pero es un arma de doble filo que puede llevarte a la muerte.

―Entendido, señor, me esforzaré mucho.―, Izuku comentó, y puso su hacha en su cinturón, sirviendo de apoyo. Mientras tanto, su daga la puso dentro de un bolso atado en su pierna derecha. ―Creo que es momento, señor.

―Perfecto, cuídate mucho, Izuku. Te estaremos esperando ansiosos.―, Contestó, todavía no había tenido mucho tiempo de conocer al nuevo miembro de su familia. Debido al poco tiempo del chico en la casa. Ahora que se iba al calabozo, solo pudo desearle las mejores de las suertes.

Izuku se puso su mochila escolar amarilla, y arriba de ella acompaño con una capa verde. Ahora tenía la apariencia.

¡De un verdadero aventurero!

―Gracias, señor, volveré en unas horas.―, Se despidió ansioso, abandonando la habitación, caminó hasta la farmacia. Donde Naaza esperaba con unas cinco pociones en mano.

―Izuku, estas pociones sobraron. Úsalas si estás en mucho riesgo, aunque vas al primer piso, no creo que necesites esto. Pero de todas maneras no subestimes el calabozo.―, Entregó las pociones envueltas en unas bolsas de tela.

―Déjame pagar estas pociones, por favor.―, Izuku a cambio entregó una pequeña bolsa con monedas. Y ella se negó claramente.

―No es necesario. Son pociones que no van a ser vendidas, seguramente nuestro dios terminará regalándolas.―, Contestó, negándose a tomar dichas monedas.

―Sé que dar pociones gratis no es bueno para nosotros, señorita Naaza, tengo monedas de sobra por ahora, y me gustaría pagar por ellas como cualquier otro, claro hasta que tengamos más dinero.―, Sonrió tímidamente, dejando las monedas sobre el mostrador, solo para provocar una diminuta sonrisa de la mujer.

―Entonces te tendrás que esforzar mucho para obtener pociones gratuitamente.―, Comentó no insistiendo más con el tema, guardando las necesarias monedas para reproducir más.

Para eso estoy aquí, señorita.―, Contestó.

―Solo llámame por mi nombre, no es necesario tanta formalidad, ahora somos compañeros.―, Comentó.

―Entendido. Gracias por las pociones, Naaza.―, Agradeció, guardando las pociones dentro de su mochila escolar.

―Mucha suerte, te estaremos esperando.―, Comentó Naaza, viendo como su dios entraba a la escena para despedir al adolescente.

Izuku que abandono la farmacia, dio media vuelta para extender su brazo hacía arriba en despedida. Misma acción copiada por su nueva familia que se encontraban igual de ansioso que él.

Ahora sí era el momento.

Calabozo - Orario

Izuku lentamente bajaba unas escaleras bastante nervioso. Observando a muchos aventureros con armaduras brillantes, otros lucían poderosos que no dependían de ellas. Eso para él, fue increíble sinceramente.

Ahora apreciando un enorme agujero, en el centro, todos descendían en círculo a través del profundo agujero. Asomándose un poquito, intentó ver una profundidad allí, pero no pudo ver nada.

Dejando de lado esto, también analizo unas columnas iguales, y por encima de ellas, una pintura del mismo cielo, que en verdad parecía iluminar todo.

Muchos otros aventureros se separaron, y se confundió un poco por ello. Sin embargo continuó su avance. Y ingresó por una entrada desconocida para él.

Ahora las paredes eran de un color azul claro. También con amplios pasillos, iluminados por pequeñas luces verdes que dejaba ver perfectamente el gran espacio.

Una bienvenida al primer piso del calabozo.

Cauteloso, sacó su hacha en precaución, sosteniéndolo con todas sus fuerzas. La verdad es que el temor se apodero un poco de él. La emoción de un principio no le dejó pensar bien en sus acciones. Su corazón acelerado, causó un sudor frío, y ni siquiera había ingresado por completo al primer piso.

Necesitaba superar este miedo. Él mismo escogió este camino, con miedo, nunca conseguiría avanzar realmente.

¡Ahora era el momento de demostrar su valor!

¡Se esforzaría por superar cada adversidad!

¡Cómo un verdadero héroe!

Izuku caminó.

Un solitario caminó que estaba enfrentando con determinación. Ahora tenía la oportunidad que no tuvo en su mundo anterior. Él iba a ser un héroe, el aventurero más fuerte de la ciudad, y del mismo mundo. Pero para eso, primero necesitaba enfrentar su propia persona, su miedo.

No había nada por el momento, ningún monstruo visible. Bueno, tan malo no resultó ser, en un principio esperó muchos monstruos, pero todo estaba inquietamente tranquilo. Hasta que sus oídos captaron un sonido peculiar que no fue capaz de reconocer.

Izuku esquivo repentinamente un monstruo desconocido, pero su pierna izquierda recibió un diminuto corte a causa de las garras del monstruo. Retrocedió inmediatamente amenazado y atemorizado, pero se quedó inmóvil cuando acabo de visualizar a su atacante.

Era un pequeño goblin (duende). Este monstruo era una criatura humanoide de color verde en su totalidad, con un torso regordete y extremidades cortas como también regordetas.

Esos ojos eran saltones y se vio pequeños colmillos muy afilados.

Izuku, sin problemas, empezó a esquivar los ataques del duende. Estaba verdaderamente impresionado por ver a su primer monstruo. Pero más impresionado estaba por poder esquivar los ataques. Lastimosamente era un monstruo muy débil.

Por simple reacción, su hacha a gran velocidad se perforo unos centímetros en el hombro derecho del monstruo. Causando desgarradores chillidos del duende que se intentó separar al estar gravemente herido.

Mientras sostenía el mango de su hacha, se cubrió la boca con su mano libre, aterrado por lo que había hecho.

―Lo siento tanto, no fue mi intención.―, Izuku se disculpó de inmediato, moviendo su hacha para sacarla, eso solo causo una tortura al pobre monstruo. ―Lo siento, lo siento, déjame que...

No fue capaz de concluir su oración porque el monstruo estalló en humo negro. Y se quedó allí, quietó por lo que había hecho. Fue consciente de que los aventureros asesinaban a los monstruos, y los monstruos a los aventureros.

"Vi unos aventureros y no fue tan bueno como había pensado."

"Un grupo de aventureros gravemente heridos, con falta de un ojo, piernas y brazos."

"Nunca confíes en el calabozo.. o morirás."

El calabozo era una zona repleta de guerras. Sin treguas, ni monstruos amigables, ni aventureros piadosos. Esto es una lucha constante por vivir y sobrevivir para otro día continuar luchando. Por sueños, reconocimiento, riquezas. Si deseabas todo eso, necesitabas sacrificar cosas.

¿Qué podía sacrificar él para alcanzar su sueño?

Asesinar a su primer monstruo no le causo un sentimiento de superioridad, ni menos sentir mejor, ¿ellos tenían sentimientos o comprendían los sentimiento de luchar a muerte? se cuestiono muchas cosas sobre este mundo.

De nuevo.

¿Qué podía sacrificar él para alcanzar su sueño?

Tres duendes llamados por esos sonidos anteriormente chillidos, se acercaron sin cuidado al protagonista, no intentando ocultar sus presencias, descuidadamente. Y en simultaneo atacaron entre fuertes sonidos de guerra.

Él, iba a sacrificar su miedo.

Volvió a sujetar su hacha con todas sus fuerzas. Dando pasos adelanté, corrió hacía los duendes como ellos hacía él.

―"En serio, lo siento."

Dejó pasar de largo a su primer atacante, abalanzándose sobre el segundo, en un rapidó movimiento le cortó su cuello. Empujando ese cuerpo, chocó contra el tercer duende que tardó en reaccionar cuando su cabeza fue perforada por el arma de protagonista.

Dándose media vuelta, sacó su hacha del cráneo del monstruo, y con fuerza lo lanzó en contra del primer duende, perforando cruelmente su rostro para estrellarlo contra una pared cercana.

―"Esperó que descansen en paz."

Bajo su mirada cuando los tres monstruos en sincronización estallaron en humo negro. Caminando lentamente, recogió de nuevo su hacha. Tomo unos segundos de silenció por la vida de los monstruos que arrebato. Después de esos segundos, se agachó, viendo una piedra mágica de color violeta en el suelo, justo donde asesino a los monstruos duendes.

―¿Qué es esta cosa?―, Se preguntó, viendo un objeto junto a la piedra mágica. ¿Qué era?. Era un pequeño colmillo de duende. ―¿Un ítem?―, Se volvió a preguntar, sentándose en el suelo para analizar mejor sus pertenencias.

Ítem de un monstruo. Estos objetos. después de que un monstruo muere, dan un objeto de valor que se puede usar para diferentes tipos de cosas. Este colmillo es uno de esos objetos de valor. Claro esta que la probabilidad de encontrar uno son bajas, y no siempre consigues uno. Depende puramente de la suerte.

De su bolso, sacó una pequeña bolsa de tela. Procediendo a guardar ese colmillo junto a las cuatro piedras mágicas. Otro punto interesante que retomar; las piedras mágicas son el núcleo de los monstruos, cada vez que son derrotados por un aventurero ellos soltarán esta piedra. El trabajo de un aventurero es reunir una gran cantidad de piedras para cambiar en el gremio por dinero.

Esa era la fuente de ingresó de un aventurero.

También estas pierdas mágicas, tienen muchos usos en la sociedad actual.

Izuku escuchó unos ruidos provenientes de detrás, levantándose, tomó su hacha para en un rápido movimiento dejar pasar unas garras. Otro duende pasaba de largo en su visión. Ahora sin titubear, aprovechó esta oportunidad para cortar los ojos del duende en un corte horizontal. Viendo como el duende se retorcía mientras con sus dos manos cubría sus cegados ojos.

Izuku aprovecho para sacar de su bolso un diario y un lapiz. Entre ruidos de terror y profundo dolor. Con el poco tiempo empezó a dibujar a la criatura. Las características y sus fortalezas, aunque todavía ellos no demostraron ninguna destacable. Se disculpó mentalmente, y sin piedad, había decapitado al duende que segundos después estalló en humo.

Estos monstruos no representaron un reto. No porque tenía fuerza de más. Si no porque no se necesitaba ser extraordinariamente poderoso como para derrotar a estos monstruos. En mas, él era tan débil y no tuvo problemas para luchar contra estás criaturas. Quizás si fuera un grupo mas más elevado, recién ahi representaría riesgo de ser dañado.

Izuku asintió ante su dibujo, todavía faltaban unos detalles, pero después lo iba a corregir. Dejó espacios para añadir más características del monstruo. Un pasatiempo que anteriormente estuvo acostumbrado a hacer con los héroes de su mundo.

Cerró su diario para guardarlo dentro de su bolso. Después de todo no tenía muchas cosas que destacar de un duende, más que su falta de eficiencia en varios puntos como velocidad y inteligencia.

Ahora se preparó de nuevo mentalmente para continuar luchando. De nuevo recayendo en pensamientos motivacionales para dejar su miedo a un lado. Nadie le comentó que ser un aventurero era sencillo. Y si no luchaba con todas sus fuerzas, los monstruos no dudarían en asesinar al momento.

―Bien, tú puedes, tú puedes, has hecho un buen trabajo hasta ahora. Solo es cuestión de creer en..―, Vio a un monstruo humanoide con cara de perro. El silencio inundo la zona, humano y monstruo se vieron en silenció por breves segundos. ―¡¿Qué cosa es ese bicho?!―, Retrocedió unos pasos por precaución, viendo como ese monstruo se ponía en posición para atacar.

Ese monstruo atacó. Corrió en dos patas en su dirección. Con unos pasos descuidados hacía atrás, movió su hacha para corresponder al ataque. Las garras del monstruo chocó con su hacha.

Entre forcejeos. Izuku aprovechó la oportunidad y dio un fuerte rodillazo a las costillas del monstruo perro. Arqueándose, Izuku no le permitió recuperarse, atacando con un gancho derecho a la cabeza.

Sostuvo su hacha.

El monstruo se levantó gruñendo furioso. Rápidamente arremetió contra el humano. Izuku movió su cabeza hacía atrás, inclinando su cabeza, el monstruo llegó a cortar su mejilla izquierda. Sin perder tiempo, su enemigo continuo atacando, haciéndolo retroceder poco a poco contra una pared.

Izuku se esforzaba para esquivar los ataques. Pero notaba a ritmo acelerado un patrón de ataques, como si se tratara de un videojuego. Saltando a un costado, esquivo un zarpazo, contraatacando con otro duro gancho izquierdo. Pudo revertir su pequeña pero no peligrosa situación de acorralar al monstruo contra una pared.

Viendo su hacha en su mano derecha, la balanceó para perforar el cuello del monstruo humanoide, logrando terminar con su vida.

Entre el humo negro, él se agachó para recoger la piedra mágica, guardándola dentro de la pequeña bolsa que contenía otras piedras.

Este monstruo perro, mostro cierta diferencia al duende. Debería tener cuidado a los monstruos desconocidos, no todos serian iguales. Sin embargo en el piso uno, todos iban a ser monstruos débiles, este a pesar de su velocidad, no represento tanto riesgo. Quizá un pequeño grupo de estos monstruos representaría un peligro verdadero. Ahora no habría ninguna batalla épica ni monstruos que amenazaran constantemente su vida.

Antes de continuar con su recorrido, se encargo de limpiar las manchas de sangre de su hacha. Si llegaba a perder su filo característico, lo llevaría a usar su daga otorgada por el gremio obligatoriamente. No era tan mala, pero no tenia experiencia usándola, en cambio su hacha si.

Bien he derrotado a varios monstruos, debo de dejar de tener miedo y continuar para ser un gran aventurero, no le tengas mas miedo al primer piso, ¡tú puedes, tú puedes!―, Determinado, dejo su miedo atrás para volver a afrontar esta realidad llena de monstruos.

Preparándose con estiramientos, él comenzó a correr rumpo a lo desconocido. Ahora que experimento sus primeras batallas, solo era cuestión de tiempo para ir obteniendo más confianza en sí mismo.

Luchando contra cuatro duendes, esquivaba y contraatacaba con cierta inexperiencia. Saltó a su izquierda para evadir a un duende, y con su turno para contraatacar, giró su cuerpo y enterró su arma en las costillas de un perro humanoide.

Utilizando todas sus fuerzas, lanzó el cuerpo del monstruo en contra del grupo de duendes, separándolos un poco para ir uno contra uno. Atraídos por la batalla, más duendes entraban en la escena.

Los duendes se empezaron a acercar. Causando que nuestro protagonista retrocediera precavidamente, alertado por esas rocas en el piso. Se esforzó por no tropezar. Usó toda su concentración para no caer.

Pero pensar demasiado en una cosa, causo el descuido en el otro asunto. Un duende consiguó alcanzar su pecho con un fuerte rasguño, y sin esperarlo, salió arrojado unos metros atrás por una fuerza anormal.

Rodó dolorido, aturdido por ese ataque y esa anormal fuerza de un pequeño duende, se tocó el pecho para ver que estaba bien realmente. En realidad su protector de pecho de baja calidad soportó esa monstruosa fuerza. Aliviado por ello, de nuevo cometió ese mismo error.

Pensó demasiado.

Los duendes alcanzaron al aventurero que con temor empezó a rodar para no ser atrapado. Recomponiéndose en una rodilla, vio que sus enemigos no tardaron en nada en perseguirlo, no dispuestos a dejarlo en paz hasta matarlo.

―Si tardo en reaccionar. Unos débiles monstruos serán suficientes para matarme. Eso no me lo van a perdonar en los pisos más profundos.―, Pensó dejando pasar de largo un zarpazo, en un rapido movimiento corto el vientre del duende atacante. Levantándose rápidamente, él continuó con una patada en la herida.

Sacando disparado al duende que chocó com su grupo. Utilizando una pequeña estrategia para desestabilizar a los duendes.

Ahora descubrió el puento fuerte de los duendes, su fuerza anormal. Entre sus inexistentes cualidades, ahora solo debía ser más precavido de no ser alcanzado por un ataque físico del monstruo. Con un tajo en vertical. Cortó el rostro del monstruo, haciéndolo estallar. Iniciando de inmediato su contraataqué.

Ahora sin pensar demasiado.

Masacró al pequeño grupo de duendes.

Después de rato de batalla. Juntó sus piedras mágicas recolectadas. Poniéndolas todas en una misma bolsa, y pudo notar un cambió en su bolsa, estaba mucho más llena, cosa que si le terminó por alegrar. También pensó en varias cosas.

Tenía mucho por aprender realmente. Este piso tomó un poco de su esfuerzo, no deseaba imaginar cómo estarían los demás pisos más profundos. Pero aprendería de cada batalla, gradualmente iba a mejorar. Costaría, pero su determinación haría que se esforzara cada día.

Así comenzaba una de las tantas aventuras.

De un aventurero novato.

Fin del capítulo.

Poco a poco estaré mejorando mi escritura en las batallas. No es mi fuerte.
Antes de irme: Lamentó cualquier error ortográfico, y gracias por llegar hasta aqui. Nos veremos pronto.

Midoriya Izuku.
Nivel 1.
Monstruos derrotados: 17
Ítem: 1.
Dinero: 1.925
Arma: Hacha.
Daños: Leves.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro