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5 - Facción Miach (1)

Capítulo 5 - Facción Miach.

Respirando profundamente con cansancio, Izuku alimentaba a un caballo mientras lo ataba para que no de escapase.

Hace dos días que había iniciado su viaje a la gran ciudad.

Su cansancio era evidente; temía un poco ser presa de los ladrones, ya que no había un pueblo cerca, ni una cama para descansar, y viajar tanto era sinceramente agotador.

Después de dejar descansar a su caballo, se sentó sobre una roca, admirando la puesta del sol, mientras una leve brisa acariciaba su cuerpo, y sonrió por la bella imagen.

Aprovechando la oportunidad de recordar todos los sucesos transcurridos en tan solo un año, y obteniendo experiencias que nunca había esperado encontrar, extrañaba al pequeño pueblo.

Pero tenía metas que alcanzar y estaba decidido a lograrlas.

Ser un aventurero para eventualmente ser un héroe.

Eso lo hizo recordar la última conversación con la chica que había pasado la noche y mañana con él. Gracias a esa conversación, quizás su sueño de ser un héroe tendría ciertos obstáculos que complicarían su camino.

Y entre ellas, debía tener ciertas precauciones.

―¿La ciudad del laberinto?―, Preguntó la mujer mientras se vestía lentamente y sin preocupación. Observando al tímido protagonista.

―Sí, ¿conoces la ciudad?―. Izuku continúo preguntando mientras se ponía la ropa, intentando ser rápido para evitar avergonzarse más

―La conozco.―. Afirmó dando un lento asentimiento, tomando una mirada pensativa, ella, a diferencia del tímido adolescente, no se apresuro para nada.

―Intente ser aventurera, pero hubo complicaciones.―, Declaró con un suspiro.

―Si no te molesta que te pregunté, ¿qué sucedió?―. Ahora más curioso que nervioso, cualquier complicación que interfiriera con su sueño era mejor saberlo ahora para solucionarlo

―Para empezar si deseas ser un aventurero, para ello necesitas la bendición de un dios. Ellos te dan una fuerza especial para enfrentar a los monstruos. En mi caso, ninguno me aceptó por alguna u otra razón, y fui rechazada por la ciudad.―, Confesó sin lucir triste, si no despreocupada, supero aquel suceso, pero todavía le dolía, ya que había gastado muchas monedas en viajar.

―Oh, lo siento mucho por ti.―, Ella negó con la mano, todavía despreocupada.

―No hay por qué. Mi intención era derrotar monstruos y ganar mucho dinero. Pensé que sería un trabajo sencillo. Pero cuando estaba determinada en encontrar un dios, vi a unos aventureros y no fue tan bueno como había pensado. Al final, dejé esa idea de lado y trabajé aquí sin preocupaciones.

―¿Qué te hizo cambiar de idea?―, Preguntó nuevamente.

―Vi un grupo de aventureros gravemente heridos, con falta de un ojo, piernas y brazos. Fue difícil ver eso en un principio, y todas las ganas de ser una reconocida aventurera se desvanecieron. Pero bueno, si piensas ser uno, te digo que lo pienses dos veces, nunca te confíes en el calabozo.. o morirás.

― ― ―

Izuku tembló con la última declaración, suspirando nuevamente. Ser un héroe era enfrentar los miedos con valor y no pensó retroceder ahora.

―Tal vez deba buscar un dios humilde. Cuando sea un héroe, seré reconocido como un aventurero que proviene de una familia humilde.―, Pensó con una mano en su mentón. Luego se levantó de la roca y se dirigió hacia la carreta, que había uncido al caballo.

No pudo evitar ambas cosas, caballo y carreta. Tenía muchas cosas en su habitación, demasiadas como para llevarlas en su mochila. Un ejemplo de ello era su cofre de monedas.

Con ese dinero compraría un lugar donde dormir en la gran ciudad. Y un arma, puesto que no tenía nada para entrar al calabozo si es que se unía a una familia.

Él comió un pescado. Casi toda sus provisiones de comida siendo hecha en el pueblo. A oscuras, por la noche, no quería prender una fogata y llamar la atención de personas no deseadas. Se cubrío con una manta y negó a los mosquitos tomar de su sangre.

Iba a dormirse poco después con su hacha en mano; si escuchaba un mínimo ruido, tomaría a su caballo y empezaría a correr sin mirar atrás.

En su carreta, él estaba admirando las estrellas, ciertamente maravillado. Descansando unos minutos, sus ojos se abrieron ante el mínimo ruido; se asomó un poquito con desconfianza, analizando de un lado a otro, y deseando a los dioses que no fuera ladrones.

Su vida dependía de esas monedas ahorradas.

Suspiró al ver un pequeño zorro correr hacia los arbustos despavorido. Sin oír nada más, pudo descansar ahora tranquilamente.

―――

Sentado encima de su carreta, sostenía unas cuerdas para guiar a su caballo, que iba en un lento trote. No deseaba sobreexplotar al pobre animal. Después, se despegó su vista del camino un segundo para ver su mapa.

―Todavía me queda mucho camino por recorrer. Primero, pasaré por este pueblo para comprar más provisiones. ¿Debería pasar la noche?―. Descansar en un pueblo cercano a la gran ciudad sonaba bien, aunque perdería tiempo y monedas. Sin embargo, no tenía prisa en llegar a la gran ciudad.

Esa noche se quedó en el pueblo, y al día siguiente aceleró el paso, ciertamente con mucha emoción por llegar a la gran ciudad del laberinto. Sin ningún obstáculo en su camino, agradeció a los dioses por no haberse cruzado con un posible ladrón, y cada vez se encontraba más cerca de la ciudad.

Mientras sostenía con fuerza las cuerdas de su caballo, su mirada aburrida comenzó a cambiar poco a poco a una expresión de admiración y un intenso brillo. Viendo una gran torre, se dio cuenta de que estaba llegando a la ciudad del Laberinto.

Orario.

Admirando por tal maravilla, tomo en cuenta de que la gran ciudad del laberinto era mas gigantesca de lo espero realmente. Y esa gran torre que se mantuvo admirando atentamente era aún más impresionante.

Su caballo iba a un lento trote hacia la entrada principal, que era custodiada por hombres y mujeres con relucientes armaduras. Rápidamente se imaginó a sí mismo con una armadura brillante, siendo un gran héroe marcado en la historia.

Termino riéndose tontamente, no estuvo para nada mal esa imaginación, viendo una señal de una mujer para que se detuviera, eso mismo hizo.

La guardia, una mujer con brillante y sin casco, con unos lentes redondos que destacaban junto a su cabello rosado. Ella se acercó a él con una expresión muy seria.

―Buenos días, señora.―, saludó cortésmente.

―Buenos días, ¿qué te trae a la ciudad?―, preguntó ajustando sus lentes.

―He venido para ser aventurero.―, contestó
―Mi nombre es Midoriya Izuku.―, enseñó, mostrando unos papeles de manera sonriente. Cuando ella empezó a examinarlos, se dio cuenta de que se necesitarían cosas parar entrar a la ciudad.

―Bien, deja que notifique esto a mis superiores, pero antes necesito que me digas qué traes en tu carreta.―, señaló ella.

―Comida, ropa, monedas. Todas mis pertenencias para vivir, señora. No tengo problema en que revisen.―, comentó, en busca de ganar la confianza de los guardias lo más posible.

Mientras unos hombres buscaban algo sospechoso en su carreta, su atención se centró en el cofre. Y claro, dio un poco de detalle sobre lo que era.

Después de pagar un pequeño impuesto para entrar, pudo ingresar a la gran ciudad. Admirando las estructuras de la ciudad, entre los muchos puestos de comida, Izuku apreciaba a los comerciantes que intentaban ofrecer sus productos a sus clientes.

Y a diferencia del pequeño pueblo, donde la mayoría de los habitantes eran humanos, humanos normales y enanos, aquí se apreció otras razas de personas: humanos perros, humanos comunes, humanos gatos y enanos.

La variedad extensa era impresionante, y como convivían entre ellos sin aparente disgusto, fue admirable. Y la torre de Babel, mientras más cerca se encontraba de ella, más grande se veía.

Expectante de la gran torre, se concentró de nuevo.

¡Iniciaba una nueva etapa en su vida!

¡La ciudad del Laberinto!

¡Orario!

Después de un largo día, para sentirse cómodo en la ciudad, se sentó en su cama. Él vendió su carreta y su caballo, lo que le permitió obtener un poco de dinero extra. Ahora, primero necesitaba unirse a una familia de aventureros para comenzar.

Pero antes, ¿qué es una familia? Bueno, la explicación sencilla es que todo comienza con los dioses. Estos seres sobrenaturales no descendieron solo para vivir como humanos, sino que formaron sus propias familias, o en otras palabras, una facción de aventureros.

Cada dios posee una habilidad llamada falna. Aquellos aventureros con esa bendición de falna obtienen habilidades físicas sobrehumanas y pueden recolectar experiencia para incrementar sus estados y volverse más fuertes cada momento.

La falna está representada como un estado, y está compuesta por habilidades básicas, habilidades de desarrollo, magia y niveles en general. Se manifiesta en forma de tatuaje con texto desconocido en la espalda de quien la posea.

Entrar en una familia o facción era vital para tener un mejor rendimiento dentro del calabozo, ya que sin ella era casi imposible sobrevivir. Izuku estudió estos pequeños detalles durante su viaje, gracias a la misma chica que le mencionó los poderes especiales que los dioses daban.

Y ser usuario de magia lo hacía ilusionarse mucho más para ser aventurero.

Primero visitaría el gremio de aventureros, no reconocía a ningún dios ni sabía las ubicaciones exactas de cada uno de ellos. También necesitaba registrarse, ya que había muchas cosas que necesitaba para ser un aventurero.

Pero antes de hacer todo eso, descansaría unas horas antes de comenzar la verdadera aventura. Después de un merecido descanso, se preparó para dirigirse al gremio de aventureros. Tomó unas monedas de su cofre secreto, y lo oculto lo mejor que pudo dentro de la barata pero acogedora habitación. Y partió de inmediato a la primera parte de su nuevo sueño.

Unos minutos fueron suficientes para llegar al mencionado gremio de aventureros, donde apreció a hombres, mujeres de todo tipo de razas, algunos con armaduras relucientes y otros sin ellas, como unas extrañas mujeres de pieles bronceadas que exhibían gran parte de su cuerpo. Sonrojado por la imagen, aceleró su paso para hacer fila detrás de unos aventureros. Esperó paciente su turno para inscribirse como un aventurero de la ciudad.

Según leyó, el gremio tiene un objetivo principal de administrar el calabozo y a los aventureros de la ciudad. El gremio compra botines de los aventureros y es responsable de recopilar información del calabozo usando las experiencias. El personal también asume el papel de consejeros para los aventureros, sugiriendo a menudo a qué profundidad deben ir según sus estándares de nivel y habilidades.

Advierten constantemente sobre los peligros.

Eres consciente del riesgo que representa ser un aventurero, ¿cierto?―, Ella preguntó enseñándole al protagonista unas de las hojas, un contrato junto al formulario.

―Sí, señora encargada.―, Contestó, leyendo brevemente el contrato, que era uno en el que toda la responsabilidad recaía en él, cualquier herida mortal o daños mentales sufridos no sería responsabilidad legal del gremio de aventureros, lo que enseñaba la peligrosidad del trabajo como aventurero.

―Primero, lee bien el contrato de aventurero, si aceptas, después deja tu información personal. Puedes sentarte allí y hacer todo con calma.―, Ella señaló unos sofás en un rincón del gremio.

Izuku asintió y tomó las cosas. Tomando asiento, comenzó a leer el contrato, después puso sus datos personales en el formulario, un formulario bastante sencillo, sin complicaciones ni dificultades.

....

Datos Personales.

Nombre: Midoriya

Apellido: Izuku

Edad: 15

Género: Masculino

Raza: Humano

Familia:

Experiencia y habilidades. Sin experiencia

Experiencia en combate: Sin experiencia

Habilidades: Sin habilidades

Nivel de magia: Sin magia

• Declaro que la información proporcionada es verdadera y actualizada.

• Entiendo que la información proporcionada será utilizada para fines de registro y seguimiento de actividad aventurera.

Firma: Izuku :)

Izuku releyó su respuestas, y suspiró cuando notó su propio error, poniendo su nombre en donde no debía, y su apellido tampoco. Corrigiendo los errores, puso bien las cosas. Levantándose de nuevo para caminar de nuevo a la recepción, donde la misma mujer se acercó para atenderlo nuevamente.

―¿Todo en orden?―, Preguntó ella, con el asentimiento de protagonista. ―Bien. Bienvenido aventurero, desde ahora voy a ser tu consejera. Mi nombre es Eina Tulle. Puedes llamarme por mi nombre.―, Se presentó con una bonita sonrisa.

―Gracias, señorita Eina.―, Con una pequeña reverencia, ella empezó a leer el pequeño cuestionario, notando el error de las dos primeras preguntas.

―Bien, Midoriya, ¿a qué familia perteneces?―, Preguntó a punto de anotar ese espacio en blanco.

―Llegué a la ciudad hace unas horas, señorita Eina. No busco familia, porque no sé dónde se ubican exactamente.―, Contestó tímidamente. ―¿De casualidad sabes dónde puedo buscar?―, Preguntó.

―Por supuesto.―, Ella colocó un mapa de la ciudad encima del escritorio, empezando a remarcar los puntos de las bases familiares.

―¿Podría elegir un estándar para una familia?―, Preguntó, se asombró un poco cuando los puntos rojos se hacían cada vez más en el mapa, y se preguntó cuántos dioses exactos había en la ciudad.

―No eres un aventurero de alta clase para ser exigente.―, Comentó, tomando una postura más seria.

―Sí, lo sé. Pero me gustaría una familia de bajos recursos. Cuanto más bajos recursos tenga, mejor.―, Contestó, lo que causó confusión en la mujer, que se ajustó de nuevo los lentes.

―Te recomiendo una familia numerada, te ayudarán en un principio y tienes posibilidad de ganar experiencia, más recompensas y estarás protegido.―, Ella intentó aconsejar.

―Estoy muy emocionado por estar en una familia. Me recomendaron buscar una familia de bajos recursos. Y si soy capaz de ayudarlos, me sentiré mejor conmigo mismo.―, Izuku comentó, insistiendo un poco con su pedido. Suspirando, ella asintió.

Suspirando, ella asintió. ―Bien, entonces comienza por estos dioses. El más cercano.

Izuku asintió determinado, ansioso por ser parte de una familia. Al terminar de marcar los puntos en el mapa. La consejera entrego dicho mapa. Tomando ese mapa, agradeció de inmediato, dispuesto a retirarse. Pero ella lo detuvo antes de realizar esa acción.

―Midoriya, antes de que te vayas. Aquí tienes tu equipo básico.―, Eina puso una pequeña armadura para su pecho y una daga de baja calidad.

Causó confusión en el protagonista, que movió la daga analizando su calidad. Su hacha de leñador era mucho mejor, quizás podría darle un mejor usó dentro del calabozo.

Nervioso, comentó. ―Gracias. Pronto traeré el nombre de mi familia.

Izuku se despidió de inmediato, viendo en todo momento su mapa, chocó contra un hombre muy musculoso. Se disculpó en enseguida y continúo dejando atrás el pequeño accidente.

Mientras aceleraba su paso por simple entusiasmo, continuando apreciando las estructuras de la ciudad: casas medievales, edificios que no se comparaban con los de su mundo, y con una tecnología mucho, mucho menor.

Como fuera, pronto pensaría en los detalles.

¡Era hora de buscar una familia!

―Buenas tardes, ¿de casualidad buscan un aventurero?―, Sonrió emocionado, estando en un extraño callejón.

Como era de esperar para todos, fue aceptado, y al entrar vio una cantidad elevada de aventureros. Pero el ambiente no le terminó de agradar del todo. Entonces se disculpó y continúo en su búsqueda de familia ideal.

En cada lugar que estuvo, fue aceptado en todos, pero algo no lo llamaba a estar en esas familias.

Tras un día completo de búsqueda, se sentó en su cama, recostándose con cierto cansancio. Justo a un lado de su cama había una ventana que abrió para ver las estrellas directamente.

Pensativo realmente, se preguntó qué buscaba en una familia de aventureros.

Muchas de las familias que estuvieron dispuestas a aceptarlo tenían cosas necesarias para adaptarse de la mejor manera, y aun así no se sintió convencido de acceder a estas familias.

No buscaba grandes facciones, deseaba esforzarse mucho más por un motivo, ese motivo lo ayudaría en su impulso por ser un gran héroe en este mundo.

Suspirando con cansancio y hambre, el hambre lo impulsó a levantarse de la cama, cambiarse de ropa y abandonar la habitación en busca de comida.

En un puesto de comida, compró la opción más barata para mantener al máximo posible sus ahorros. Comiendo lentamente y disfrutando de su cena, su mirada exploró vagamente por los espacios.

A la lejanía, unas mesas delante de él, un hombre de cabello azul largo le daba una especie de líquido a unos hombres aventureros. Ninguno parecía tener problemas, los aventureros se vieron agradecidos, sin embargo, una mujer detrás del hombre de cabello azul, se veía disconforme y disgustada.

En un principio, pensó que los aventureros acosaban al sencillo hombre de cabello azul, pero viendo a los aventureros estar tranquilos y agradecidos, descartó cualquiera de esas posibilidades. De todos modos, continúo analizando la situación.

No sucedió nada, el hombre junto a la disconforme mujer avanzaron, pasando a su lado. Ella hablo:

―Señor Miach, ¿cuántas veces le he dicho que no regale pociones?―, La mujer se quejó, y el hombre sonrió nerviosamente por la seriedad, disculpándose varias veces de forma muy sincera.

Un tanto interesado, con aquellas palabras pudo comprender la situación. Al volver la vista hacia atrás, se sorprendió de percatarse de que ese hombre de cabello azul era un dios.

¿cómo lo supo?

No hacía falta nada para saber que alguien era un dios. Se sentía un ambiente irregular en ellos que no eran capaz de ocultar. Ambiente irregular que decía; ¡soy un dios!

―"Miach, creo haber visto ese nombre en el mapa. Tengo que echarle un vistazo."―, Pensó, mientras continuaba con su cena, su mente estaba concentrada en su próxima familia.

Después de esto, Izuku terminó de comer y volvió a su habitación para descansar. Al día siguiente, después de desayunar, abrió su mapa, buscando la ubicación actual de la familia Miach.

"La farmacia azul", su última búsqueda de facción. Viendo la cercanía del lugar, sonrió esperanzado y decidió finalmente visitar esta farmacia.

Avanzando y doblando unas cuantas cuadras, revisó su mapa, un poco confundido. La verdad estaba un poco desorientado, habían demasiadas tiendas que hacían de su búsqueda un poco más complicada.

Viendo a ambos lados de la calle, observó unos estantes de pociones. Instantáneamente recordó el mismo líquido que el hombre de cabello azul le regalo a esos aventureros la noche anterior.

Ingresando a la tienda, notó los artículos que vendían: medicinas, pociones, libros de recetas medicinales. Cosas en general de una farmacia común, una farmacia de fantasía. Muy cálida, lo que causó un honesto agrado.

―Buenas tardes, ¿deseas comprar algo?―, Una mujer preguntó, su expresión llena de serenidad calmó un poco el corazón nervioso del protagonista.

―Vengo a ver al señor Miach, ¿de casualidad se encuentra en estos momentos?―, Preguntó, y notó el cambio de expresión de la mujer, que se volvió más seria.

―¿Cúal es el motivo de su búsqueda?―, Aunque seguía siendo educada con sus palabras, ahora adquirió un tono más amenazante.

―Quiero unirme a su familia. Soy Midoriya Izuku, recién llegado a la ciudad.―, Se presentó, intentando calmar un poco el tenso ambiente causado por la mujer. Sinceramente, ella era preciosa, pero esa expresión seria y mortal le daba miedo.

No iba a mentir, lloraría si esto continuaba.

―Comprendo, pero para que no te arrepientas más adelante, soy la capitana y única miembro de la familia. Y debemos una enorme deuda de 120 millones. ¿Estás dispuesto a continuar?―, Ella interrogó con el ceño fruncido. Esperando que el adolescente se diera media vuelta y se fuera sin mirar atrás, como lo hicieron muchos de sus compañeros en el pasado.

Izuku pensó en esa dificultad. Sin embargo, ¡estaba convencido de que era lo que buscaba! Si se esforzaba más, su poder aumentaría más, ¿cierto?

―Primero, por favor, deja de mirarme así, voy a llorar.―, comentó tímidamente, y recibió una expresión medianamente incrédula de la mujer, lo que terminó empeorando el ambiente y aumentando la presión.

―Responde: ¿estás dispuesto a unirte ahora? Tendrás que trabajar el doble en nombre de nuestra familia.―, Ella volvió a comentar, viendo las pequeñas lágrimas en los ojos de un intimidado Izuku. No estaba bromeando cuando comentó que lloraría.

―Justo eso busco. Una familia con problema para esforzarme más. Si me unó a la familia, me esforzaré por poner en alto esta facción.―, Contestó con determinación, y el ambiente tensó se desvaneció por completo.

Hubo unos segundos de silenció incomodó entre ambos. Izuku tan solo esperaba ser aceptado. Había encontrado suerte en las primeras familiar que había buscado. Pero no era lo que buscaba. En estos términos sí.

Ella asintió mientras se levantaba de su asiento. ―Sígueme.―, ordenó, y el protagonista asintió de manera tímida, comenzando a seguirla.

Ambos ingresaron por una puerta exterior. Donde se dejó apreciar un cómodo espacio que contenía frascos vacíos y una pequeña caldera. Y allí, sentado, había un hombre de cabello azul que revolvía un contenido desconocido dentro de la caldera.

―Señor Miach, este chico busca unirse a la familia.―, Llamó ella, acercándose un poco más al concentrado hombre, seguida por el también expectante adolescente.

Izuku apreció detenidamente los rasgos del dios. Miach tiene cabello largo de color azul oscuro. Sus ojos eran azules, del mismo color azul oscuro. Su vestimenta era sencilla: llevaba una túnica negra y una estola marrón que le llegaba hasta los hombros.

―¿Eso es belleza divina?―, se preguntó mentalmente, admirado por la buena aparencia del hombre divino.

―Encantado de conocerte. Soy Miach. ¿Eres un recién llegado a la ciudad, cierto?―, preguntó con amabilidad. Para asentimiento cauteloso del protagonista.

―Lo mismo digo. señor. Y es correcto, llegué a la ciudad el día anterior.―, Contestó respetuosamente. Esperando alguna otra duda o pregunta.

―Entonces, bienvenido a la ciudad. ¿Cómo te llamas?―, Preguntó.

―Gracias. Mi nombre es Midoriya Izuku. Puede llamarme por mi nombre sin problemas, señor.―, Dijo mientras hacía una reverencia en respeto al dios. Él mantuvo una sonrisa amigable en todo momento para el adolescente.

―Izuku, ¿verdad?―, preguntó para asentimiento de Izuku. ―Veras, Izuku, tal vez no hayas tenido buena suerte en otras familias, y te han negado el ingreso. Por eso debes estar aquí ahora. Lamento decirte que por ciertas circunstancias de la familia, no puedo...―, Antes de que pudiera terminar, el chico levantó su mano con nerviosismo, interrumpiendo sus últimas palabras.

―Lamento mi interrupción grosera, señor. Pero si me permite decir algo antes de que termine su oración. No he venido aquí como última opción. Pasé por 6 familias antes y me aceptaron. No es por rechazos que acudo aquí. Las otras familias no es lo que busco.―, Contó con una sonrisa nerviosa. No deseando su primera negación en su búsqueda. No viendo mentiras, dejó una posible negación a un lado.

―Ya veo, entonces, ¿qué buscas, Izuku?―, preguntó ahora curioso. Por su enorme deuda, los aventureros de alguna forma evitaban acercarse para unirse, tenía que ser una última opción para ser tomado en cuenta.

Pensando unos segundos, continúo. ―Me gusta trabajar. Si me esfuerzo como aventurero y avanzó bien, me gustaría ayudar a una familia de pocos recursos. Soy consciente de su deuda: esa chica gruñona me lo menciono.―, Le susurró lo último para que la mencionada no lo escuchara. ―Eso solo lo haría más complicado, pero entretenido. Formar un camino de verdadero esfuerzo para ser un héroe.―, Extendió sus brazos a los costados, tomando una expresión soñadora, fantaseando un poco sobre un posible futuro brillante.

―¿Un héroe? ¿Cómo en los cuentos para niños? Eso es absurdo e infantil.―, comentó la mujer, pensando en solo dos posibilidades: una, que todo terminara realmente bien para la familia; la otra, que este chico morira en el primer día.

Izuku se cubrió la boca, acercándose un poco al dios. ―Señor, ella es muy mala conmigo.―, Susurró, apreciando a la chica de reojo. Esto causó una pequeña risa divertida del dios.

―¿Quieres unirte a esta familia como motivación para trabajar más? Qué motivo tan peculiar.―, comentó.

―Sí, después de ayudar con su gran deuda, mi intención es hacer una gran facción de aventureros. Y cuando sea un héroe, la familia será reconocida como la gran familia de orario.―, Izuku apretó su puño, lleno de sueños y determinación por el inicio de una aventura.

Miach sonrió, no era capaz de romper la determinación de un chico que solo buscaba ayudar. También pensó como la única miembro de su familia, o todo terminaba muy bien o muy mal. No tenía nada más que perder, realmente. Quizás ayudaría mucho tener un miembro de su familia dentro de los calabozos para pagar su deuda.

Y el chico era consciente de todo; soñaba mucho, pero era consciente del riesgo.

―Me agradas, Izuku. Está bien, eres muy bienvenido a nuestra familia, tu nueva familia.―, sonrió con alegría.

Cuando de repente, Izuku sorpresivamente empezó a derramar dos cascadas de lágrimas. Agradeciendo entre sollozos y mocos. ―¡Gracias!―.

Ambos fueron tomados por gran sorpresa. Se sorprendieron al ver que las cascadas de lágrimas formaron un pequeño charco en el suelo. Y sin cuidado alguno, la única mujer presente cubrió la caldera para evitar que se llenara de lágrimas y arruinara la poción.

Y pensó: ¿qué demonios le ocurría a ese chico?

Miach, por otro lado, consoló al adolescente con unas palmadas en la espalda, intentando que el joven dejara de llorar.

Minutos después de la bienvenida, Izuku estaba sin camisa, sentado en un asiento pequeño, con su espalda descubierta. Se encontraba confundido por la situación, pero supuso que era una especie de ritual de los poderes que los dioses daban, mejor conocido como una bendición.

Miach se pinchó un dedo con una aguja y dejó caer una gota de sangre sobre la fuerte espalda del protagonista.

―¿Has estado haciendo ejercicio, Izuku?―, Preguntó mientras veía cómo se iluminaba la espalda del mencionado.

―Sí, señor, también he trabajado; pasé por muchas experiencias antes de venir a la ciudad.―, contestó ansioso por ver cómo su espalda brillaba intensamente.

―Debe ser por esa razón que las demás familias te aceptaron. Tu ropa no cubre demasiado tus músculos. Seguro te vieron con mucho potencial para ser un aventurero. Si te hubieran visto más débil, dudo que hayas tenido tanta suerte.―, comentó poniendo una mano sobra la luminosa luz en la espalda del adolescente.

―Bueno, me han contado que es complicado. Pero me aceptaban muy fácil, y si lo pones de esa manera, supongo que es cierto.―, Asintió, tomando en cuenta ese detalle. Quizás, si hubiera venido a la gran ciudad sin haber ejercitado su cuerpo, ahora mismo no sería tan aceptado.

Miach, concentrado, colocó una hoja sobra la espalda de Izuku. Sus estadísticas no tenían nada que destacar; después de todo, era común no tener nada, pero sus ojos en un punto se abrieron bastante sorprendidos cuando visualizó un inesperado suceso.

Izuku Midoriya.

Familia: Miach.

Nivel: 1

Fuerza: I0

Resistencia: I0

Destreza: I0

Agilidad: I0

Magia: I0

Habilidades -

(Adversidad de Resurreción)

Descripción: Esta habilidad te permite transformar el daño en aumento de estadísticas, impulsora para el crecimiento y supervivencia del usuario. Si recibes un daño mágico, las estadísticas aumentarán el doble. Un daño crítico de muerte triplicará cada una de la estadísticas. La adversidad se convierte en tu aliado, mientras superas los obstáculos y derrotas a tus enemigos con determinación. Convirtiendo la adversidades en una fuente de poder.

Fin Del Capítulo.

Gracias a todos. Lamento la tardía de este capítulo. Tengo varios asuntos que hacer y me da poco tiempo para escribir con gusto. Ahora mismo estoy escribiendo el siguiente capítulo mientras pienso en más habilidad, armas y magia en un futuro para nuestro protagonista.

¿Les ha agradado la historia hasta ahora?

Prontamente se viene más desarrolló dentro del calabozo, tardío pero habrá. Ahora que no tengo nada más que comentar. Nos veremos pronto con un nuevo episodio. No olviden que cualquier consejo o duda es leída.

――――

Datos De Aventurero:
Izuku Midoriya:
Monstruos Derrotados - 0
Estadísticas:
Fuerza: I0
Resistencia: I0
Destreza: I0
Agilidad: I0
Magia: I0

Dentro de una habitación oscura, Izuku se encontraba sentado en la oscuridad, siendo iluminado por un pequeño farol. Él estaba concentrado en un gran diario de color rojo, y anotaba los sucesos ocurridos en este día. Sus días en la gran ciudad del laberinto.

Aquí anotaría cada monstruos que apreciaría dentro del calabozo, y su vida diariamente. Como una vez anotó sobre héroes, ahora se centraría en monstruos.

¡Estaba muy emocionado por su nueva aventura!

¿Cómo estaría como aventurero?

Próximo capítulo: Aventurero Novato (1)

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