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4 - Progreso (1)

Capítulo 4 - Progreso (1)

Dioses: Es aquel ser sobrenatural divino al que se le atribuye la representación de un concepto. (ejemplo: algun fenómeno de la naturaleza, valor, o otras cosas), Una deidad o dios es un ser adoración o respeto, debido a su autoridad sobre algún concepto presente en el universo, la naturaleza o la vida humana.

En su mundo anterior, los dioses no eran más que mitologías, existencias sin comprobar, pero seres sobrenaturales muy venerados.

En este mundo, los seres divinos son reales y existen.

Ellos viven entre los seres mortales.

La incredulidad que tuvo cuando escuchó esa información fue impresionante.

¿Dioses entre los humanos?

Como leyeron, los dioses hace mil años empezaron a descender al terreno mortal por simple aburrimiento. Y comenzaron a coexistir con los humanos.

Por supuesto, estos seres divinos con poderes inimaginables tenían restricciones; se les prohíbe usar sus poderes divinos, conocidos como Arcanum. Y ahora, dispersos por el mundo, viven como mortales.

Un mundo extrañamente maravilloso, lleno de posibilidades.

Bajo un árbol, un adolescente caminaba de manera despreocupada. Su cabello verde combinaba perfectamente con la naturaleza que lo rodeaba. Y su cuerpo era musculoso y delgado, perfectamente trabajado en este tiempo.

Izuku tenía una expresión aburrida mientras balanceaba su hacha con la mano izquierda. Había pasado un año y cuatro semanas desde que apareció en un nuevo mundo, donde tuvo que sobrevivir y trabajar arduamente todos los días.

Se desarrolló notablemente y consiguió crecer en estatura, tocando los 174 centímetros. Como se mencionó anteriormente, también desarrolló un cuerpo más duro en músculos. Y ahora trabajaba como leñador. En este año y semanas, tuvo varías experiencias laborales. Esta vocación le pagaba un poco más que al resto.

Juntando monedas para continuar su vida y cumplir su sueño de ser un aventurero heroico, primero se esforzó en cada uno de sus trabajos.

Se esforzó en cada uno de sus trabajos, y pasó por varias experiencias, como constructor, camarero, pescador, vendedor de ropa en una tienda, cocinero aprendiz, y ahora era un leñador.

Cada una de ellas fue una experiencia fantástica con una historia detrás. Cuando no hubo trabajo en una, pasó a otra cosa para experimentar. Y sobrevivió, incluso se dio el lujo de ahorrar para un futuro no lejano.

Hizo varios compañeros, disfruto del trabajo constante, (solo cuando le pagaban) y ahora tenía una vida calmada sin pensar tanto en su anterior mundo. Extrañaba a su madre, claro, pero sacándola a ella, no tenía nada más allí. Por esa razón esta nueva vida no le resultaba desagradable.

Vivía en un pequeño pero agradable pueblo, con trabajo, techo, comida, no podía pedir nada más.

Ahora estaba en una mejor forma, en su mejor momento gracias a su propio empeño en los trabajos, tomando nuevas experiencias, y deseando obtener otras nuevas. La exquisita comida comprada con su propio dinero, ayudo mucho a su crecimiento constante.

Su vida mejoro mucho.

―Izuku, todavía nos hace falta talar unos árboles, ¿no puedes encargarte?―, Un hombre humano se acerco al confundido protagonista. Echándole un vistazo.

―Mi horario termino, señor, ¿no hay nadie que se encargue?―, Pregunto. Su comunicación mejorada gracias a las enseñanzas de su antiguo maestro.

―Estamos muy cortos en trabajadores, quédate un poco más.―, Rogó el hombre humano, los troncos de madera debía de ser entregado al día siguiente, y sin manos, esta tarea se volvía imposible para unos cuantos.

Claro que en este pueblo no todo estuvo bien. ―Lo siento señor, no puedo volver a trabajar sin una paga extra en compensación.―, Comento, anteriormente por nervios, había trabajado con gente aprovechada de su inocencia, sin recibir nada a cambio por ese esfuerzo. Algo que aprendio de su maestro a no ser tan incrédulo.

Nervioso, también dudoso. ―¡Esta bien! te daremos una compensación.―, Acepto sin más remedió.

Izuku recogió su hacha, volviendo por donde vino, su determinación nuevamente ardió por esa paga extra. Este trabajo en un principio represento muchos riesgos, (claro que en el presente seguía siendo riesgoso), sin embargo aprendio de un buen señor que actualmente se jubilo. Ese anciano se tomo su tiempo para aconsejarle y guiarlo un poco para que aprendiera.

Admirando a algunos de sus compañeros trabajar, saludo a todos nuevamente, para leve sorpresa de los hombres que se detuvieron momentáneamente para aprecian al protagonista.

―Pensé que tu horario había terminado, ¿qué pasó compañero?, Pregunto.

―Regresé por ustedes, y por amor al trabajó, no podía dejar que hicieran todo solos.―, Mintió con una brillante sonrisa, tan solo pensar en ese pagó extra hacía que brillara aun más. Nadie termino por creer su descarada mentira, nunca fue bueno para ello.

―Si vuelves de la nada, algo tuvo que pasar.―, Sospechando, instantáneamente supo que pasaba realmente. ―¡Genial! ¿el jefe va a pagarnos más?―, Comento entusiasmado, justamente el mismo jefe aparecía, escuchando todo y siendo centro de atención de todos.

Dando un leve gruñido de irritación. ―... Bien.―, Resignado comento, oyendo los festejos de sus trabajadores. ―¡Si quieren una compensación aceleren, necesito entregar todo para mañana! ¡muevan el culo, gusanos!

Izuku se puso inmediatamente manos a la obra, caminando hacia un pequeño árbol cercano que apenas alcanzaba los 10 metros. Si hacía que cayera en dirección a sus compañeros, sería peligroso y alguien podría resultar herido.

Empezando a calcular brevemente, movió su hacha elegantemente y comenzó a golpear suavemente la superficie.

Dos minutos después, usó toda su fuerza para cortar el tronco, causando grandes cortes con cada golpe. El ruido del tronco al ser golpeado se oía perfectamente en casi todos lados.

Sumido en concentración, rompió su concentración para caminar al otro del árbol y continúo con ese lado, realizando el mismo progreso.

Y como había calculado, el árbol terminó cayendo al lado puesto a sus compañeros.

Para ser honesto consigo mismo, se sintió bien al derribar este pequeño árbol; si su yo de hace un año le hubieran contado de este progreso, no le hubiera creído. Y aquí estaba, orgulloso de estar en buena forma, teniendo más confianza en él mismo.

Y allí estaba, orgulloso de estar en buena forma y tener más confianza en sí mismo. A veces podía formular conversación sin tartamudear demasiado. Claro que con las mujeres todavía seguía siendo un caso diferente; cualquier contacto femenino lo ponía muy nervioso.

―Pude continuar con mi vida, mamá; espero que tú también estes bien.―, Sonriendo con tristeza, recordó a su madre y suspiró derrotado, volviendo a su trabajo poco después.

Más tarde, Izuku ingresaba a su habitación dando un suspiro cansado; esta habitación era diferente a la del último capítulo, ya que se había mudado a otro lugar.

Tal y como había acordado con la mujer, se mudaría tan pronto como tuviera dinero.

Cumplió con esa parte cuando aprendió el lenguaje y la escritura del pueblo. Ahora se preguntaran, ¿qué había sido de la diosa y su antiguo maestro de lenguaje?

Ellos volvieron a su país sin ninguna despedida especial, solo con agradecimientos totales por parte de nuestro protagonista.

En el futuro, buscaría alguna manera de retribuir toda la ayuda que ambos le habían dado.

Y como se mencionó anteriormente, aprendió el lenguaje, pero todavía le resultaba un poco difícil escuchar a una persona hablar muy rápido, su compresión acelerada no estaba del todo pulido.

Pero poco a poco se iba sintiendo más cómodo.

Volvió a la actualidad, cerrando la puerta con llave por seguridad. Caminó hasta su cama y se arrodilló, debajo de su cama, sacó un gran cofre, un misterioso cofre.
De su cuello, saco una llave extra que colgaba en una pequeña cadena.

Abrió el cofre, y sus ojos brillaron a causa del contenido, un cofre lleno de monedas que relucían. Todas las monedas que ahorro durante este año y cuatro de semanas.

Guardó la compensación de ese día y dejó algunas monedas para alimentarse. Sin nada más que hacer, cerró el cofre y lo ocultó de nuevo.

Finalmente se duchó, se alimentó y estudió un poco. En su consciencia todavía resonaban las amenazas de su maestro.

Gracias al empeño y determinación que puso en estos estudios, nunca recibió un golpe de tabla. Y si se reencontraban en un futuro, no estaba dispuesto recibir uno.

Después de estudiar, se durmió temprano para iniciar su día temprano.

Él al día siguiente, desayunó en un establecimiento de comida antes de trabajar, masticando un pedazo de pan con mucha alegría. Su trabajo de hoy no sería como leñador, sino como constructor.

Volviendo a sus raíces, aunque estuviera un poco cansado, él solo descansaba los sábados y tomaba ese día para estudiar.

Pero todo esto, contado ahora, no era muy relevante, pues sus días estaban contados en este pueblo. Pensaba ir a la gran ciudad para iniciar su camino y alcanzar sus sueños. Teniendo dinero de sobra para el viaje y para sobrevivir en la gran ciudad, la emoción no le dejó pensar demasiado.

Se decidió desde un principio. Y no daría marcha atrás.

En su trabajo, ahora podía llevar una carreta con facilidad, algo que había aprendido en el último año. La fuerza obtenida a través del trabajo y ejercicio le permitió adaptarse completamente. Aunque seguía siendo un trabajo difícil, pero con mayor calma mental, era capaz de pensar con claridad en cada una de sus opciones y tomar decisiones sin necesidad de ayuda.

¡Ahora era él quien guiaba a los novatos! Fue un gran progreso, un gran paso.

Otra cosa que ocurrió. Convivir con adultos fue bastante agradable. Siempre había algo interesante de qué hablar y eran divertidos. Sin poderes especiales en este mundo, nadie lo juzgaba ni se burlaban de él, y podía integrarse en un grupo sin ser marginado.

Se sentía parte de algo en este mundo.

―Mi esposa me manda a trabajar más seguido. Es problemática, pero mi bebé está en camino y necesitamos dinero.―, Comentó un hombre con rasgos de gato. Tenía cola y orejas felinas de un brillante color oscuro.

―No sabía que tu esposa estaba embarazada, ¡es una gran noticia! ¡Felicidades! Compraré un regalo para tu bebé.―, Izuku enseño una gran sonrisa. Probando de su sándwich de carne.

―Gracias, Izuku. Cada ayuda es agradecido.―, Comentó el hombre gato, llamado Guillermo Fletcher.

―¿Estás muy seguro de que es tuyo el bebé?―, Comentó burlonamente un hombre enano con barba oscura, quien recibió un duro golpe en el hombro por parte de un ofendido hombre.

―Perdón, perdón. Si necesitas ayuda en algo, dame el mensaje.―, Se disculpo.

―No estamos mal en realidad, pero nunca viene mal un poco más para estar tranquilos.―, Comentó Guillermo, volviendo a comer de su comida. ―Nunca se sabe cuánto necesitaríamos para cuidar a un bebé.

Sentados en una viga de madera en el segundo piso de una taberna en construcción, ellos charlaban sin problemas durante su hora de descanso.

―Espero que mi mujer no se le ocurra proponerme tener un hijo. No soy bueno cuidando a los niños. Corren, lloran, moquean y vomitan por todos lados.―, De mal humor describió, tener un mocoso no estaba en sus planes.

―¿Estás describiendo a Izuku en sus primeros días de trabajo?―, De inmediato, miraron al perplejo protagonista después de tal pregunta.

―No lo pensé así. Si te lo pones a pensar, sí, pero también estás muy cambiado, compañero.―, Comentó el hombre enano lo miró de arriba a abajo varias veces.

―¿Tengo algo en la cara?―, Preguntó nuestro protagonista, admirando a ambos compañeros.

El hombre enano estaba recordando a un niño delgado y bajo en estatura, ahora apreciaba a un hombre con mayor masa muscular.

―¿Has conseguido pareja o estás interesado en alguien?―, Preguntó el hombre gato.

Izuku extrañado y sonrojado por la pregunta. No negaría que se puso nervioso. ―Nunca tuve una pareja. Esas cosas no me llaman la atención.―, Contestó

La verdad es que se avergonzaba mucho de hablar de esas cosas. En su vida anterior, en su mundo anterior, las chicas lo esquivaban como si fuera un repelente. Y era demasiado tímido para iniciar una interacción con una mujer.

Ambos adultos se miraron a la cara, para luego volver a mirar al tímido protagonista. Claro que continuar solo provocaría que el adolescente se avergonzara aunque más, por lo que se detuvieron.

―Bueno, todo a su debido tiempo, ¿verdad?―, Guillermo comentó para mirar al hombre enano.

―Claro, claro.―, Contestó, y en sincronización quedaron en un inquietante silenció.

Izuku solo pudo entrecerrar los ojos, sospechando de la calma de ambos adultos. Pensó que algo debía estar pasando para que se quedaran en un silencio tan sincronizado. Sin darle importancia, su cerebro pareció recibir una seña, y de un salto, se bajó de la viga de madera.

―A trabajar.―, Comentó, destacando por su puntualidad, él se adelantó a sus compañeros, lo que causó un ruidoso suspiro de ambos, quienes también terminaron su comida para volver al trabajo.

Continuando acomodando algunas cosas. Guillermo que suspiró cansado, hizo una extraña seña al hombre enano que también realizo la misma seña.

―Izuku, ¿este sábado estás disponible?―, Preguntó.

―No tengo nada que hacer, solo estudiar, ¿sucedió algo?―, Contesto bajando subiendo una escalera con una gran roca en manos.

―El jefe organizo una reunión de bebidas y comidas en el taberna doblando esta esquina, ¿quieres ir?―, Pregunto

―¿Están haciendo una taberna cerca de otra taberna?―, Pregunto confundido dejando esa gran roca de lado.

―Creo que son del mismo propietario, busca expandirse y dejar la antigua taberna para otra cosa, supongo.―, Sin dar mucha relevancia a este asunto. Izuku asintió sin problemas.

―Es mi día de descanso, pero allí estaré.―, Contestó.

―Entonces nos veremos el sábado.―, Asintiendo satisfecho. La conversación quedo en eso.

Después de unas horas extras trabajadas, Izuku se sintió muy satisfecho, aunque cansado. Termino estirándose mientras caminaba de regreso, pero primero pensó ir a un establecimiento de comida. Donde todo comenzó.

Él se sentó a esperar a que lo atendieran, y cuando llegó la atención, ordeno su comida. Al cabo de unos minutos su orden termino, y ahora bebía su exquisito jugo de naranja y probaba sus alimentos tranquilamente.

Pero se detuvo cuando su visión capturaron a un hombre enano, a quien reconoció de inmediato. Un hombre a quien no había vuelto a ver desde un año. Ese mismo hombre le tendió una mano y lo alimento en un momento complicado. Incluso le ayudo conseguir su primer trabajo.

El hombre enano: Robert.

Él caminó a un paso lento mientras daba muecas a causa del hambre. Sus ropas y rostro cubiertos por la suciedad. Trabajar en las minas no era un juego de niños; siempre representaba un trabajo arduo y verdaderamente peligroso sicno se tenían los debidos cuidados.

Sus intenciones eran comer un poco en su lugar de comida favorita después de terminar su trabajo, pero su lugar en el que habitualmente se sentaba, había sido tomado por un hombre de un cabello verde reconocible.

―Te ves derrotado. Vamos, señor. Te voy a invitar.―, Sonrió de lado para ver al hombre enano acercarse.

Izuku sonrió, causando la leve sorpresa en el hombre enano. Devuelta la sonrisa, tomó asiento y vio la mano tendida del chico, que anteriormente era pequeña y suave, ahora era una gran mano y fuerte, digna de un trabajador. Izuku también le ofreció una botella de agua fría y le hizo la seña para que se limpiara el rostro.

―Gracias, chico., Se limpió el rostro, apreciando cómo el adolescente que ayudó hace un año, él con una seña de mano ordenaba cosas para él, justo como él había hecho en aquella ocasión. ―Te has vuelto un hombre. Me alegra bastante que no murieras de hambre.

―Todo fue gracias a usted y a la diosa, señor. No podía morir sin haberme esforzado, y todo el esfuerzo dio sus frutos.―, Contestó enseñando los músculos de su brazo izquierdo.

Robert, viendo detrás del protagonista a unas damas, cuyas atenciones estaban bien puestas en el sonriente chico. Solo pudo murmurar de manera gruñona, siempre los chicos bonitos eran populares, nunca veían a un sucio trabajador. ―Sí que las han dado, chico. Sí que las han dado.―, Comentó sin darle más importancia.

―Por cierto. señor, en aquella ocasión no pude presentarme porque no sabía su idioma. Soy Midoriya Izuku, encantado de conocerlo.―, Izuku le tendió la mano, son que le importara en lo absoluto la mano sucia llena de carbón del hombre, quien mantuvo una sonrisa en todo momento.

―Igualmente, chico. Mi nombre es Robert Müller.―, Contestó, estrechando la mano con el adolescente, en un fuerte apretón amistoso.

―Pida todo lo que desee, señor Müller. Pagare por cada una de las cosas.―. Sonrió cuando vio el asentimiento satisfecho del hombre.

―Tú lo has dicho, tomaré tu propuesta.

―Por supuesto.

Como había prometido, pagó cada cuenta de ambos. Sin su característico nerviosismo, él empezó una extensa conversación con el hombre enano, contando todo lo sucedido en un año, sus nuevas experiencias en cada trabajo realizado y sus nuevos compañeros en cada uno de estos trabajo.

Robert, claro que no se quedó atrás, contó de sus experiencias pasadas de trabajo y cómo llegó a la minería.

Todo debido a que su padre creció en las minas, él pareció tomarle el gusto, sin importarle la peligrosidad y sacrificio que conllevaba.

Después de horas de conversación y cerveza (solamente tomada por el hombre enano), Robert fue el primero en ponerse en pie, poseído por el cansancio, y por haber comido de más. Solo quedó agradecerle al joven que había ayudado hace tiempo.

―Gracias por la comida, Izuku. Fue agradable verte bien―, comentó el enano, recibiendo en respuesta un asentimiento y sonrisa del adolescente.

―De nada, señor. Y si puedo hacer algo para devolverle el favor por aquella ocasión, por favor, dígamelo y trataré de recompensar toda su ayuda.―, con la cuenta pagada, él también le dio cansancio, se iría para su habitación de inmediato.

―Esta cena fue más que suficiente, chico. La verdad es es que la cena y la conversación fueron suficientes. Gracias por invitarme.―, de nuevo estrecharon sus manos en despedida.

―Si le parece correcto, no me quejaré. Por cierto. señor Müller, el sábado unos compañeros han organizado una reunión en una taberna cerca de aquí. ¿Quiere venir? No habrá problemas si lo invito. Hay mucho alcohol y comida.―, Al ver el desinterés en los ojos del hombre, y tan pronto que mencionó lo último, sus ojos brillaron con gran interés.

―Bien, me convenciste chico, allí estaré, ¿en donde será?

Informando un punto de reencuentro, ambos estuvieron en acuerdo, minutos después, se despidieron. Izuku se iba a despedir de cada uno de sus compañeros tan pronto terminara la reunión, ya que él tenía un camino que recorrer.

Esa fue la razón por la que lo invitó. Quizá sería la última vez que vería al hombre enano, no iba dejarlo afuera, menos siendo consciente de que a los hombres enanos les encantaba el alcohol. Para Robert, sería un paraíso.

Continuando con su día, al día siguiente trabajó como de costumbre. esperando el sábado en donde tendría su última reunión con sus compañeros. Por eso, después de terminar su trabajo, descansó el resto de la noche, dejando sus estudios de lado por esta vez.

La hora indicada llegó, y como acordaron se reencontró con el hombre enano. Recorriendo hacía la dirección de la reunión. Al llegar, se encontraron con una extravagante taberna, y dentro de ella, había varias mesas casi juntas con desconocidos sentados en ellas, desconocidos que eran conocidos para el protagonista.

―Siempre puntual, ¿no, mocoso?―, comentó un hombre humano mientras estrechaba la mano de un sonriente izuku que empezó a saludar a cada uno de los cuatro únicos presentes allí.

―Gracias por invitarme. Traje a un amigo, espero que no les desagrade. Amigos, él es Müller Robert.―, Señalando al enano, él no tardó en saludar a los presentes.

Izuku puso un poco más de dinero por la inesperada llegada de Robert, y todo terminó de buena manera, llegaron otros compañeros y el ambiente mejoró con música ambiental.

Entre bebidas alcohólicas y conversaciones, el ambiente se volvía cada vez más animado.

―En estos días viajare a la gran ciudad del laberinto.―, Izuku contó tranquilamente. Tenía buenos compañeros, pero ninguno significativamente sentimental que lo atará al pueblo, compañerismo puramente de trabajo.

―Orario, ¿eh? La gran ciudad del laberinto. ¿Qué intenciones tienes allí? No hay mucho trabajo.―, Preguntó uno de los hombres.

―Voy con intención de ser aventurero.―, Respondió para silenció de la mayoría.

Él estudió mucho de este mundo. Un ejemplo poniendo su mundo, donde era héroes contra villanos, en este mundo se reemplazaba eso por aventureros contra monstruos.

Orario, la ciudad del laberinto, estaba literalmente encima de un laberinto de monstruos. Según estudio, los dioses crearon la torre Babel, encerrando a los monstruos para que no abandonaran los suelos.

Reconoció la torre Babel, en su mundo. Babel era un tema bíblico. En resumen, los humanos se reunieron para crear una gran torre con la intención de llegar al cielo y ver a Dios.

Dios no aprobó este acto y derrumbó la torre. Además, cómo castigo, les dio a los humanos diferentes lenguajes para que ko pudiera comunicarse.

Pero aquí se construyó con otro motivo: encerrar a los monstruos de los pisos subterráneos, donde los aventureros se adentraban para enfrentarlos y ganar muchas cosas, reconocimientos, dinero, poder, entre otras.

―Es peligroso eso, muchacho. ¿Estás seguro de enfrentar ese reto?―, Preguntó el único hombre mayor de edad.

―Reconozco el riesgo, pero no me pienso acobardar ahora.―, Contestó determinado.

Escuchando la conversación, ninguno mencionó nada más al respecto. Izuku estaba determinado en ser un aventurero y alcanzar a ser un héroe. Ahora todos aprovecharon la reunión para despedida del protagonista, animando aún más el ambiente. Volviendo a disfrutar de su comida, bebida y conversaciones.

Escuchando la conversación, nadie mencionó nada más al respecto. Izuku estaba determinado en ser un aventurero y alcanzar a ser un héroe. Ahora todos aprovecharon de la reunión para despedir al protagonista, animando más el ambiente.

Todos volvieron a disfrutar de comida, bebida y conversación, todos se relajaron, él mientras tanto se mantuvo sumido en sus pensamientos, sin darse cuenta de que dos sombras se pusieron detrás de él.

Al percatarse de esto, toda la atención de los presentes, fur tomada cuando sujetaron con mucha fuerza al confundido Izuku, que no reaccionó en ese momento.

―¡¿Qué hacen?! ¡Guillermo!―, Nervioso, intentó sacarse el agarré, pero un tarro de cerveza lo cayo de golpe.

―No te irás sin haber pasado bien esta noche.―, Empezaron a alcoholizar al inexperto Izuku, que todavía trataba de escapar.

Él solo escuchaba el grito de "¡fondo, fondo!" de sus compañeros. Nadie ayudó y todos apoyaron que se pusiera borracho, ¡él era mejor de edad!

Sin opciones, terminó bebiendo toda la cerveza para no ahogarse. Y de repente:

Todo se oscureció para él.

Su visión se volvió borrosa y confusa. Manteniendo sus ojos entrecerrados, de repente se abrieron en sorpresa al ver un monstruo acercarse a él. Un monstruo zombie. Y como si se tratara de un videojuego, arriba de la cabeza del monstruo apareció una señal.

¡Enemigo!

Crujiendo sus dientes furioso, lanzó un puñetazo y sacó disparado al monstruo, que se estrelló contra una mesa cercana. ―No te vas a llevar mi cerebro.―, Declaró furioso.

Nuevamente aparecieron más monstruos, una extraña combinación de zombie y adorables duendes. Y su expresión, llena de amabilidad y nerviosismo, cambió drásticamente a una sombría, reflejando frialdad y intenciones asesinas.

Ahora ese mensaje sobre los monstruos cambió.

"E X T E R M I N A R"

―――――

El amanecer tocó la ventana de una habitación, las aves cantaban alegres por este nuevo precioso día, los brillantes y hermosos árboles se movían acompañadas de una cálida brisa. Brisa que entró por la ventana de una habitación desordenada. Causando escalofríos en un dormido protagonista.

Al abrir sus ojos desorientado, un dolor intenso de cabeza le causó un leve gruñido de desagrado.

¿Qué pasó ayer?

Izuku sintió un poco de frío. Confuso, miró hacia abajo, comprendiendo la razón de su leve frío, ¡estaba totalmente desnudo! con incredulidad, recordó, ayer, tuvo una reunión con sus compañeros, quedo alcoholizado, y después no recordaba nada.

Sintió un movimiento a su lado. Aterrado, vio un bulto cubierto por las mantas. Tembloroso, nervioso por no recordar nada, apreció cómo una mujer desconocida, se levantó medio desorientada en un principio.

Sus miradas chocaron.

Mirándose ambos fijamente, ambos desnudos. Izuku se desmayó.

―Ey, despierta, despierta.―, La desconocida le daba palmadas en la mejilla, ensenan intento de despertar al desmayado chico.

El desmayo del protagonista no duró mucho. La incredulidad se apreció en su rostro, se sonrojó completamente cuando la bella dama desconocida se encontraba sentada encima de él.

―¿Quién eres?―, Tartamudeó nervioso. Aunque no recordaba nada, no se necesito ser un genio para saber lo que había ocurrido.

―Creo que estabas muy ebrio como para recordar todo lo de anoche. Mi nombre es Alysia.―., Ella comentó, sin pena de estar desnuda encima del adolescente. Después de todo, no era la primera vez que estaba encima del mismo.

Por otro lado, Izuku no podía formular palabras, impactado, nervioso y tímido, sin poder recordar absolutamente nada, se maldijo al no recordar su primera vez con esta bella dama. Solo pudo presenciar los grandes pechos de la chica que lo miraba neutral.

Notó que ella tenía orejas destacables de gato, acompañado de una cola que se balanceaba perezosamente. Su cabello, al igual que sus rasgos felinos, era oscuro como la misma noche. Con una piel blanca muy suave, dejando deslumbrar su gran belleza.

Para quitar ese silenció incomodó que él causaba, dijo lo primero que pensó.

―Esas orejas... me son conocidas..―, Comentó nervioso. Esas siendo las únicas palabras que mencionó.

―Conoces a mi hermano mayor, Guillermo. Hace unas horas, a la noche, mi cuñada embarazada estaba muy preocupada. Fui en su busqueda y los encontré. Mi hermano estaba encima de una mesa, inconsciente, y tú te encontrabas peleando con un hombre enano de barba castaña, repitiendo: "no me harás nada raro, duendes malvados y lujuriosos."―, Contó pensando en los acontecimientos de anoche.

Izuku procesando esa información. Con la descripción del hombre enano de barna castaña, rápidamente lo supo. ―¡¿Señor Müller?!―, De nuevo, se quedó incrédulo.

―Todo estaba hecho un caos, y tú fuiste el único causante.― Colocando un dedo sobre el fuerte peche del nervioso protagonista, que sintió un escalofrío.

―Yo, no te he obligado a nada, ¿verdad?―, Sin ser consciente de nada. Sinceramente estaba asustado, jamás pensaría en abusar de una mujer, pero ebrio y sin conocimiento de nada.

―¿Crees que ahora estaría encima tuyo hablándote sin problemas si hubieras abusado de mi? Si eso hubiera pasado, mientras dormías. Te mataría.―, Ella pusó una mirada que asusto al pobre chico.

―Eso es un alivió, ¿Qué sucedió entonces?―, Preguntó ahora sin remordimiento de algo que jamás sucedió.

―Ni yo sé realmente. Después de que patearas a ese hombre enano, entonces cuando me viste, empezaste a hablar en un extraño idioma, bailaste mientras te movías a mi alrededor y me besaste toda la mano. Y efectivamente caí, fue seducida.―, Levantando ambas manos, negó con la cabeza, dando el mensaje de que no pudó hacer nada. ―El resto es historia.

―¿El resto es historia?―, Más sonrojado que nunca, no reconociendo esa versión suya que contó la mujer. Él ni siquiera era capaz de hablar con una dama sin tartamudear, ¿y sedujo a una dama anoche?

―Claro, nosotros tuvimos relaciones sexuales.―, Confesó.

―Cuando vi eso en un principio, fue decepcionante, una pequeña daga, pero luego te emocionaste y pasó a una gran espada.― Hizo un gesto con su mano, inicialmente siendo algo pequeño, y luego amplió las manos, realizando el gesto de grande.

Izuku se desmayó de nuevo. Y un cachetazo lo devolvió a la realidad.

―Eres muy diferente sin alcohol.―, Murmuró estando un poco decepcionada. Izuku que escuchó y apreció ese gesto.

―Lo siento, me pone nervioso hablar de esto con una mujer tam bonita.―, Contestó tímidamente. Nadando entre nerviosismo y temor, encontró un poco de determinación, no deseando espantar a la única mujer que se le había acercado, aunque fuera una versión totalmente desconocida para él.

―Si estuve muy ebrio, lo siento, me haré responsable.―, Sus ojos destellaron en determinación, por precaución por las dudas de haber hecho algo de lo que se arrepentiría.

―Encantadoras palabras, pero no te preocupes. A pesar de que estabas embriagado, seguías mi ordenes de no terminar dentro. Pero tu primera vez, sí, terminaste en el segundo, por suerte estabas muy animado.―, Se burló, lo que aumentó la vergüenza del adolescente que se cubrió la cara.

―No recuerdo nada. Tu hermano me dio alcohol a la fuerza. "No te irás sin haber pasado bien esta noche." ¿a esto se refiere?―, Preguntó curioso.

―Bueno, estoy segura de que no se refería a este tipo de diversión. Menos aún, si te divertiste conmigo, estará furioso.―, Su hermana menor no estuvo incluida en la parte del plan.

―No me he divertido.―, Contestó Izuku, atrayendo una expresión confundida de ella.

―¿Perdón?―, Intentando escucharlo de nuevo.

―No recuerdo nada.―, Comentó de nuevo, tímidamente movió sus ojos a otras direcciones.

Perdió su primera vez, no lo recordaba. Pero lo tuvo, ¿por qué estar nervioso ahora cuando llegó tan lejos? era hora de dar un siguiente pasó y alcanzar una nueva experiencia. El pequeño protagonista se volvería un hombre.

―¿Te molestaría.. otra vez?

Izuku recibió un sorpresivo beso, un intenso y lujurioso beso. Ahora, por supuesto con inexperiencia, disfrutaba de su primer beso (sin estar ebrio) y devolvió torpemente ese beso. Tomando una iniciatica, la rodeó con sus brazos y la acostó sobre la cama.

Tuvo una nueva gran experiencia.

En este pequeño pueblo, aprendió a vivir por su cuenta, aprendió a trabajar, y aprendió a recordar algo importante, no tocar ni un poco de alcohol.

Izuku tuvo un gran progreso.

Fin del capítulo.

Compañeros, lectores: no se olviden de dejar su amable voto de apoyo para seguir creciendo. Gracias a todos por leer. Terminamos una etapa, y en el siguiente comenzaremos otras nueva; Orario.

Sinceramente, si tienen algún consejo para darme, con gusto lo leeré.

He pensado en varias habilidades, y en este capítulo quizá han visto una.

En fin, no tengo nada más para decir.

Nos vemos pronto.

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