capitulo 7: no hay lugar...
El peliverde viajaba en un avión privado, tomandose su quinta botella de cerveza, mientras que a unos metros de el, Strydum comunicaba cuánto faltaba para su llegaba a las autoridades de Japón para que ellos pudieran hacer los "preparativos"
El avión finalmente comenzó a descender en el aeropuerto, izuku se levantó y salió de un salto del avión empezando a caminar, mientras Strydum corria rápidamente detrás de el. El sitio dónde estaban no era muy ordinario, era un aeropuerto militar y una buena cantidad de soldados japoneses estaban formados viendo al peliverde directamente, aunque sin desenfundar sus armas.
Esto le saco una media sonrisa a Izuku, pero antes de que nada grave pasase 3 hombres uniformados surgieron de entre las filas de militares para ponerse rápidamente delante de él. Uno se notaba más alto y musculoso que los otros 3, probablemente el líder militar del sitio, los otros 2 en cambio, eran ancianos que mostraban sonrisas amigables al pecoso.
Hombre 1: es un placer conocerlo en persona hanma-sama, permitame presentarme, soy el...eh
Izuku lo paso de largo mientras el tipo continuaba hablando, dejando perplejos a los 3 por tal falta de respeto que demostraba, Strydum rápidamente les hizo señas a los 3 para que no digan nada y siguieran lentamente al peliverde, que ya empezaba a alejarse.
Hombre 2: *el musculoso* ¿Siempre es así?
Strydum: no, ahora es tan amigable por qué está de buen humor
Hombre 2: *mirando a Izuku* ¿Se siente alegre de volver a su patria hanma-sama?
Izuku: ...*sonríe* bueno, dicen que no hay lugar...como el hogar *volteando a mirarlo* ¿Verdad?
Hombre 2: *algo intimidado mientras acentia*
Hombre 3: (sip, es el súpersoldado perfecto, si logramos que sea controlable de alguna forma, el sin duda pondría en la sima a Japón)
Strydum: (solo esperemos que ninguno diga alguna estupidez)
Hombre 1: *con molestia en su voz* también dicen que debes respetar a tus mayores, hanma-san
Los otros 3 acompañantes restantes miraron directamente al político, Strydum en particular tenía una vena remarcada y un párpado tembloroso por la demostración de estupidez que había presenciado. Y para temor de todos izuku dejo de caminar de golpe, para poco a poco voltearse a mirar directamente a quien lo reprochó.
Izuku: yo digo que el respeto se gana
Tenía una cara neutral, pero debido a la forma natural de su cráneo poseía un seño fruncido que intimidaba a los presentes, camino lentamente hacia el sujeto que retrocedió unos pasos antes de ser sujetado del cuello y levantado del suelo por la mano del peliverde, su acompañante estaba apunto de dar la orden a los soldados de disparar pero algo lo detuvo.
Strydum: *agarrándolo del hombro* ~si uno de tus chicos dispara, esto será una masacre~
Hombre 2: *apunto de levantar el brazo mientras le tiembla el pulso*
Strydum: ~las balas no atraviesan su piel~
Hombre 2: * suspira y baja el brazo haciendo que todos los soldados dejen de apuntar a Izuku*
La víctima de Izuku tuvo un ataque de pánico al darse cuenta que nadie allí lo Hiba a salvar, mientras el agarre en su garganta se hacía cada vez peor, intento patalear y golpear el brazo del pecoso, pero no le hacía ni cosquillas.
Izuku: umm, ya que estamos aqui...¡¿Qué te parece si te enseño a volar?!
Dicho y hecho izuku lanzo como si nada al hombre como si de un avión de papel se tratace, entre gritos se elevó al rededor de 60 metros antes de empezar a descender otra vez, luego el sonido asqueroso de los huesos rotos y los órganos aplastados inundó todo el lugar, viendo eso, el peliverde se dió la media vuelta y se fue satisfecho, siendo rápidamente seguido por Strydum.
Hombre 2: *viendo el cadáver* ...*viendo a sus hombres* ¡¡Que alguien limpie esto, lo quiero en una bolsa antes de que el próximo avión llegué!! ¡¿Escucharon?!
Soldados: ¡Si señor!
Hombre 3: (brutal, poderoso y despiadado, justo como lo fue el imperio japonés) *voltea a ver a Izuku* (¿A quien SI respetas Hanma izuku?)
El viejo hombre restó importancia a la muerte de su compañero y siguió el paso detrás de Strydum e izuku, dejando atrás al jefe militar, la figura del peliverde le parecía cada vez más interesante, un recurso peligroso pero muy útil en manos correctas, como lo fue el uranio en su momento.
Hombre 3: ¿Tiene hambre hanma-sama? Probablemente paso mucho desde que no puede probar algo de la gastronomía japonesa auténtica
Strydum: *le hace señas para que no siga*
Izuku: ...umm, si, mucho tiempo
Hombre 3: le puedo pagar un buffet 5 estrellas, una persona de su calibre no se merece nada menos
Strydum: *suspira* (esto va a ser horrible)
Una hora más tarde:
La situación actual era bastante peculiar, izuku comía cantidades exageradas de comida para cualquier humano, aún así manteniendo unos modales bastante más destacables de lo que Strydum se esperaba, una costumbre que le había quedado al peliverde de su niñez.
El anciano que estaba descontando una fortuna de su billetera intentaba hacer que la "inversión" rindiera frutos y sacarle algo de conversación a Izuku, pero este lo ignoraba la mayoría del tiempo oh le daba respuestas cortas, y mientras tanto Strydum observaba en silencio rogando internamente que no pase nada que provocase la ira del pecoso ahora que estaban en un sitio público.
Y mientras tanto, fuera del restaurante habían bastantes militares japoneses camuflados entre los civiles, esperando en caso de que tuvieran que controlar a Izuku, al menos a 3 calles a la redonda de dónde se encontraba, para no perderlo de vista en ningún momento.
El tiempo pasó, los platos se vaciaron y el trío tan dispar empezó a caminar hacia la base japonesa más cercana.
Esa era la intención original, que Izuku sea visto por las autoridades competentes de Japón, y luego tenga peleas controladas con las heroínas del país para no generar caos innecesario, pero claro, no podría ser tan fácil. Una frase, una maldita frase de una conversación que nada tenía que ver desencadenó un desastre.
???: Te lo digo, cualquier idiota cabeza de músculos *apunta a Izuku* como ese de allá, se retuerce en el suelo con una sola patada en las bolas.
Una joven, con uniforme de escuela, y rasgos de conejo debido a su quirk, paso justo al lado del trío, hablando con otra compañera mientras le restaba importancia al comentario despectivo, aunque apenas pudo caminar 3 pasos más cuando sintió algo haciendo presión en sus orejas y algo que la levantaba por encima del suelo. A un metro de ellos el político se veía encantado por la nueva oportunidad de ver a Izuku en acción, mientras Strydum simplemente se agarraba la cabeza con clara frustración
La coneja rápidamente le dió un codazo en la mejilla a Izuku para luego patearlo en el abdomen, ambos golpes a pesar de haber impactado fueron completamente inútiles, el peliverde entonces empezó a mover a Rumi de un lado para otro agarrándola solo de las orejas, lo cual le provocaba mucho dolor a esta última pues era una zona sensible de su cuerpo. Después de agitarla de un lado para otro como si fuese un juguete el peliverde la soltó haciendo que está salga volando hacia una pared .
Rumi: *mareada intentando ponerse de pie* ¿Q-que mierda...pas-*interrumpida*
Cuando levanto la vista vio a Izuku, con su imponente altura que se resaltaba aún más desde su perspectiva y sus ojos que parecían los de un demonio, despertaban algo que hace mucho no sentía miedo, un miedo instintivo que nunca nadie la había hecho sentir antes, pero ese medio crecía cada vez más mientras el peliverde acercaba nuevamente su enorme mano hacia su cara.
Su amiga intento salvarla de alguna manera, utilizando su quirk que convertía sus piernas en resortes orgánicos hasta la rodilla, con ellos dió un gran impulso para intentar empujar a Izuku lejos de la coneja, pero fue como chocar contra un muro de acero, ella misma se noqueó por el impacto cayendo al suelo en un segundo, cosa que sacó una carcajada al pecoso. Esa risa le pareció increíble a Rumi, era monstruosa, gruesa, ruidosa y...¿Sexy?
Pero justo cuando parecía que nada podía salir peor una pesada red metálica cayó encima del pecoso, y una ráfaga de dardos tranquilizantes fueron disparados sobre el, proporcionados por los soldados japoneses, que a su vez estaban sacando de la zona a todos los civiles presentes y preparando la furgoneta dónde transportarán al peliverde. Con lo que no contaron fue con que los dardos simplemente rebotarian en la piel de Izuku sin rasguñarlo siquiera.
Para después tomar con ambas manos la cuerda y desgarrarla como si nada, cuando vieron eso los soldados cambiaron sus rifles con subfusiles que ahora sí poseía balas convencionales, Strydum y el político fueron rápidamente sacados de la escena por un grupo de soldados para evitar que queden en el fuego cruzado y Rumi, simplemente quedó allí tirada en el piso, aún admirando la figura de Izuku.
El mismo salto sobre los soldados que sin dudarlo abrieron fuego sobre este, aunque la mayoría de balas fallaban oh simplemente no hacían daño al pecoso más allá de su ropa, la masacre que siguió fue brutal, entre los gritos y lluvia constante de polomo y explosiones de Granada el Hanma Hiba arrancando pedazos de militares y los arrojaba al aire como si fuera una bestia desenfrenada.
Piernas, brazos, trozos del torso y como no: cabezas, por todos lados había muerte y destrucción en la zona de guerra que hace poco era una tranquila calle, los soldados pedían desesperadamente refuerzos mientras sus números Hiba descendiendo a pasos agigantados, fue aun peor cuando izuku al parecer se aburrió de jugar y empezó a usar técnicas de artes marciales en lugar de fuerza bruta.
Ahora a base de patadas y puñetazos Hiba atravesando todo lo que se le ponía por el medio, incluso dando vuelta un vehículo blindado con una facilidad maravillosa. La "diversión" duro unos minutos más hasta que llegó la orden de alto al fuego y los soldados entonces retrocedieron y se cubrieron. El peliverde los busco y a los desafortunados que encontró los mato, pero aún así le pareció decepcionante que ya nadie intentase matarlo.
Pronto llegó otra furgoneta igual a la que el había destrozado, solo que en esta se subió tanto el viejo que lo invito a comer, como Strydum que se veía en su cara el cansancio mental y estres que tendría al explicar cómo dejo que Izuku se le fuera de las manos...otra vez. El peliverde entendió perfectamente que ese vehículo era para transportarlo a el fuera de la ciudad y simplemente se puso a caminar hacia el con total indiferencia a lo que hizo.
Pero al dar unos pasos sintió a alguien corriendo hacia el por la espalda, decidió no hacer nada por el simple hecho de dejar que "el" ataque primero, pero grande fue su sorpresa al sentir que en lugar de un golpe oh disparo fue algo abrazándose a su pierna derecha con fuerza, al voltear a ver era esa misma coneja, pero no tenía intenciones violentas, más bien parecía tener ojos suplicantes.
Rumi: ¡Por favor, llévame contigo! Ni Siquiera en un millón de años podria conseguir un hombre igual que tú ¡¡No puedes demostrarme tal masculinidad y luego alejarte de mí como si nada!!
El pecoso mostró sorpresa en su rostro, y luego una sonrisa macabra como las que el mejor sabe dar se presentó, jamás hubiera esperado conocer una mujer como esa, que sintiera exitacion por la violencia, que lo viera con tanta pasión y sumisión desde el principio, mejor aún, una japonesa, y la edad ni le importaba, así que el simplemente la tomo nuevamente de las orejas y la llevo a la furgoneta con total tranquilidad.
Hombre 3: emm *nervioso* no podemos llevar civiles
Izuku: *lo mira de reojo* no existe cosa sobre la tierra que yo no pueda hacer, ve aprendiendo eso
Strydum: *suspiro* esto va a ser un viaje largo...*enciendo un cigarrillo*
Mientras ellos se Hiban, un equipo de "limpieza" llegó a encargarse de los cadáveres y la destrucción que quedó atrás, mientras mantenían alejadas a las heroínas y la policia para que no hagan preguntas de más, algunos civiles llegaron a grabar por teléfono al peliverde y los que lo vieron con sus propios ojos aún seguían asombrados y horrorizados de que ESO este rondando por Japón.
Mientras tanto, dentro del vehículo la situación era incómoda, nuevamente estaban el político, que le incomodaba y tosia por humo de Strydum, pero no le decía nada, el propio general que seguía pensando como explicaría lo que pasó en esa calle y luego izuku que Hiba con Rumi sentada en su entrepierna con unas intenciones muy claras, sin importarle ni siquiera estarse manchando de sangre por tocar al pecoso, pero enojada por no lograr provocarle una erección y finalmente izuku, que irónicamente era el único calmado del grupo.
Como dijo el propio Strydum: sera un viaje largo...
Imagen hecha por Rex-fanfics la personificación de que "que capo es ese pibe"
Si había gente que aún esperaba ese fic, solo tengo que decir, wow, tremenda paciencia y buuueno, aquí tienen, dejen sus opiniones, buenas oh malas siempre sirven, ya tengo pensado sacar más caps de este fic y creo, CREO que me tardaré poco, pero no sé ilusionen que capaz que no cumplo. Coman bien, beban agua y lavanse los dientes, chau
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro