aclaraciones y prologo
Hablar: hola
Acción:*le metió un puñetazo directo en la cara*
Pensar:(menudos imbéciles)
Llamada:<señor presidente, tenemos un problema>
Quiero aclarar que hasta ahora todos los fics que ví le ponen la personalidad de baki a Izuku, yo en el mío voy a hacerlo más como sería Yujiro, engreído, cruel, brutal. En resumen, un cabron.
También, eso de que ya Nazca hanma, como hijo de baki, Yujiro, o que sea su reencarnación ya está muy visto, yo haré algo distinto con eso. Sin más bla bla, disfruten
Prólogo:
En Japón, una niña nació brillando, cosa que maravillo a los médicos, poco a poco más y mas mujeres presentaban variadas y muy útiles habilidades, aunque misteriosamente jamás se manifestó en ninguna persona del sexo masculino.
Con el tiempo surgieron las heroinas como oficio para hacer frente a las villanas, mientras los hombres...bueno, quedaron un poco atrasados ante está "evolución" . Pero mientras tanto, en un hospital de Japón:
Enfermero: un poco más señorita, ya veo la cabeza
Inko:*apretando la mano de su esposo* aaahhhhh
Hizashi: tranquila cariño, falta poco
Enfermo: bien aquí vam- *asustado* ¡¿Eh?!
El sujeto vio incrédulo como el bebé a medio camino habría los ojos y lo miraba fijamente, cosa imposible para un recién nacido, y el bebé nisiquiera había salido todavía...lo peor era que, por más raro que paresca, lo intimadaba
Hizashi: ¿Que? ¿Que le pasa?
Enfermero: e-el niño me miró
El médico tratando de actuar profesionalmente siguió con su labor pero de manera muy nerviosa puesto que el pequeño no dejaba de mirarlo fijamente, casi podía leer sus pensamientos "traeme al mundo, no permitiré errores"
El tipo manteniendo toda su fuerza de voluntad saco con éxito al bebé, para proceder a limpiarlo, al hacerlo se percato de que el niño estaba increíblemente duro, casi como si sus músculos de por sí estuvieran desarrollados
Enfermero: f-felicidades es un niño *pasándole el bebé a Inko*
Inko: *cansada* bienvenido al mundo, Izuku...
La pareja estaba feliz por el nuevo nacimiento, aunque en otras partes de Japón el presidente sin previo aviso había ordenado el incremento de armas nucleares, al igual que muchos otros presidentes.
Presidentes que tenían muchas diferencias, de países muy distintos, y todos hicieron su mayor esfuerzo por aumentar su fuerza militar a su manera, por otro lado, las bestias más grandes y mortiferas actuaban de forma extraña
Las héroinas, artistas marciales, y luchadores callejeros aumentaron su entrenamiento, incluso si eso implicaba lesiones en su cuerpo, se sentían debiles
Los leones, tiburones, águilas, todas esas bestias actuaban erráticas, mucho más agresivas y con el peor temperamento posible, no era casualidad, todo ser vivo que pertenecía a la cadena alimenticia lo sintió
Una sensación horrible en el interior que los torturaba, puesto que ese día era uno de los peores si no el peor que habían tenido nunca, ese día todos los seres vivos habían bajado un puesto en el ranking del más fuerte.
Con la familia Midoriya, apenas unas semanas después del nacimiento el pequeño ya le daba problemas a su madre, está sintió un horible pinchazo al amantar a su hijo, al mirar la zona noto un agujero sangrante en su pezón
Con sorpresa y miedo separó lentamente los labios de su hijo para mirar si tenía algo afilado en la boca, increíblemente encontró 2 colmillos bien grandes empezando a salir de sus encías
La mujer desde ese día solo le da biberón al bebé, aún si los demás le dicen que está en una etapa muy temprana para eso, ella se niega rotundamente a que los colmillos del peliverde la perforen
Tiempo más tarde, en un día sin nada en especial, el bebé empezó a llorar y gritar de forma ensordecedora, la mujer había cambiado su pañal, alimentado, hasta le ofreció de su seno, pero nada, el bebé parecía realmente alterado por algo, y ni ella ni sus mayordomos sabían que hacer.
En desesperación Inko fue a buscar su teléfono para llamar a un doctor, pensando que tal vez tenía alguna enfermedad ya que no se le veía ninguna herida, justo antes de llamar escucho un alarido de sus empleados.
Al entrar al cuarto los vio a todos mirando al niño sorprendidos, este en cambio por fin había dejado de llorar, es más, estaba riendo y jugando con el puño cerrado, al parecer tenía algo
Inko: ¿Que pasa?
Mayordomo: s-señora, su hijo *apuntando a la mano del niño*
Inko miro extrañada como todos miraban a la mano de el pequeño, así que sin más lo levanto del suelo y con un poco de esfuerzo abrió el puño del bebé, encontrandose con una pequeña rana aplastada, había Sido asesinada en un abrir y cerrar de ojos por el pequeño...su primera víctima.
Debido a la insistencia de uno de los miembro de su personal, le dió el cadáver a un experto, ya que este afirmaba que el animal era muy peligroso, al hacerlo grande fue su sorpresa cuando el experto le dijo que si.
Ese era un sapo cuyo veneno era uno de los más peligrosos del mundo, solo con un misero mililitro de este podía matar a 100 adultos, y que era muy inusual que uno esté en Japón.
Alterados por la noticia ambos padres llevaron a su hijo al hospital, con temor a que el veneno acabe con su vida, sin embargo los médicos afirmaron que estaba en perfecto estado, y aunque pequeñas pero mortiferas cantidades de veneno quedaban en la mano de Izuku, de alguna manera este no entro atreves de su piel, algo bastante raro.
Definitivamente el niño era algo muy peculiar, ¿Tal vez herencia de su padre?
Ah, no lo mencioné, su padre, Hizashi Midoriya, era el fisicoculturista más famoso de toda Japón, reconocido mundialmente por su espalda asemejante a un demonio.
A pesar de tener tan buena genética, este jamás había Sido agresivo, ni utilizo sus músculos para pelear, solamente posaba frente a las cámaras y levantaba pesas todo el día, esto porsupuesto lo hizo muy rico, riqueza que compartía con su amada esposa, Inko Midoriya, de quién tomo el apellido.
Ambos eran muy felices el uno con el otro, para Inko era el hombre perfecto, musculoso, apuesto, considerado, y para Hizashi era lo mismo, solo que este no tenía intereses tan materiales como su esposa, la quería más por su personalidad y belleza que por otra cosa.
Y ahora se unía a la familia un nuevo integrante, Izuku, el cual a tan corta edad demostró cualidades de fuerza increíbles, los años pasaron en la familia, el pequeño tenía 4 años, aún que gozaba de una inteligencia bastante superior para su edad, como la de alguien que tuviera 10.
En ese momento se encontraba viendo una pelea atreves de la televisión, el pequeño se había facinado con el mundo de la lucha desde hace un tiempo, y estaba mirando todo el tiempo las peleas con sadismo, imaginando que el está ahi, siendo el más fuerte
Hizashi: oh, ¿Viendo la tele campeón?
Izuku: hey papá *apuntando a la pelea* ¿Tu puedes hacer eso?
Hizashi: ¿Eh?...bueno, a mí no me va mucho eso de pelear ¿Sabes? *Haciendo una pose* yo trabajo mi cuerpo solo para verme así de bien
Izuku: pero eso es aburrido
Hizashi: oh...bueno, tal vez cuando crescas le encuentres la gracias al deporte.
Izuku: ¡No! Yo quiero pelear
Hizashi: umm, bueno, ¿Que tal si te compro unos boletos para la próxima pelea? Así las podrás ver en vivo y no solo desde la tele ¿Te parece?
Izuku:*emocionado* ¡¡Siiiiii!!
Hizashi sonrío al ver cómo su hijo había encontrado algo que lo apasionaba, no era misterio que tanto el como su esposa querian que Izuku siga sus pasos en el fisicoculturismo, ya que su genética era perfecta para este ámbito, pero el tampoco Hiba a negarle sus sueños a su hijo.
Con el tiempo Izuku empezó a imitar siertos movimientos que veía en la televisión, al principio le resultaron difíciles, pero con el tiempo hacia una imitación bastante decente para alguien de su edad. Lamentablemente, la "familia feliz" perdió un miembro.
Hizashi fue asesinado, al parecer otros fisicoculturistas tenían problemas de odio con el hombre por siempre quedar a su sombra, al ser un vencedor inegable todos los años, contrataron yakuzas y bueno...formaron un accidente cuando esté se dirigía a otro espectáculo.
Sorprendente mente el hombre sobrevivió al choque de su auto, debido a la inhumana resistencia que ni el sabía que tenía, pero los yakuzas no se quedaron quietos y le dispararon, hicieron falta muchos cargadores para tumbar al forzudo, pero lo lograron.
A inko le llegó la desgarradora noticia de que su esposo había muerto, el funeral se dió pocos días después, Para extrañes de los presentes, su hijo de apenas 6 años no derramó una sola lágrima, se mantuvo firme, lo dieron como que seguía en shock.
Poco después de la muerte del hombre de la casa Inko mando a poner a entrenar a su hijo para que entrene los pocos músculos que tenía desarrollados a esa edad, ya que sin Hizashi, había perdido su fuente de ingresos y su fortuna, aunque inmensa, poco a poco desapareceria.
En ese momento Izuku entendió que su madre no lo amaba, amo a su padre si, pero a él probablemente lo tuvo por cumplir el capricho de este, el peliverde no sintió tristesa, realmente no era bueno sintiendo empatía u cariño por otras personas, así que simplemente siguió la rutina de entrenamiento mandada por su madre y los entrenadores que contrato.
El entrenamiento le gustaba a Izuku la actividad era algo que lo emocionaba, hacia cosas espectaculares, como levantar pesas 5 veces su propio peso, y tenía una musculatura imposible en cualquier otro ser humano de esa edad.
El chico cumpliendo los 9 ya se aburre de la misma rutina todo el tiempo, empezaba a escapar de casa para hacer su propio entrenamiento de copiar las posturas golpes y patadas que veía en sus peleas, era un rebelde con lo que le decía su madre, había demostrado cero interés en el fisicoculturismo, lo único que le gustaba era el entrenamiento en si.
Un día se fue caminando muy lejos, varios kilómetros, no se canso porsupuesto, y llegó a un bosque que jamás había visto antes, tenía algunos carteles que decían "No pasar" pero el chico los paso de largo, se adentro bastante en el bosque hasta darce cuenta que no sabía volver y escucho unos rugidos
Mirando a su alrededor estaba rodeado de una manada de lobos, rugian ferozes y hambrientos hacia el niño, este contrario a lo que cualquiera más sentiría, no se asustó, se emociono, era una oportunidad perfecta para probar lo aprendido, cuando un lobo se le acercó le dió un puñetazo directo al osico, mandandolo a volar.
Otro que salto hacia el resivio una patada en el pecho, que le rompió unas costillas atravesando sus pulmones y matandolo, uno más vino por delante y otro por detrás, al del frente le rompió la mandíbula de un golpe, pero el de detrás le mordió la pantorrilla provocándole bastante dolor
Izuku:*enojado*¡Maldito perro de mierda!
El chico se dió la vuelta y tomo al lobo por la cabeza haciendo que suelte su pierna, luego giro su cabeza hasta romperle el cuello, con el lobo aún agarrado del cuello torcido izuku camino hacia el resto de la manada, los animales carnívoros lo vieron aterrados.
Sus instintos les gritaron en cada célula de su cuerpo, no tenían oportunidad, toda la manada corrió a máxima velocidad huyendo el peliverde, este se decepcionó, pero sin más, camino hacia el lobo con la mandíbula rota.
Este se retorcía en el piso, Izuku lo tomo del cuello y lo ahorco hasta que dejo de respirar, cuando terminó cargo todos los lobos en sus hombros y camino de regreso a dónde el pensaba que era su casa.
En la mansión Midoriya:
Inko estaba desesperada, no encontraba al "pequeño monstruo" por ningún lado y ya había anochecido, es verdad que había tenido muchas discusiones con el, pero aún se podía preocupar un poco, llamo a la policía y algunas heroinas que conocía, lo buscaron por todo el vecindario pero nada.
Ahora mismo un policía estába hablando con Inko la cual exigía que debían encontrá al niño como sea, los policías y heroinas presentes intentaban calmar a la peliverde, cuando escucharon un sonido extraño detrás, todos giraron la cabeza al mismo tiempo para ver.
Quedando anonadados al presenciar al niño peliverde que estaban buscando, había saltado la reja de 2 metros que tenía la mansión Midoriya antes de entrar, en sus hombros cargaba 3 cadáveres de lobos, y su pierna derecha sangraba considerablemente, cosa que era la más preocupante para ellos.
Policía: *corriendo hacia Izuku* ¡chico! ¿Que te pas-*interrumpido*
Izuku:*amenazante* ¡¡Atrás!! ¡Esta comida es mía!
Inko:¡¿Que carajo?! *Caminado hacia el peliverde* ¡Izuku! ¡¿Por esto te escapaste?!
¡¡En casa hay suficiente comida para un banquete!! ¡¿Sabes lo preocupada que me tenías?!
Izuku:*soltando los lobos en el piso* ¡No me importa vieja! Voy a cosinar esto
Heroína 1: esos lobos miden mucho más que el niño, ¿Como los encontró?
Izuku:*orgulloso* ¡Estas son mis presas!
Heroína 2: ¡Espera! El no pudo matar a esas bestias ¿Cierto? Digo, eso sería imposible.
Heroína 3: si, pero...¿De dónde las saco si no?
Inko:*suspiro* no sería la primera vez que el mocoso asesina a un animal peligroso, este niño me va a dar un paro cardiaco un día
Heroínas:*sorprendidas* ¡¿Que el que?!
Policía:*hablando a Izuku* chico, necesitamos llevarte a un hospital para curarte esa herida ¿Deacuerdo?
Izuku:¡No! Se llevaran mi comida
Policía: nadie tomara tu..."comida" ¿Okey?
Izuku:*mirando su herida aún sangrante y luego al policía* ...bien, pero si alguien toca mi comida me comeré algo aunque tengan que ser tus amiguita ¡¿Oíste vieja?! *Apuntando a las heroinas*
Heroína 1:*asustadas* ...no lo dice enserio ¿Verdad inko-chan?
Inko: una vez mastico una mancuerna de acero hasta dejarle la marca de los dientes...yo que ustedes me alejo
Así el joven acepto que le desinfecten, y vendan la herida, querían cosercela también, pero el chico dijo que no quería esa cosas en su piel, y no pudieron llevarle la contraria.
Al volver a casa Inko no tuvo de otra que aceptar el capricho de que le cocinen los lobos, el chico se comió cada parte de los animales, descubriendo...que le encantaba el sabor de los animales salvajes mucho más que el de la comida pre-cocinada...
Y les gustó?
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