19
La señora Iwaizumi me observó asombrada, al ver que bajaba con solo una camisa y mis bóxers. Esta se disculpó avergonzada y pasó a mi lado, en dirección al segundo piso, de donde yo venía.
Preparé el desayuno para nosotros, mientras que esperaba que ambos bajaron, hasta que escuché sus voces.
–Iwaizumi, te juro por Dios que si le llegas a hacer algo más a ese chico, considérate muerto.
Mi interior se retorció poco a poco, pensando en como tú madre me ponía a mi antes que a ti, su propio hijo.
Armé mi sándwich, mientras tarareaba una pequeña estrofa de mi canción favorita. Sentí como te aproximabas y me rodeabas con tus brazos por la cintura. Besaste con delicadeza mi cuello, mientras me estremecía.
Iwa-chan... ¿sabes cuánto te amo?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro