Ese día no me hablaste como lo hacías conmigo, si no que te hiciste el completo galán con Tooko. No sé qué viejo te enseñó esas palabras, pero wuo, sí que sabes enamorar a alguien.

No fue fácil, Iwa-chan, ya que de cierta manera me enamoraba de ti cada vez mas. Tu no tienes ni idea de como me sentía.

Recuerdo que ese día, me acorde de que nada podía ser tan perfecto.

Había terminado de hablar contigo, y estaba caminando en dirección a mi casa. No había llevado mucho del trayecto, pero se hizo una eternidad al pasar delante de un callejón. Cinco hombres salieron del callejón y me rodearon.

"Hola pequeña"

"¿que haces solita por aquí, eh?"

Yo solo pensaba en ti, Iwa-chan.

No pasó mucho tiempo, para que ellos se dieran cuenta que a la persona que habian acorralado y que mañoseaban, era un chico. Y tampoco duro mucho mi estadía en pie, ya que me arrojaron al suelo y comenzaron a golpearme.

"¡estupido maricon!"

"¡vete a chuparsela a tu padre!"

Las patadas eran fuertes, al igual que los puñetazos. Pero solo pensaba en ti, Iwa-chan.

Eso me mantenía vivo.