Chapter Four
No quiero hablarle.
Mierdaaaaaaaaaa
Ya, calmate, es obvio que me van a obligar pero buscaré alguna excusa..
Oh, eso es!
¡Ya sé! Si soy desagradable puede que no quiera hablarme..
Si..
Puede que otras personas entren en confusión al ver mi necedad pero tengo un motivo.
Nunca se sabe si la persona con la que hablas sera mas cortante que tú, y si lo es me hace sentir pequeña. No quiero que nadie me haga sentir pequeña, yo quiero que los otros sean pequeños.
Suena complicado, pero es una forma de explicar mi miedo al rechazo¿?.
Tengo 18 y aún pienso en algo como el rechazo, vaya que patética que soy Dios.
Volví mi vista hacia adelante, inconscientemente había adoptado una posición de manos y codos que me hacían ver como alguien que estaba pensando en la muerte.
Oí el fuerte carraspeo del profesor y subí mi vista hasta el. Iván.. Ya se sentó frente a mí, ya esta ahí. No me percate en lo absoluto.
-Como sabrán si ven sus calendarios y se acostumbran rápido a este, en este momento tenemos consejo de curso así que los dejo en manos de el presidente y la vicepresidenta de curso, mientras atenderé algunos asuntos.-Enunció seriamente mientras observaba a la directiva acercarse al pizarrón.
El bullicio comenzó de nuevo, obviamente nadie respeta a la directiva de curso, ni yo.
Pude ver rápidamente como Magdalena y Agustina se acercaban a mi pupitre.
Me pare rápidamente y abruptamente.
Esto es un dos por uno, tengo una excusa y una desagradable confesión.
Vaya parece que sono algo fuerte cuando me levante. Ignore la mirada de unos cuantos que a los segundos volvían a lo suyo y las observe a ambas que habían llegado frente a mi.
Sin percatarme la chica que se sentaba a su lado le miraba embobada. Mientras que Agustina y Magdalena intercalaban sus miradas entre mi e Iván.
-No puedo, tengo que ir al baño. -Di un rápido paso hacia al frente, me detuvo su agarre.
Magdalena te rompere todos tus huesos.
Percibí la mirada de alguien observarme cuidadosamente, es el. Bien.
-¿Es tan necesario que vayas ahora?.-Dijo en tono de súplica.
Sonreí con una expresión de martirio.
-Claro que si, me estoy cagando querida.-Digo fuertemente, tanto que estoy segura que el me oyó.
Me deshice de su agarre y tan solo con dos pasos fui interrumpida nuevamente.
-No tienes permiso, para eso estuvo el recreo.-Esa voz molesta retumbaba arriba mío. -¿Escucharon directiva? Nadie tiene permiso de ir al baño, aunque se este haciendo del dos. ¿Oyó señorita Mina?.- Finalizó cargando mi nombre con amargura.
Claro, solo me llama Mina cuando estoy frente a todos pero en los exámenes me llama Graciela. Casi nadie sabe que me llamo Graciela, ¿es por eso no?.
Maldito..
Se retiro de la sala rápidamente y el bullicio volvió a su normalidad.
Mi cuerpo estaba tieso, no tenía ni ganas de darme vuelta.
Ahora tengo que comerme la vergüenza..
-Te tendrás que cagar encima jajaja. -Agustina se acercó a mi oído para susurrar.
Pues a mí no me hace ninguna gracia, aunque peor sería que fuera de verdad.
Fui a mi puesto y observe a Agus y a Magda colocarse frente al puesto de Iván. Yo con la curiosidad me puse en medio del puesto de mi compañero y el mío, estire la cabeza hacia adelante y preste atención a lo que dirían.
Sería mas vergonzoso que el se diera vuelta, toparía justo con mi cara, tengo la esperanza de que sean lo suficientemente payasas como para distraerlo y que yo pueda escuchar atentamente todo.
-¿De donde eres?. -Comenzó Agustina con un ferviente ánimo.
-... -
No recibió respuesta alguna
-Quizás no es algo de lo que le agrade hablar, mas bien que te trae por aquí, me refiero a que, ¿porque viniste a nuestro curso teniendo el A?. -Hablo coquetamente Magdalena.
-oe.-Solté en forma de reproche.
Me miró rápidamente y volvió a él quien pareció haberme escuchado porque ladeo un poco su cabeza.
-Por nada en especial.-Dijo en un tono calmado.
Pensé que no hablaría, supongo que no le incomoda, no me debería meter.
-¿Cuantos años tienes?.-Habló ahora Agustina.
-... -
Me reiría de ella pero seré muy obvia.
-Ya ves Agus que haces preguntas muy personales, disculpa a mi amiga, ¿porque te cambiaste de clase en vez de permanecer el el C?. -Soltó orgullosa Magdalena, esperando una respuesta certera.
-... -
-Vaya, a el no le gusta mucho hablar, no molesten con tantas preguntas ¿si?. Es más tampoco me ha respondido nada hasta ahora a mi.-Hablo la chica a su lado, Florencia se llama.
El chico miró rápidamente el rostro de Florencia y volvió a su postura inicial, observando el suelo de en frente.
-¿Seamos amigos bien? Llevemosnos bien.-Al terminar Florencia enderezó su mano frente a él.
Son demasiado molestas.
El chico tampoco respondió.
La chica iba a abrir su boca de nuevo, hasta que, sin previo aviso hable.
-¿No toman el silencio como una señal o lo hacen a posta?.-Observe la expresión de todas y volví a Florencia.- Ve con la directiva, de seguro se pregunta que haces que te toma tanto tiempo.
Se paro bruscamente con una mueca de enfado y fue con ellos, de seguro esta ahora hablando de mi.
-Deben estar hablando de ti ahora.. -Soltó Francisco mi compañero de puesto.
-No me interesa que vayan a decir de mi otros, no te preocupes.-Hablé con una media sonrisa.
-Igualmente debes tener cuidado, también, lamento ser tan cargante Iván.- Dijo Agustina algo triste. Camino hacia su pupitre y Magdalena le siguió.
Se sientan delante, así que estan lo suficientemente lejos.
Sentí que mi blusa era jalada levemente por algo y mire hacia Francis.
-Voy al baño, cubreme y si preguntan diles que me sentía mal.-Enunció con simpleza y río.
Ahora estaba totalmente sola..
-Gracias.-Oí una voz frente a mí.
Mire a Iván rápidamente y hable.
-Son molestas, aunque no lo quieras decir.-Mire de reojo hacia los lados y nadie me prestaba atención ni miraba hacia nuestro lado.
Camine y me senté a su lado.
-Me llamó Mina, un gusto. -Solté
-Iván.-Se limito.
-No te fies del profesor, nunca le cuentes nada personal y trata de que siempre oiga lo menos posible de cualquier cosa que digas.
-¿porqué?.
- Porque no es una buena persona, no es agradable.
Giro su cabeza a mi dirección y me miro lentamente.
-Nadie es bueno Mina, nadie. Lo que eres muchas veces es algo que las circunstancias te han obligado a ser.-Su rostro aparentemente sereno ahora se veía serio.
-Ahí te equivocas, las circunstancias no te obligan, siempre te dan opciones.-Suspiré mirando mis dedos, mientras jugueteaba tranquilamente con ellos. -Y no siempre las opciones son buenas.
Se quedó callado y suspiro.
-Que hay de, elegir entre la libertar y la muerte. No son opciones si no hay algo que quieras de verdad.-Paso sus largos y blancos dedos por su cedoso cabello mientras me observaba serio.
-Puede ser, pero siempre puedes crear una opción, libertad, muerte y renacimiento. Concentrarte en cambiar las cosas a tu favor en el momento, lo puede cambiar todo. Hay muchos caminos Iván.-Solté para sonreír.
Tuve la idea de haberle visto sonreír un poco en respuesta.
¿Fue mi idea o de verdad acabo de ver a ese ser tan serio hacer una mueca parecida a una sonrisa?.
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