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Epílogo

El tiempo que había estado descansando era desconocido para Adela, pero si podía asegurar que era un alivio dormir sin pesadillas, solo con sueños tan agradables en donde siempre se encontraba en las nubes, escuchando lo que parecía ser el inicio de una canción provenientes de unas campanas tubulares.

Respiraba con total calma, sonriendo mientras su manos se movían hasta que algo la hizo fruncir el ceño. Realmente, no eran las sábanas suaves propias de una cama, sino que parecía ser algo un poco más frío y que se escapaba entre los dedos.

Confundida, abrió sus ojos para ver que la noche la acompañaba, daba incluso la sensación que con levantar su brazo, era capaz de tocarla.

—¿Qué...? —Como mejor pudo, intentó levantarse, pero la inestabilidad de la superficie era presente, dándose cuenta que se encontraba en las nubes—. ¿H-He muerto?

Un largo suspiro se escuchó a su derecha, girándose rápido para ver a Miver sentada con las rodillas en alto, abrazándolas.

—Sigo sin entender porque todos los seres que conozco asocian las nubes como la Muerte —murmuró Miver sin mirarla, solo atenta a lo que el cielo estrellado le comentaba—. Es el cielo, el descanso. No es ningún mal.

Frunció un poco el ceño, y antes de hacer cualquier duda, dirigió su mirada hacia abajo, encontrándose con la extensa y maravillosa ciudad de Tuin, pero esta vez con la vida presente ante las luces de los edificios, farolas y coches. Abrió su boca con asombro, surgiendo sin querer pequeñas lágrimas que se retiró rápido.

Dirigió la mirada hacia Miver y sonrió calmada.

—¿Cuánto tiempo llevo dormida?

—Unos cuantos días —respondió Miver, mirándola de reojo—. Mitzy se despertó antes que tú y me ayudó a llevar a los supervivientes aquí. También tuvimos que explicarles todo y ahora os tienen en alta estima por ser las heroínas de Tugia. Incluso los gobernadores os tienen en cuenta ya que tenéis conocimiento de los documentos.

—U-Un momento. —Frunció el ceño—. ¿C-Cómo que heroínas? Yo no...

—hicisteis todo el trabajo que yo no pude hacer, Adela. Solo fui el remate, no por ello me tengo que llevar el mérito —aclaró Miver, dirigiendo la mirada hacia enfrente.

—¿Y-Y entonces...?

—Todo está en orden, Adela. Vuestra ciudad sobrevive en el sub-código, como debe de ser —interrumpió. Adela se tumbó contra las nubes, cayendo pequeñas lágrimas de felicidad mientras miraba el cielo—. Aun así, tengo algunas dudas sobre lo que ha ocurrido.

—Y-Yo igual —admitió, mirándola con atención una vez que se sentó—. ¿Qué te pasó? No te vimos en ningún lado, tuvimos que matarlos a casi todos.

El silencio incómodo de Miver dejaba en claro que algo mayor había oculto. No se atrevía siquiera mirarla, ni su característica sonrisa era presente.

—Hay un peligro que... hemos ignorado —murmuró, observándola de reojo—. Y por mi culpa ahora tienen algo que puede ser perjudicial para... todo el Núcleo A.

Tragó con dificultad, sintiendo el pánico en todo su cuerpo tembloroso. Miver en cambio dejó de observarla, agachando su cabeza entre sus rodillas.

—Lo que ocurrió es que tuve que liberar a mi hermana tras tantísimos años —siguió explicando—, y eso era peor porque al final acabó en una cadena de problemas que no he podido controlar. Todo lo que viste, estos locos que matasteis, era al fin y al cabo una trampa para mí, y consiguieron una información crucial.

—¿C-Cuál? —preguntó. No obtuvo la respuesta, solo un silencio que aceleró sus pulsaciones—. ¿Cuál, Miver? A lo mejor podríamos...

—No vais ayudarme más —sentenció, mirándola directamente bajo una mirada seria, incluso amenazante—. ¿No os dais cuenta? Os metí todo el cargo encima por esa trampa. Creía que solo sería un juego, y al final se han burlado de mi de millones de formas. No sé como aun habéis conseguido seguir con vida... —Desvió la mirada—. Bueno, sí lo sé. Coltán parecía ser muchísimo más previsor que yo cuando os dio esas habilidades.

» Se arriesgó a tanto ese condenado, incluso en sus últimas gotas de vida, cedió toda su energía para crearos en condiciones. Unas habilidades que jamás pensé que podrían ser posibles. ¡Un maldito genio! —chilló, apretando sus puños—. Un mundo que rechaza esa locura, al menos de forma temporal, y una transformación que al parecer, ese mismo poder teme cuando se habla de oscuridad.

» Supo leerlo mejor que yo, y todo porque confiaba en que sería...

La frustración se escapó de sus labios, agarrando su cabello con fuerza para luego desenredarlo. Era la primera vez que veía algo así, y eso, sin querer, despertaba los recuerdos de lo que le habían dicho los cardinales.

"Ese rencor... la ciega tanto, una confianza tan grande que no percibe lo que hay a su alrededor. Cree que tiene toda la razón, cuando solo deja bombas de destrucción en cada planeta que pisa".

El suspiro lleno de cansancio y frustración salió de Miver, poniéndose de pie para cruzar sus brazos, mirando hacia Tuin.

—No voy a poder estar aquí mucho tiempo, Adela —continuó hablando sin mirarla—. Así que presta atención las verdades que te iré diciendo, porque si bien vas a vivir en paz, no será eterna cuando lo que te rodea tendrá curiosidad de lo que eres.

» Mantén el exterior en una desolación que los confunda y protege el portal del sub-código. Vivid en paz hasta que un grupo se presente bajo un método que no es muy convencional.

—¿No muy convencional? ¿Con qué?

—Con un destello —aseguró, mirándola de reojo, soltando un suspiro—. Cuando lo hagan, necesito que vayas con ellos y estés atenta a cualquier cosa. ¿Entendido?

—¿P-Pero por qué? ¿Cuál es mi misión?

Miver dejó de mirarla, cerrando sus ojos por unos largos segundos que le parecían desesperantes para Adela.

—Suena como una misión —volvió hablar sin abrir los ojos—, y no quiero dártela, pero no me queda otra cuando es algo que va a ocurrir sí o sí. —Se giró, poniendo las manos en los bolsillos de su chaqueta, aun con su rostro serio—. Entenderás lo que debes hacer cuando los veas, sabrás lo que ocurrirá cuando te digan todo, y quiero que te mantengas atenta, si es posible, porque las cosas no serán tan fáciles cuando salgas de aquí.

—¿C-Cómo que debo salir de aquí? —preguntó, frunciendo el ceño—. Este es mi hogar, la paz que buscaba. Todo esto ha terminado, ¿no?

—No —respondió en un tono borde y firme, poniéndola en tensión—. Nunca se acaba, y menos ahora.

Las dudas la iban carcomiendo cada vez más. ¿Por qué no le decía exactamente que era lo que estaba ocurriendo? Insistía, pero Miver no parecía ser capaz de decir más, como si su propia boca estuviera sellada a una verdad limitada. Suspiró resignada, mirando hacia la ciudad con un sentimiento agridulce.

—Por ahora es mejor que disfrute de lo que tienes, Adela —murmuró Miver, acercándose un poco para extender su mano. Al mirarla, se encontró con unas gafas redondeadas y rojizas—. Pude restaurarlas, y creo que esto te hará mucha más ilusión que a mí.

Nada más agarrarlas, se puso en pie para luego ponérselas, observando la ciudad con una sonrisa que llenó una parte de su corazón, pero sin quitar esas preocupaciones que tenía encima. Miró de nuevo a Miver, encontrándose con su rostro serio, sin ni una sonrisa.

—Miver, solo tengo una última duda —murmuró Adela, mirando hacia la ciudad de nuevo—. Si ese grupo vuelve y voy con ellos, ¿las cosas serán mejores?

El silencio hizo que su corazón se estrujara.

—Tuin estará bien, de eso no te debes preocupar. Mitzy estará con su familia, tu también si quieres, pero me imagino que esto no será lo único porque sabes mucho más de lo que hay a fuera cuando esos devotos te dieron medias pistas —murmuró, observándola con atención.

—Sí, y no voy a mentir que deseaba saber que había en ese más allá, intentar hacer algo más —respondió, mirando sus manos—. Aunque debería mejorar mis capacidades, entrenar.

—Protegiendo el portal, entrenando con Mitzy y manteniendo el orden, permitirá que puedas ver un poco lo que hay en tu mundo a la vez que comprendas que hay mucho más ahí fuera —habló Miver—. Si tienes la oportunidad, adéntrate en esas cuevas donde vivían los Cutuis, pues esas historias dicen más de lo que piensas.

» Investiga, explora y no te limites ahora que sabes lo que hay, pero no salgas hasta que llegue ese grupo, porque ahí será tu salida hacia la verdad que buscas y la realidad más peligrosa que hay, una que te afectará quieras o no porque el poder que tiene afecta en todos los lados. —Suspiró, dándole las espaldas.

» Y si es posible... disfruta de esta victoria, aunque no sea por mucho tiempo porque ambas sois reconocidas como heroínas cuyas decisiones serán tomadas en cuenta.

Adela puso la mano en su cabeza, viéndose el temblor en este, pero pudo afirmar con decisión, observando a Miver con un rostro más decidido.

—Por último. —Se giró, mirándola con una leve sonrisa—. Te puedo asegurar que tu tío, si bien ha tenido un final horrible, no ha sido en vano. Y confía cuando digo que su alma será juzgada con justicia para un descanso que se merece, sin que nadie de aquí olvide lo que ha hecho por Tugia.

Aquello hizo que Adela sonriera aliviada, y antes de que se marchara, la abrazó con todas sus fuerzas con lágrimas resbalando por sus mejillas. Después, se despidió, viendo cómo un montón de estrellas la rodeaban, desapareciendo como si fuera el viento que lo llevaba todo a su paso.

Respiró hondo, mirando hacia la ciudad con una sonrisa, pero con la tensión aun sus hombros. Ajustó sus gafas, y afirmó con un rostro decidido.

—Tío, espero que también estés dispuesto a aprender todo de nuevo, porque juntos nos quedará mucho por delante —murmuró, cerrando sus ojos por un momento para al final respirar hondo—. Por ahora, toca buscar a Mitzy. A ver donde se ha metido.

Y sin dudar, saltó de las nubes para empezar a caer como la primera vez que llegó al subcódigo.

Te encuentras en el libro independiente de Sub-Código Alternativo. Si te has leído todos, ¡pues adelante con la última Saga de Juntos o Muertos! Y si no lo has hecho, aunque te interesa saber otras sagas que tengo que se relacionan con la Galaxia O, te presento los siguientes:

I - Las pruebas de la Muerte [Libro Independiente]

II - Saga de la Galaxia Olvidada - Sentimiento y Frialdad.

III - Saga de el último Sistema - Código del Caos. Condena Repetida y Adiós Steinfall.

IV - Subcódigo alternativo [Libro Independiente]

V - Saga de Juntos o Muertos - Juntos o Muertos. Regresemos como Héroes. El último Reset.

¡Esto no es el final! ¡Esto es solo el comienzo!

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