37
Namor llegó puntual a la cita con Tezcatlipoca.
Lo acompañaron varios Talocanies.
--Ya estoy aquí.--le grito Namor desde la entrada al salón del trono.
El Dios bajo lentamente hasta estar a su altura. Lo rodeó y observó unos segundos.
--Tlaloc...--Dijo al sentir a su hermano.
Los ojos dé Namor centellearon azules y después hablo con una voz que claramente no era la suya.
--Hermano.
--Veo que encontraste un nuevo avatar.
--Y tu.
--Attuma es un gran guerrero. Tu hijo también no lo dudo. Sin embargo su corazón y su razón están divididos entre este mundo y la superficie. Pero eso tu ya lo sabes.
Chaac lo miro enojado sabía que su hermano era un tramposo. Aunque los milenios seguían pasando recordó a todos los que perdieron la vida por una mujer.
Incluso su hermano Quetzatcoatl/Kukulcan había sido engañado por él.
--Ella está segura.
--Cada quien cree lo que quiere creer.
--Déjate de juegos y dime como arreglaremos este asunto.
-Una pelea. Tu avatar y el mío.
--Si gana te irás conmigo.
--Y si yo ganó. Destruire tu amada ciudad y a tu hijo con ella.
-Arma a tu guerrero y yo armare al mío.
--Nunca podrás ganarme hermano. --Chaac se dio la vuelta y volvió con los talocanies que esperaban a Namor.
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Chaac se materializó frente a los talocanies. Era un hombre grande,de rasgos toscos y de piel azul. Llevaba puesto un penacho de plumas rojas y azules. Vestía un hupil azul. Llevaba en su cinturón un cuchillo de obcidiana y en la mano un mazo. Su cuello lo adornaban collares de oro,turquesa y Jade.
Los talocanies lo reverenciaron y el los detuvo.
-Levantense hijos de Talocan.
--Padre estas seguro que podemos derrotarlo.
--No. Pero hay que darle tiempo a Kukulcan. Te armare con lo mejor que tengo.
Namor asintió, una bruma verde lo rodeó y lo dejo fuera del alcance de los talocanies.
Después un relámpago los iluminó y dejo visible nuevamente a Namor.
Traía en su mano una nueva lanza. La cual estaba decorada con Jade y turquesas azules y blancas. Su cinturón era de vibranium al igual que sus muñequeras y de el colgaba un cuchillo tan negro como las profundidades del oceano.
Y el penacho que llevaba su cabeza simulaba un cráneo sin quijada el cual estaba rodeado de jade y coronado con plumas de quetzal y guacamayas rojas.
Su pechera estaba bordada de perlas e hilos de fibras que Namor no reconoció.
--Kukulcan vendrá, sólo hay que evitar que libere al cipactli hasta que el este aquí.
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La pelea llevaba unos minutos cuando Attuma logró darle con su Macahuitl a Namor. En otras circunstancias el golpe le hubiera roto un par de costillas. Pero al estar bajo el poder de Chaac, sólo sentía un molesto dolor.
Namor se defendió y con la lanza le hizo un corte en el hombro. Attuma se río y continuo dando golpe tras golpe, hasta que logró quitarle la lanza y romperle el penacho.
--Que pasa ya te cansaste.--Namor tomo el cuchillo de su cinturón y empezó a defenderse con el. Attuma hizo lo mismo y saco un cuchillo de vibranium.
--Que és lo estas haciendo?--le dijo Tezcatlipoca al verlo arrojar el macahuitl a un lado y empezar la pelea con cuchillos.---Usa el Macahuitl.
--Peleare con honor. Así tenga que pelear con los puños.
--Honor?? Que sabes del honor si has traicionado a aquellos que juraste lealtad. Incluso a la mujer que amabas. Que no la dejaste por ser amiga de la humana.
--Callate.
--La metiste a un calabozo por decir la verdad. Eso es honor para ti.--Attuma perdió el ritmo de la pelea y Namor pudo acertarle una puñalada en el abdomen.
-Mi rey.--Dijo antes de caer. Tezcatlipoca lo había abandonado al igual que todo su poder.--Perdón.
Namor lo sostuvo entre sus brazos. Después sintió como la tierra bajo sus pies se abrió y el rugido de la bestia se escucho en todo el lugar.
--Retirada!!--grito Namor.
Cipactli había sido liberado.
La sangre lo había despertado.
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