20
Sebastian estaba encantado de estar con las mujeres más importantes no solo de Wakanda sino del mundo.
Pero extrañaba su vida en México y a su mamá.
—Mi mamá!!- gritó asustado al recordar que no le había dicho a nadie dónde estaba.
—Te pasa algo?—Nakia le preguntó cuando dejó de comer y habló.
—Mi mamá debe de estar muy preocupada por mi.
—Pero no podemos arriesgarnos.
—Puedo al menos mandarle un correo?
—Está bien. La red es segura aquí.
—Gracias.—Sebastian se levantó y tomó una de las laptop que Nakia usaba con los niños y no creyó lo que veían sus ojos.—Itzé me envió un correo!!
Nakia y Shuri corrieron a él.
—Es imposible que sea de ella!
—No cuesta nada ir a averiguar o si.
—Está a dos horas de aquí.
—Nakia y yo iremos.—Shuri tomó su collar.
—Pero...
—No nos podemos arriesgar.
—Está bien.
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La pequeña clínica detuvo el sangrado y coció el muñón. Pero Namor aún no despertaba. Itzé temía que lo que sea que Attuma le había inyectado ya hubiera cumplido su tarea.
Después escuchó un gran escándalo y como todos salían a ver.
—Que sucede?
—La Pantera Negra está aquí.—Dijo una señora que había pasado corriendo.
—Es aquí.—escuchó que la enfermera le indicó a alguien el lugar donde ella se encontraba.
—Tu debes ser Itzé?—le habló la Pantera Negra al entrar.—Que le hicieron?—Shuri retrajo su casco.
—Traición.
—Debemos llevarlo a mi laboratorio ahí podremos curarlo. Le diré a los médicos que lo lleven a mi nave.
—Oye! Como sabes de mi?
—Tu amigo Sebastian no ha dejado de buscarte.
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