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Sebastian sintió como la nave despegó del suelo y supo que su vida ya no sería la misma después de eso.

—Llegaremos en una hora.—dijo la mujer que acompañaba al hombre.

—Tienes hambre niño?

—Un poco.—El hombre le dio una barra de cereales.

Y sacó otra para él.

—Muchacho no sabes con quien te metiste.

—Con un dios. Creo!!

—Has escuchado hablar de Namor.—Sebastian negó mientras comía. El hombre le dio una botella de agua.—Y de Kukulcán?

Sebastian casi se ahoga al escuchar el nombre con el que el pueblo maya nombraba a Quetzalcóatl o mejor conocido como la serpiente emplumada.

—Veo que si lo has escuchado.

—Hicimos enojar a Kukulcán?
Esto es muy malo.

—Malo!? Que va, es malísimo incluso peor.

—Y Wakanda que tiene que ver con él?

—El secreto de Kukulcán lo protege Wakanda no entiendo como es que tú y tu amiga sabían de esa entrada.

—El bisabuelo de Itzé era una gente del agua. Lo escribió su abuela en un diario.—Sebastian hizo el intento de sacar los cuadernos pero el agente. Lo detuvo.

—No me tienes que mostrar nada a mi. Se lo mostrarás a la Pantera Negra y tal vez ella te pueda ayudar.

—Oye quítale su teléfono!!

—Lo tengo apagado.

—Igual se puede rastrear.— le quitó su teléfono y lo colocó en una caja de un material brillante. — El vibranio bloquea todas las señales—
Duerme un poco.

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Lo despertaron poco antes de aterrizar,bajaron en lo que parecía ser una isla. Ya que no veía más que kilómetros y kilómetros de costa.

Una mujer muy bonita los recibió y después lo invito a seguirla.

—Soy Nakia.

—Sebastián.

—Bienvenido me alegra que te encontráramos primero.

—Gracias creo. Disculpa pero de que me están protegiendo?

—De los Estadounidenses, los franceses,los rusos,de medio mundo y de Namor. Sabes de él o me equivoco?

—Un poco. Yo solo quiero saber si Itzé está viva.

—Tal vez lo este.—una segunda mujer le habló al entrar a la casa.—Soy Shuri.

—Princesa.—Sebastian se sonrojó mucho,nunca creyó estar cerca de personas tan importantes.

—Hemos borrado todo rastro de ese cenote.

—Lo explotaron o algo?

—No, solo lo ocultamos del mapa como siempre debió estar.

—Entonces puedo irme.

—Me temo que no.  Me dice que tienes en tu pocesion algo que prueba que los talocanies y las personas de la superficie pueden coexistir.

—Talocan existe? Es real?—preguntó Sebastian pues sólo habían escuchado del paraíso de Chac en los libros.

—Demasiado y tú querido amigo expusiste su secreto al mundo.

—Ay no!!

—Descuida me estoy encargando de rastrear cualquier copia del video y borrarlo para siempre de internet.

—Gracias.

—Bien enséñame que tienes?

Sebastian sacó los tres cuadernos.

—Son muy profundos y tristes.

—Como Namor.

—Como es él?

—El es...si lo vieses le temerías.

—Así de imponente es?

Shuri asintió leyendo uno de los cuadernos.

—Interesante.

—Que?

—La abuela de Itzé era mitad Talocanie. Si su gen pasó de generación en generación...

—Itzé también tiene algo de talocanie.