•╰◣ 08 ◢╯•
La peor parte de ser herido emocionalmente ni siquiera es el momento donde todo acaba y sientes que lo que querías, se te va de las manos como agua entre los dedos sin que puedas hacer nada, más bien es todo lo que sigue después. El dolor en el pecho, el luto que parece infinito, aquello que duele pero que no puedes tratar con medicina convencional.
Esa era la parte que vivió Hyungwon, y si era sincero no sabía qué parte le había dolido más, si todo lo que pasó con Hyunbae o el hecho que Wonho se haya ido sin mirar atrás a causa de sus propias palabras, pero fuera cual fuera la respuesta, le dolía el corazón y se sentía más solo que nunca. Así que se tomó unos días libres de su trabajo porque sabía que todo iba a empeorar si volviera a verle la cara a su ex-amante, y aunque él cumplió con la petición de que no iba a buscarlo, una minúscula parte del corazón de Hyungwon todavía deseaba estúpidamente que su celular timbrara y ver ese nombre aparecer en la pantalla.
Su jefe se sintió alarmado de saber que él se había tomado unas vacaciones repentinamente pues aunque no fuera un peón demasiado importante del tablero de la empresa, amaba ser responsable y se esmeraba en trabajar más duro que todos en busca de obtener un ascenso pronto, llegando a trabajar incluso en días festivos y en sus vacaciones, por eso era raro que quisiera descansar de repente, pero de igual manera no se podía negar a su decisión.
A pesar de que Hyungwon pensó que si no iba al trabajo iba a estar mejor, en casa estaba tan solo y tenía tanto tiempo libre para pensar que su estado de ánimo terminó empeorando en tan sólo dos días, y su estómago ya estaba empezando a pasarle factura por los prolongados ayunos de día y los atracones nocturnos de comida, así que retomando un poco su cordura tomó una decisión: ir a casa de sus padres.
En realidad no se sentía orgulloso de hacerlo, ya que sentía que se asimilaba a un niño asustadizo que corría a los brazos de sus padres ante la mínima amenaza, pero en ese momento no le importaba cómo se viera, sólo quería tener un poco de paz y ventilar con alguien sus emociones en lugar de tragarse sus sentimientos para luego derramarlos en largas noches de mojar las sábanas con lágrimas
No preparó mucho ya que en casa de sus padres tenía casi lo mismo que ahí, aparte de unas cosas para el camino, las croquetas y necesidades de su gato, sus documentos y un par de mudas de ropa cómodas, lo único más importante que tenía era su gato. Y cuando hubo empacado todo, se fue.
El viaje no era tan corto pero tampoco tan largo. Sus padres todavía vivían en el área rural donde creció, a las afueras de la ciudad. La casa era modesta, pero el patio era enorme, era como una pequeña granja donde habían animales y huertos.
Su madre siempre amó esa vida de campo, pero él nunca llegó a acostumbrarse del todo, aunque ese día cuando vio que los grandes edificios brillantes eran sustituidos por frondosos arboles, y el ruido de los autos por el sonido del viento, se sintió un poco nostálgico por recordar su infancia y lo feliz que fue.
A veces se preguntaba donde había quedado aquel niño valiente que se enfrentaba a todo aunque tuviera miedo, porque ahora sólo existía un adulto roto que huía a esconderse de la soledad en la sombra de los recuerdos pasados y en los brazos cálidos de una madre a la cual no visitaba seguido y de un padre al que sintió que nunca enorgulleció.
Cuando llegó frente a la casa, estacionó el auto, tomó al gato en sus brazos y tocó la puerta. Del otro lado se escuchó el ruido de los inconfundibles pasos cortos de su madre, y cuando la puerta se abrió, una suave ráfaga de viento trajo consigo el olor de gallenas de avena recién horneadas hacia su nariz.
—¡Hijo! —exclamó su sorprendida madre, apresurandose a abrazarlo tan pronto como vio que era él. —¡Por dios eres tú! Mi Hyungwonnie hermoso...
Su madre estaba a punto de romper en llanto por la agradable sorpresa ya que su hijo la había visitado en muy pocas ocasiones desde que vivía solo.
—Te extrañé mucho. —confesó sintiendo la calidez de su madre.
La mujer que era un poco pequeña de estatura en comparación con él, estiró sus brazos para alcanzar su cuello y atraer su rostro hacia ella para poder dejar un par de amorosos besos en sus mejillas.
—Y yo a ti, mi vida... —dijo dando un par de besitos para finalmente soltarlo. —Pasa, pasa. —dijo haciendo señales para que ingresara a la vivienda. —¿Vienes solo? —preguntó mirando hacia afuera en busca de alguien más.
En ese momento la sonrisa del rostro de Hyungwon se borró al recordar que la última vez que fue a ese lugar, Hyunbae lo acompañó y conoció a sus padres en aquella escapada. En aquel tiempo reunió mucha valentía y le confesó a sus padres que él era el chico que le gustaba, y ellos le desearon felicidad e incluso le pidieron que la próxima vez que volviera no se preocupara por si debía llevarlo o no, porque ellos lo recibirían con los brazos abiertos.
—Mamá... —susurró tratando de disimular su dolor. —Ya no, nosotros... Algo pasó y...
Su voz se quebró por el dolor de los recuerdos y su madre inmediatamente lo envolvió en un abrazo protector y lo guió al sofá para que tomara asiento.
—Oh, mi vida... tus ojitos están hinchados. —dijo con dolor al acunar la cara de su hijo y ver más de cerca las secuelas de su sufrimiento. —Has llorado demasiado... ¿Hace cuanto que estás así? Si tu padre viene y te ve de esta manera...
—¿Hyungwon? —dijo una agitada voz masculina entrando por la puerta. —Vi el auto y vine corriendo. —dijo su padre con una sonrisa en el rostro que se borró tan pronto como lo vio. —Hijo, ¿qué ocurre? —preguntó asustado, acercándose con prisa. —Dime, ¿pasó algo malo? ¿Estás bien?
Hyungwon miró al afligido hombre y aprovechando que estaba cerca, también lo abrazó y se quedó en silencio.
—Papá... —dijo como si quisiera afirmar que estaba en un lugar seguro.
—¿Qué ocurre? —preguntó el hombre acariciando su espalda. —¿Alguien le hizo algo malo a mi chico? Dime, papá puede vengarse por ti. —exclamó. —¡Tengo un machete!
El chico que hasta ese momento había estado llorando, soltó una risita por su papá y finalmente suspiró sabiendo que estaba en un lugar seguro.
A partir de ese momento Hyungwon se tranquilizó y pudo contarles a sus padres de una forma más tranquila y censurada lo que había pasado con su ex-amante. Seguido de eso llegaron los consejos y el apoyo que sólo un par de padres comprensivos podrían dar haciendo que su ánimo mejorara, confirmando que había tomado la decisión correcta.
Después de la extensa charla, el señor Chae se ofreció para preparar un asado y que la familia pudiera degustar de una comida deliciosa, y mientras él preparaba la comida, Hyungwon ordenó un poco su antigua habitación que permanecía tal como la recordaba y su madre se quedó en el sofá jugando con el gato negro de Hyungwon.
—¿Tú también estas feliz? —preguntó mientras movía el juguete con plumas en el aire y el gato trataba de alcanzarlo. —¿Nos extrañaste chico travieso? —el juguete seguía meciéndose en el aire, y después ella agarró al gato en sus brazos y lo acarició dejando un par de besitos. —¿Cómo es que estás tan hermoso después de tantos años? ¿Hyungwon te cuida muy bien, ¿verdad? Ah, olvidé tu nombre. Hyungwon, ¿cómo se llamaba el gato?
El delgado que venía bajando las escaleras miró en dirección a su madre cuando su nombre fue mencionado pero se sorprendió de darse cuenta que él mismo no recordaba esa información. Había pasado tanto tiempo solo con el animal que ni siquiera lo llamaba por su nombre y terminó olvidándolo por completo.
En eso miró al gato que ya se había escapado de su madre y se había echado cerca de él y de repente recordó que el gato inintencionalmente lo había defendido la primera vez que Hyunbae quiso pasarse con él como si hubiera sentido que algo malo iba a pasar, pero jamás lo alejó de Wonho.
Eso significaba que... ¿Quizá Wonho no era tan malo como parecía?
Después de todo el gato había sido el único testigo de muchas cosas en su vida y era el único que podía juzgar si estaba cuerdo o no por decir que vivió todo lo que vivió.
Cuando indagó en sus pensamientos se preguntó si su madre sabría algo sobre Wonho o algún otro ser sobrenatural con el cual haya tenido una experiencia, ya que a él no se le ocurría de que forma pudo haber llegado Wonho a su vida y por qué.
¿Es probable que ella supiera algo?
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Resultados de la votación anterior.
Opción elegida:
#1
Consecuencia:
Mejora del ánimo y
pensamientos más claros.
Relación de los personajes:
Regular
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⚠️ Sección de votación ⚠️
El ánimo de Hyungwon mejoró y ahora puede enfocarse en pensar en otras áreas de su vida que le preocupan, y una de ellas es por qué Wonho llegó a él, y quiere preguntarle a su madre si sabe algo de eso, pero duda porque no sabe si su pregunta sería muy extraña.
¿Qué debería hacer?
#1) Preguntarle.
Así si ella sabe algo
aclarará sus dudas.
#2) Investigar por su cuenta.
Seguramente habrá
pistas qué seguir
si presta atención.
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¡Gracias por votar!
No se olviden que sus votaciones son lo que mantiene esta historia en constante avance, por eso me ayudan muchísimo si me dejan su voto, su estrellita, sus opiniones y comentarios.
Estoy muy pendiente de leer todos
👁️👁️
¡Hasta el próximo!
🐈
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