•╰◣ 05 ◢╯•
Volver al trabajo y encontrarse cara a cara con HyunBae fue la peor parte de su semana, lo podía afirmar incluso si todavía era lunes en la mañana.
—Oye... —le llamó al ver que su amigo con derecho se dio la vuelta para irse por otro camino porque tenía la intención de evadirlo la semana entera. —HyunBae, lo siento... —dijo deteniendolo por la muñeca. —Todo pasó muy rápido, si te soy sincero no sé qué pasó, y me siento culpable. No te enojes, por favor...
Ni siquiera sabía de qué se estaba disculpado exactamente, pero sólo sentía que debía hacerlo. Después de todo, su corazón todavía no podía aceptar el hecho de que HyunBae se enojara con él. Le había gustado desde que llegó a la empresa por primera vez, unos años atrás y había intentado inútilmente formar una relación con él, y lo único que consiguió fue que se hicieran amigos con derechos, que salieran por unas copas el fin de semana y que acabaran teniendo sexo casual a escondidas de todo el mundo.
Se sentía miserable, pero aún así HyunBae todavía tenía un efecto fuerte en su corazón, y la peor parte es que él lo sabía.
—Quita esa cara de perro arrepentido en el trabajo. —dijo tocando su mejilla con dos suaves golpecitos. —Si me preguntan por qué estás así, ¿qué respondería?
Hyungwon pintó una sonrisa a medias en su rostro.
—Sólo... —suspiró. —No quiero que estes molesto conmigo, ni que me evites.
HyunBae sonrió sin molestarse en ser discreto y no mostrar su orgullo, después miró a ambos lados para ver que nadie estuviera viendo y se acercó peligrosamente a él.
—Si estás verdaderamente arrepentido, entonces espero que me recompenses bien. —susurró cerca de su oído, dejando que su aliento golpeara deliberadamente sobre la piel desnuda del cuello de Hyungwon para provocarlo.
El delgado se sonrojó y bajó la mirada.
—¿Qué quieres que haga? —respondió por lo bajo.
HyunBae sonrió sin poder contener su emoción, y llevó su mano derecha al rostro del delgado para acariciarle los labios con el pulgar.
—Sé que dijiste que lo odias, pero si realmente estás arrepentido podrías usar estos hermosos labios para algo más en la hora del descanso... —dijo de forma insinuante, pero Hyungwon bajó la mirada con un poco de duda. —¿o qué? ¿Acaso no soy merecedor?
El delgado mantuvo la mirada baja y guardó silencio por unos segundos.
—Estamos en el trabajo. —susurró. —Y... Eso...
Los ojos de HyunBae lo miraron tan fijamente que parecía que podían escudriñar su alma.
—No tienes que responder ahora. —dijo apartándose. —Piensa si tus disculpas son lo suficientemente sinceras o no, todavía tienes tiempo hasta el almuerzo. —comentó dándose la vuelta para irse. —Y si no, sólo olvídalo.
Hyungwon se quedó de pie mientras miraba la espalda de su compañero de trabajo, que se iba tan tranquilo como si no lo hubiera puesto en una situación difícil con su petición, y se quedó parado en el mismo sitio por mucho tiempo más.
Lo pensó y lo pensó, pero todavía no podía llegar a una conclusión correcta sin que afectara a uno de los dos. Si hacía lo que él quería hacer, era probable que HyunBae no volviera a hablarle nunca más, y si hacía lo que él quería, era probable que la pasara muy mal.
Afortunadamente cuando la hora del almuerzo llegó, un mensaje cayó a su celular de parte de la persona que había ocupado sus pensamientos durante toda la mañana. HyunBae le dijo que iban a posponer su encuentro porque tenía algo importante que hacer, y aunque se sintió aliviado de que ya no tenía que decidir nada, al menos por ese día, también se sintió triste porque sabía perfectamente a qué se refería HyunBae cuando decía que tenía algo mejor que hacer. No era una novedad para nadie de la empresa que él tenía una hermosa novia que trabajaba en algo similar a él, pero para otra empresa. Siempre le decían lo bien que se miraban juntos y que el amor tan sincero que se profesaban era tan grande que incluso podrían llegar a casarse algún día.
Y él sólo escuchaba esas palabras y fingía estar de acuerdo con los demás cuando claramente quería ser el que tomara el lugar de esa chica.
Después de la tensión del lunes, él pensó que el martes volvería a vivir la duda y el agobio, pero antes de que pudiera estresarse por pensar en ello, un mensaje le llegó muy temprano de parte de su amigo con derecho, en el cuál le pedía directamente que no lo contactara en toda la semana, y que todo lo que tenían que resolver, lo harían el fin de semana como de costumbre.
Hyungwon se quedó confundido por aquel mensaje, pero ni siquiera tenía la oportunidad de preguntar por qué, así que no le tomó importancia al hecho que HyunBae pareciera más ocupado en los últimos días.
Lo único que lo agobiaba de no tener comunicación con ese tonto es que se sentía realmente solo y aburrido, porque no solía hablar con muchas personas más y aunque trató de llevar todo con calma, sintió que los días estaban pasando increíblemente lentos.
Así que en una de sus solitarias noches, cuando volvió del trabajo y cenó, se acostó en el suelo para ver TV pero no encontraba nada interesante por más que cambiará entre canales y aplicaciones, hasta que vio un documental de temas paranormales, y un nombre vino a su mente.
¿Donde estaba Wonho?
No había vuelto a hacer presencia desde aquella mañana en la que lo dejó solo en el apartamento y se fue enojado a despejar su mente, pero si estaba ahí por algo, ¿ya lo había conseguido o simplemente estaba siendo demasiado orgulloso para provocarlo?
Enojado con aquel ser, se levantó del suelo y se sacudió la ropa para buscar en su celular si había algún ser paranormal que tuviera ese nombre, pero los resultados del buscador no arrojaban nada útil, así que ni siquiera sabía qué era Wonho, si un ángel, un demonio, un incubo o capaz hasta un alma en pena.
Si no sabía eso, ¿cómo se suponía que podría llamarlo?
Soltando un largo suspiro, decidió atraerlo con lo único que pensó que podría atraerlo: la comida.
Inmediatamente se fue a la cocina y comenzó a preparar un enorme y delicioso tazón de ramen para invocarlo. Después se fue al centro de la sala y movió el sofá del centro hacia una esquina para dejar el espacio libre, asustando a su gato en el proceso ya que él estaba pacificamente ahí.
Se mordió un dedo sin saber como proseguir.
Nunca se había interesado en el ocultismo o en religiones así que no sabía ni siquiera lo básico para ese tipo de situaciones.
¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Un dibujo? ¿Una formación? ¿Poner velas?
Miró en el documental que había una gente tratando de comunicarse con espíritus del más allá, así que habían dibujado algo similar a un circulo en el suelo, y aunque no estaba seguro parecía que había sido hecho con sal, o algo así. Entonces se fue de nuevo a la cocina a traer sal, además trajo de las velas aromáticas de su baño que era lo único que tenía y después de poner el tazón de ramen en el centro, dibujó un extraño círculo deforme y puso un par de velas alrededor.
Al ver su creación se sintió patético. Muy, muy patético.
—¡Bueno, no importa! —dijo tratando de consolarse a sí mismo. Entonces se sentó en el suelo frente al tazón de ramen, unió sus manos, cerró los ojos y suspiró. —Wonho... —susurró. —Señor de... Lo que sea que seas. No sé si tienes algo contra mí, o si te hice enojar, así que me disculpo si tuve malas actitudes, por favor no te vengues de mí. —en ese momento estornudó gracias a que su gato usó su regazo como puente y dejó que su traviesa cola le acariciara la nariz. —¡Oye! —le reclamó al felino, quien salió corriendo en dirección al ramen con toda la intención de comerse el manjar que estaba en el suelo. —¡Deja eso! —le regañó. —¡No te comas mi ofrenda! ¡Oye! —el felino salió corriendo sin rumbo y después de salvar con éxito el tazón de ramen, prosiguió. —Como te decía... No te vengues de mí. He hecho este tazón de ramen como ofrenda para que... Para que no te enojes. Sólo aparece y dime qué es lo que quieres. Por favor...
—¿Qué se supone que estás haciendo? —preguntó una masculina voz proveniente de sus espaldas.
La piel de Hyungwon se erizó de los pies a la cabeza y se volteó lentamente, como si temiera encontrarse con un demonio en su habitación, pero en cambio se encontró con la familiar figura de Wonho apoyado en el marco de la puerta, cruzando los brazos y frunciendo el ceño de confusión.
—Wo-Wonho... —dijo fingiendo una sonrisa. —Llegaste. —se puso de pie lentamente. —Pensé que... Ya sabes... Qué estarías enojado y querrías matarme, ya que no me dijiste qué querías y...
Wonho lo miró fijamente y dio un paso al frente con rapidez, quedando a unos escasos centímetros de distancia.
—Ya tengo lo que quiero. —susurró dándole una nueva ola de escalofríos a Hyungwon al recordar que la primera vez que vio a Wonho le había dicho algo como «soy tu dueño» y él seguía sin recordar en qué momento le había otorgado su alma a un ser sobrenatural. Y mientras Hyungwon divagaba en los sentimientos encontrados, Wonho vio hacia atrás del delgado donde reposaba un humeante tazón de ramen y sonrió. —Aunque puedo recibir el ramen también.
Sin mediar palabras rodeó al delgado y fue directamente a por el ramen, sin molestarse en pedir permiso o dar explicaciones de ningún tipo. Sólo se sentó en el sofá y degustó de la cena sin prisas.
Hyungwon se sintió molesto de ver tal actitud desvergonzada, pero después de suspirar, sonrió y simplemente se sentó en el otro espacio del sofá para continuar viendo el documental de hace rato, porque si de algo estaba seguro es que ya no se sentía solo.
E incluso las cosas más vanales se
sentían diferente en compañía.
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Resultados de la votación anterior.
Opción elegida: #2
Consecuencia: Mejora en
la relación de los personajes.
Relación de los personajes:
Buena
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⚠️ Sección de votación ⚠️
Wonho volvió, sin embargo todavía no le ha dado ninguna explicación a Hyungwon.
¿Qué debería preguntarle?
#1) ¿A donde fuiste y por qué?
#2) ¿Puedes decirme cuál es tu
propósito, de una buena vez?
#3) No preguntar nada y sólo
disfrutar de su compañía.
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Lamento la tardanza,
quienes me siguen sabrán que
estaba enfocando mi atención en
la culminación de dos de mis
historias más antiguas,
espero comprendan.
🖤
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